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An�lisis cr�tico de la estructura organizacional en las OFCC
Alvaro S�nchez Cabrera
3.3 Racionalidad y OFCC.
La combinaci�n de �las dos caras de una misma moneda�, la dimensi�n asociaci�n con la dimensi�n de lo empresarial o de negocio, que inter-actuaron dentro de una misma dimensi�n organizacional, permiten expl�citamente analizar las OFCC en dos enfoques de l�gicas racionales. El primer lugar, y desde la dimensi�n asociativa, subsiste una l�gica racional sustantiva que est� basada en aspectos axiol�gicos, cuyo primer referente fueron los principios y valores cooperativos. En segundo lugar, y desde una dimensi�n de lo empresarial o de negocio, encontramos una l�gica que en los primeros a�os de vida de las OFCC se orient� hac�a el no-lucro. Los a�os posteriores involucraron una l�gica racional formal que legitim� la acci�n medio-fin capital para adecuarse al entorno financiero de la econom�a insolidaria de nuestro pa�s48.
Por racionalizaci�n Max Weber entiende el proceso por el medio del cual reglas y procedimientos expl�citos, abstractos, intelectuales y calculables gradualmente sustituyen los sentimientos, la tradici�n y la mera intuici�n en todas las esferas de la vida. La racionalizaci�n desmitifica e instrumentaliza la vida, creando lo que llaman la danza de los fines medios. (DAVILA Carlos, 2001: 139-141). Se dice que un comportamiento es racional cuando est� arreglado a fines, organizado �ste de tal forma (un plan preestablecido por ejemplo) que alcance el m�ximo ingreso utilizando unos medios; y cuando se hace un uso �ptimo de su ingreso para conseguir el m�ximo de satisfacci�n deseado. En �ste sentido lo racional es congruente de alguna forma con el concepto de principio econ�mico que hemos venido pregonando.
La dualidad de las OFCC gener� as� un gran problema te�rico y pr�ctico que repercuti� en los enfoques de organizaci�n. En palabras sencillas fue complicado encontrar formas de integrar las dos l�gicas racionales (sustantiva versus �no-lucro� y formal) en estas organizaciones de doble car�cter. Una de las razones obedeci� a que estas organizaciones sociales se propusieron procesos de crecimiento organizacional sustentados en pr�cticas de competencia y mercado. Trajo como consecuencia ello, la transformaci�n de una estructura organizacional bajo la combinaci�n de dos l�gicas racionales diferentes en muchos casos enfrentadas entre s�: una basada en los valores, la confianza y las relaciones mutuas entre sus asociados, y otra basada en las relaciones formales (colocando �nfasis en la eficiencia t�cnica y en la estructura jer�rquica) y en una l�gica a ultranza de generar utilidades (dinero).
Para algunos administradores cooperativos estas dos l�gicas no son contradictorias en s�. �la racionalidad tambi�n se refleja en las categor�as cooperaci�n y competencia, que no son excluyentes ni entran en contradicci�n, siempre y cuando, la cooperativa mantenga el equilibrio entre el logro de los objetivos sociales y la satisfacci�n con los servicios de las necesidades individuales de los asociados� (t.e.3)
La l�gica racional sustantiva (racionalidad comunicativa si se desea) detectada en la dimensi�n de la asociaci�n condiciona a las OFCC a darle importancia a los principios y valores de la cooperaci�n y la solidaridad. En �ste caso y como dir�a Martha Pi�a L�pez, en su texto sobre Racionalidad e irracionalidad en la econom�a solidaria (Op, Cit: 61) el comportamiento racional se deriva del principio de la b�squeda del m�ximo consenso como grupo de cooperaci�n.
Ello implica que es una parte integral de las OFCC el confiar en los recursos de los asociados para satisfacer necesidades espec�ficas, y el intentar transformar el medio ambiente (lo local) y el entorno (lo financiero) donde se encuentran localizados o inscritos. No obstante, una estructura organizacional con enfoque de organizaci�n basada en la pertenencia de los asociados y en su orientaci�n hac�a los valores, quedan expuestas a las influencias de los valores de la dimensi�n de lo empresarial o de negocio. El mantener separado las dos l�gicas pero funcionando en una misma unidad de acci�n, al decir de algunos cooperativistas, es la osad�a que los lideres y administradores de organizaciones de esta naturaleza deben poseer.
Las OFCC no son solo organizaciones sin �nimo de lucro, sino que son organizaciones basadas en la libre adhesi�n de grupos de personas (asociados) que quisieron promover sus intereses comunes, orientando sus actividades organizacionales sobre la base del principio econ�mico hacia el no lucro. Existe pues, una l�gica racional econ�mica impulsada por una concepci�n asociativa de organizaci�n. Lo que permite afirmar que el comportamiento de las OFCC debe ser racional, tomando como gu�a el concepto tradicional de racionalidad especificado en p�rrafos anteriores. Desde esta idea las OFCC han buscado satisfacer las necesidades de su base social consultando ventajas financieras y sociales, aunque no necesariamente haya implicado que se garantizar�n la optimizaci�n de los satisfactores50.
Una primera apreciaci�n de la anterior afirmaci�n supone que las OFCC deben ser esencialmente conducidas o lideradas por los asociados que disfrutan de sus servicios. Desde una segunda apreciaci�n, y ya desde un punto de vista m�s sociol�gico, podemos plantear el problema de la conducci�n global de la organizaci�n (gobierno cooperativo), en la medida que los intereses econ�micos-financieros de los asociados comportan una racionalidad con alcances m�s all� de los intereses de ganancia de los inversionistas vinculados a una organizaci�n con fines de lucro.
En este orden de ideas, la primera caracter�stica que tuvo la racionalidad en la dimensi�n de lo empresarial o de negocio (la otra cara de la moneda) fue su orientaci�n hac�a el no-lucro. Se evidenci� esto hasta finales de los 80s, y se sustenta de una manera precisa en la siguiente cita: �Las demandas de los miembros hacia servicios concretos diferencian a las cooperativas de las t�picas empresas lucrativas y tienen influencia sobre el funcionamiento econ�mico de empresa cooperativa. Las demandas implican que la empresa est� orientada hacia la ganancia no s�lo en t�rminos monetarios, sino hacia �ganancias� de los miembros en t�rminos de servicios concretos. Resulta dif�cil e incierto, por lo tanto, tratar de establecer el valor de la oferta de servicios de las cooperativas en funci�n del dinero. Tomadas en forma conjunta, las demandas de los miembros hacia los ingresos y hacia los servicios concretos, permiten aclarar que el principal objetivo de las cooperativas no es maximizar las ganancias en la empresa y luego distribuirla para maximizar los ingresos de los asociados. El objetivo principal es conducir actividades concretas de tal modo que resulte en una maximizaci�n de la satisfacci�n de las necesidades de los miembros. Son las necesidades de los miembros m�s que el monto de capital invertido lo que constituye la base material de la empresa.� (MICHELSEN, Johannes, 1997: 11-12)
La l�gica racional del no-lucro defini� las OFCC en cierto modo como organizaciones no capitalistas. Su principal elemento distintivo fue que deb�an estar dirigidas por y para sus asociados, m�s que por inversionistas que buscan rendimientos financieros a sus inversiones.
La segunda caracter�stica que tuvo la racionalidad en la dimensi�n de lo empresarial o de negocio fue la reorientaci�n del no-lucro hacia elementos relacionados ya propiamente dicho con interiorizaci�n de una racionalidad del mercado. Esto se evidenci� en los 90s e implic� destacar en sus enfoques de organizaci�n las existencias de marcos normativos, y de un orden establecido que se impuso y se ense�� tanto a sus empleados como a sus asociados. Dicho orden comprendi� las visiones y misiones, las pol�ticas, los programas, las reglas y los procedimientos, que la organizaci�n consider� adecuados para la sobrevivencia como organizaci�n en las nuevas condiciones de globalizaci�n.
Si bien es cierto hay una tendencia a no considerar a las OFCC empresas en el sentido estricto de la palabra, est�s quedaron sometidas en su accionar a medios empresariales, o mejor a operar bajo los par�metros de la econom�a insolidaria. Sin duda el intento y asimilaci�n de asumir una l�gica racional formal (racionalidad estrat�gica) en detrimento de una l�gica racional sustantiva obedeci� en gran parte a las presiones del nuevo escenario donde empezaban a competir: el mercado. Esta l�gica fue el inicio del proceso de desnaturalizaci�n y desmutualidad que sufrieron las OFCC.
Un examen cr�tico de las OFCC fundamentado en su l�gica racional en las estructuras organizacionales nos dar�a pie para analizar sus enfoques de organizaci�n y sus articulaciones con los principios cooperativos. Implicar�a adem�s analizar si las gestiones organizacionales han estado acordes con su doble car�cter. Nos permitir�a esto profundizar la viabilidad de las cooperativas financieras como alternativas de desarrollo econ�mico social.
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