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Análisis crítico de la estructura organizacional en las OFCC
Álvaro Sánchez Cabrera
3.3.1 Del modelo de estructura de patrimonio al modelo de estructura de pasivos.
Desde inicios de los años 80s la idea de remplazar el modelo patrimonial por uno de pasivos ya estaba haciendo carrera. La dirigencia de UCONAL venía preparando el camino que hizo extensivo a las OFCC. El modelo patrimonial fue utilizado como referencia hasta los mediados de la década de los 80. La lógica de modelo de pasivos empieza su furor con el programa de captación de ahorro social148 y entra en una etapa de fortalecimiento con la formación de los primeros bancos cooperativos.
Desde la lógica de estructura de modelo patrimonial, la gestión financiera se concentra solamente en los ahorros (o aportes de los asociados) como única fuente de financiación. Desde esta visión se cuestionó las tendencias especulativas de tipo financiero y se abocaba por créditos que dinamizaran lo social. Para esta estructura patrimonial no existió un diseño de organización claramente definido en función de la captación y colocación de recursos financieros. No existió como tales unidades funcionales. La organización de diseño lineal fue un soporte perfecto para una gestión financiera basada en una lógica patrimonial.
Para las organizaciones cooperativas de segundo grado con especialización en lo financiero (los bancos cooperativos y COOPCENTRAL) el cambio de modelo de estructura patrimonial a modelo de pasivos, significó diferentes conflictos contra las cooperativas asociadas. El siguiente comentario específica lo anterior. “El ingreso de UCONAL a la captación de ahorro social (captación de terceros o público en general) y la creación de la figura de Socio Usuario desata una encendida controversia que siendo muy legitima y novedosa genera inconformidad (...) La primera, la “invasión” de las entidades de segundo grado en los predios de las cooperativas (financieras), en un abierto desafío a sus dueños y fundadores, abriendo oficinas por doquier y compitiendo con las cooperativas en la captación masiva de ahorros de asociados y de terceros. (...) Este modelo fue duramente criticado, hasta por el Consejo Mundial de Cooperativas, así como por otros países, que ven como se pervierte la filosofía de las cooperativas de crédito al pasar de un modelo de base de capital a uno con estructura de grandes pasivos”(COOP. Financiera COOSIBATÉ: 33 años de historia, 1996:90-91)
El modelo de estructura patrimonial fue típica de todas las cooperativas de ahorro y crédito, incluyendo naturalmente las OFCC. Posteriormente cuando muchas de ellas se tornaron en estructura de pasivo fueron llamadas COOPERATIVAS FINANCIERAS. Ya con la ley 79 de 1988 y en especial el decreto 1134 de 1989 se fortalece la conformación de éstas (cooperativas financieras) y aparece el concepto de actividad financiera. Las cooperativas que continúan con su estructura patrimonial no se consideran según estas normas, que ejercen actividad financiera especializada, solo hacen actividad de ahorro y crédito. La ley 454 de 1998 profundiza las normas sobre la actividad financiera especializada.
El modelo de estructura de pasivos tiene una gestión financiera orientada más a la captación de recursos externos y de deuda como otra fuente importante de adquirir ingresos. En la medida que la obtención de recursos de terceros (captación de recursos a través de instrumentos que rinden interés) en las OFCC se generalizó, aparecen los diseños funcionales (1985-1994) y sus extensiones, los diseños mixtos (a partir de 1994). Esto necesariamente conllevó a que estas organizaciones mantuvieran niveles altos de pasivos.
Por sus formas de captar recursos financieros (utilizando la deuda y los instrumentos de capitalización entre el público como fuentes de recursos) y sus estilos individualizados de abordar el entorno, el paso de lo patrimonial a lo de pasivos en las OFCC llevó necesariamente el profesionalismo de la gestión financiera e igualmente fortaleció la forma de estructuración atomizada/competitiva en los años 90s. Como tal, empiezan a tener un patrón de financiamiento parecido al del SFTC.
En el discurso de clausura de la convención financiera nacional en Cartagena (1989), se dijo lo siguiente: “El concepto de cooperativa financiera obedece a un modelo más desarrollado y agresivo basado en la estructura financiera de pasivos y no patrimonial, en las funciones bancarias y no simplemente de alcancía, en la concepción macroeconómica y macrosocial de la cooperativa. Es adentrarnos en la actividad competitiva del mercado del ahorro.” Los esfuerzos y exigencias de la gestión financiera en la lógica patrimonial (primeros años de los 80s) estuvieron marcados por menores costos de operación y soportados en las principales ventajas que las OFCC tenían sobre los intermediarios financieros tradicionales. Nos referimos a la facilidad para obtener información de los asociados en sus procesos de créditos, y a la manera de diseñar créditos (servicios financieros) a la medida de sus necesidades, sumado a la agilidad en la entrega de los mismos.
En el fortalecimiento del modelo de estructura de pasivos (principios de los años 90s), éstas ventajas naturales se fueron desdibujando frente al accionar del fortalecimiento del SFTC y paradójicamente por la especialización financiera de las OFCC. Las razones de ello estuvieron dadas por dos elementos principales: La primera tiene que ver con el proceso de crecimiento organizacional y la asimilación a la base social de miles de asociados que le dieron un carácter heterogéneo (la facilidad para obtener información se vuelve relativa). La segunda está relacionada con los adelantos de la tecnología en el SFTC, y con ello las constantes innovaciones en productos financieros y su reducción significativa en los costos de operación. La estructura de pasivos obligó prácticamente a tener un diseño en la cual la gestión financiera abordó de frente la competencia con el sector financiero tradicional. Lo anterior permitió como circunstancia agravante que los elementos diferenciadores que como organización social se tenía, fueron desapareciendo.
El paso al modelo de estructuras de pasivos también dejó “desprotegidos” los asociados, que con los nuevos de adelantos tecnológicos, pueden ser rentables para el SFTC. En este sentido la trascripción siguiente perdió vigencia. “En las cooperativas el atractivo para sus usuarios (asociados) no está en obtener tasas excepcionalmente bajas, sino en otros factores como la posibilidad de acceder al crédito, cosa que probablemente no podrán lograr en una entidad financiera tradicional; unas condiciones de plazo y periodos de amortización acorde a sus necesidades; y la posibilidad de mantener una relación prolongada en el tiempo que les permita el acceso constante al crédito” (FEDESARROLLO, Op. Cit: 20-21) Esta cita corresponde a apreciaciones valederas en la década de los 80s y principios de los años 90s. Ya en los finales de los años 90s vemos como la evolución del capital financiero busca nuevas formas de rentabilidad (microfinanzas). Por ello no es gratuito que aprovechando la desaparición paulatina de las ventajas naturales de las cooperativas empiecen a incursionar de una manera sistemática en las poblaciones tradicionalmente atendidas por el SFCC en general y por las OFCC en particular.
En este ambiente de los años 90s, la gestión financiera en las OFCC va asumiendo los nuevos retos de las crecientes especializaciones en lo financiero propiamente dicho. En estas condiciones las decisiones de la gestión financiera se tornan más complejas: El control, la planeación financiera, la comunicación, las inversiones, en fin todas las disposiciones que abarquen su radio de acción se vuelven un poco más inmanejables.
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