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Influencia de la legislación en la información medioambiental suministrada por las empresas
Enrique Rafael Blanco Richart
Contabilidad y Medio Ambiente
Introducción
En el primer capítulo comprobamos que ante el problema histórico de la relación entre economía y medio ambiente, los representantes de un nuevo análisis económico intentan resucitar en sus trabajos la íntima relación que guardaban ambas en el primer modelo económico elaborado por los fisiócratas, en especial por Francois Quesnay en su Tableau oeconomique.
A su vez la contabilidad como disciplina académica y herramienta de trabajo económico también está inmersa en el mismo intento de reflejar en sus informaciones financieras la influencia del medio ambiente en el desarrollo de las actividades económicas.
Tradicionalmente la contabilidad ha sido tratada como un campo de conocimientos científicos vinculado a la economía, derivado de la economía de empresa, muy tecnificado y profesionalizado. La contabilidad ha tenido una concepción utilitarista y mecanicista del proceso de elaboración de la información contable por lo que se considera a la contabilidad como un conjunto de técnicas de registro de los hechos económicos, útil y necesario, aunque secundario para el desarrollo de otras parcelas de la economía de empresa[1].
Este enfoque ha supuesto una visión parcial del entorno en el que opera, ya que la contabilidad tiene un enfoque social y las prácticas contables persiguen la creación de una imagen de la realidad a la que se aplican; transformando los flujos físicos en cifras, sus diferencias cualitativas y cuantitativas en valores financieros, etc. es decir convierte cualidades en cantidades.
La contabilidad se define dentro de un marco económico determinado y dicho marco está evolucionando con cierta rapidez, pero el marco aún predominante es el de una economía de mercado, con propiedad privada de los medios de producción, decisiones económicas dispersas y ánimo de lucro, que ha generado distintos desvalores como:
· El uso desenfrenado y la utilización sin “número, peso ni medida” de las materias primas y, en general, de los bienes de la tierra tanto reciclables como no. El favorecimiento del consumismo desmesurado.
· Todo ello mesurado financieramente con la regla de la mayor ganancia posible.
· El desarrollo de la idea de producir lo antes posible, lo más posible y lo más barato posible para sobrevivir ante la dura competencia[2].
Desde el anterior marco se camina hacia un nuevo entorno económico donde se entiende la economía como social de mercado[3] y agrega a las implicaciones de ésta, la responsabilidad social de la unidad económica, lo que supone limitaciones en cuanto a la propiedad privada, las decisiones económicas no coordinadas y la finalidad de lucro[4].
La responsabilidad social que se le asigna a la nueva economía social de mercado, supone una alteración de los contenidos que, en la información financiera, ha de suministrar la unidad económica, debiendo estar entre ellos la situación medioambiental lo que supone asumir un respeto hacia el medio ambiente en sus operaciones, ya que cada vez son más los sectores de la sociedad que dan mayor importancia a los problemas medioambientales y esta evolución implica que los usuarios de la información contable, como parte importante del entorno donde se desarrolla la actividad económica, impulsan los cambios a efectuar en la presentación de dicha información.
El medio ambiente está en crisis, pero crisis no significa solamente problemas, también significa oportunidades[5] , ya que las normas cada vez más rigurosas impulsan la innovación y ésta crea nuevos mercados y nuevas oportunidades, demostrando la experiencia que los sistemas de gestión medioambiental generan ahorros de costes y mejoras de competitividad, por lo que la protección medioambiental está empezando a ser considerada por las empresas como un valor añadido de su imagen empresarial por la posibilidad de obtención de beneficios futuros a largo plazo al ver mejorada su competitividad ante un mercado cada vez más sensibilizado con el medio ambiente.
Consecuencia de las nuevas estrategias será que a los objetivos tradicionales como son la obtención de beneficio y la permanencia de la empresa, se deberán incorporar otros como son la mejora de la calidad de vida y del medio ambiente, y a su vez el mantenimiento de los recursos amenazados por el uso abusivo. Esta implantación de mecanismos que sigan la gestión medioambiental de la empresa es consecuencia de una triple demanda[6]:
· La internalización de los valores medioambientales en sus decisiones.
· Una mayor presión de los distintos grupos sociales en demanda de unas condiciones medioambientales que mejoren la calidad de vida.
· Las medidas adoptadas por los poderes públicos, con el fin de alcanzar un equilibrio entre la actividad económica y un mantenimiento cualitativo de las condiciones ambientales.
En esta situación de cambio además de nuevas necesidades, aparecen nuevos problemas que van a dificultar los cambios necesarios para la incorporación del medio ambiente al entorno empresarial, entre éstos podemos mencionar:
1.- La aparición de una nueva clase social dominante que no está ligada a la propiedad de la empresa (accionariado) sino a su control (dirección, ejecutivos y administración), clase social que secuestra el poder reduciendo, limitando o eliminado los derechos políticos y económicos de los accionistas[7], lo que a su vez dificulta el desarrollo del concepto de responsabilidad social tan necesario para el reconocimiento e integración del problema ambiental en la actividad empresarial.
2.- Y además el entorno económico; como marco del desarrollo de la Teoría contable, está sujeto a un cambio mucho mas profundo con la llamada “nueva economía” que supone, a nivel mundial, una mayor alteración del marco económico clásico. Esta “nueva economía” se caracteriza por los siguientes rasgos[8]:
· El descenso de la tasa de paro a límites de “tasa natural de desempleo”.
· Generación de ganancias por incremento de la productividad.
· El conocimiento como factor de producción. (Los intangibles).
· La estabilidad del crecimiento económico y del ritmo de variación de los precios. Lo que supone abandonar la vieja presunción de que la disminución de la tasa de desempleo supone un riesgo de inflación.
· El mayor protagonismo de los mercados financieros en el escrutinio de la gestión empresarial, frente a la clásica financiación bancaria.
· La “Globalización” de la economía debido a la liberalización y a la desregulación de sectores básicos de ésta.
· Intenso desarrollo de las tecnologías de la información y su generalización.
· Una mayor disposición a asumir riesgos y una mayor tolerancia con el fracaso. El riesgo es el elemento diferenciador.
Esta nueva economía altera el marco económico de manera sustancial y por lo tanto afecta a las empresas en múltiples campos y áreas:
- El trasvase desde el sector secundario al terciario, lo que supone redefinir las funciones, estrategias y modelos de organización empresarial, propiciando la aparición de nuevas empresas que ponen en entredicho el status quo anterior.
- El paso de estrategias basadas en los competidores a pensar en los potenciales colaboradores, lo que intensifica los procesos de concentración.
- Un cambio en los sectores maduros de la economía, hacia la atención directa al consumidor como verdadero soberano de la nueva economía.
- Una alteración en la organización de las empresas para aumentar la flexibilidad en la toma de decisiones con mejor aprovechamiento de la potencialidad del capital humano, desarrollando el concepto del individuo como unidad orgánica relevante.
- La asignación más eficiente del capital con la aparición del capital-riesgo. Ahora son las expectativas el concepto clave en los nuevos esquemas de valoración de las empresas, sustituyendo en gran medida a las evidencias de las cuentas de resultados o recursos propios de las empresas.
Tras esta sucinta reflexión sobre la teoría contable y su evolución histórica, resaltando especialmente que la ciencia contable se engloba dentro de las Ciencias Sociales lo que representa una dificultad de modelizar comportamientos, pasaremos a reflexionar sobre el Marco Conceptual, en sus aspectos básicos, intentando insertar el problema medioambiental en su itinerario lógico-deductivo.
[1] Carrasco Fenech, Francisco - Larrinaga González, Carlos. (1996). El poder constitutivo de la contabilidad: Consideraciones sobre la cuestión medioambiental. Incluido en Ensayos sobre Contabilidad y Economía.(Homenaje a Sáez Torrecillas). ICAC. Tomo II.
[2] Higuera, Gonzalo. (1991). “Ecología y empresa”. Boletín de Estudios Económicos. Nº 144, pag. 528.
[3] A.E.C.A. (1999). El Marco Conceptual para la Información Financiera. Madrid.
[4] Martín Bueno, José Melchor. (2000). “El marco conceptual de la A.E.C.A.: ¿Teoría científica o juego político?”. Técnica Contable. Nº 622, octubre. Pag. 707.
[5] Archel Domenech, Pablo. (2001). “El nuevo marco medioambiental europeo: Implicaciones para la contabilidad”. Partida Doble. Nº 125. Septiembre. Pag. 68.
[6] Muñoz Rodríguez, Carmen. (1997). “Los sistemas contables y el medio ambiente”. Partida Doble, nº 76, marzo. Pag. 39.
[7] Martín Bueno, José Melchor. (2000). Art. Cit. Pag. 709.
[8] Ontiveros, Emilio. (2000). “La nueva economía”. Claves de razón práctica. Nº 103, junio. Pag. 16-22.
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