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Análisis crítico de la estructura organizacional en las OFCC
Álvaro Sánchez Cabrera
3.1 LA GESTIÓN ECONÓMICA: De la lógica racional del “sin ánimo de lucro” a la lógica racional del “ánimo de lucro”
De acuerdo con la discusión que se ha tratado en esta investigación, la década de los años 80s se caracterizó, como tendencia en las OFCC, por la implementación en el ámbito de la gestión organizacional del enfoque cooperativo de organización. Los años 90 fueron el asidero para el fortalecimiento del enfoque privado de organización.
El enfoque cooperativo de organización fue un fundamento primordial para que la gestión económica hiciera su labor con mayor facilidad en el cumplimiento de los objetivos y fines estratégicos de las OFCC. Lo anterior en la medida que este enfoque fortalecía los postulados de la solidaridad y cooperación, estrechamente ligados a los enunciados estratégicos de estas organizaciones. El enfoque privado de organización creó una fisura y fue el artificio de la paulatina desaparición de la gestión económica. Recordemos que este enfoque en nuestro país recoge principios de la gestión empresarial moderna con lógicas individuales e individualizantes239.
Por la misma naturaleza social y el sin ánimo de lucro que caracteriza a las organizaciones de doble carácter (asociación versus lo empresarial o de negocio), la gestión económica debe fundamentarse en los principios y valores que comentábamos en las primeras paginas de este capitulo. Igualmente su valoración como gestión tiene que estar a la misma altura de importancia de la gestión de la administración y la gestión financiera. El éxito social conlleva al cumplimiento de lo propuesto como fin en lo económico-financiero, y no como fue la tendencia que terminó predominando: el éxito económico-financiero lleva al éxito social.
Los principios y valores cooperativos en estas organizaciones en algún momento fueron el fundamento para el cumplimiento de los fines y objetivos estratégicos sobre todo cuando actuaron como indicadores y/o fundamentos de las decisiones en la gestión económica y sus acciones. Estos principios y valores tuvieron un impacto en el comportamiento de los miembros y en su identificación con los sentidos de pertenencia hacía la organización. Cuando se aceptaron los principios y valores declarados en las OFCC, se desarrollaron compromisos personales y de equipo más profundos con el trabajo y una mayor responsabilidad en sus acciones. “... era tanto el compromiso con nuestra cooperativa que hasta los fines de semana nos reuníamos con los asociados de la oficina (...) a trabajar en actividades comunitarias (...) sembrando árboles, participando en programas de salud (...) Era una gran familia aplicando los principios cooperativos (...) El lema lo llevábamos por dentro “Mi cooperativa, tu cooperativa, nuestra cooperativa” “Sudábamos la camiseta” como decimos cuando se sacrifica algo por alguien. Eso hacíamos por la Cooperativa, sudábamos la camiseta”. (t.e.49)240
El crecimiento y desarrollo organizacional de las OFCC, y fundamentándonos en la idea de Weber (Op. Cit: 46ss) se ha caracterizado por el paso progresivo hacía un comportamiento cada vez más “racional orientado a fines” diferente a otras épocas donde las organizaciones tendían a ser orientadas a valores, o por la tradición. Las OFCC en todas sus instancias organizativas se caracterizaron por la aplicación eficiente de medios a fines, lo que reemplaza otras formas posibles de acción social.
Existe pues una lógica racional sustantiva impulsada por una concepción asociativa que nos permite afirmar que el comportamiento de las OFCC ha sido racional tomando como base el concepto weberiano. Esto en el sentido que buscaban como objetivo y fin estratégico satisfacer necesidades para el mejoramiento de la calidad de vida trascendiendo a transformaciones sociales y locales. No se trataba simplemente de organizaciones sin ánimo de lucro, como diría Johannes Michelsen (Op. Cit:11) en su interesante texto de las lógicas de la organización cooperativa, sino que eran organizaciones basadas en la pertenencia voluntaria de los miembros y orientadas hacía una racionalida del no-lucro. La Gestión económica en el contexto de gestión organizacional estuvo fundamentada en el no-lucro en la medida que su finalidad es la apropiación de los fines y objetivos estratégicos de las OFCC. Esto se hizo a través de una acción racional y orientada a fines que en algunos casos fue desarrollada por la misma organización cooperativa (organización social con finalidades económico-financieras), y en otros era delegada a terceros (las fundaciones o institutos como ejemplo).
Esta última fue una tendencia mayor, y se profundizó en la medida que la especialización financiera fue una exigencia real y formal de parte de la Superintendencia Bancaria, a partir de la ley 454 de 1998241. Después de este año, las cooperativas de ahorro y crédito que quieran especializarse en servicios y productos financieros deben optar por la especialización financiera, y solo así se convierten en cooperativas financieras. Ello implica que quedan en cierto modo imposibilitados legalmente para asumir desde su engranaje interno organizacional el cumplimiento de los fines y objetivos estratégicos (razón y ser de sus nacimientos), aunque en la práctica la mayoría de las OFCC lo venían haciendo. “Al empezar a especializarse en la parte financiera se debe tener unos indicadores y parámetros más exigentes en la rentabilidad (...) Por eso la tendencia al final de la Superintendencia Bancaria era que las cooperativas financieras debían ser especializadas solamente en esto, y no tener esas actividades de carácter social como de capacitación, educación formal como colegios, recreación, salud, vivienda etc. (...) Algunas cooperativas optaron entonces por crear las fundaciones para continuar con estos programas sociales por fuera de la estructura de la entidad financiera. (...) Sin embargo no era tanto con el pensamiento de recuperar los valores y la asociatividad sino más bien con el ánimo de hacer otras actividades sin perjudicar la estructura financiera (t.e.6).
Este es un claro ejemplo de como ciertos artículos de la ley (normas) son una talanquera que desmutualiza y desnaturaliza organizaciones sociales, cuando están encasillados en marcos legales similares a los intermediarios financieros tradicionales. La gestión económica termina por formalizar así su desaparición en las cooperativas financieras de nuestra muestra, y se hace más evidente que el cumplimiento de la razón de ser fuera delegado a otros entes organizacionales externos a la estructura interna. Esta tendencia las llevó a convertirse perfectamente en organizaciones económico-financieras con finalidades sociales.
Con la paulatina desaparición de la gestión económica, solo había cabida para la consolidación de la gestión de la administración y la gestión financiera, unilaterizando el crecimiento organizacional como única opción. En este enfoque el “orientadas en el no-lucro” dejó de tener sentido242. Terminaron convirtiéndose en organizaciones que en la práctica eran racionalmente orientadas al lucro bajo en soporte de una racionalidad formal. “El grueso de las cooperativas financieras invertían en proyectos que buscaban rentabilidad así no generaran impactos positivos en las bases sociales (...) Por ejemplo proyectos de urbanizaciones que lo fundamental en estos negocios fue la rentabilidad, y no la elaboración de soluciones de vivienda para sus asociados. (...) Mover la cartera con rendimiento era el negocio. (...) Existen muchos más ejemplos, como la compra de acciones en los mejores y más refinados clubes y hoteles de nuestra sociedad; compra de canchas de golf; compra de edificios en las zonas más costosas de las ciudades; (...) compra de acciones a una empresa transnacional para promocionar el mundial de Francia fue otro ejemplo (...) el punto era que se buscaba primero que todo generar rentabilidad” (t.e.8)
Pensando positivamente, lo anterior pudo ser motivado tal vez con el fin de tener suficientes dividendos para los fondos sociales que eran trasladados a los encargados de hacer cumplir la labor social que les correspondía hacer a estas organizaciones financieras por tener un carácter social inherente. La gestión organizacional excluida gestión económica, recae solo en la gestión de la administración y en la gestión financiera institucionalizando las semejanzas, en términos de gestión, con las entidades del SFTC, peligrando por efecto que se convirtieran solamente en organizaciones económico-financieras sin finalidades sociales concretas.
El sentido social de la acción organizacional de las OFCC como finalidad, en el peor de los casos, se finiquitó cuando la gestión económica incumple con los criterios anotados en los párrafos anteriores. O comenzó con un proceso de desmonte gradual y paulatino cuando la gestión económica de manera consciente se le traslada su responsabilidad ejecutoria a otros entes organizacionales. O empezó un proceso de tergiversación cuando la gestión económica fue reducida a gestionar solo a actividades filantrópicas puntuales. Este último caso sobresalió como tendencia en las OFCC partiendo del hecho que los fines y objetivos estratégicos fueron desprendidos de dos elementos integrales en sus enunciados: la transformación social (lo social) y el desarrollo regional (lo local). El siguiente aparte de una entrevista nos da una idea de esta concepción. “La Cooperativa financiera es muy reconocida por las gentes de los municipios por sus actividades sociales (...) desde hace dos años estamos haciendo brigadas de salud en todos los municipios donde están las oficinas de la cooperativa, brigadas de salud para la gente que no tiene seguridad social (...) ellos pueden recibir vacunas, exámenes de laboratorios, odontólogo, optómetra, medico (...) hacemos una actividad que se llama el día de la familia donde se dan charlas de relaciones humanas (...) en la parte deportiva también hay mucha participación (...) todo esto para generar el impacto social no solo del crédito sino ver como la cooperativa invierte sus fondos sociales en la comunidad. (...) De años atrás siempre hubo grupos organizados de la tercera edad ya que se hacían festivales de la tercera edad, aunque en algunos años no tuvieron estos proyectos continuidad (...)pero la cooperativa siempre ha tenido desde sus inicios esa función social, y la ha entendido así, y han hecho actividades para la gente (...) Sabemos que tenemos que seguir haciendo esas cosas porque la comunidad tiene muy presente la presencia de la cooperativa en ciertas épocas para hacer sus actividades”. (t.e.47)
Es importante recordar que dentro del enfoque cooperativo de organización en la gestión organizacional en general y en la gestión económica en particular de las OFCC, los crecimientos y desarrollos organizacionales estuvieron más referidos a este segundo. Ello debido a que es lo más consecuente con los fines y objetivos estratégicos de estas organizaciones financieras. Recordemos que el concepto de desarrollo organizacional que hemos venido acuñando en esta investigación apunta a un proceso de construcción del ser humano íntegro donde se cruzan lo personal con lo social. Max Neef (Op. Cit 1990) plantea que el desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos. Aceptar este postulado implica reconocer que el mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar la calidad de vida de las personas. Por eso la gestión económica se debe orientar de cara a la sociedad, a la base social, a los asociados. Se debe evaluar por la rentabilidad social de la organización, por los beneficios en lo local, por las transformaciones en pro de la calidad de vida de los asociados en particular, o de la base social en general. En otras palabras por los adelantos en los desarrollos organizacionales.
El enfoque privado de organización reorientó ésta tendencia al hacer énfasis en los crecimientos organizacionales. La gestión económica por sustracción de materia va desapareciendo, y la lógica racional de “ánimo de lucro” invade los objetivos y fines estratégicos. De todas formas es necesario también reconocer que en la lógica racional del “no-lucro” sí hubo una manifestación de interés por los alcances de la gestión económica en torno de estos objetivos y fines estratégicos. Los dos ejemplos siguientes son una muestra que sustentan esta afirmación:
“Su incidencia en el desarrollo y bienestar regional es un propósito, una filosofía que día a día clarifica su radio de acción y su perfil de modernización en el que el conocimiento y las nuevas tecnologías imponen el ritmo y redefinen el concepto de servicios a las comunidades y de participación en la vida regional. (COOP. Financiera COMULTRASAN: Una empresa social con pensamiento propio, 2002: 11)
“Consideramos el papel a jugar para el cooperativismo en la transformación social como un compromiso ineludible, el cual nos involucra a todos para trabajar por el desarrollo social. AVANCEMOS, siendo consciente de éste compromiso, ha venido estructurando varios espacios (...) para discutir y ejecutar programas de trabajo con diferentes grupos sociales, que están comprometidos con el desarrollo de sus comunidades. AVANCEMOS dimensiona su proyecto social vinculándose con las instituciones y sectores políticos interesados en el desarrollo local con base en la participación de la comunidad” (COOP. Financiera AVANCEMOS: Historia de un proyecto empresarial y social, 1996:218)
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