¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA DECISIÓN DE COOPERAR TECNOLÓGICAMENTE?
Eunice Leticia Taboada Ibarra
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La finalidad de este capítulo ubicar y definir a la cooperación tecnológica inter firma (CTIF), para inmediatamente después proceder a explicarla desde las teorías de los costos de transacción, recursos y evolutiva.
Las preguntas que se responden a lo largo del capítulo son las siguientes: ¿cuál es la relación entre coordinación y cooperación?, ¿cuál es la naturaleza y cuáles son los principios de la cooperación?, ¿qué es la cooperación tecnológica ínter firma? y ¿cómo se explica desde las perspectivas de los costos de transacción, recursos y evolutiva?
El capítulo está organizado de la siguiente manera: en el punto uno se establece la diferencia entre la coordinación y la cooperación, y se profundiza respecto a la esta última; en el punto dos se define la cooperación tecnológica inter firma; en el punto tres se lleva a cabo la lectura de la CTIF desde las teorías de los costos de transacción, recursos y evolutiva, y en el punto cuatro, se presentan las conclusiones. En éstas se reflexiona respecto a la explicación y contraste de la lectura de la CTIF desde las teorías antes mencionadas.
1. ¿Cuál es la Relación entre Coordinación y Cooperación?, ¿Cuál es la Naturaleza y Cuáles son los Principios de la Cooperación?
Apuntar la diferencia entre lo que se entiende por coordinación y cooperación resulta fundamental para la presente investigación porque permite ubicar y definir con precisión el objeto de estudio y con base en ello, clarificar y distinguir los planteamientos teóricos al respecto. Para empezar se señala que en el plano de la teoría económica algunos planteamientos reconocen la coordinación, pero no la cooperación.
Coordinar (organizar) significa disponer las cosas metódicamente; concertar medios, esfuerzos, etc, para una acción común; cooperar es obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin . Si se considera solamente la definición de estos conceptos parece que la cooperación y la coordinación son sinónimos. Sin embargo, en el ámbito económico hay una diferencia importante.
Las actividades económicas deben ser coordinadas para que funcionen bajo cierto orden o secuencia; los agentes económicos determinan cómo se lleva a cabo tal coordinación. Existen diferentes formas para hacerlo y una de ellas es a través de la cooperación.
Al respecto Richardson apunta que, “la división del trabajo, sobre la que depende la riqueza de las naciones, requiere de la existencia de medios por los que las actividades especializadas puedan ser propiamente coordinadas” (Richardson,1998a:44). Para él, en un régimen de libre empresa, la coordinación puede ser espontánea o planeada y se presenta de tres formas (Richardson,1972): mediante transacciones de mercado (espontánea), a través de dirección (planeada) y por medio de cooperación (planeada). La forma de coordinación seleccionada dependerá de la naturaleza de las actividades involucradas en cada empresa, de las características de la misma y del medioambiente en que se desenvuelve .
Otro criterio que permite ubicar a la cooperación como una alternativa de coordinación de recursos es su potencialidad diferenciada para que la empresa acceda a información y con ello enfrente mejor la incertidumbre (Simon, 1991) y cuente con flexibilidad y coherencia para responder a los cambios del entorno (Milgrom y Roberts, 1992).
Es así que la cooperación inter firma puede ser considerada una modalidad de una de las dos formas de coordinación de recursos que Simon (1991) presenta cuando distingue entre organizaciones y mercados o que Milgrom y Roberts (1992) describen cuando se refieren a una de las dos formas alternativas extremas de coordinar la actividad económica (sistema central o descentralizado).
Para Simon, es “amplio rango de convenios organizacionales observables” (Simon,1991:10) y como expresión de este hecho es que sin recurrirse a la integración vertical es factible acceder a la información especializada necesaria con la calidad y cantidad requeridas, extendiendo las particularidades de la organización (relaciones de autoridad, fundamentos motivacionales y especialización) más allá de los límites de la misma. Esto explica el intercambio masivo de información que caracteriza a las grandes organizaciones de la vida moderna , al mismo tiempo que permite ubicar a la cooperación inter firma como una alternativa de coordinación de recursos de la organización.
Por su parte, Milgrom y Roberts (1992) explican la expansión de la producción de las economías más avanzadas por la especialización que han llevado a la práctica. Esta especialización, implica mayor interdependencia del trabajo de los demás y presenta la necesidad de planear y coordinar las actividades de la gente de manera que los recursos limitados que tienen a su disposición sean utilizados eficazmente. En la coordinación de la actividad económica el problema clave es que los agentes cuenten con la información precisa para determinar el mejor uso de los recursos en un entorno en el que se requieren respuestas flexibles y coherentes. Para estos autores las dos formas “alternativas extremas” de coordinación son el sistema descentralizado (mercado) y el centralizado y “en realidad las economías son una mezcla de estas dos soluciones” (Milgrom y Roberts,1992: 60). Así, la centralización de las decisiones es cuestión de grado y en ello incide la naturaleza de la información y de las capacidades tecnológicas de los agentes, lo que propicia que la empresa, por distintos sistemas de coordinación interna, ponga en práctica las estrategias y planes para alcanzar sus objetivos. Una de estas estrategias es la cooperación inter firma.
De esta manera se tiene que la cooperación es una alternativa de coordinación de recursos. Esta modalidad se ubica como una forma de coordinación planeada (Richardson), de convenio organizacional (Simon) o de coordinación centralizada (Milgrom y Roberts). La determinación de la empresa respecto a seleccionar esta opción de coordinación no es un proceso sencillo en la medida que involucra la consideración y evaluación de múltiples factores (información, comunicación, especialización, incertidumbre, mecanismos de autoridad e incentivos, entre otros).
Para concluir este primer punto introductorio, conviene tener presente algunas de las especificidades o propiedades intrínsecas de la cooperación. Para tal efecto se refiere el planteamiento de Chester Barnard (1938) .
Se retoma el trabajo de este autor por tres razones: (i) porque su temática central es respecto al origen y naturaleza de la cooperación (hechos que interesa tener claros para entender por qué una empresa se relaciona con otra cooperando), (ii) porque en su el planteamiento se encuentran elementos fundamentales de las teorías de los costos de transacción, recursos y evolutiva (en este sentido, es un primer avance respecto a la posibilidad de explicar la cooperación tecnológica inter firma con elementos de las mismas) y, (iii) porque, no obstante que este autor explica el funcionamiento de la empresa como coordinadora de recursos a través de la cooperación interna de los mismos, se considera que los elementos por él señalados se presentan también en las relaciones de cooperación entre empresas, por lo que permiten comprender la naturaleza de este tipo de cooperación.
Barnard define a la organización formal como “esa clase de coordinación entre los hombres que es consciente, deliberada, dotada de un propósito” (Barnard, 1938:4). Parte de considerar que la cooperación surge de la necesidad del individuo por alcanzar un propósito para el cual es biológicamente desigual (unequal), esto es, los individuos tienen propiedades diferentes (facultades biológicas o y capacidades individuales distintas), lo que da lugar a que su capacidad de elegir esté restringida por las limitaciones “que imponen conjuntamente los factores físicos, biológicos y sociales” (Barnad, 1938:15).
De esta forma, la manera efectiva de superar las limitaciones es mediante la cooperación, para lo que se requiere la adopción de un grupo y de un propósito no exclusivamente personal. Con la cooperación de otros individuos se da lugar a un sistema constituido por elementos biológicos, psicológicos y sociales que cambia constantemente, por lo que la sobrevivencia de la organización “descansa en el mantenimiento de un equilibrio de carácter complejo en un medioambiente continuamente fluctuante de elementos, materiales y fuerzas sociales, biológicas y psicológicas, que demandan de reajustes internos a la organización” (Barnard, 1938:6).
Para que la cooperación persista se deben cumplir dos condiciones: que sea efectiva y eficiente. La efectividad “se relaciona con el logro del propósito para el que se coopera, el cuál es de carácter social y no personal; lo eficiente se relaciona con la satisfacción de los motivos individuales, y es de carácter personal. [...] La prueba de efectividad es alcanzar el propósito común, es mesurable; la de la eficiencia es la reacción positiva de suficientes individuos con voluntad para cooperar” (Barnard,1938:60).
Así, la sobrevivencia de la cooperación depende de dos clases de procesos interrelacionados e interdependientes: “aquellos relacionados con el sistema de cooperación como un todo en relación con el medioambiente y los relacionados con la creación y distribución de satisfacción entre los individuos” (Barnard;1938:60). La falla en alguno de estos procesos y en la combinación de ambos provoca la inestabilidad en la cooperación.
Debido a que se busca que la cooperación sea eficiente y efectiva, esto es, que se alcance el propósito y se satisfagan los motivos que le dieron origen, se requiere que las personas: (i) sean capaces de comunicarse, (ii) estén dispuestas a contribuir y (iii) tengan un objetivo común. Por lo tanto, los elementos de una organización son la comunicación, la disposición a servir y el tener un propósito común.
(i) El propósito común debe ser de conocimiento colectivo, por lo que de alguna forma debe ser comunicado. “El método de la comunicación se centra en el lenguaje oral y escrito. [...] La percepción ‘observacional’ es un aspecto importante de la comunicación, debido a las limitaciones de lenguaje y a las diferencias en las capacidades lingüísticas de aquellos que lo usan. Un elemento fundamental en la experiencia y entrenamiento especial y en la continuidad de la asociación, es la habilidad de entender sin palabras, no solamente la situación, sino también la intención” (Barnard, 1938:90) . Para que la comunicación en sus diferentes modalidades se dé, la organización se rige jerárquicamente en líneas formales de autoridad y comunicación.
(ii) La disposición de los individuos para contribuir en un sistema de cooperación es indispensable y, el que tenga lugar, desde el punto de vista de la organización, tiene que ver con el efecto conjunto de los incentivos objetivos ofrecidos y de las cargas que se imponen. El resultado neto es en su totalidad personal y subjetivo, por lo que la cohesión de esfuerzos en la cooperación depende de motivos individuales y de los incentivos que la organización proporcione para satisfacerlos.
(iii) La disposición de los individuos no puede desarrollarse sin un objetivo de cooperación, tal objetivo es el propósito de la organización. “La necesidad de tener un propósito está axiomáticamente implícita en las palabras ‘sistema’, ‘coordinación’, ‘cooperación’. Es algo claramente evidente en muchos sistemas de cooperación observados, a pesar de que a menudo no está formulado en palabras, y algunas veces no puede ser formulado en esos términos” (Barnard, 1938, 86). El propósito no incita a cooperar a menos que sea aceptado por los que conforman la organización.
Para asegurar y mantener la contribución a la organización, “se requieren varios incentivos y de un poco de persuasión”. En este caso los incentivos deben verse como condiciones de trabajo que hacen el empleo positivamente atractivo o menos oneroso y deben construirse considerando, tanto aspectos objetivos como subjetivos En el primer caso se utilizan propiamente los incentivos objetivos y, en el segundo la persuasión para cambiar las actitudes subjetivas .
Finalmente, se destaca que si bien la cooperación tiene lugar ante las limitaciones de los individuos, la limitación de alguna manera hace a los mismos especializados para realizar ciertas cosas. Con la cooperación se genera especialización por la complementariedad de los agentes y por la sinergia que se crea del actuar conjunto de una serie de factores. De esta manera, los fines de la cooperación no pueden ser alcanzados sin la especialización de sus miembros y la que se genera en grupo.
Al considerar la naturaleza y los principios de la acción cooperativa al interior de la empresa, es posible concluir que prevalecen en la cooperación inter firma. Lo que cambia es la forma e intensidad de los mecanismos que tienen las empresas para lograr que la acción cooperativa se dé y sea efectiva y eficiente (que se alcance el propósito y se satisfagan los motivos que le dieron origen).
En ambos casos se busca superar los límites individuales y colectivos de los agentes involucrados con la finalidad de alcanzar un propósito común, para lo cual la comunicación entre las partes y la disposición a servir o cooperar son los elementos fundamentales para el logro de los fines particulares y del grupo. También en ambos casos, la actividad directiva (en este caso de las firmas cooperantes) tiene un papel trascendente en la medida en que da lugar a que la cooperación misma se dé y se mantenga al promover los mecanismos de comunicación adecuados, los incentivos convenientes para las partes y al proponer nuevos propósitos para alcanzar la especialización individual y colectiva de manera exitosa y con ello responder a los cambios del entorno.
Una vez que se ha ubicado a la cooperación como una forma de coordinación de recursos y que se tiene presente su naturaleza y sus principios, se procede a definir la cooperación tecnológica inter firma para posteriormente explicarla.