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Los equipos multiculturales en la empresa multinacional

Mª del Pino Medina Brito

 

REALIZACIÓN DEL TRABAJO DE CAMPO

Una vez confirmada la existencia de equipos y la disposición de las empresas a colaborar en este trabajo de investigación, remitimos a las mismas, mediante correo electrónico, una carta formal de solicitud de colaboración de la empresa, solicitada por algunas de ellas para tramitar formalmente la autorización de permisos en niveles jerárquicos superiores (e.g., en la matriz o en direcciones territoriales), así como la carta de presentación del proyecto y el cuestionario que serían remitidos a los miembros del equipo al objeto de que fueran valoradas por los directores de recursos humanos y realizaran las apreciaciones que estimaran oportunas respecto a los mismos. Esto nos permitió recoger diversas consideraciones que no dieron lugar a cambios en el cuestionario.

Obtenida por parte de aquellas empresas que lo precisaban autorización de instancias superiores, procedimos a iniciar, de facto, el trabajo de campo. Éste, específicamente, se inicia la primera semana de diciembre de 2002. A tal objeto, planteamos a las empresas distintas alternativas para articular la cooperación, a saber:

1. Remitir directamente cartas y cuestionarios a cada uno de los miembros integrantes de los equipos mediante correo electrónico (esta opción requería que la empresa nos facilitase tales señas de cada participante potencial).

2. Distribuir personalmente y en formato papel los citados cuestionarios, lo cual requería que la investigadora o la persona de contacto que estableció el vínculo visitara las instalaciones de la empresa.

3. La empresa asigna a un miembro de la organización la tarea de distribuir el cuestionario entre los integrantes de los equipos, ya sea electrónicamente o en papel. En esta tercera opción, también sería un empleado interno a la empresa el encargado de recoger y hacer llegar a la investigadora los cuestionarios cumplimentados. El correo electrónico, el correo postal urgente y el desplazamiento de la investigadora fueron usados, dependiendo del caso, para concluir el proceso de recogida de los cuestionarios cumplimentados.

Dos empresas optaron por la primera modalidad, procediéndose a remitir los cuestionarios por medio del correo electrónico, una tercera solicitó que éste fuera entregado directamente en papel y, finalmente, otras dos prefirieron asignar a un empleado interno a la tarea de distribución y recogida de los cuestionarios que, una vez cumplimentados, fueron enviados por correo electrónico (en un caso) o personalmente y en soporte físico a la investigadora (en el otro caso).

Una vez distribuidos los cuestionarios por los procedimientos anteriormente establecidos, se inicia una larga espera en la que la investigadora recibe los cuestionarios cumplimentados a un ritmo muy lento. Sólo la insistencia de los recordatorios realizados mediante vía telefónica y e-mail, además de la estrecha colaboración de los contactos en dichas empresas, que se interesaron por conocer el avance en la contestación de los cuestionarios y la posible existencia de dudas respecto al mismo, permitieron que, finalmente, se recabaran dichos cuestionarios. De esta forma, la primera semana de junio de 2003 damos por finalizado el proceso al disponer de un total de 47 cuestionarios (40 válidos) correspondientes a 14 equipos de 5 empresas multinacionales. Esta cifra inicial nos parecía oportuna, dadas las advertencias que encontramos en la literatura respecto a la dificultad que entrañaba el proceso por nosotros emprendido y, adicionalmente, superábamos el número mínimo de cuestionarios válidos que habíamos establecido en 35 al objeto de que la muestra no fuera considerada de tamaño pequeño. A pesar de ello, nuestro grado de satisfacción fue muy moderado, dado las expectativas que en nosotros generó la existencia de 101 miembros potenciales.
 

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