La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

CAPÍTULO 12. EL RESULTADO EMPRESARIAL Y LA RETRIBUCIÓN DEL FACTOR SOCIAL

1. - BENEFICIO ECONÓMICO Y BENEFICIO EMPRESARIAL

Factor social y beneficio económico

Definimos el beneficio económico, en sentido estricto, como la ganancia derivada del uso productivo del factor social.

Este factor, que se aplica a la creación de valor económico por medio de la actividad social organizada, adopta en su funcionamiento dos modalidades principales: la organización empresarial y el mercado consumidor. Ambas instituciones perciben una forma particular de retribución (beneficio económico), que en el caso de la empresa podríamos identificar con el beneficio empresarial, y en el del mercado con el incremento del denominado “nivel de vida” de los consumidores.

A continuación analizaremos esta importante cuestión con mayor detalle:

1. - La organización empresarial: Ya en la primera parte de este trabajo afirmábamos que la empresa, lejos de ser únicamente un instrumento individual de acumulación de riqueza, es la forma en que la Sociedad entera se organiza para producir. En efecto, la empresa no es sólo instrumento, sino sociedad misma y, con las particularidades derivadas de su especialización productiva, reproduce a ésta y la recrea a pequeña escala, como una gota de agua que reflejara el mundo de alrededor(1).

Como hemos dicho antes este factor empresarial, en la medida en que es creador de valor, ha de ser retribuido y lo es, en efecto, por medio del beneficio empresarial(2).

Problema distinto es el del reparto de ese beneficio. En nuestra opinión, y como procuraremos explicar después, la empresa no puede ser objeto, globalmente considerada, de derechos de propiedad. En consecuencia, tampoco el beneficio empresarial ha de ser libremente disponible. Es preciso advertir, ya desde este punto, que “propiedad del capital” y “propiedad de la empresa” son, para nosotros, conceptos distintos, que de ninguna manera deben confundirse.

2. - La Sociedad como Mercado: Del mismo modo que afirmamos que la empresa es la forma en que la sociedad se organiza para producir, podríamos decir también que el mercado es la manera en que se organiza para consumir.

El mercado, que tradicionalmente se considera integrado por los agentes de producción (empresa), intermediación (Estado) y consumo (unidad familiar), se observa aquí por nosotros desde la óptica empresarial y, por así decirlo, “desde adentro” de la propia empresa. Desde esta perspectiva podemos apreciar que, si el Orden Tecnoeconómico (y sus empresas) determina la actividad productiva y la renta social y personal, el Orden Cultural organiza el consumo y dirige el gasto, en tanto que el Orden Legal, por último, establece la infraestructura normativa que hace posible el intercambio.

La organización social misma posibilita, con su división institucional del trabajo, la actividad económica especializada. Sus tres ordenes colaboran para que las empresas y los consumidores generen lo que denominábamos en el capítulo anterior el “mecanismo de la ganancia”. Desde este punto de vista, la sociedad puede considerarse una manifestación del cuarto factor productivo cuya actividad creadora de valor deberá ser, también ahora, compensada mediante alguna forma de retribución o beneficio.

Desde la óptica del consumidor final (unidad constitutiva básica del mercado) el beneficio se materializa en el incremento del nivel de vida, el cual se manifiesta, a su vez, en una disponibilidad progresivamente más amplia de bienes con un mayor valor neto incorporado(3), así como en la mejora en las prestaciones recibidas de los otros dos Ordenes. El primero de estos beneficios se origina directamente en la transacción comercial de compraventa de los productos, en tanto que el segundo se apoya en gran parte en la tributación empresarial, que proporciona un porcentaje significativo de los fondos de funcionamiento a las instituciones políticas y culturales.

Como hemos dicho antes, el resultado o beneficio, desde el punto de vista de la empresa, es la compensación a la organización misma por su participación en el proceso productivo. Se determina descontando del producto del intercambio (ingresos) la retribución total de los demás factores. Así, en una primera aproximación, el beneficio empresarial será la renta residual resultante después de la retribución de los cuatro factores productivos anteriormente considerados: recursos, trabajo, capital y orden social (instituciones sociales).

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1. Algunos de los principales enfoques de la actual Teoría de la Organización, adoptan una visión sistémica de la Empresa, considerándola subdividida en varios subsistemas que responden, de forma bastante aproximada, a los ordenes del modelo social de Bell. El profesor Bueno, por ejemplo, define a la empresa como: “sistema sociotécnico abierto o “sistema de aspectos” compuesto por cinco elementos principales: sistema o aspecto técnico, sistema o aspecto humano, sistema o aspecto de dirección, sistema o aspecto cultural y sistema o aspecto político o de poder, en el que se persiguen unos objetivos básicos a través de un plan de acción común”. Seguidamente representa organizados estos sistemas en tres grupos directamente comparables con los ordenes de Bell. Bueno (1996): 26 y ss.

2. Lo que no quiere decir, lógicamente, que el beneficio se reparta por igual entre todas las empresas. El efecto de la competencia es, precisamente, desequilibrar los repartos con el fín de alejar al mercado del equilibrio estático o “corriente circular”. Este asunto será tratado después con mayor detalle.

3. El valor neto de un producto lo definimos como el sumatorio de todo el valor que incorpora (calidad básica, servicio, prestaciones posventa) y las compensaciones negativas en que hay que incurrir a cambio (precio, desplazamientos, etc.). Ver Kotler (1996): cap.2