Dr. Jorge Ignacio Chavoya Gama*
Dr. Julio Cesar Morales Hernandez**
Dr. Héctor Javier Rendón Contreras***
Universidad de Guadalajara, México
hj_rendon@hotmail.com
Resumen.
El desarrollo local constituye una modalidad importante en torno a la superación de la deuda del desarrollo que han heredado los diferentes modelos de desarrollo ensayados. Tal como la práctica lo demuestra, no existe un único modelo de desarrollo, ni un único modelo de desarrollo local, lo que a la vez fortalece la idea de que, si bien el desarrollo es una acción intencional, es también un proceso de construcción social, que valoriza los recursos existentes en un territorio determinado, las sinergias entre los actores locales, así como la cultura existente.
La dinámica de los diversos modelos de desarrollo local será diferente. Es necesario tomar en cuenta la multiculturalidad del país, las zonas de vida existentes, las características propias de las distintas regiones y comunidades, así como la dinámica estatal y privada, dando un sello particular a los procesos específicos, los niveles de competitividad e inserción al mercado local, nacional y global.
En México existe un gran número de ciudades y localidades históricas con características formales y ambientales de gran valor entre los que destacan las calles, las plazas, el entorno natural, los monumentos arquitectónicos, costumbres y tradiciones etc., todo ello en esas localidades conforma un patrimonio invaluable y un paisaje de gran riqueza que, en el contexto actual, representa una ventaja para impulsar el desarrollo local, y es además un atractivo fundamental para impulsar el turismo nacional y extranjero, como una opción tanto para el desarrollo local como el desarrollo regional. Se analizan los casos de tres poblados de la sierra occidental de Jalisco, Talpa de allende, San Sebastián del Oeste y Mascota.
Palabras clave: desarrollo local, turismo, patrimonio arquitectónico.
Abstract.
Local development is an important modality around overcoming the development debt inherited by the different development models tested. As practice shows, there is no single development model, nor a single model of local development, which at the same time strengthens the idea that, although development is an intentional action, it is also a process of social construction , that valorises the existent resources in a determined territory, the synergies between the local actors, as well as the existing culture.
The dynamics of the various models of local development will be different. It is necessary to take into account the multiculturalism of the country, the existing life zones, the characteristics of the different regions and communities, as well as the state and private dynamics, giving a particular stamp to the specific processes, the levels of competitiveness and insertion to the local, national and global market.
n Mexico it exists a great number of cities and historical localities with formal and environmental characteristics of great value between which stand out the streets, the squares, the natural environment, the architectural monuments, customs and traditions etc., All this in these localities shapes a heritage invaluable and a landscape of great wealth that, in the current context, represents an advantage to stimulate the local development, and is in addition a fundamental attraction to stimulate the national and foreign tourism, as an option so much for the local development as the regional development. There are analyzed the cases of three villages in the western highlands of Jalisco, Talpa of allende, San Sebastian del Oeste and Mascota.
Keywords: local development, tourism, architectural heritage.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Jorge Ignacio Chavoya Gama, Julio Cesar Morales Hernandez y Héctor Javier Rendón Contreras (2018): “Talpa de Allende, San Sebastián del Oeste y Mascota; escenarios emergentes del turismo, apuntes sobre desarrollo local”, Revista Turydes: Turismo y Desarrollo, n. 24 (junio / junho 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/turydes/24/talpa-allende.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/turydes24talpa-allende
1. Del origen del desarrollo, al desarrollo local.
El término “desarrollo” recibe un fuerte impulso cuando las naciones unidas lo incorpora en sus diferentes programas e instituciones, principalmente a través de las comisiones regionales, como la comisión económica para américa latina CEPAL y el aporte de teóricos reconocidos que identifican al crecimiento económico como desarrollo. La CEPAL, impulsa la utilización del producto interno bruto per cápita, PIB, como indicador prioritario del nivel de desarrollo de un país.
Sin obviar el aporte de los clásicos de la economía que enfatizan en la producción de la riqueza, el origen conceptual del desarrollo se ubica más en el ámbito de la economía neoclásica que pone énfasis en las teorías de la producción y distribución de la riqueza. Desde entonces, es un tema de debate en el campo de la economía y de las ciencias sociales.
El fenómeno del desarrollo es complejo y multidimensional, su interpretación desde la teoría de la producción y distribución de la riqueza, da lugar a que se hable de países desarrollados o subdesarrollados, de países ricos y pobres y de países desarrollados y en vías de desarrollo. De ahí que, el concepto de desarrollo no se identifica ni hace referencia con la evolución natural y espontánea, ni con la mutación gradual y continua de los fenómenos sociales; exige transformaciones profundas y deliberadas, cambios estructurales e institucionales un proceso discontinuo de desequilibrios más que de equilibrio (Sunkel y Paz 1985).
Boisier señala que los conceptos vinculados al desarrollo están siendo revisados, a la luz del derecho de los pueblos al desarrollo. Para él, el fracaso (político, técnico y ético) en los esfuerzos por promover el desarrollo no es un fracaso del ideal en sí, ni tampoco del progreso como concepto; es un fracaso de la eficacia y eficiencia de la intervención del Estado (Boisier, 2005).
Según Escribano Francés, el concepto de desarrollo se vincula, en general, con la idea de progreso económico y social que implica una mejora en las condiciones de vida de los individuos y los grupos humanos y una expansión de sus posibilidades. El desarrollo constituye, por tanto, una aspiración permanente de las diferentes colectividades, independientemente del nivel relativo al respecto que cada una haya alcanzado.
Según Teotonio Dos Santos, el desarrollo no es una cuestión técnica ni una transición dirigida por tecnócratas y burócratas sino una construcción social, que involucra a todos los sectores de la sociedad. El hecho de que el desarrollo local busque optimizar sus potencialidades, no es casual, sino es un momento estratégico importante donde confluyen ideas, teorías, objetivos, actores y metodologías determinadas, que consideran que, desde ese espacio, puede darse una vinculación importante con lo global, encontrando respuestas adecuadas a las aspiraciones sociales de bienestar y desarrollo, asimilando el cúmulo de experiencias de otros modelos de desarrollo.
1.1 Los modelos de desarrollo.
En la historia de la humanidad han sido varios los modelos de desarrollo implementados. Se conforman por aspectos teóricos, metodológicos, técnicos, teleológicos y axiológicos. Unos muy centrados en el aspecto económico y otros en el aspecto social. De ellos deriva la interrelación implícita entre inclusión exclusión, según sea su enfoque de progreso, evolución, crecimiento, desarrollo o modernización.
a). El enfoque economicista que define el desarrollo igual a crecimiento económico ha dado lugar a la gestión del desarrollo a través de modelos como la sustitución de importaciones, desarrollo hacia fuera, el aprovechamiento de las ventajas comparativas; desarrollo hacia adentro o modelo de industrialización, pasando por el modelo de ajuste estructural, hasta el modelo de desarrollo global.
b). El enfoque social ha impulsado también variados modelos de desarrollo, como el desarrollo social, desarrollo rural integrado, desarrollo comunitario, desarrollo con rostro humano, ecodesarrollo, etnodesarrollo, desarrollo a escala humana, desarrollo sostenible, entre otros, hasta llegar al modelo de desarrollo humano en vigencia actualmente y al desarrollo local y regional y su interrelación global.
Cada modelo de desarrollo conlleva una visión de la sociedad; le da primacía a un elemento, económico o social, aislado o en conjunto, por lo que el conocimiento profundo de cada una de las modalidades de desarrollo es imprescindible para entender el desarrollo y gestarlo. Con los elementos precedentes, el desarrollo constituye un proceso multidimensional que puede abordarse desde perspectivas económicas, filosóficas, sociológicas e ideológicas. Constituye un hecho político y de política.
Entre las teorías que han permeado los diferentes modelos del desarrollo, pueden citarse las siguientes;
1.2. Teorías económicas del desarrollo.
a). Economía del desarrollo, economía neoclásica, teoría de la dependencia y estructuralismo. Se basan en las escuelas originarias de la economía del desarrollo y el estructuralismo, en los conceptos neoclásicos y keynesianos, mientras la teoría de la dependencia se fundamenta en el marxismo y la teoría del imperialismo.
1.3. Teorías políticas y sociológicas del desarrollo.
a). Las teorías sociológicas estudian el desarrollo desde la forma cómo surgen las sociedades, su evolución, el papel de los movimientos y grupos sociales. Las teorías políticas analizan la forma como se organizan las sociedades y sus instituciones con los factores políticos y sociales. De estas teorías surge la teoría de la modernización y la teoría de la dependencia y, en los últimos años, aparece la denominada corriente del post-desarrollo o postmodernismo.
En la última década, los organismos internacionales presentan una nueva dimensión y resignificación de las capacidades humanas y su despliegue, como alternativa a la productividad materialista y utilitaria de bienes y servicios. Como respuesta al materialismo de las concepciones del desarrollo precedentes, surgen las teorías que pretenden impulsar un desarrollo alternativo centrado más en aspectos humanos, con el acompañamiento de los organismos internacionales y la cooperación descentralizada, dentro de las cuales pueden situarse las siguientes: El desarrollo humano, el enfoque de las capacidades, el desarrollo sostenible y el desarrollo participativo.
En 1990 surge una nueva etapa del desarrollo cuando el programa de naciones unidas para el desarrollo, PNUD, impulsa el modelo del desarrollo humano con el aporte del economista Mabuh Ul Haq, poniendo énfasis en la generación de capital humano al ampliar las oportunidades, las capacidades y las posibilidades de elección.
A principios del tercer milenio, el Banco Interamericano de Desarrollo asume el desafío de insertar el enfoque de la ética del desarrollo en su agenda con el propósito de combatir la corrupción y humanizar la globalización económica. Según Enrique Iglesias, el propósito es contribuir a una globalización humanizada, donde sólo un carácter solidario dará una verdadera globalización con conciencia humanista, con el fin de enfrentar los desafíos éticos en el campo de la economía, la salud, la educación y el medio ambiente.
1.4. El desarrollo endógeno.
En las últimas décadas aparece junto al concepto de crecimiento endógeno, situado en los nuevos modelos de crecimiento económico global que hacen de la innovación tecnológica un fenómeno interno de la función de producción. Contribuye a optimizar las potencialidades locales, los recursos, el territorio y las formas alternativas de producción, para identificar las competencias creativas que permitan a las poblaciones enfrentar los desafíos del orden mundial y lograr la satisfacción de las necesidades básicas con equidad, a partir de la diversidad social y cultural, como parte de un sistema local. El capital endógeno está constituido por los recursos diversos existentes que permiten construir un modelo de desarrollo sostenible y competitivo:
Las teorías del desarrollo endógeno sostienen que la competitividad de los territorios se debe, en buena medida, a la flexibilidad de la organización de la producción, a la capacidad de integrar de forma flexible los recursos de las empresas y del territorio. El territorio es un espacio de múltiples dimensiones y potencialidades que refleja las interdependencias entre factores ambientales, económicos, sociales y culturales; permite un desarrollo a escala humana: territorio y economía al servicio de la vida, orientado a resolver las necesidades humanas.
El desarrollo endógeno facilita la comprensión de la interrelación de factores productivos, la flexibilización de la producción y la respuesta desde los escenarios locales y regionales a la globalización. Hablar de desarrollo endógeno, no restringe a hablar de lo rural, sino más bien, lo rural es una condición importante, pero no limita una estrategia de desarrollo local, que puede impulsarse tanto en ámbitos rurales como urbanos.
1.5. El desarrollo local.
Lo local tradicionalmente se restringe a lo simple, a lo más pequeño geográficamente delimitado. Con la globalización se redimensiona y pasa a definir una estrategia de desarrollo que incorpora a los diferentes actores económicos, sociales e institucionales los cuales, al optimizar los recursos locales y lograr alianzas, generan respuestas de combate a la pobreza, propiciando el bienestar colectivo y una gestión estratégica incluyente, participativa y democrática.
El desarrollo territorial es un proceso que puede realizarse en diferentes ámbitos o escenarios geográficos, donde la delimitación del territorio es convencional. El desarrollo regional se localiza en un ámbito geográfico de desarrollo denominado región y combina tres dimensiones: la espacial, la social y la individual. Busca la transformación sistemática del territorio a través del progreso de una comunidad, el fortalecimiento de la sociedad civil, el sentimiento de pertenencia regional hasta el progreso de cada individuo para su realización como persona.
El desarrollo local se refiere a una localidad, a un marco territorial determinado, a un ámbito territorial inmediato, donde se impulsan procesos de cambio para el mejoramiento del bienestar colectivo. La localidad se concibe inserta en un espacio geográfico mayor, denominado región. En dicho proceso se comparten objetivos y visiones de largo plazo en un escenario cotidiano que facilitan las concertaciones y alianzas entre actores, así como la planificación y gestión participativa.
El territorio se convierte en espacio de flujos y espacios geográficos con influencia constante de los procesos globales, creando redes que modifican las distancias y los efectos de las decisiones mismas. El desarrollo local tiene que ver con las acciones que, tomadas desde el territorio, incrementan la creación de valor, mejoran los ingresos, aumentan las oportunidades de empleo y la calidad de vida de los habitantes de la localidad. El desarrollo local es un proceso de crecimiento económico y de cambio estructural que propicia un mejor nivel de vida para la colectividad, para lo cual desarrolla al menos cuatro dimensiones: la económica, la sociocultural, la política-administrativa y la territorial, donde el territorio juega un papel decisivo.
2. El turismo emergente, ¿una alternativa para el desarrollo local?
El turismo se ha identificado como una de las ramas económicas con mayor dinamismo del mercado mundial, siempre asociado a la modernidad del modelo capitalista, México está considerado como uno de los líderes mundiales en recepción de turistas con 20 millones de visitantes por año según fuentes de la organización mundial del turismo (OMT. 2016), esto representa sin lugar a dudas una posibilidad de desarrollo local y regional incuestionable, el turismo es uno de los agentes más efectivos de integración de economías menos desarrolladas al modelo mundial, sin embargo, cuando es mal encausado, propicia también grandes asimetrías y desigualdad.
Hoy el turismo se enfrenta a los problemas que plantean dos paradigmas no coincidentes: la globalización y la sustentabilidad. Éste es un reto de difícil integración en los países emergentes como México, ya que sus necesidades son mayores que las posibilidades de lograr un crecimiento equilibrado (Cesar y Arnaiz, 2012); precisamente porque las políticas turísticas al alinearse a la lógica del sistema capitalista mundial, omiten aspectos fundamentales para el desarrollo de las comunidades receptoras, las cuales en su intento por incorporarse a las nuevas actividades asociadas al turismo lo hacen en términos de desigualdad por falta de una adecuada cualificación y de apoyos institucionales, se les deja a su suerte luego de ser despojadas de sus recursos naturales ( Diaz, 2006).
Considerando que el potencial del desarrollo no es una situación predeterminada sino un proceso complejo y dinámico, las políticas públicas juegan un papel fundamental en la construcción del desarrollo local. (Albuquerque, 2006), Al referirse a territorios y no a sectores de actividad como el turismo o grupos de población, las políticas públicas pueden reconocer el carácter multidimensional de la promoción del Desarrollo Sustentable y, al mismo tiempo, situarse en un contexto determinado que le da sentido a todas esas dimensiones. (Barragán, 2013).
Al vislumbrar la posibilidad de desarrollo turístico de estas localidades, deben considerarse todas las consecuencias positivas que el mismo puede traer a una región con necesidades de crecimiento económico, sin perder de vista los posibles riesgos e impactos negativos, a fin de evitar que éstos sean demasiado perjudiciales.
Hoy en día, al hablar de turismo nos encontramos ante un gran dilema; por una parte, los efectos positivos que el desarrollo del mismo trae consigo y que en algunos momentos han llegado a mitificarse, y por otra, los elementos negativos asociados principalmenteal ámbito social y que en ocasiones desean obviarse para no enturbiar la visión paradigmática que los discursos oficiales y académicos ofrecen de este fenómeno.
Otra gran disyuntiva, en este caso cuando se involucra en ello al patrimonio, es la de la conservación frente a la modernización; tanto se desea conservar todo el patrimonio que el territorio posee, como se requiere hacer las adaptaciones para que la sociedad contemporánea se desarrolle correctamente, solventando sus necesidades propias, las cuales no difieren de las que dieron lugar al bien cultural que se pretende conservar.
El patrimonio cultural se halla en una notable experimentación turística. Esto no significa que la totalidad del denominado patrimonio tradicional (museos, paisaje urbano, edificios civiles y eclesiásticos, calles...) esté en un proceso de franco deterioro, por el contrario: con éste se está articulando actualmente una agresiva dinámica de aportación de nuevo patrimonio cultural de escala simbólica y emblemática en teatros, espacios escénicos y deportivos, nueva arquitectura en hoteles, centro de convenciones y de congresos.
El turismo, cuya estrecha relación con el patrimonio cultural ha dado pie a la configuración de un potente subsector dentro de éste, el turismo cultural, se está asimismo viendo sometido a un profundo e intenso proceso de renovación, tanto en su propia concepción, como en los modos y medios de gestión que se están llevando a cabo. El legado cultural representa la historia y, a menudo, la identidad de la gente que habita un territorio. Éste existe y tiene un valor por sí mismo (Herskovits 1974).
Al concepto de turismo cultural le podemos atribuir el más amplio significado, incluyendo obviamente elementos inmateriales. El patrimonio cultural es reconocido como un recurso que puede iniciar una cadena de acciones capaces de generar empleo y riqueza, una vez combinadas con los mecanismos adecuados de producción de servicios, de alianzas estratégicas y convencimiento de todos los actores.
Ante la riqueza patrimonial de las localidades en mención, consciente de la necesidad de proteger su acervo cultural edificado y la urgente necesidad de insertar programas de rescate y conservación de este patrimonio cultural, lo cual involucra no solo a las autoridades sino a la población en general. No cabe la menor duda de que cuando ungrupo de seres humanos adquiere consciencia sobre la conservación de los bienes patrimoniales asumiéndolos como una herencia histórica, estos grupos humanos tienen mayor probabilidad de sobrevivencia como grupo, que aquellos en donde su existencia no es concebida como tal (Chavoya, 2005).
3. La cultura y el patrimonio tangible como insumos para el desarrollo local.
Desde el "encuentro casual" entre Europa y el Nuevo Mundo y durante todo el siglo XVI, lo que hoy es para algunos Iberoamérica o América Latina para otros, se constituye en un campo fértil para reproducir el mundo europeo de ciudades y para experimentar la construcción de utopías, unas veces respetando los principios de orden del espacio construido por las culturas autóctonas, las más de las veces destruyendo, reubicando poblaciones, implantando el nuevo modelo de producción del espacio para fortalecer el desarrollo del sistema de dominación colonial.
El imperio español construyó una vasta red de ciudades que aseguraban el control territorial y el mantenimiento del vínculo con la metrópoli, eso explica porque la mayor parte de los centros urbanos de la América Latina actual se fundaron durante el siglo XVI.
Mientras que en la mayoría de las ciudades el centro fundacional o tradicional cambia de función, las familias con mayor nivel económico emigran hacia nuevos barrios elegantes, producto de la parcelación de propiedades rurales mejor ubicadas, en los centros se intensifica el uso del suelo a través de la subdivisión de casonas y palacetes que dan cabida a viviendas combinadas con comercios y servicios. Los propios dueños o los especuladores urbanos impulsaron el negocio inquilinario de lo que con distintos nombres significa lo mismo en nuestro continente: mesones, hostales, pensiones, etcétera, sin embargo, en las aglomeraciones menores como es nuestro caso, la estructura urbana colonial se ha mantenido casi sin cambios. A partir de la segunda mitad del siglo XX, el patrimonio cultural entro en una nueva fase, la del desarrollo económico a través del turismo, al reconocerse el atractivo que tiene para los visitantes la rica gama de testimonios de las diferentes etapas históricas y de las múltiples culturas regionales.
Dentro del patrimonio cultural se encuentran los bienes inmuebles, poblados, centros históricos, haciendas y patrimonio productivo que constituyen un elemento importante, edificios civiles y religiosos, además de ruinas prehispánicas; y los bienes muebles: objetos, muebles, esculturas, elementos conmemorativos, y demás.
En cuanto al patrimonio intangible: las creencias, ideas, tradiciones, leyendas, costumbres, artesanía, gastronomía y música con sus respectivos sustratos materiales, las fiestas patronales, carnavales, los modos de vida y sistemas de valores de las comunidades, mismos que han ido gestándose a través de la historia y que confieren al conjunto el aspecto humano que enriquece y da vida al patrimonio físico acumulado, en la región sierra occidental existen un gran número de ciudades y localidades históricas con atributos que son, la evidencia material de la historia, el aire pueblerino, el tejido social y la calidad del territorio, son una ventaja comparativa que ha servido para impulsar el turismo como un modelo para el desarrollo local, y es además un atractivo fundamental para impulsar el turismo nacional y extranjero, como una opción tanto para el desarrollo local como el desarrollo regional.
Los poblados de la sierra occidental de Jalisco, Talpa de allende, San Sebastián del Oeste y Mascota, desde su fundación han experimentado un desarrollo diferenciado entre sí, por una parte Talpa de Allende está consolidando su desarrollo con base en el turismo religioso, San Sebastián del Oeste se debate entre la permanencia como un asentamiento agrícola-minero y la posibilidad de incorporarse de lleno a la actividad turística y finalmente Mascota que conserva su base económica eminentemente agropecuaria, y que cuenta con enorme potencial por lo que recientemente los tres poblados han emprendido acciones de inserción en la actividad turística, con las cargas y beneficios que esto conlleva se percibe una alteración de sus procesos urbanos y territoriales que hasta hace poco tiempo permanecían inalterados.
4. Talpa de Allende, San Sebastián del Oeste y Mascota, ¿tradición vs desarrollo?
El desarrollo de una región requiere del entendimiento y encuentro de todos de los actores que inciden en la región para construir los mecanismos e instrumentos propicios que conduzcan al beneficio dela colectividad. Dentro de la región sierra occidental de Jalisco se localiza la subregión de Talpa de Allende, San Sebastián del Oeste y Mascota la cual contiene recursos naturales y culturales con potencialidad turística sin embargo en la actualidad su estado inercial sin uso, los mantiene sujetos a la depredación por actividades convencionales del sector primario como la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la minería entre otras actividades similares que no propician una dinámica económica que mantenga ocupada a su población y por lo tanto propicie ventajas económicas a favor de un desarrollo regional equilibrado.
b) Talpa de Allende. Se fundó en el año de 1599 a raíz de los descubrimientos de minerales en Aranjuez, por Decreto de la Real Audiencia de Guadalajara recibió el título de Santiago de Talpa. Posteriormente por decreto número 155 de fecha 18 de septiembre de 1885 se concede a Talpa el Título de Villa con la denominación de Talpa de Allende.
Es una localidad de origen minero que posteriormente se transformó en un santuario debido a la fe religiosa suscitada por la virgen del lugar, de las tres localidades es la que mayor dinamismo económico presenta y mejor infraestructura posee, tiene una población de 7,500 habitantes, su base económica eminentemente primaria y artesanal se potencializa con la actividad terciaria derivada del turismo religioso, que asiste a la veneración de la virgen del lugar conocida como virgen del rosario o virgen de talpa,esta localidad recibe alrededor de tres millones de visitantes al año, cuya cúspide se concentra en el periodo de semana santa y pascua lo que en términos reales significa que durante dos semanas se recibe los tres millones de visitantes.
Esta situación marca con claridad el carácter estacional de la actividad, el resto del año la economía se repliega a las actividades primarias, sin embargo en un esfuerzo emprendedor y en aras de romper la estacionalidad el gobierno estatal puso en marcha el programa “ruta del peregrino” que inicia en el poblado de Ameca y cruza varios municipios de la región, dicho proyecto consiste en dotar de infraestructura a lo largo de la ruta con tres miradores, dos albergues una escultura y tres ermitas, con esto se pretende que las visitas aumenten durante el resto del año y se aproveche el recorrido por los municipios intermedios, en este momento ya está construido un mirador y todavía no se refleja un aumento de visitantes.
Los efectos de esta actividad turística son evidentes el paisaje urbano cambia, la relación con los habitantes locales se mezcla dejando su impronta, se va perdiendo paulatinamente la imagen rural del lugar y se transforma en un escenario de relevancia para la fe.
b) San Sebastián del Oeste.Se funda en 1542 cuando son descubiertas las minas de plata y es nombrada jurisdicción de Hostipac la alcaldía mayor Real de Minas de San Sebastián. Así, durante la colonia fue uno de los principales centros mineros de la Nueva España. La jurisdicción del Real de San Sebastián comprendía los reales de San Sebastián, Real de los Reyes, Jalapa, Real de Santiago y San Nicolás, llego a tener 20,000 habitantes. El decreto del 30 de octubre de 1886 lo menciona como municipio.
De las tres localidades es la que ha permanecido más aislada, y pudiera decirse que es la menos intervenida, sin embargo, a raíz de la construcción de la carretera Guadalajara-Ameca-Mascota-Puerto Vallarta en la administración estatal de Francisco Ramírez, esta localidad se abrió de nuevo a la actividad económica de carácter regional.
Pueblo minero de origen que vio su esplendor en el siglo XIX, y cuya base económica se agotó, transformándose en un poblado que quedo en el semiolvido como muchos poblados de México que fue perdiendo población debido a la falta de actividad económica que propiciara su desarrollo, expulsando hacia otras latitudes incluso los EUA. A su población, en la actualidad tiene una población de 3,500 habitantes, su base económica mayoritariamente primaria, destacándose su producción de café y mezcal más conocido como raicilla.
Recientemente fue nombrado pueblo mágico, debido a los atributos arquitectónicos, urbanísticos y paisajísticos de gran valía y buen nivel de conservación, donde se refleja aun la impronta de los reales de minas fundados en la colonia, es así que la tradición de este poblado busca integrarse en el circuito turístico con los beneficios que esto puede acarrear, sin embargo esta incorporación representa retos y compromisos que solo se podrán definir en la medida de que el balance costo-beneficio sea positivo para la localidad.
La tradición del poblado de San Sebastián del Oeste hoy transita al turismo emergente como tabla de salvación en una sub región de excelentes potencialidades urbanísticas, arquitectónicas, paisajísticas y culturales lo que determina su importancia como patrimonio y su desarrollo turístico local y regional, su proximidad a Puerto Vallarta, la articula como parte de un circuito turístico que vincula la costa y la sierra con mayor perspectiva de desarrollo.
c) Mascota. Por decreto del 27 de marzo de 1824, se dispuso la creación del departamento de Mascota. Asimismo, se le concedió el título de villa a dicha población. Para 1825, seguía conservando su carácter de capital del departamento y tenía ayuntamiento. Por decreto del 25 de julio de 1843, se estableció el Juzgado de Primera Instancia en Minería, en los minerales de Mascota.
El 18 de septiembre de 1846, Mascota fue nombrada capital del 6° Cantón del Estado. Por decreto número 182, publicado el 18 de junio de 1870, se erigió en 10° Cantón del Estado el departamento de Mascota, con los límites que en ese entonces tenía, siendo cabecera Mascota. Con fecha del 10 de abril de 1885 se publicó el decreto número 129, en el que se concede el título de ciudad a la Villa de Mascota.
Esta localidad se caracteriza por su potencial agroindustrial ya que la base de su economía se concentra en las actividades agropecuarias, cuenta con una población aproximada de 7,200 habitantes sin embargo su condición su importancia económica se debe al buen desempeño agrario y a las cualidades territoriales que lo caracterizan, esto le ha permitido impulsar el turismo de manera paralela, lo que le ha significado cargas y beneficios.
De las tres localidades que forman esta subregión, Mascota presenta más ventajas al establecer una incipiente infraestructura turística de contacto con la naturaleza, el contar con la presa de corrinchis y la pequeña laguna natural de juanacatlan ha facilitado el establecimiento de la hotelería como atractivo para el turista, la cabecera municipal se debate entre la permanencia de la tradición y las intervenciones que modifican su paisaje urbano, hay que considerar que esta localidad es la conexión a través de la sierra entre Guadalajara y Puerto Vallarta lo que ha incidido su incremento en visitantes de manera progresiva.
Su proximidad con Puerto Vallarta la liga profundamente con una parte de los turistas que llegan al puerto y buscan un contacto con la cultura de la sierra, de forma tal que paulatinamente se transforma y va perdiendo atributos fisonómicos de la arquitectura tradicional y por lo tanto de su patrimonio edificado, esta es la impronta que hace evidente el papel del turismo como actividad emergente para esta región, se pretende que sean los habitantes de esta localidad quienes puedan recibir los beneficios económico y las cargas que esta actividad lleva de manera implícita.
5. Reflexión preliminar.
En las tres localidades se están llevando a cabo importantes procesos que tiene fuerte impacto en su desarrollo local, urbano, territorial y los podemos enumerar de la siguiente forma:
i) La comercialización y especulación del suelo.
ii) Los cambios de uso de suelo y de la edificación.
iii) El aumento y concentración de vehículos y su contaminación resultante.
iv) El desorden visual generado por la señalización comercial.
Son algunos de los más importantes elementos que constituyen una amenaza permanente al patrimonio cultural y natural de estas poblaciones.
las localidades contenidas en esta investigación se enfrentan al reto de la desarrollo regional y local a través de la riqueza patrimonial cultural que poseen, situación que requiere integrar al turismo en el marco de estrategias innovadoras en el campo de lo urbano-arquitectónico y la conservación del patrimoniocultural tangible e intangible, para ello es necesario construir las vías adecuadas de encuentro entre turismo y patrimonio cultural y la configuración de un modelo urbano de relaciones armónicas y complementarias.
Una ciudad que se construye es a la vez una ciudad que se destruye; y es precisamente en la manera de articular esta doble operación construcción-destrucción donde reside la posibilidad de que la construcción se haga con la menor destrucción posible y sobre todo que esta destrucción sea más que nada una readaptación inteligente a las nuevas exigencias. (Chueca Goitia. 2004).
6. Conclusiones
No existe un modelo único, un proceso lineal, un actor determinante en las experiencias de desarrollo local, cada una de ellas se constituye socialmente de acuerdo a los objetivos, intereses y expectativas además de las sinergias que logran crear en cada territorio, los actores productivos y sociales, junto a las instituciones existentes, con la claridad que da la plena conciencia del valor patrimonial existente en la zona y sus potencialidades a futuro.
No hay duda que junto al crecimiento económico, el turismo en general y el turismo cultural en particular, traen consigo posibilidades de desarrollo local y regional, de sustentabilidad, generación de nuevos empleos, mejora del nivel de vida de la comunidad receptora, intercambio social y cultural entre visitantes y residentes, conservación del patrimonio, entre otros resultados positivos; pero también llega a ocasionar pérdida de la identidad local, importación de patrones culturales ajenos, delincuencia y prostitución, depredación de los bienes culturales, carga turística excesiva, banalización del mensaje cultural, agresión al medio ambiente, además de otros impactos negativos.
Las tres localidades estudiadas son centros productivos de tradicional importancia en la sierra occidental, intentan participar en procesos de renovación global aprovechando su condición local y afrontan el futuro con el reconocimiento de sus debilidades y amenazas, pero también de sus fortalezas y oportunidades, se percibe un convencimiento de poder convertirse en centros atractivos que permitan diversificar su economía y generar bienestar a sus habitantes y visitantes.
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