La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

MEDIDA Y VALORACIÓN DEL RESULTADO EMPRESARIAL

1. - INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos del Resultado de la empresa y su medida, nos parece estar usando una terminología clara e inequívoca; referirnos a conceptos elementales sobre los que apenas hay posibilidad de discusión, pero no es así en absoluto. Ocurre que, frecuentemente, cuanto más simple y fundamental es un término, más fácil es confundir la familiaridad en su uso con un auténtico conocimiento.

El peligro de esa tendencia hacia lo fácil y acostumbrado, que todos en mayor o menor medida compartimos, es evidente: al igual que sucede con el hombre de la anécdota, corremos el riesgo de buscar la moneda extraviada no en la zona oscura donde realmente se nos perdiera, sino en aquella parte de la calle que iluminan las farolas. En nuestro análisis de la ganancia nos vence, tal vez, la tendencia a la acción y, simplificando nuestros razonamientos, nos lanzamos tras de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias dando por sentado que entre sus dos columnas se encierra el ámbito entero de lo que, sobre este asunto, merece la pena conocer y buscar.

Pero el Resultado, así entendido, tiene poco significado salvo para el ánimo especulador porque ¿qué le asegura al empresario que, tras obtener la ganancia que nuestra cuenta indica, no vaya a incurrir luego en pérdidas que arruinen su negocio? Por otra parte: ¿Cualquier saldo positivo es suficiente o sería necesario establecer una cifra mínima antes de poder hablar de beneficio? Estas y otras cuestiones decisivas parecen haber sido postergadas por el cálculo contable.

La importancia del Resultado, pensamos, no está solo en servir de base para la medición de una ganancia ocasional sino, sobre todo, en señalar el camino hacia lo valioso, es decir, hacia lo que constituye a la vez, servicio a la sociedad y posibilidad de existencia para la empresa.

Como sabemos, la empresa, por medio del proceso de creación de valor, va generando un medio ambiente particular dentro y fuera de ella misma propicio para la obtención, por las personas que la integran, de sus propios objetivos particulares. Este microentorno, favorable al desarrollo de ciertos valores humanos, va extendiendo sus efectos a la sociedad entera, por medio de ese mecanismo amplificador y diseminador de la innovación ventajosa que constituye el mercado. La medición de los efectos intraempresariales de dicha actividad, el incremento de valor disponible para la organización, la denominamos medida del Resultado o, simplemente, Resultado.

La problemática más nuclear del Resultado, aquella que se ocupa del valor como objeto de la medición, se ha analizado en el capítulo anterior. Ahora, una vez que ya existe un punto de referencia para el cálculo de los efectos de la acción económica, surge un segundo problema: la infinidad de los cambios susceptibles de ser valorados que la actividad compleja de la organización genera. Nuestra medición, para ser significativa (en relación, lógicamente, con los “grupos de interés”), ha de proceder previamente a la selección de aquello que se pretende analizar, y usar para esto de estrictos criterios de representatividad.

Así pues, nos ocuparemos del conjunto de los cambios significativos de valor producidos en la empresa en relación con uno o más de sus grupos de interés. El Resultado será conocido o, mejor dicho, estimado a través de ciertas medidas que analizaremos seguidamente, las cuales deberán ser posteriormente valoradas por cada uno de los grupos de referencia.