La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

INDUSTRIA DE LA CULTURA Y EMPRESA INFORMATIVA

La Prensa como industria cultural y el producto periodístico

La prensa escrita se caracteriza por su pertenencia a la industria cultural y, en concreto, al sector de edición continua. Cumple, exactamente, con los requisitos recogidos por nosotros en la definición de este tipo de industria, pudiéndose distinguir claramente en ella las cinco fases productivas características de la “hilera cultural”: la recogida de la información, la elaboración de la información, la formación de un prototipo, la serialización y la distribución” (1)

Esta doble naturaleza, a la vez industrial y cultural, que adopta el suministro informativo a las sociedades masivas, tiene un reflejo no sólo en la configuración de la empresa de prensa, sino sobre todo, y simultáneamente, en la del producto periodístico.

Las características principales del producto periodístico son las siguientes:

1. - Es una mercancía reproducible, serializada y típicamente industrial.

2. - Es un producto con una rotación muy alta en su ciclo productivo: “extrema reducción del ciclo de fabricación-venta” puesto que “la totalidad de las operaciones debe ser realizada y lograda en una duración igual a la periodicidad (de aquél).”(2)

3. - Es producto perecedero y variable, sistemáticamente novedoso. En este sentido, la gestión del producto terminado adopta caracteres muy particulares: elevada caducidad, problemática de la distribución y las devoluciones, rápida destrucción del stock sobrante, etc.

4. - Su difusión es continuada, requiriendo regularidad en el proceso productivo. Este hecho, como ya dijimos, afecta a la creatividad, pues somete a ésta a una relación marcada por la división del trabajo y la organización formal.

5. - Se trata de una mercancía de contenido doble (informativo, en sentido estricto, y publicitario) y con un doble mercado. Este carácter, en nuestra opinión, es auténticamente definitorio de la actividad misma y de una gran trascendencia socioeconómica. (3)

6. - Es una mercancía compleja, incluso en lo que a información se refiere. En la variedad interna el lector debe escoger aquello que le interesa. El producto periodístico moderno es una especie de “supermercado” en el que lo fundamental es que cada cliente encuentre lo que está buscando, aunque no aproveche más que una parte limitada del producto completo. Esta característica es especialmente relevante en el caso de la revista, caracterizándola hasta el punto de afectar a su nombre (magazine 4).

7. - En la prensa diaria se produce una incertidumbre permanente en los ingresos que no afecta sólo a cada número, sino a la suma de números de un periodo y a la actividad empresarial misma. Circunstancia importante que afecta a aquéllos es la interrelación “lectores-tirada-publicidad” (del número y calidad de los lectores depende el producto y su tirada, lo que a su vez determina la publicidad)

8. - La prensa, sobre todo la diaria, está vinculada a un espacio geográfico, fuera del cual pierde su sentido (aunque existen algunos ejemplos de internacionalización). El periódico no suele ser exportable, no ya al extranjero (circunstancia razonable a causa de las barreras del lenguaje) sino también, en el caso de publicaciones de ámbito local, a zonas diferentes del propio país(5). En el caso de la revista la situación es distinta, a causa de su variada temática (no tan tributaria de la “noticia pura”) y, sobre todo, de su más dilatada periodicidad.

Pero es, precisamente, la periodicidad la característica más definitoria del producto periodístico en general, y tan distintiva que recibe de ella su nombre. Así, podemos intentar clasificar los productos periodísticos en los dos grupos siguientes:

a) publicaciones de periodicidad diaria: Son los diarios o, por extensión, los “periódicos”. Como su mismo nombre indica su aparición es diaria(6), circunstancia que condiciona el producto tanto en su elaboración como en su contenido. En efecto, el consumo cotidiano del periódico sólo se justifica por la necesidad de una permanente “puesta al día” de los conocimientos del lector; la protagonista del diario es, sin duda, “la noticia”.

b) publicaciones de periodicidad no diaria: dentro de la enorme variedad de estos productos (que, principalmente, pueden ser semanales, quincenales, mensuales, trimestrales, o anuales) destaca la revista.

La revista es un producto de prensa específico, con ciertas características particulares que la distinguen de las publicaciones diarias: formato, calidad de los materiales, ir dirigido a un mercado amplio (generalmente de masas), importancia de la ilustración, etc.

Constituyendo la revista el producto de referencia para nuestro trabajo, y habiendo reservado para su estudio algunos de los capítulos que siguen, no parece este lugar apropiado para extendernos más, pues incurriríamos luego en reiteraciones innecesarias.

Sí debemos aprovechar, no obstante, el resto de este capítulo para completar nuestro análisis general del producto periodístico al que hemos contemplado, de momento, únicamente desde un punto de vista sincrónico. Es necesario ahora utilizar, además, una óptica diacrónica, evolutiva, porque como ya sabemos, tanto el producto como la empresa, lejos de ser inmutables, van constituyéndose paulatinamente, como frutos que maduran en el árbol particular de una sociedad y de una cultura.

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1. Mathien (1983): 56.

2. Voyenne (1984): 76

3. Mientras Piñuel señala que se elabora un producto doble (la noticia y el espacio publicitario), Holzer resalta la existencia de dos valores de uso (para lectores y anunciantes) y dos valores de cambio. Ver: Holzer (1978): 168

4. El término anglosajón “magazine” tiene su origen en la antigua palabra francesa “magasin” (almacén o tienda en la que se vende de todo), que a su vez deriva del término árabe “makhazin” (almacén o lugar para guardar cosas). Así, la revista estaría caracterizada por la variada naturaleza de sus contenidos. Ver: Álvarez (1987): 162 y Cabello (1999): 17

5. A causa de la necesaria vinculación del periódico con la cultura e intereses inmediatos de la región en la que el ejemplar se publica.

6. No es preciso que el diario, para ser considerado tal, se publique siete veces por semana. Según el Reglamento de Trabajo de la Oficina de Justificación de la Difusión para el Control de publicaciones Periódicas (modificación de 1 de junio de 1969) establece que toda publicación periódica, con continuidad en el título y en el tiempo, que se edite, al menos, cuatro veces por semana, será considerada diario. Una publicación inferior a cuatro números por semana será considerada revista. Ver Cabello (1999): 20

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