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La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

CAPÍTULO 12. EL RESULTADO EMPRESARIAL Y LA RETRIBUCIÓN DEL FACTOR SOCIAL

Función social del beneficio y Resultado Empresarial

La función del beneficio es, por tanto, colaborar al desarrollo de la sociedad y de los individuos que la componen propiciando tanto la elevación general del “nivel de vida” como la creación de desequilibrios patrimoniales individuales.

El concepto de beneficio debe reservarse entonces, y como explicaremos extensamente después, sólo para ganancias que superen a la totalidad de las retribuciones de los factores tradicionales (recursos, trabajo, capital), permitiendo así la formación y el desarrollo de la organización productiva.

La percepción del beneficio así considerado implica, según vimos antes, no sólo el descubrimiento de oportunidades de negocio, sino la sabiduría y el poder para aprovecharlas. El beneficio de una innovación que sea inmediatamente copiada, se distribuirá conjuntamente desde el principio entre el innovador y los imitadores, disminuyendo la retribución particular del primero.

Con el fin de no frustrar la segunda función del beneficio, y permitir que el desequilibrio patrimonial se produzca, es necesario favorecer socialmente, hasta cierto punto al menos, la posibilidad de disfrute por el innovador del rendimiento productivo de su innovación. No obstante, en un sistema de mercado y libre competencia como es el nuestro, la completa protección normativa no es posible, por conducir a situaciones indeseables de monopolio que, si bien facilitarían la función privada del beneficio, dificultarían su función social, al restringir el efecto diseminador de la competencia.

Esto supone que, aunque ciertos derechos (el de propiedad intelectual, por ejemplo) puedan defenderse normativamente, no existe protección efectiva de naturaleza legal para evitar la distribución y disipación del beneficio. La auténtica defensa es de naturaleza económica y se refiere al establecimiento, por el empresario innovador, de “barreras de entrada y movilidad” en su sector industrial y grupo estratégico, así como por la posibilidad de ejercer “represalias económicas” sobre el nuevo competidor. Por otra parte, y como es sabido, el establecimiento de barreras para el disfrute privado del beneficio de la innovación se facilita cuando el productor es una organización y no un pequeño comerciante o empresario individual. Esto es evidente en lo que se refiere a la creación de economías de escala y al desarrollo de la curva de aprendizaje, pero también a los demás tipos de barreras.

Más fácil aún es comprender la relación existente entre tamaño y capacidad de respuesta o de represalia a una acción competitiva. Si el competidor potencial tiene razones para temer que, a su iniciativa de entrada en un mercado, sigan fuertes reacciones comerciales de la empresa ya establecida, probablemente disminuirán las probabilidades de que asuma dicho riesgo. La represalia comercial tiene relación directa, por otra parte, con la capacidad de realizar esfuerzos de marketing; es decir, está relacionada principalmente con el tamaño y potencia financiera de la firma.

Una compañía que dé lugar a una innovación creadora de valor, pero que no disponga de estructura suficiente como para hacerse con el mercado y dificultar la llegada de la competencia, perderá una gran parte del beneficio potencial(1) que generó.

Además, y como ya sabemos, el beneficio sólo puede obtenerse generando valor económico, es decir, identificando metas culturales no satisfechas y optimizando(2) el uso de los recursos disponibles para realizarlas.

Tanto la obtención circunstancial de beneficio económico como, sobre todo, su percepción continuada implican, generalmente, el uso de la organización empresarial. Por ello afirmamos que, para obtener sustanciales beneficios, no basta con el factor capital, sino que es preciso dar lugar a un factor social nuevo que combine y organice los tres anteriores. Este factor se manifiesta especialmente por medio de la institución productiva que denominamos Empresa. Ocupémonos pues, ampliando lo ya dicho en la medida en que sea necesario, del Resultado Empresarial.


1. La idea de beneficio potencial, fundamental en esta etapa de nuestro trabajo, y de la que trataremos extensamente en el capítulo siguiente, se refiere al descubrimiento de mercados atractivos y al desarrollo de ventajas competitivas que permitan aprovecharlos. El beneficio potencial se convierte en beneficio real a medida que se ejercitan en el mercado las ventajas competitivas y se obtiene mayor participación y venta.

2. La optimización implica, como se sabe, dos cosas: eficacia (el establecimiento de los objetivos correctos) y eficiencia (uso adecuado de los recursos en la consecución de los objetivos planteados). Dicho de otra forma más llana, “hacer las cosas adecuadas y de la manera correcta”. 


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