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La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.Francisco Luis Sastre Peláez
EL SECTOR INDUSTRIAL Y LAS AGRUPACIONES DE EMPRESAS: GRUPOS ESTRATÉGICOS, GRUPOS EMPRESARIALES Y ALIANZAS ESTRATÉGICAS
El problema del crecimiento
Como primera aproximación al fenómeno del crecimiento empresarial, tomamos la oportuna definición proporcionada por la AECA (Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas): “El crecimiento de la empresa representa el desarrollo que está alcanzando la misma, manifestado tanto por el incremento de las magnitudes económicas que explican su actividad como por los cambios observados en su estructura económica y organizativa”(1)
Crecimiento y poder empresarial (poder sobre el entorno o, mejor dicho, sobre el mercado) son conceptos estrechamente relacionados, en la medida en que el poder económico de la empresa se manifiesta especialmente en la cuota de mercado y ésta depende, en gran medida, de su tamaño(2). El significado del crecimiento empresarial, sin embargo, puede concretarse de varias formas, según el punto de vista que se adopte:
a) bajo una óptica financiera, hace referencia a una ampliación de la estructura de la empresa (tamaño) y el correspondiente efecto en las cuentas de activo de su Balance. El incremento de la actividad, reflejada en el volumen de negocio (ventas), no es “crecimiento” propiamente dicho sino, más bien, su fuente de financiación.
b) desde el punto de vista de la producción nos referimos a un incremento en la actividad derivada, bien de un aumento en la cantidad de medios de producción disponibles (adquisición de factores productivos adicionales), bien de un incremento en su calidad (mejoras por cambios de tecnología) o, también, a causa de una mezcla de ambas.
Los incrementos derivados de aumentos de eficiencia que no impliquen alguna de las circunstancias anteriores no suelen considerarse crecimiento, sino mejoras en el funcionamiento de la capacidad instalada.
c) desde un punto de vista comercial, crecimiento es desarrollo del negocio, es decir, del producto-mercado en que trabaje la empresa.
La atención a cada producto-mercado exige destinar a él una parte de los recursos de la firma, una subunidad organizativa de la misma denominada U.N.E. (unidad estratégica de negocio). En consecuencia, la ampliación de un negocio implica generalmente, aunque no siempre, la extensión de la UNE correspondiente o la incorporación a la organización de otras nuevas; en otras palabras, el crecimiento estructural reflejado en una mayor participación en el mercado.
Los objetivos del crecimiento se refieren, principalmente, a la creación de ventajas competitivas. Éstas se reflejan en una mayor productividad (derivada de economías de escala, efecto aprendizaje, etc.) y/o poder de mercado(3). Tanto uno como la otra se medirán, finalmente, en términos de cuota de mercado y de rentabilidad.
Utilizando la acepción comercial, que nos permite una perspectiva más integradora, las posibilidades de crecimiento son fundamentalmente tres: en intensidad (penetración, desarrollo de productos y desarrollo de mercados), por integración (horizontal y vertical) y por diversificación(4).
Las distintas opciones de crecimiento intensivo pueden ser representadas en la llamada “matriz de Ansoff”(5), que presentamos en la Figura 4.2 muy ampliada, con el fin de abarcar también las otras dos modalidades de crecimiento.
Problema distinto es el de la complejidad (entendida como el número de negocios diferentes en los que se ocupa la empresa simultáneamente). Si bien la complejidad está relacionada con el crecimiento, no todo crecimiento produce complejidad. Ésta se origina, sobre todo, en los procesos de integración y diversificación, siendo indiferente, en principio, que el procedimiento seguido haya sido interno o externo(6).
Otro asunto de importancia, directamente vinculado con el crecimiento, es la cuestión del tamaño óptimo de la empresa. Digamos, brevemente, que el tamaño empresarial puede analizarse atendiendo a tres dimensiones, que podríamos describir como contingencia (determina las opciones y oportunidades de la organización), eficiencia (obtención de sinergias(7)) y fuerza competitiva(determina la “fuerza de marketing”)(8).
Figura 4.2. Resumen de las diferentes estrategias de crecimiento
(desarrollo de la “matriz de crecimiento intensivo” de Ansoff)(9).
Por otra parte, si las ventajas del tamaño no tuvieran un límite, es decir, si funcionara sin restricciones la “ley de rendimientos crecientes” (que estipula, en resumen, que con el tamaño aumenta la eficiencia) nada impediría que se llevara a cabo ese proceso de concentración sin fin que, de forma un tanto simplista, pronosticaba Marx. No obstante, hoy es evidente que esto no puede ser así, pues existen una serie de factores que provocan que, a partir de cierto punto, la mencionada ley invierta su sentido(10). Coase concluye que, para determinar el tamaño óptimo de una empresa debemos tener en cuenta, por una parte, los costes que implica usar el mercado (es decir los costes de transacción, costes necesarios para usar el sistema de precios) y, por otra, los costes de organización de la propia empresa. Hay un punto a partir del cual el crecimiento no crea eficiencia, sino ineficiencia.
Por mi parte desearía resaltar, para terminar este punto, lo siguiente:
1. - El condicionante fundamental es la cuota de mercado y su evolución: De nada servirán las eficiencias alcanzadas en la producción y comercialización si el producto no se vende en proporción suficiente. La atención a cuestiones como el mercado potencial, la demanda global o el nivel de competencia, por ejemplo, es crucial. Es preciso considerar también el ciclo de vida del producto-mercado, que determinará el plazo para recuperar nuestra inversión y, por tanto, la referencia temporal de la planificación del beneficio.
2. - La naturaleza del producto es importante también. Será más recomendable el crecimiento en aquellos tipos de producción masiva en los que funcionen las economías de escala o el efecto experiencia. Las tecnologías muy volátiles, productos de ciclo de vida muy corto, etc., pueden invalidar las ventajas de la reducción de costes obtenidas por el incremento en volumen.
3. - La organización (en sentido amplio) es el tercer condicionante. No cualquier empresa es capaz de asumir tasas de crecimiento elevadas, sobre todo teniendo en cuenta los graves problemas de índole financiera, organizativa, cultural, etc. que provoca el crecimiento.
4. - Pueden existir alternativas más rentables que el crecimiento (en sentido estricto(11)): Me refiero especialmente a las Alianzas (estratégicas o tácticas), aunque también a estrategias centradas en la especialización o concentración.
1. AECA (1993).
2. Ver Bueno y Morcillo, (1993): 57 y ss.
3. “Cuando una empresa tiene capacidad para modificar las condiciones de mercado a su favor en un horizonte temporal no preciso se dice que ostenta un poder de mercado”. Bueno y Morcillo (1993): 167.
La manifestación más normal del poder de mercado es la posibilidad de aumentar los precios por encima de los de la competencia, basándose en la diferenciación del producto. Ver, por ejemplo, Lambin (1991): cap. 7
4. Ver Kotler y otros (1996): cap.3
5. Con el fín de representar las posibilidades de crecimiento intensivo, Ansoff diseñó la denominada “matriz de crecimiento intensivo”. Igor Ansoff. “Strategies for Diversification”. Harvard Business Review, sept-oct.1957, p.114. Citado por Kotler y otros (1996).
6. Habiendo definido la complejidad de una forma objetiva: número de negocios (productos-mercado) en que se ocupa la empresa en un mismo período de tiempo, es indiferente el medio empleado para llegar a esa situación. Ello no quiere decir, lógicamente, que no revista una transcendental importancia la adecuada selección entre uno u otro de los métodos pues, implicando cada uno una problemática distinta, sus costes para la empresa también serán diferentes.
7. El efecto “economía de escala” consiste en la reducción del coste medio unitario que se produce cuando se incrementa el volumen de producción en un período considerado. Al crecer la capacidad de las plantas, crece el número de unidades producidas por período significativo de tiempo, reduciéndose los costes unitarios. El motivo principal de que esto suceda es el reparto de los costes fijos (que no dependen del volumen de producción) entre un número superior de unidades producidas, la reducción de costes de proveedores por mayores volumenes de pedido, etc.
La “sinergia” (sinergia positiva) se produce cuando una adecuada combinación de factores permite obtener resultados más ventajosos que los que se hubieran producido por la utilización aislada de dichos factores.
Condición previa indispensable para el pleno aprovechamiento de las sinergias productivas es el disponer de una cuota de mercado suficiente que permita absorber el incremento de producción o, al menos, la expectativa fundada de llegar a obtener dicha cuota en el período planificado.
8. Como nos recuerda Lambin la fuerza, en el ámbito de lo comercial, significa fuerza de ventas y esfuerzo de marketing. Así, si la “fuerza de marketing” depende del tamaño éste es fundamental, además, porque las cuotas de mercado tienden a repartirse entre marcas o empresas proporcionalmente a la cantidad y calidad de los recursos de marketing utilizados Ver Ries y Trout (1993): 11 y ss.
Por otra parte, en cierto tipo de mercados (poco diferenciados, en los que pueden darse economías de escala, así como el denominado “efecto experiencia” etc.) se comprueba experimentalmente que existe una relación entre cuota de mercado y rentabilidad. Los estudios parecen demostrar que, en estos productos-mercado, la rentabilidad media de las inversiones antes de impuestos es del 9% para una cuota de mercado menor del 10%. Por término medio una ganancia de 10 puntos en cuota de mercado se acompaña de un crecimiento de rentabilidad de 5 puntos. Ver Lambin (1991): cap. 8
El “efecto experiencia” o “ley de experiencia” es una particularización del “proceso de aprendizaje”, observado inicialmente por Wright (1936) y formalizado por la Boston Consulting Group (1968). La “ley de experiencia” estipula que “el coste unitario del valor añadido de un producto homogéneo, medido en unidades monetarias constantes, disminuye en un porcentaje fijo y previsible cada vez que la producción acumulada se duplica”.
9. Tomada de Fernández y Fernández (1988): introducción.
10. Coase formula su crítica a la “ley de rendimientos crecientes” de la siguiente manera: Algunas veces se ha supuesto que una empresa está limitada en cuanto a su tamaño en el caso de competencia perfecta si su curva de costes tiene pendiente positiva. En realidad, está limitada porque no se originarían beneficios al alcanzar una mayor producción que aquella en la que los costes marginales igualan los ingresos marginales. Coase (1994): 46 y ss.
11. Como se verá más adelante, cuando nos ocupemos de las alianzas estratégicas, éstas pueden ser consideradas la forma más sofisticada de crecimiento, en comparación con los sistemas clásicos de crecimiento patrimonial (adquisición de elementos de activo fijo) o financiero (compra de acciones y demás títulos de propiedad).
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