La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

MEDIDA Y VALORACIÓN DEL RESULTADO EMPRESARIAL

Clases de medidas

La medida ha de adaptarse y hacerse depender, como hemos visto, tanto de los criterios de determinación del valor como de la naturaleza del objeto que ha de ser analizado.

Refiriéndonos a la empresa y a su actividad, y sabiendo que el beneficio sólo se produce cuando se completa la fase de creación y entrega del valor, encontramos que el objeto más simple portador de resultado será la transacción comercial. Ésta deberá referirse a un objeto (un producto, cierto factor productivo, una actividad, etc.) que, a su vez, se seleccionará según criterios de significatividad para el valorador.

Teniendo esto en cuenta, la medida del resultado podrá referirse: a) a cada transacción (es decir, a cada operación individual o actividad creadora de valor) o b) a conjuntos de transacciones agrupadas, bien por naturaleza (de cierto producto, actividad, departamento), bien por periodo (anual, mensual, diaria).

Por otra parte, es condición de todas las medidas el permitir cierto nivel de cuantificación del fenómeno sobre el que se aplican. No obstante, en el ámbito de las Ciencias Sociales, muy frecuentemente esta cuantificación no podrá ser completa. Por consiguiente, y dependiendo del grado en que posibiliten una precisión numérica del fenómeno a analizar, podremos distinguir dos grupos de medidas: las cuantitativas y las cualitativas.

1. - Medidas numéricas (o cuantitativas propiamente dichas): Presentan todas las ventajas derivadas de sus posibilidades de matematización y procesamiento automático, así como también todos sus inconvenientes. Entre éstos últimos destacamos, para poder ser aplicadas, la necesidad de realizar grandes simplificaciones en el objeto a medir.

2. - Medidas no numéricas (o cualitativas): Se aplican a la investigación de características del objeto dificilmente cuantificables. Presentan propiedades inversas a las cuantitativas; es decir, mayor versatilidad y aptitud para medir manifestaciones complejas y menor precisión y facilidad de procesamiento.

Por la excesiva matematización imperante hasta fechas muy recientes en las Ciencias Económicas, este tipo de medidas no ha gozado de gran aceptación en la Teoría Microeconómica. En las Ciencias Empresariales, donde el componente práctico del conocimiento tiene, al menos, tanta importancia como el teórico, sí se han utilizado con mayor amplitud.