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Silvia Sosa Cabrera
2.3. EL PROCESO METODOLÓGICO DE UN ESTUDIO EXPLICATIVO DE CASOS MÚLTIPLES
A diferencia de la investigación centrada en la confirmación de hipótesis, la investigación inductiva adolece de un modelo generalmente aceptado de protocolo que guíe al investigador en el proceso de recopilación, análisis e interpretación de la información (Eisenhardt y Bourgeois, 1988; Yin, 1994; Cabrera Suárez, 1998; Bonache Pérez, 1999). Así pues, en ausencia de un protocolo estándar, debemos combinar las diferentes secuencias utilizadas por trabajos empíricos desarrollados y las propuestas teóricas recogidas en algunos estudios para determinar el proceso que seguiremos en este trabajo.
De hecho, para utilizar de una forma eficaz y eficiente los recursos, un diseño apropiado del caso debe ser lógico, sistemático y fácil de replicar (Fox-Wolfgramm, 1997), con el objetivo de (a) permitir la comparación entre fenómenos intraorganizativos, congelando el tiempo y analizando el fenómeno como un todo –análisis sincrónico-, (b) examinar el modelo de desarrollo contrastando períodos anteriores y posteriores al cambio –análisis diacrónico-, y (c) comparar entre organizaciones para generalizar las conclusiones sincrónicas y diacrónicas en escenarios similares - análisis paralelo- (Barley, 1990). En este sentido, el diseño del estudio de casos no puede descuidar las características distintivas de los propios estudios explicativos, aspectos destacados por Bonache Pérez (1999), en contraste con los estudios de naturaleza más cuantitativa, y que podemos sintetizar en:
• No separan el fenómeno de su contexto, adoptando una visión holística en la que no se olvida que el contexto y el comportamiento son interdependientes.
• Parten de un modelo teórico menos elaborado, ya que tratan de construir teorías a partir de las observaciones, siguiendo un procedimiento inductivo.
• La elección de los casos tiene carácter teórico, no estadístico, siendo éstos elegidos por su capacidad explicativa e incluso por ser un caso atípico o excepcional.
• Tienden a utilizar más métodos o fuentes de datos, tales como la observación, las grabaciones, las transcripciones, los documentos, los cuestionarios, etc.
• Otorgan flexibilidad al proceso de realización de la investigación, ya que en función de las respuestas a las preguntas, se puede expandir nuestro marco de investigación, incluyendo nuevas preguntas y refinando progresivamente el marco teórico inicial.
• Se basan en la inducción analítica, no estadística, por lo que no generalizan a una población, sino que infieren hipótesis o generalizaciones teóricas a partir del análisis de campo.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, debemos destacar la propuesta realizada por Pettigrew (1990) para la elaboración de los estudios de casos múltiples o comparativos. Así, en primer lugar, se refiere al caso como una cronología analítica, en la que se recopilan datos, se clarifican las secuencias a través de niveles de análisis, se sugieren las relaciones causales entre los niveles y se establecen los primeros aspectos analíticos, conformando un marcador psicológico del progreso y un preludio necesario para el análisis conjunto de casos. En segundo lugar, se analizan, a través de la diagnosis, los aspectos estratégicos actuales de las organizaciones objeto de estudio, ayudando al proceso iterativo de generación de un modelo inducido y a la construcción de teoría. El tercer eslabón está constituido por los informes preliminares en los que, de forma explícita, se interpreta la narrativa y se relacionan inductivamente las ideas teóricas y conceptuales con las derivadas del análisis de cada caso. Por último, el análisis conjunto de los casos permite ampliar la presentación temática, relacionando conclusiones teóricas y empíricas, a través de los casos, con campos más amplios de la literatura.
Siguiendo las pautas establecidas y teniendo en cuenta que el objetivo del caso explicativo, como hemos mencionado, es inducir un modelo más elaborado que nos permita explicar y predecir el fenómeno estudiado (Bonache Pérez, 1999), podemos representar el proceso metodológico de un estudio explicativo de múltiples casos según la secuencia de la figura 11. Esta cronología analítica se sustenta en cinco etapas diferenciadas, cuyos contenidos se relacionan con: (1) el modelo teórico preliminar, (2) la unidad de análisis, (3) la recopilación de información, (4) el análisis conjunto de la información y (5) la determinación del modelo inducido.
Así, el punto de partida de este proceso lo constituye el “modelo teórico preliminar” (Bonache Pérez, 1999), ya que un proceso de investigación riguroso requiere un diseño de investigación que incorpore la literatura existente relacionada con la materia (Fox-Wolfgramm, 1997). Ahora bien, este modelo teórico puede estar determinado en la literatura organizativa o de cualquier otra disciplina, o puede que sea necesario deducir el marco de referencia a raíz de las consideraciones derivadas de estudios empíricos preliminares (e.g., Lancaster y Morris, 2003; De la Calle Durán y Martín Rubio, 2003), e incluso algunos autores defienden que no se debe partir de ningún marco teórico predefinido. En cualquier caso, la importancia de la configuración de este marco inicial descansa en que el modelo teórico debe servir de guía para la elección de los casos, de las fuentes y de los métodos de análisis; puede incluir conceptos generales que aparecerán especificados en el modelo inducido; y puede que no contenga algunas variables o aspectos que, no estando previstos teóricamente, se han descubierto en el curso de la investigación como componentes esenciales para la explicación y predicción del fenómeno, por lo que se introducirán en el modelo inducido.
Figura 11. Proceso metodológico de un estudio explicativo de múltiples casos
Fuente: Adaptado de Yin (1994), Cabrera Suárez (1998) y Bonache Pérez (1999)
Más concretamente, Yin (1994) establece dos aspectos especialmente relevantes en esta fase, a saber: las cuestiones del estudio y las proposiciones del mismo. Así, las cuestiones a tratar adoptan la forma del cómo y por qué, captando lo que realmente estamos interesados en descubrir, pero sin señalar lo que se debería estudiar concretamente. Para ello es necesario establecer proposiciones teóricas que dirijan la atención hacia algo que debe ser analizado dentro del ámbito del estudio. Estas proposiciones deberían ser el reflejo de cuestiones teóricas importantes y servir como indicador inicial sobre dónde buscar evidencia relevante. Las cuestiones de investigación y las proposiciones que analizaremos en este trabajo, y que constituyen la primera parte del proceso metodológico, se han presentado en el capítulo precedente dedicado a la revisión de la literatura.
A raíz del modelo preliminar, se procede a la definición de la unidad de análisis que es lo que constituye el caso a estudiar, pudiendo tratarse de un individuo, un acontecimiento o una entidad. Al respecto, Rajagopalan y Spreitzer (1997) sugieren que se utilice como unidad de análisis la empresa individual, más que un sector o un directivo. La justificación de tal recomendación se fundamenta en intentar evitar, por un lado, los posibles problemas subyacentes en la agregación sectorial que, en ocasiones, no representa fielmente las condiciones del entorno que operan en el nivel de la empresa individual; y por otro lado, la generalización de aspectos de la empresa a raíz de las opiniones de un solo directivo. Paralelamente, ya hemos puesto de manifiesto la realización de estudios de casos centrados más que en la empresa en sí, en las decisiones, los programas, los procesos de cambio, etc., por lo que, en nuestro trabajo, analizaremos el cambio estratégico desarrollado en una organización, constituyendo este acontecimiento nuestra unidad de análisis.
Ahora bien, es preciso clarificar una serie de cuestiones relacionadas con la unidad de análisis, tales como en qué empresas se van a estudiar y por qué, a qué individuos se consideran decisores, partícipes e implicados en los cambios estratégicos, y el marco temporal del caso bajo estudio. Todas estas cuestiones definen la unidad de análisis y, por tanto, van a determinar tanto la selección de los casos, aspectos que detallaremos en el epígrafe siguiente, como el diseño de los protocolos para la recopilación de los datos. Al respecto, podemos señalar brevemente, que las cadenas autonómicas de televisión constituyen un marco adecuado para nuestro estudio porque están desarrollando cambios estratégicos en aras a obtener cuotas de audiencias superiores, opiniones públicas favorables, cercanía a las comunidades en las que operan, mejores resultados económicos, etc.; de esta forma, sus equipos directivos están impulsando y desarrollando cambios, si bien en algunas ocasiones éstos son recientes, y en otras afectan a un horizonte temporal más amplio, por lo que la temporalidad dependerá de cada caso concreto.
Tras la definición de la unidad de análisis y los procedimientos para la recopilación de la información, nos adentramos en la tercera etapa del proceso metodológico. En esta fase, se procede a la obtención de la información mediante la combinación de técnicas tales como los cuestionarios, las entrevistas, la revisión documental y la colaboración de expertos en el sector (Fox-Wolfgramm, 1997; Dawson, 1997), lo que al mismo tiempo permite realizar un chequeo de diferentes tipos de datos (Cabrera Suárez, 1998) para la construcción de la narrativa sobre el proceso de cambio. La elección de tales herramientas y la descripción de las características de las mismas en este estudio de casos serán tratadas en epígrafes posteriores.
Una vez recopilados los datos, se llevan a cabo los pasos orientados a su análisis: (a) la redacción y revisión de los informes preliminares y (b) el análisis conjunto de la información, la extracción de conclusiones y la validación. En estas fases, no se puede descuidar la relación de los datos con las proposiciones, ya que es preciso encontrar en un mismo caso aquella información que pueda estar relacionada con alguna proposición teórica. Del mismo modo, también es necesario que el diseño de la investigación contemple los criterios para interpretar los descubrimientos del estudio, que hacen referencia a la necesidad de contar con patrones lo suficientemente contrastados para que los descubrimientos puedan ser interpretados en términos de comparación de, al menos, dos proposiciones rivales (Yin, 1994; Fox-Wolfgramm, 1997; Cabrera Suárez, 1998).
Siguiendo esta secuencia, hemos dedicado el capítulo uno a la elaboración del modelo teórico preliminar sobre la génesis y el desarrollo del cambio estratégico fundamentado en el momentum organizativo, y hemos detallado las proposiciones teóricas de dicho modelo. En los epígrafes siguientes, describiremos, respectivamente, los aspectos relacionados con el cambio estratégico como unidad de análisis y las diferentes fuentes que utilizamos para la obtención de la información necesaria. Por último, postergamos a los capítulos tres y cuatro la presentación del análisis conjunto de la información extraída de los casos y la determinación del modelo inducido para explicar, fundamentándonos en la teoría del momentum, el inicio y el desarrollo de los cambios estratégicos.
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