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El capital intelectual de territorios insulares
Agustín J. Sánchez Medina
Territorios insulares pequeños
Una vez expuestas las características de los territorios pequeños y de las economías pequeñas, a continuación se detallan las peculiaridades que caracterizan a un tipo particular de territorio pequeño, las islas pequeñas. De este modo, tal y como se podrá observar, las características son similares a las ya mencionadas en el apartado anterior, si bien el matiz diferencial se encuentra en las dificultades de comunicación y en las distancias que separan a estos enclaves del continente.
Siguiendo a McElroy (2000), las islas pequeñas poseen un gran número de limitaciones, entre las cuales se encuentran las derivadas de su reducido tamaño y que suponen una desventaja en el plano económico, debido a los diversos problemas que plantea y que se detallan a continuación (Briguglio, 1995). El primero de ellos consiste en la limitada dotación de recursos naturales, lo cual implica la necesidad de realizar muchas importaciones y que, por tanto, se genera una alta dependencia del exterior. Por otro lado, provoca la existencia de un mercado interno reducido (Baldacchino, 2002; Briguglio, 1995), lo cual se traduce a que se tengan pocas opciones para sustituir con productos locales los que se importan (Briguglio, 1995). En este mismo sentido, Mehmet y Tahiroglu (2002) afirman que los territorios insulares pequeños suelen carecer de grandes recursos naturales y de grandes mercados, lo cual trae consigo que sus gobiernos deban ser muy cuidadosos para identificar y explotar aquellas características del territorio que puedan representar una ventaja competitiva. Además, como consecuencia de contar con un mercado interior pequeño, existe excesiva dependencia de las exportaciones, las cuales se limitan a un pequeño número de productos (Brigulio, 1995; McElroy, 2000), con la consecuente poca diversificación de la economía (McElroy, 2000). En la misma línea, Baldacchino (2002) sostiene que es raro encontrar en este tipo de territorios la combinación de actividad emprendedora con actividades de manufactura a pequeña escala y aún es más extraño que éstas se encuentren destinadas a la exportación. Así, las manufacturas no suelen ser competitivas debido a que, normalmente, la materia prima debe ser traída del exterior. Por tanto, se puede considerar a los territorios insulares pequeños como centros de consumo de productos hechos en el exterior. Además, las limitaciones de territorio hacen que exista poca diversificación en los productos que se generan y la incapacidad para sostener su desarrollo debido a la carencia de capital (Briguglio, 1995; McElroy, 2000; United Nations General Assembly, 1998). Por otra parte, también se debe considerar la poca capacidad para influir en los precios de los productos que se venden tanto en el territorio como en los mercados de exportación, la escasa competitividad interna y las reducidas posibilidades de explotar economías de escala (Baldacchino, 2002; Briguglio, 1995; Eurisles, 1999; McElroy, 2000).
Otras de las limitaciones de los territorios insulares pequeños son las derivadas de la insularidad y la lejanía. Así, los problemas creados por la unión del hecho insular y la lejanía son los altos costes de transporte, la incertidumbre en los suministros y la necesidad de contar con grandes stocks (Briguglio, 1995; Eurisles, 1999; McElroy, 2000). También debe ser considerada la propensión que tiene este tipo de territorios a sufrir desastres naturales tales como huracanes, tifones, terremotos o erupciones volcánicas (Armstrong y Read, 2001; Briguglio, 1995; Debance, 1999) y los condicionantes que ofrecen los factores medioambientales. Además, la presión que ejerce sobre el medio ambiente cualquier actividad económica resulta de mucha más importancia en este tipo de territorios debido a su limitado espacio. De este modo, esta situación se vuelve aún más grave si se tiene en cuenta que, normalmente, las islas cuentan con unos ecosistemas mucho más frágiles que los que poseen los territorios mayores (Armstrong y Read, 2001; Briguglio, 1995). De hecho, fenómenos tan dispares como la elevación del nivel de los océanos o el tener una alta tasa de inmigración tienen en los territorios insulares pequeños unos efectos más graves que los que tendrían en los continentes (Briguglio, 1995).
Sin embargo, las economías de los territorios insulares pequeños han logrado unas ratios de crecimiento espectaculares, superando los obstáculos que ofrecían sus características geográficas y llegando, incluso, a transformarlas en atractivos. Así, muchas islas pequeñas han destacado a pequeña escala en sectores como el bancario y el de las finanzas o en el turismo (Baldacchino, 2002), siendo este último un sector muy importante para muchos de estos territorios (Mehmet y Tahiroglu, 2002). De hecho, en muchas islas la riqueza cultural y patrimonial constituyen los principales activos de sus economías. Por tanto, no resulta extraño que en estas islas se haya utilizado el turismo de masas como medio de desarrollo (McElroy, 2000). No obstante, debe tenerse en cuenta que este turismo de masas puede dañar los delicados sistemas insulares (Eurisles, 1999; McElroy y de Albuquerque, 1998). De este modo, el desarrollo del turismo ha sido una gran ventaja para las pequeñas economías y, muy especialmente, para las economías de las islas pequeñas (Mehmet y Tahiroglu, 2002), llegando a jugar un importante papel en el desarrollo de muchos de estos territorios (Debance, 1999). Así, un ejemplo de este hecho se puede observar en la isla de Bermuda, donde la principal fuente de riqueza es el turismo (Mehmet y Tahiroglu, 2002) y donde dicha actividad ha hecho destacar a esta isla sobre otras de su entorno, las cuales no han podido explotador este recurso y, por ello, aún se encuentran con serios problemas de desarrollo (Gafar, 1998).
Por otro lado, en los territorios insulares pequeños resulta fundamental el contar con una fuerza laboral formada, por lo que es importante realizar inversiones en los recursos humanos del territorio (Mehmet y Tahiroglu, 2002). Así, debe tenerse en cuenta que en muchos de estos enclaves existe carencia de personal cualificado (Debance, 1999; Eurisles, 1999), lo que, en ocasiones, hace que, aunque exista paro en la población interior, se demande personal foráneo (Eurisles, 1999). También se debe resaltar el alto valor geoestratégico que generalmente poseen los territorios insulares, valor que puede ser utilizado tanto para el comercio como para usos militares y que, por tanto, puede ser aprovechado como fuente de riqueza (Mehmet y Tahiroglu, 2002). Por último, y a modo de resumen, se recogen en la tabla 3.2 las características ecológicas y medioambientales, geográficas y socioeconómicas que según Tiempo (1993) poseen las islas pequeñas.
Tabla 3.2: Características de los territorios insulares pequeños
Características ecológicas y medioambientales Características geográficas Características socioeconómicas
• Pequeño tamaño.
• Pocos recursos naturales.
• Limitación y fragilidad de los recursos, lo que hace que se tenga poco margen de error en su utilización.
• Elevada probabilidad de sufrir fenómenos naturales catastróficos (e.g., huracanes).
• Distancia del continente.
• Clima poco variable en todo el territorio, pero con alta potencialidad de verse afectado por variaciones externas.
• Tendencia a la inestabilidad ecológica cuando se reduce el aislamiento.
• Abundancia de biodiversidad marina.
• Alto ratio de biodiversidad por kilómetro cuadrado de tierra.
• Repercusión inmediata en la zona costera de las actividades realizadas en tierra.
• Aislamiento relativo y alto ratio de costa por superficie terrestre.
• Gran utilización de la zona costera, lo cual, incrementa la fragilidad del ecosistema costero y la necesidad de una gestión de la mencionada zona.
• Inexistencia de un gran área terrestre interior que diste de la zona costera.
• Dominio del mar y su utilización para la navegación, lo cual hace que en estos territorios sea particularmente arriesgado la eliminación de residuos por parte de las grandes navieras.
• Pequeña masa de tierra, lo que hace que estos territorios sean especialmente susceptibles a fenómenos globales como el incremento del nivel de los océanos.
• Apertura extrema de sus economías (e.g., relaciones de comercio externas y ayudas tecnológicas).
• Mayor dependencia del comercio externo que la que tienen países mayores. Además, poseen menor influencia para establecer los acuerdos comerciales.
• Gran dependencia de sectores externos como otros territorios o agencias y corporaciones transnacionales.
• Baja elasticidad de la economía para superar crisis.
• Gran relación entre el desarrollo económico y los recursos medioambientales.
• Bajo rango de habilidades y dificultades para acoplar las habilidades locales con los trabajos.
Fuente: elaboración propia a partir de Tiempo (1993).
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