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La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.Francisco Luis Sastre Peláez
LOS DEPARTAMENTOS DE LA EMPRESA EDITORIAL
EL DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN
2.1. - Introducción
El departamento de Producción es el encargado de proporcionar un soporte material al trabajo realizado por Redacción, con el fin de hacer posible su difusión masiva. Así, podríamos decir que el cliente incorpora racional y emocionalmente la información preparada por la Redacción, pero siente y percibe la revista tangible creada por Producción.
La denominación de este departamento no es unívoca, como tampoco lo son las funciones que se le atribuyen. Se le identifica, según las compañías, como “Talleres”, “Impresión”, “Máquinas”, etc. Nosotros hemos preferido el término “Producción”, si bien reconociendo que su uso plantea ciertos problemas(1).
En cuanto a sus funciones y contenido, cuestiones estas que se analizarán en detalle más adelante, algunos piensan que su responsabilidad abarca todo el proceso material de la publicación, desde que Redacción entrega el original hasta la puesta del ejemplar en el punto de venta. Otros, sin embargo, somos partidarios de asignar a este departamento un campo de acción más limitado(2).
En nuestra opinión, es necesario desvincular de las actividades propias de Producción las funciones de expedición y de distribución. Éstas serían responsabilidad del subsistema Comercial y, en concreto, del departamento denominado, precisamente, Distribución o Difusión(3).
En el proceso de elaboración del producto terminado, las fases final e inicial de los departamentos de Redacción, Producción y Distribución se imbrican profundamente entre sí, y no es sencillo, por la rapidez con la que evolucionan los medios técnicos y el elevado grado de automatización adquirido en las operaciones, marcar exactamente el punto donde acaba la responsabilidad de un departamento y empieza la del siguiente. Sin embargo, es generalmente aceptado, al menos como criterio de imputación de costes, que la función de Redacción acaba con la entrega del original, aunque la digitalización de éste, y la tecnología disponible, permitieran realizar, de forma semiautomática, la elaboración de la plancha de impresión. Del mismo modo, la función de Producción finaliza con el ejemplar terminado, aunque la mecanización del proceso permita la paletización diferenciada de la tirada y su carga selectiva en los camiones de reparto(4).
El departamento de Producción, por otra parte, tiene un nivel de especialización por producto notablemente inferior al de Redacción. Su actividad es de carácter serial, más susceptible de estandarización y mecanización y, en el fondo, tan profundamente diferente de la función redactora que permite una organización marcadamente autónoma e independiente de aquélla. Esta circunstancia, la neta separación de actividades en la cadena industrial de valor, así como la necesidad competitiva de mantenerse actualizado en el uso de la tecnología y, sobre todo, la exigencia de enormes tiradas para amortizar el elevado coste de aquélla hace que muchas empresas no dispongan de departamento de Producción propio. Aunque es una cuestión que depende del número de revistas de la empresa y de sus tiradas, en la mayoría de los casos es preferible la subcontratación de estas funciones a la inversión para su realización directa.
Por otra parte, el desarrollo de la telemática, esa decisiva alianza entre la informática y las comunicaciones, facilita la desvinculación geográfica entre las plantas de producción y las oficinas y salas de redacción(5).
1. Tal vez el principal de entre ellos, contra el que ya hemos advertido, es el poder transmitir la idea errónea de que sólo este departamento “crea valor”.
2. De la primera opinión es, por ejemplo, Aguado. Aguado (1975): 121.
3. Reconocemos, no obstante, que el problema no es tanto conceptual (separación de tareas comerciales y fabriles) cuanto técnico (al constituir el retractilado y paletizado la última fase de una cadena productiva continua con el proceso de impresión y encuadernado).
4. Nieto parece apoyar esta conclusión cuando, tras incidir en la importancia y carácter específico de los problemas de distribución y propugnar la formación de auténticos especialistas en esta función, la asocia más a la actividad comercial que a la estrictamente productiva. Nieto (1973): 225.
5. Véase, a este respecto, el modelo de producción multilocacional comentado en el capítulo anterior.
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