Belén Blázquez Vilaplana
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El asistir al debate956, hizo que el Presidente no acudiera a una reunión de la Internacional Socialista en Viena, a la cual acudieron Txiki Benegas, Elena Flores y Rafael Estrella. En su intervención trata sobre cuatro temas, con el horizonte de cuál va ser la España que ingrese en la CEE el 1 de enero de 1986, a saber:
a) la valoración del funcionamiento de las Instituciones del
Estado;
b) el sistema de Derechos y Libertades;
c) la situación económica y social y
d) la política
exterior957.
Sobre Política exterior expondría que España ha superado el aislamiento; que España está ocupando su lugar, el lugar que le corresponde en el mundo. Se han perseguido tres prioridades que ni siquiera pretendo que sean, sino muy al contrario, prioridades exclusivas del Gobierno, (...) porque el deseo de cualquier Gobierno responsable es que haya una política exterior lo más ampliamente aceptada, apoyada y respaldada por las diferentes fuerzas políticas. Estas son: la potenciación de los vectores de la política exterior hacia Europa, hacia América, hacia Iberoamérica y hacia el Mediterráneo958.
Continúa la exposición afirmando que en Iberoamérica se ha producido, creo, un avance sustancial de la presencia española: un avance sustancial que no se corresponde con un avance desde el punto de vista de las relaciones de intercambios en el terreno económico, porque estos países están pasando por una situación crítica aguda, con un peso importantísimo de su deuda exterior, pero sí se corresponde con una presencia política (...) me ahorraré decir cómo aprecian el papel que España puede jugar y la presencia que puede tener. Sí quiero afirmar que hemos mantenido con tesón una política de defensa del proyecto de paz del grupo de Contadora: que hemos mantenido no sólo esa política de apoyo al proceso de paz, sino instrumentado, como coordinadores, algunos de los planes concretos que se pudieran derivar de Contadora, como un plan sanitario de ayuda a la región, y sí quiero afirmar que hemos estado presentes en los procesos de democratización y que hemos mantenido la lucha en la defensa de los derechos humanos en aquellos países donde todavía esto no se ha conseguido en el área iberoamericana959. De nuevo, por tercer año consecutivo, el problema centroamericano y las acciones de Contadora tienen espacio en el discurso del Presidente del Gobierno. Y en este caso, con algo más de contenido que en 1984. Aunque siempre ligado al proceso de paz y no específicamente a algunas de las acciones y caminos que estaba tomando el proceso nicaragüense.
A continuación toma la palabra el Sr. Fraga Iribarne por el grupo parlamentario Popular. Éste, afirma que si hay un terreno de la política de cualquier Estado que no admita la improvisación, que no admita los bandazos, que no admita los cambios constantes de rumbo es evidentemente la política exterior, y los que no lo hacen, como hay que contar con la voluntad de otros que sí tienen esos principios, al final esa política permanente de cambios constantes se convierte y termina en una política llena de improvisaciones, brillantes al principio, llena de declaraciones fantásticas (...) pero que al final es una política resignada, mendicante y vergonzante (...) En cuanto a Iberoamérica todo me parece poco en relación con la ampliación de nuestras relaciones (...) Tengo un entusiasmo también limitado, debo decirlo, por Contadora, porque, además, me fijo en la posición de los países afectados, y no veo ningún entusiasmo en Honduras, Costa Rica ni en El Salvador por la política de Contadora. Pero dicho todo esto, lo que está claro es que eso no puede explicar ningún tipo de complacencias con países como Nicaragua, que claramente es el factor desestabilizador de toda la América Central. Esto no hace falta decirlo960. De lo que se deduce, que la intervención de Manuel Fraga, continúa en la crítica feroz hacia el gobierno nicaragüense y el proceso puesto en marcha por el FSLN realizada en otros años. Llegando incluso a cuestionar el único camino que en esos momentos parecía factible para alcanzar la paz en la región, el emprendido por Contadora.
A esta intervención, le seguiría la réplica del Presidente: siento discrepar de algunas valoraciones sobre nuestras relaciones con el continente Iberoamericano y coincidir con otras. En primer lugar, es verdad que no es una cuestión de ideología la relación con el continente iberoamericano, pero esa verdad la demuestro yo con mi actuación y con el comportamiento del Gobierno cada día, y se pone de manifiesto en nuestras relaciones con países representados por un Gobierno de un signo político absolutamente amplio y a veces contradictorio entre ellos desde el punto de vista político. No puedo negar que siento mucha mayor proximidad por las democracias que por los regímenes que no son democráticos; no lo puedo negar y no por un problema de ideología, sino por un problema que, probablemente, inspire parte del comportamiento de la política exterior de este Gobierno, porque no deseo para ningún país, y desde luego para ningún país iberoamericano, lo que no desearía que ocurriese en España. Discrepo en la valoración sobre el esfuerzo de Contadora. Se lo voy a decir en pocas palabras.
El esfuerzo de Contadora ha tenido el mérito de disuadir sobre la generalización del conflicto. Cualquier problema que dificulte la marcha de ese esfuerzo de paz, lo único que hará es empeorar la situación de la región y llevarla a una crisis de consecuencias imprevisibles.
También discrepo en la responsabilidad de atribuirle exclusivamente a Nicaragua su comportamiento. He dicho muchas veces lo que pienso sobre lo que debería ser, desde mi punto de vista, una evolución de carácter pluralista, respetuosa con un sistema de economía mixta de Nicaragua y tratando de no inferir en sus asuntos internos, pero naturalmente no quiero ser ciego a una realidad que se está viendo a nivel mundial. Nicaragua está soportando, al mismo tiempo, un cerco, unas presiones, una situación que evidentemente explican mucho más que una apelación simple al carácter de sus dirigentes cual es la situación por la que atraviesa y cual es la situación por la que atraviesan sus relaciones con el conjunto de la región. Por consiguiente, discrepo también de eso, manteniendo como principio el delineamiento que ha hecho961. Esta postura será importante tenerla en cuenta, sobre todo, de cara al siguiente capítulo, en el momento de justificar el “abandono” que el FSLN en general y algunos sectores puntuales de la sociedad nicaragüense, en particular, atribuyen a las acciones del gobierno socialista y de su Presidente hacia la revolución sandinista.
El anterior comentario mereció, de nuevo, una intervención del Sr. Fraga Iribarne, en el sentido siguiente: Nicaragua (...) es evidente que es una dictadura que niega todos los derechos humanos y democráticos y que le hemos dado una ayuda económica importante. (...) Todos queremos la paz en Centroamérica, todos hemos apoyado a Contadora; lo que hemos dicho es que los países consumidores no están conformes con Contadora y no acaban de firmar el acta y, desde luego, insisto en que la ayuda que se dio a Nicaragua podía haberse repartido en maestros a Costa Rica o en ayudas de otra naturaleza para El Salvador, mejor que darlo todo a una dictadura marxista claramente contraria a toda idea de libertad962. González volvería a replicar, el juicio de valor sobre Nicaragua me parece parcial, me parece que tiene un sesgo no admisible y, por consiguiente, no voy a seguir entrando en ello. En Nicaragua hacía mucho tiempo que no se hacían unas elecciones y se han hecho a pesar de todo963. Lo curioso, es que en el caso de Manuel Fraga, no se haga ninguna referencia al tema de la Contra, y en el de González, se apoyen unas elecciones que contaron con tantas deficiencias y críticas. Sobre todo ello volveremos más tarde.
La siguiente intervención fue la del Sr. Roca I Junyent, por el grupo parlamentario de la Minoría Catalana. El cual comentó que hemos hablado ayer del tema de Hispanoamérica. Nuestra presencia en Hispanoamérica me gustaría que no se acompañase siempre de una discusión polémica. No citemos lo que puede ser polémico. Citemos siempre casos donde el papel de España pueda ser un papel ejemplar (...) la modernidad requiere la adopción de unos valores permanentes y estables en nuestra política exterior, sin los cuales se abren factores de inestabilidad que repercuten también en nuestra economía, en nuestra seguridad interior y en el propio clima de convivencia social (...) un Jefe de Gobierno no puede comportarse como un Jefe de Estado; cada uno su papel y el suyo es gobernar964. Curiosa referencia a Iberoamérica con el término de Hispanoamérica.
En su intervención, el Sr. Vizcaya Retana, por el grupo parlamentario Vasco, habla sobre Europa principalmente. Aunque también hace una breve mención a Iberoamérica: Hoy es una realidad dolorosa ver cómo terceros países, sin los vínculos que nosotros tenemos, van incrementando constantemente su presencia en Iberoamérica, por supuesto siempre en detrimento nuestro, afirmando sólidos intereses comerciales y económicos. Desde este punto de vista creo censurable, con todos los respetos, la cancelación de su viaje a Perú y a Ecuador. Usted sabe y es consciente de cómo se esperaba esa visita, de la importancia de la misma y del resentimiento que ha dejado la suspensión del viaje965. Sobre este tema se volverá en el capítulo 5, especialmente por la intervención de Francia en el conflicto.
Tomó entonces la palabra el Sr. Suárez González, miembro del grupo mixto, afirmando que nuestra incorporación a la CEE nos obliga a plantearnos con mayor rigor nuestras relaciones con Latinoamérica. No creo que nadie pretenda alejar de nuestras prioridades la enorme potencialidad de cooperación que Latinoamérica nos brinda y espera de nosotros. Es necesario marcar estrategias paralelas y coordinadas para la obtención de resultados positivos en ambas comunidades. Creo que Europa, con el nuevo impulso que supone la incorporación de España, debe fomentar el diálogo interamericano, apoyar los proyectos de democratización y cambio social, defensa de los derechos humanos y propiciar soluciones a sus graves problemas, como son, entre otros, la deuda externa y la crisis centroamericana966. Mención, por tanto, de nuestro objeto de estudio.
González toma de nuevo la palabra, habla ampliamente sobre Europa. Acerca de Iberoamérica expone que se ha hecho una apelación a dos suspensiones de viajes; no es verdad. Ha habido una suspensión. Ya les dije que he viajado a doce países de Iberoamérica. Comprendo que no son muchos, ya que son 20 repúblicas las que hay, pero doce son bastantes en este período amén de otros muchos y esa suspensión ha sido debida a una circunstancia perfectamente explicable967. Termina con la siguiente afirmación: creo que pocas veces se podría afirmar que España ha recuperado a nivel internacional una dignidad clara como nación democrática, como nación libre y desde luego, ese esfuerzo, que es la continuación del esfuerzo anterior, en estos tres años ha sido muy notable968. De todo lo anterior, se puede deducir que ya no sólo en el caso del Presidente del Gobierno, sino también en el de otras fuerzas parlamentarias, Centroamérica es un tema interesante de cara a la inclusión en la agenda gubernamental. En lo que se difiere, es en el apoyo o no al proceso revolucionario y a las acciones emprendidas por el gobierno y, secundariamente, por Contadora. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados Nº 238; II Legislatura; 1985; Sesión Plenaria Nº 238; Pp 10701. En las contrarréplicas, el Sr. Vizcaya Retana precisa sobre Iberoamérica: la necesidad de incrementar nuestra presencia política, económica y cultural en Iberoamérica. Cuando antes hablaba de que otros países están incrementando sus relaciones con Iberoamérica le estaba diciendo al Señor Presidente que siempre lo están haciendo en detrimento de España, en detrimento de los intereses españoles.
Cuando se introduce un país europeo en un área comercial de Iberoamérica, normalmente es España la que sale, es a España a la que le quitan espacio. Por tanto, sin ejercer un juicio crítico censurable, simplemente le digo: esforcémosnos en que esto no ocurra; esforcémonos en incrementar nuestra presencia. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados nº 238; II Legislatura; 1985; Sesión Plenaria nº 238; Pp 10726.