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Análisis crítico de la estructura organizacional en las OFCC
Alvaro Sánchez Cabrera
5. LA CRISIS DEL SFCC Y LOS NUEVOS MODELOS DE ORGANIZACIÓN.
5.1 La crisis del SFCC y su incidencia en nuevas estructuraciones y diseños organizacionales.
Después de 1997 y no aislada del contexto internacional (crisis de los mercados emergentes), Colombia empieza a experimentar una recesión económica y financiera. Hubo una reducción significativa en el crecimiento económico llegando a un crecimiento negativo del 4,5% en 1999, a un aumento en la desigualdad, a una disminución en el desempeño macroeconómico y una duplicación de los niveles de desempleo94. Se declaro por los EEUU la de-certificación de Colombia por los cargos hechos al gobierno de Ernesto Samper en relación con manejos de dineros provenientes del narcotráfico. La ayuda bilateral fue suspendida y el país tuvo una reducción en las inversiones externas y locales. A finales de 1997 la emergencia económica fue declarada, y el sector financiero en su conjunto sufrió problemas de iliquidez, precipitando intervenciones y liquidaciones de muchas de sus organizaciones.
Estos factores externos llevaron a que ni siquiera las OFCC quedarán indemne, quienes no escaparon a las consecuencias de la reducción en la actividad económica. Ello se manifestó en los deterioros de los niveles de medición de la recuperación de la cartera, que, y aunado a otros elementos, les generó también la iliquidez. Lo cual se evidencio públicamente en algunas cooperativas que fueron intervenidas para administrar por el DANCOOP a finales de 1997 y se generalizó en 1998. A partir de estos momentos se inicia una cadena sucesiva de intervenciones y liquidaciones que se normalizará después del año 200095.
Como factores internos, existen muchos documentos que enumeran y sustentan muy bien la crisis de las organizaciones del SFCC tanto en lo político-ideológico como en cifras numéricas, que no es el caso analizar aquí. Lo importante es denotar, que de fondo hay un consenso de comprender que en esa situación hubo un problema de identidad del sector. Lo que traduce que la crisis se debió, en gran parte, al olvido de los principios y valores del cooperativismo en relación con su base social.
“Las organizaciones del sector cooperativo financiero abandonaron su nicho natural de mercado y entraron a competir con el sector financiero tradicional, olvidando su modesto origen y tergiversando, en su accionar, muchos de los objetivos propios de una organización solidaria” escribió Luis Eduardo Salcedo en una ponencia titulada: Decálogo del cooperativismo para el siglo XXI presentada al primer congreso de economía solidaria.
Este olvido de los principios cooperativos se venía manifestando en la competencia declarada por los mismos tres bancos, olvidando la esencia integradora para el SFCC. Tomando igualmente actitudes de un intermediario financiero más; de un competidor en franca disputa con las misma cooperativas financieras de base. El siguiente comentario del dirigente cooperativo Mesías Duque hace alusión a ello, cuando habla de la primera cooperativa financiera que entró en crisis y generó un efecto “dominó” tocando hasta los mismos bancos cooperativos. “Nosotros (se refiere a las cooperativas Financieras del valle del Cauca) que veíamos que AVANCEMOS tenía las condiciones claras y precisas para apoyarlo cuando entró en crisis (iliquidez) (...) vimos como UCONAL, COOPDESARROLLO y BANCOOP no quisieron salir en su ayuda. Con su actitud y poca voluntad prefirieron llevarla a la intervención del Estado, para apoderarse del mercado que ellos (AVANCEMOS) tenía relativamente organizado. (...) Y ahí empezó (...) el desmoronamiento del SFCC” (t.e.35). Las aclaraciones en paréntesis son mías.
Pero la crisis también tuvo su componente mal intencionado. En esta dirección se expresó, en su momento, el presidente de la Confederación Colombiana de Cooperativas (CONFECOOP), José Elías Melo cuando afirmó que “el sector más fuerte del poder bancario fue uno de los responsables del desvertebramiento del sector financiero cooperativo”. Y ello lo dice con fundamento, en el sentido de que el Estado, como instrumento del sector financiero privado, asumió un papel limitado solo a intervenir y posteriormente (casi de inmediato) a liquidar las entidades cooperativas intervenidas96; y por los comentarios irresponsables de muchos directivos de la banca privada, en contra del cooperativismo financiero, que coadyuvó a la generación del pánico financiero en éstas organizaciones. “La competencia de la banca privada movilizó todos sus aparatos ideológicos, económicos y políticos - incluyendo el Estado- para asestarle un golpe funesto al Cooperativismo Financiero (....) y les recordó que su papel no puede trascender más allá de los limites de servir de hilo conductor en la socialización pero de la pobreza, no de la riqueza .”97
Obviamente esto no es gratuito. El impulso de la apertura del sistema financiero iniciado en los principios de los 90s se empieza a evidenciar utilizando todos los mecanismos e instrumentos para poder “acaparar mercados”. La famosa frase paradójica que en el sistema financiero colombiano la “competencia no es sana” es verdad. De todas formas, y como lo manifestaban en un informe financiero de la Cooperativa Financiera COOPERADORES, podemos decir que “la competencia aguerrida de la banca nacional y extranjera con jugosas inversiones de capital, reinvirtieron por completo la dinámica y el panorama financiero, y en cuya pelea muchas no pudieron librarla y terminaron por sucumbir” (Informe financiero anual de COOPERADORES, 1999: 16)
Por supuesto que también es importante en lo general, mirar muchas cooperativas de ahorro y crédito, que en el transcurso de los últimos años, y a pesar de las dificultades, mantuvieron sus estructuras organizacionales enfocada a sus principios. Aquí también se dieron éxitos y algunos fracasos, pero quedó demostrado la viabilidad de los principios de cooperación y solidaridad.
En éste periodo de crisis (1997-1998), sin duda uno de los elementos de mayor cuidado a tener en cuenta fue el reacomodo que, nivel organizativo, sufrió la propiedad accionaria del sistema financiero colombianos. Ella quedó en dos (2) cabezas visibles (Sarmiento Ángulo y el Sindicato Antioqueño). Con la característica que estos dos grupos copan el 70% del total de la concentración de la riqueza financiera colombiana98. Lo anterior los convierte claramente en un oligopolio, con las connotaciones del caso para el SFCC99.
En este panorama un poco desalentador han estado inmersas las OFCC, inscritas en un juego de ligas mayores, donde fluyen grandes capitales por doquier. Este entorno, agravado por la crisis financiera del 98, inexorablemente terminó por presionar hacia nuevos cambios en los modelos organizacionales existentes. En este contexto se dieron debates al interior del SFCC en general. La discusión de fondo estuvo (está) orientada a los pormenores de la crisis financiera, y a su consolidación como alternativa económico social en los años venideros.
Esta tarea de consolidación se reorienta a la construcción de un nuevo modelo cooperativo (léase estructura organizacional), que al decir de algunos “aproveche las fortalezas propias del sector, cual es su vocación de integración (unificación), que se constituye además en uno de sus principios fundamentales”, y que al decir de otros “Un modelo que promueva imágenes de solidez y seguridad ante la confianza pública (...) que elevé la competitividad de los intermediarios cooperativos frente a los conglomerados del sistema financiero, que a raíz de las experiencias internacionales, muestra interés en ingresar al nicho de las microfinanzas, tradicionalmente atendido por el cooperativismo”
Existe una tercera posición que evoca en estas organizaciones el carácter social, en un reencuentro con su razón de ser. Esta tendencia, aunque muy importante, lamentablemente es minoritaria en el SFCC. La mayoría de sus dirigentes y agremiaciones han ido relegando a un contexto regional o tal vez local, a otros dirigentes que son consecuentes en sus discursos de cooperación y solidaridad, con sus quehaceres organizacionales.
Las dos primeras posiciones, de integración y competitividad, que enmarcan al final un mismo enfoque de organización, están soportadas por una concepción propia del SFTC. Se parte de la tesis (demostrada estadísticamente con variables de crecimiento como PIB, el del stock de capital agregado, la participación de la inversión en el PIB, indicador del crecimiento de la productividad del capital) que la consolidación del sistema financiero genera un mejor crecimiento económico sostenible en el largo plazo100. La consolidación del sistema financiero bajo parámetros pos-crisis, que en este caso sería el cooperativo, se mide entonces con las progresiones de las variables de crecimiento organizacional a la cual se le suma la implementación normativa y de regulación estatal.
En este sentido (consolidación del SFCC) surgieron preocupaciones, especialmente del Estado Colombiano y de un sector de cooperativistas (agremiados fundamentalmente en CONFECOOP). Preocupaciones que se fundamentaban en rediseñar (en mi opinión ello no es malo) una estructura formal, que con estándares internacionales, fuera propicia para aplicar un marco jurídico-legal en torno de la regularización del manejo financiero en las cooperativas. Y en la búsqueda de una unidad de cooperativas bajo la lógica que lo más grande, desde el punto de vista financiero, es lo mas fuerte. Pero en general, y buscando esta consolidación, no se han preocupado en reorientar el potencial verdadero de estas organizaciones financieras al desarrollo organizacional (sin decir con ello que el crecimiento organizacional no sea bueno como tal) y a su incidencia en sus respectivas regiones.
En este sentido van los aportes del gerente general de COOPERAMOS que en sus diferentes documentos sobre desarrollo local ha investigado. “Por convicción creemos que el cooperativismo, si aspira a ser consecuente con su misión y cumplir un papel relevante en la construcción de un nuevo orden, debería moverse en tres planos diferentes. 1) la cooperativa en sí misma. 2) La región en la que pretende intervenir. 3) La concepción política o visión del desarrollo que la cooperativa ha construido”.(BEJARANO Alberto, Cooperativismo, región y desarrollo: Un planteamiento estratégico, 2004: 12).
Es importante tener en cuenta que en las OFCC y en todo el SFCC, nunca hubo un espíritu de unidad e integración. Ni sobre los marcos de sus crecimientos organizacionales y menos desde sus desarrollos. Las circunstancias darwinianas propias de la crisis del 98 presionaron algunas de estas medidas influidas por los entes estatales. Esto lo vemos palpable en los acontecimientos que motivaron la fusión de dos cooperativas financieras antioqueñas, DON MATÍAS y Coobancoquia que dieron origen a la Cooperativa Financiera de Antioquia CFA en Marzo 30 del 2000. Las presiones del Fondo de Garantías Financieras FOGAFIN fueron ingredientes importantes para esta integración. Otro ejemplo que hace mención a lo anterior fue la incorporación de la Cooperativa financiera el Edén por la Cooperativa financiera CONFIAR, en donde esta forma de integración se asumió de manera obligada, en primer lugar para no perder recursos financieros prestados a esta organización, y en segundo lugar para disminuir el impacto que se podía generar con la intervención y posterior liquidación de la cooperativa el Edén. En términos de la banca cooperativa sucedió lo mismo con las adsorciones obligadas que tuvieron que hacer el BANCOOP, CUPOCREDITO y COOPSIBATÉ hacia el banco COPDESARROLLO. Todo ello asumiendo de antemano la estructura organizacional de la organización que absorbía, y por ende su concepción organizacional, y modelo de desarrollo.
En ese mismo contexto de crisis hubo carta de intención para promover la fusión de SOLIDARIOS, COOPERADORES y COENSAVAL, firmadas por sus gerentes generales y el gobernador del departamento donde eran oriundas estas organizaciones.
De igual forma los entes estatales presionaron para convertir el banco cooperativo COOPDESARROLLO en banco privado. “A finales del año 1999 y por decisión gubernamental el banco COOPDESARROLLO se debe transformar en sociedad anónima, a fin de garantizar de una manera más efectiva el respaldo financiero que recibió del gobierno a través del FOGAFIN (...) se utiliza entonces la figura de fusión. El banco coopdesarrollo integrado se divide en 2: Una parte que es la figura del banco comercial y la otra parte que es la central cooperativa de desarrollo (...) ésta última mantiene la figura de aportes sociales y es la mayor accionista de MEGABANCO. (Historia de Megabanco pag. 3). El Banco UCONAL también por decisión gubernamental fue absorbido por el estatal Banco del Estado BANESTADO.
Estos rediseños organizacionales no pueden perder de vista los objetivos generales de las organizaciones de carácter social. Un SFCC consolidado (en términos de las variables financieras), seguro (en términos de las variables de regulación prudencial) e integrado (en términos de sus estructuras) es importante. Pero también debe ser un sistema que tenga su gestión económica, su gestión de administración y su gestión financiera en función de la calidad de vida de sus asociados en particular y de su base social en general101.
Parafraseando al cooperativista italiano Walter Briganti señalamos que hay una tendencia práctica, y después de todo cultural que, de alguna manera, parece ser compartida por la mayor parte de dirigentes de las OFCC. Es la que conduce a la restructuraciones de las organizaciones, a la competitividad, a la consolidación financiera, a la solidez de los balances, acompañándolas de proposiciones legislativas que han acercado a las organizaciones cooperativa a la lógica de la empresa capitalista. Esto hasta el punto de querer, según algunas personas, que ellas entren sin perjuicio alguno en los mercados bursátiles.
En palabras del mismo W. Briganti se da una paradoja. Todo en el sentido que las organizaciones cooperativas habían nacido como una fuerza de cambio económico y social de regeneración de la sociedad, y para cooperativistas utópicos, como una alternativa total al capitalismo. Ahora, son los mismos “cooperativistas” que atónitos por algunos éxitos relativos del capitalismo, intentan reestructurar y rediseñar las organizaciones cooperativas financieras, moldeándolas a la imagen y semejanza de las entidades financieras con ánimo real de lucro. Y para ello se fundamentan, en términos de su gestión organizacional, más en el enfoque privado de organización que el mismo enfoque cooperativo de organización propio de éstas organizaciones.
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