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La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.Francisco Luis Sastre Peláez
BARUCH LEV Y LA GESTIÓN DE LOS INTANGIBLES
LAS IDEAS
Naturaleza económica de los activos intangibles
Un activo es, para Lev, una “demanda de beneficios futuros” que, en el caso de los intangibles, no se materializa de forma física o financiera por lo que, si bien son susceptibles de ser definidos, no pueden ser determinados con precisión.
En efecto: con mucha frecuencia no pueden distinguirse los límites entre activos intangibles y otras formas de capital ya que los primeros están absorbidos en los activos físicos y en el trabajo. Este hecho conlleva una considerable interacción entre activos tangibles e intangibles en el proceso de creación de valor.
Existen, según nuestro autor, tres grupos principales de activos intangibles(1), dependiendo de cuál sea su causa generadora:
a) descubrimiento: es decir, éxito en un esfuerzo de I+D, realizado tanto internamente, como en colaboración con otras entidades (alianzas).
Si bien el descubrimiento (la innovación) ha sido siempre una actividad fundamental para las empresas, lo que caracteriza a la organización actual (la empresa basada en el conocimiento) es la “urgencia por innovar”(2).
b) prácticas organizacionales: es decir, la creación de un particular diseño organizativo. Características generales de este diseño son:
- la “desverticalización”: externalizando aquellas áreas en las que la empresa es menos competitiva y/o que implican menor valor añadido.
- la inversión intensiva en las “tecnologías de la información” y sus derivados, así como en la adaptación interna para la innovación.
c) recursos humanos: estos activos se generan por la incorporación a la firma de “personal único”(3), así como por ciertas políticas de compensación (incentivos, inversión en entrenamiento y aprendizaje mediante la colaboración con universidades y centros de investigación).
Los intangibles, al igual que los activos materiales y financieros, están sujetos a las leyes económicas fundamentales de equilibrio entre beneficios y costes. Por ello, es de crucial interés identificar los factores generadores de unos y otros.
a) los factores generadores de beneficio son, según Lev: la “no escasez”(4) (capacidad para ser usados en aplicaciones simultáneas y repetitivas sin perder utilidad) y los “efectos en cadena”(5).
b) los factores generadores de costes. Además de la aparición de ineficiencias en su gestión(6), los principales factores detractores del beneficio son “exclusión parcial” (o, también, “derechos de propiedad difusos”(7) ), “riesgos inherentes”(8) y “ausencia de canales normalizados de comercialización”(9).
Así, y en resumen, la economía de los intangibles, como la de las otras formas de capital, puede reducirse a una tensión entre costes y beneficios. Los beneficios incluirían la escalabilidad, los beneficios incrementados y ciertos efectos en cadena. Por su parte, los costes se refieren a gastos normales relacionados con cualquier activo (adquisición, mantenimiento) así como otros propios de los intangibles (exclusión parcial, elevados riesgos, etc.).
El análisis económico que realiza Lev del capital intangible se condensa, pues, en un modelo unificado de “coste-beneficio”.
1. No obstante, dice Lev, ciertos activos intangibles de gran importancia tienen un origen mixto. Por ejemplo, las marcas, que surgen a menudo como una combinación de innovación y de estructura organizacional.
2. Como lo revela el porcentaje de trabajadores que se ocupa de la innovación (de un 3,8% del total en 1980 a un 5,7% en 1999). Por otro lado, si gran parte de las innovaciones del s. XIX y primera mitad del XX fueron fruto del trabajo individual y sólo más tarde se desarrollaron por las organizaciones, en la segunda parte del s XX la innovación ha sido asumida como una tarea fundamental de las corporaciones, que han dedicado a ella recursos masivos. Lev (2001): cap.1
3. Es decir, no susceptible de ser reemplazado sin elevados costes de formación, socialización, etc.
4. Frente a los activos materiales y financieros que, generalmente, se consumen con un uso único, no pudiéndose emplear en fines alternativos (su coste es, por tanto, el de la “mejor oportunidad perdida”), los activos intangibles pueden ser usados simultáneamente en muchas actividades. Por ejemplo, dice Lev, la tripulación de una compañía aérea sólo puede usarse en un vuelo cada vez, mientras su sistema de reservas y de vuelo pueden servir simultáneamente a un número ilimitado de consumidores. Lev(2001a): cap. 2
5. A causa de su “no escasez” o susceptibilidad de ser utilizados por un número indeterminado de personas, los beneficios de los intangibles se multiplican cuando se vinculan a cadenas de consumidores. Cuánto mayor sea la cadena a la que la empresa esté conectada, mayor beneficio derivará del desarrollo de los activos intangibles aplicados a dicha cadena. Lev ofrece un ejemplo muy clarificador del “efecto cadena” en relación con la entrada de Nintendo, durante el año 1985, en el mercado estadounidense de videojuegos para el hogar. Lev (2001a): cap.2
6. Una de las causas principales que limitan el desarrollo de los activos intangibles en las empresas es el surgimiento de ineficiencias derivadas de la dificultad de gestionarlos. Estas ineficiencias aparecen por causas naturales (es mucho más difícil operar con este tipo de bienes que con activos de otro tipo), pero también como consecuencia de la falta de sistemas adecuados de información a la gerencia y, en concreto, de una contabilidad de costes capaz de desglosar la auténtica creación de valor dentro de la empresa.
7. La exclusión parcial significa que, a diferencia de lo que ocurre con los activos tangibles y financieros, el disfrute exclusivo de los intangibles rara vez puede asegurarse totalmente para el propietario.
8. La inversión en activos intangibles es más intensa en las fases iniciales del proceso de innovación, en las que el riesgo de fracaso tecnológico o comercial es más elevado. Como consecuencia, el riesgo inherente a este tipo de activos es más intenso que el asociado con la mayoría de los activos físicos o financieros. No obstante, con una gestión adecuada, esos riesgos pueden disminuirse sensiblemente (alianzas de I + D, portafolios diversificados de proyectos de innovación, etc).
9. El tráfico comercial normalizado de intangibles es difícil por la propia naturaleza de este tipo de activos: difusos a la hora de ser delimitados con precisión y con estructuras de costes que no conducen al establecimiento de precios estables. Esta situación, no obstante, podría cambiar en poco tiempo si se normalizan convenientemente los intercambios comerciales basados en Internet.
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