TURyDES
Vol 6, Nº 15 (diciembre/dezembro 2013)

CONCEPTUALIZACIÓN Y CONSIDERACIONES EN TORNO AL ECOTURISMO

Francisco Orgaz Agüera (CV) y Mario Castellanos Verdugo (CV)

La industria turística requiere de un tratamiento especial debido a las interrelaciones que se producen entre todos los agentes o stakeholders que conforman la oferta turística y la demanda (Castellanos Verdugo y Orgaz Agüera, 2013), haciendo referencia esta última a los turistas.

En este sentido, la demanda turística está buscando nuevas experiencias lejos de los lugares masificados, donde puedan encontrar rasgos éticos, naturales y reales a través de la autenticidad de un destino (Yeoman et al., 2007). Además, las mejoras que se están produciendo desde hace años en las comunicaciones, tanto a nivel de infraestructura como de tecnología, están aumentando las oportunidades de la demanda turística para realizar viajes (Castillejo Canalejo et al., 2011), prefiriendo sobre todo realizar estancias más cortas en el tiempo pero con una mayor frecuencia durante el año (López-Guzmán et al., 2013), con la finalidad de dar respuesta a los diferentes gustos y necesidades que tienen actualmente los consumidores.

Así, esto provoca que estén apareciendo nuevas tipologías turísticas a través de elementos relacionados con la cultura, naturaleza, gastronomía, industria, patrimonio, etc., que están generando nuevas vías de ingresos para las comunidades locales, a través de la creación de empleo y la puesta en marcha de nuevas empresas en el destino.

Por tanto, según Castillejo Canalejo et al., (2011), la aparición de estas tipologías turísticas están provocando que los criterios para clasificar estos tipos de turismo sean cada vez más variados.

En este sentido, el objetivo de este estudio es delimitar conceptualmente el turismo ecológico o ecoturismo dentro de las tipologías de actividades turísticas, además de conocer cuáles son las principales características y componentes de este turismo, para finalmente analizar los principales puntos fuertes y débiles del desarrollo de esta actividad turística para el destino y el ecoturista.

La metodología empleada para elaborar este artículo ha consistido en la revisión de la literatura científica, así como en la observación participante en distintas áreas ecoturísticas a nivel internacional, tanto de países desarrollados como subdesarrollados, durante el trabajo de campo llevados a cabo para diferentes investigaciones sobre ecoturismo. Las visitas a estas zonas naturales donde se desarrolla el turismo ecológico han ayudado a comprender mejor el desarrollo de este turismo, y a conocer cuales son las características y componentes del ecoturismo.

En este sentido, para ver con una mayor claridad los puntos fuertes y débiles del ecoturismo en un destino y de su práctica por parte de los ecoturistas, se desarrolla un análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). En este sentido, la matriz DAFO ha sido utilizada por diversos autores en sus estudios turísticos (Sariisik et al., 2011; Romero Macías et al., 2011; Reihanian et al., 2012; Zhang, 2012), así como para delimitar conceptualmente otras tipologías turísticas (Castillejo Canalejo et al., 2011).

Para cumplir los objetivos a través de la metodología citada en esta investigación, este artículo se estructura, tras esta introducción, en un segundo apartado que trata sobre las tipologías de actividades turísticas; en un tercer apartado trataremos el concepto de ecoturismo; en un cuarto apartado se tratan las características y componentes de esta tipología turística; en un quinto apartado, se comentan los puntos positivos y negativos de este turismo a través de una matriz DAFO; en un sexto apartado se muestran las conclusiones de esta investigación; y finalmente, se muestran las referencias bibliográficas utilizadas para elaborar este estudio.

 

El turismo es un fenómeno de gran trascendencia económica, social y cultural, de difícil delimitación, que ha sido estudiado por numerosos investigadores y académicos (Haralambopoulos y Pizam, 1996; Higgins-Desbiolles, 2006).

En este sentido, a lo largo de las diferentes investigaciones llevadas a cabo en el sector turístico, han ido apareciendo nuevos conceptos referentes a las nuevas tipologías de turismo que han ido apareciendo, y que a su vez han sido estudiadas por diversos investigadores (Getz, 2008; Weed, 2009; Yang y Wall, 2009; Ashworth y Page, 2011).

Según Castillejo Canalejo et al., (2011), diversos autores (Fernández Zambón y Guzmán Ramos, 2005; Vargas Sánchez, 2007) emplean una clasificación de las tipologías turísticas distinguiendo, por un lado, el turismo tradicional de masas y, por otro, aquel turismo alternativo (tabla 1).

Tabla 1. Tipologías Turísticas.

 

TURISMO TRADICIONAL DE MASAS

  • Sol y playa.
  • Montaña.

 

 

TURISMO ALTERNATIVO

  • Turismo ecológico o ecoturismo.
  • Agroturismo.
  • Turismo rural.
  • Turismo de aventura.
  • Turismo cultural o patrimonial:
  • Turismo de motivación histórico-patrimonial.
  • Turismo de motivación étnica y folclórica.
  • Turismo religioso.
  • Turismo de formación.
  • Turismo de acontecimientos singulares (teatro, música, etc.).
  • Turismo lúdico festivo.
  • Turismo literario.
  • Turismo gastronómico.
  • Etnoturismo.
  • Turismo de compras.
  • Turismo industria o de patrimonio industrial.

 

Fuente: Elaboración propia, a partir de Castillejo Canalejo et al., (2011).

Por tanto, en la tabla 1 observamos que por un lado están aquellas tipologías de turismo masificado, homogéneo y que producen diversos impactos negativos en los destinos, haciendo referencia tanto al turismo de sol y playa como al turismo de montaña. Por otro lado, encontramos aquellas tipologías de turismo alternativo, que ofrecen zonas mejor conservadas y con atractivos específicos (Castillejo Canalejo et al., 2011). En esta tipología destacan el turismo cultural o patrimonial, el turismo de aventura, el turismo rural, el agroturismo y el turismo ecológico o ecoturismo, siendo esta última tipología la que vamos a abordar en esta investigación.

Aunque, para diversos investigadores (Mediano Serrano, 2002; Barrera, 2006; Millán Vázquez de la Torre et al., 2011), el ecoturismo, junto a otras tipologías turísticas, se engloban dentro del denominado turismo rural.

En este sentido, para Mediano Serrano (2002), lo que hace diferente al ecoturismo de otras tipologías que se desarrollan en contacto con la naturaleza, es el hecho de que en unos casos destaca más la vertiente deportiva, en otros la ecologista, en otros la lúdica y en otros, la aventurera.

Por otro lado, a lo largo de los años ha habido una confusión entre el turismo de naturaleza y el ecoturismo. En este aspecto, el turismo de naturaleza es definido como  un  turismo que se practica en la naturaleza, y que está compuesto por varios sub-segmentos e integrado por todas las formas de turismo que dependen básicamente del medio natural como principal atracción o motivación del viaje o como soporte básico para su desarrollo (Weaver, 2001). Así, se incluyen dentro del turismo de naturaleza el turismo cinegético, el ecoturismo, el turismo rural, el turismo deportivo, etc.

En este mismo sentido, existen dos tendencias; por un lado los que consideran el ecoturismo como un sub-sector del turismo de naturaleza. Por otro lado, se considera que el turismo ecológico tiene elementos comunes con el turismo de naturaleza, pero que hablamos de dos tipologías de turismo en el medio natural diferentes. Así, según Crosby et al., (1993), la segunda tendencia es la correcta, debido a que el ecoturismo tiene una base natural, pero no siempre debe ser incluido en el turismo de naturaleza, si bien, tiene dos puntos en común:

 

Por tanto, aunque son términos con coincidencias, hablamos de dos tipologías turísticas diferentes, debido a que no todos los viajes a entornos naturales tienen porqué ser turismo ecológico.

Así, el ecoturismo gira alrededor del deterioro medioambiental, los impactos en las comunidades locales y demás stakeholders, y la necesidad de una gestión turística sostenible. Por su parte, el turismo de naturaleza se centra en el disfrute directo de lugares relativamente tranquilos en la naturaleza (Valentine, 1993).

Por tanto, estamos ante una tipología turística que aún no está delimitada claramente en la clasificación de tipologías turísticas, como es el caso del ecoturismo, si bien, tiene unas características y unos componentes que les hace diferentes a las demás tipologías que se desarrollan en contacto con la naturaleza.

 

Las expresiones “turismo ecológico” y “ecoturismo” han llegado a ser cada vez más populares tanto en la literatura científica como en el mercado turístico, y han aparecido normalmente refiriéndose al turismo “interesado en visitar espacios naturales protegidos y conocer la flora y la fauna de los países y comarcas que se visitan” (Sanz Domínguez, 2005: 25), aunque, el uso generalizado del término ha hecho que no se clarifique el concepto de ecoturismo, y ha contribuido a la generación de numerosas definiciones sobre este término (Bottril y Pearce, 1993).

Según Sandoval (2007), el concepto de ecoturismo viene siendo abordado desde hace pocos años, aunque, esta tipología turística ha generado un gran interés por parte del sector industrial y medioambiental, así como por parte de numerosos investigadores académicos por dos razones básicas (Hvenegaard, 1994):

 

Así, actualmente no existe un consenso sobre el origen del término “ecoturismo”, aunque, algunos autores (Rivera Mateos, 2010) citan a Budowski (1976) como el primer autor que citó en un artículo la relación entre turismo y medio ambiente, hablando en concreto de la relación conflictiva de ambos términos, y mencionando que existen unas potencialidades para una relación simbiótica basada en beneficios mutuos, que describió partiendo de unas premisas que se acercan a la noción actual del ecoturismo, aunque sin utilizar este término.

Pero, finalmente, se ha llegado a imponer el término en español acuñado por Ceballos-Lascurain (1987), cuando definió ecoturismo como la forma de turismo que consiste en visitar áreas naturales relativamente intactas o poco alteradas, con el objeto de estudiar y admirar el paisaje, la flora y los animales salvajes que acogen, así como toda manifestación cultural (pasada o presente), observable en estas zonas. Posteriormente, Ceballos-Lascurain (1992) completo su definición, hasta llegar al punto de que hoy en día es la aceptada por diferentes organismos internacionales.

Así, según Ceballos-Lascurain (1992), el ecoturismo es aquella modalidad turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas naturales relativamente sin disturbar con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) de dichas áreas, así como cualquier manifestación cultural (del presente y del pasado) que puedan encontrarse ahí, a través de un proceso que promueve la conservación, tiene bajo impacto ambiental y cultural, y propicia un involucramiento activo y socioeconómicamente benéfico de las poblaciones locales.

Pero, aunque esta definición es usado por importantes organismos internacionales como The International Ecotourism Society (TIES) o la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), no dispone de una consenso universalmente aceptado entre los investigadores, debido a que desde su aparición ha sido objeto de estudio de diversos autores (Fennell, 1999; Wearing y Neil, 1999), siendo encontrados por Fennell (2001) 85 conceptos diferentes de ecoturismo en la literatura científica.

Posteriormente han ido apareciendo más conceptos sobre ecoturismo (Stronza y Gordillo, 2008; Jing y Fucai, 2011; Lu y Stepchenkova, 2012), si bien, la mayoría de términos definidos hacen referencia a las características básicas del turismo ecológico establecidas por la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2002):

 

Por tanto, el ecoturismo tiene como características aquellos aspectos relacionados con el disfrute de la naturaleza bajo una actividad turística de bajo impacto, y con el objetivo de realizarla de forma sostenible, es decir, respectando el medio ambiente y contribuyendo al desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales.

Abordando los diferentes estudios realizados por los diversos autores que han investigado sobre la actividad ecoturística (Ceballos-Lascurain, 1992; Wight, 1993; Wearing y Neil, 1999; Puertas Cañaveral, 2007; Rivera Mateos, 2010) podemos citar una serie de características básicas para el ecoturismo, y que van más allá de las básicas establecidas por la OMT (2002), y que ya hemos visto anteriormente.
Estas características son las siguientes:

Así, y de modo más concreto, el ecoturismo busca conseguir la máxima satisfacción para el turista, el mínimo impacto ambiental negativo, el máximo respeto por las culturas locales y el máximo beneficio económico para el país (Pérez de las Heras, 2002).
En cuanto a los componentes que conforman la actividad ecoturística, encontramos que el ecoturismo está formado por diferentes elementos (figura 1), que facilita su puesta en marcha.

Así, el ecoturismo está compuesto por:

Como hemos visto anteriormente, la actividad ecoturista está compuesta por numerosos elementos, si bien, muchos de ellos pueden provocar impactos, que pueden ser tanto positivos como negativos para el destino.
En este sentido, para ver con mayor claridad tanto los beneficios como los costos de esta tipología turística, vamos a elaborar una matriz DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), a partir de la revisión de la literatura realizadas y de la observación participante durante el trabajo de campo realizado para el desarrollo de investigaciones sobre ecoturismo en diferentes destinos internacionales (tabla 2). Este análisis se desarrolla identificando, en primer lugar, las oportunidades y amenazas que tiene un destino para desarrollar este turismo, y, en segundo lugar, las debilidades y fortalezas del ecoturismo referentes al ecoturista.
Tabla 2. Matriz DAFO de la actividad ecoturística.


DEBILIDADES
(ecoturista)

AMENAZAS
(destinos)

  • Bajo flujo de turistas frente a otras tipologías turísticas.
  • El nivel de pernoctaciones por parte de los turistas es bajo.
  • Inadecuados modelos de marketing.
  • Alteración de flora y fauna.
  • Lugares alejados de los principales polos turísticos.
  • Elevación de la contaminación.
  • Deterioro de la cultura local.
  • Baja calidad de la infraestructura.

FORTALEZAS
(ecoturista)

OPORTUNIDADES
(destinos)

  • Elevado nivel de educación. 
  • Respeto hacia el medio ambiente.
  • Gran interés en actividades turísticas en contacto con la naturaleza.
  • Búsqueda de la autenticidad de lo local.
  • Mayor disponibilidad para viajar.
  • Desarrollo socioeconómico de las comunidades locales.
  • Creación de empleo y empresas.
  • Aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
  • Aumento de los viajes hacia destinos sostenibles.
  • Mejoras de la gestión de las áreas protegidas.

Fuente: Elaboración propia.
Así, según la tabla 2 podemos observar que el ecoturismo tiene puntos fuertes y débiles, dependiente si hacen referencia a los destinos o al turista ecológico.
En este sentido, la demanda ecoturística cuenta con un elevado nivel de educación y respeto hacia el medio ambiente. Esto, junto a los principales problemas medioambientales existentes en la actualidad, está provocando que los turistas tengan un gran interés por desarrollar actividades más sostenibles en contacto con la naturaleza, y donde además, puedan percibir la autenticidad del destino, es decir, conocer los principales rasgos culturales, étnicos, naturales, etc. Además, los nuevos cambios de los turistas están provocando que viajen más veces durante el año, pero con una estancia en el destino menor, lo cual afecta negativamente al ecoturismo, debido a que la demanda pernocta pocas noches, y en muchos casos esto se debe a que la actividad ecoturística se desarrolla como una actividad complementaria a otras tipologías turísticas. 
Por su parte, el desarrollo del ecoturismo en un destino específico ayuda a mejorar el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales, a través de la creación de nuevas oportunidades de empleo, en muchos casos debido a la creación de nuevas empresas. Además, esta actividad genera un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, que a través de una mejora de su gestión, ayuda a conservarlos durante más tiempo. En este sentido, para los destinos también es un punto fuerte los nuevos cambios del turista, debido a que el aumento de los viajes hacia lugares sostenibles y donde, además, se pueda observar la autenticidad de su cultura, genera una oportunidad para desarrollar esta actividad turística en el destino, sobre todo en países más desfavorecidos, donde esta actividad puede ayudar a bajar el índice de pobreza. Aunque, se deben tener en cuenta que esta actividad también puede provocar numerosos impactos negativos en el destino sobre todo medioambientales, con la alteración de los ecosistemas y el aumento de la contaminación, aunque también culturales, como es el deterioro de la cultura local. Para ello es fundamental trabajar bajo el principio de sostenibilidad, y con conceptos como la capacidad de carga. Por su parte, algunos destinos cuentan con diversas potencialidades ecoturísticas, pero utilizan inadecuados modelos de promoción y comercialización, en muchos casos, porque se encuentra en lugares alejados de los principales polos turísticos y, en ocasiones, porque la infraestructura para el acceso es de baja calidad (sobre todo en países subdesarrollados). Por último, cabe reseñar que la planificación de la actividad ecoturística debe hacerse teniendo en cuenta todos los stakeholders del destino.

La oferta turística está cada vez más diversificada, asistiendo así a las diferentes motivaciones y expectativas que tienen los nuevos turistas. En este sentido, los turistas buscan nuevas formas de turismo, lejos de las zonas más masificadas y saturadas, como son aquellas donde el turismo de sol y playa y el de montaña se configuran como actividades turísticas consolidadas.
Así, aparecen nuevas tipologías, siendo una de ellas el turismo ecológico o ecoturismo. La definición de esta tipología ha sido objeto de estudio de numerosos investigadores y académicos, habiendo diferentes conceptos repartidos por las diferentes revistas científicas del turismo. Esto ha generado que hayan aparecido diferentes controversias a la hora de clasificar el ecoturismo dentro de las tipologías turísticas alternativas al turismo de masas.
Pero, para algunos autores, el ecoturismo se configura como una tipología turística propia, si bien, dispone de unas características específicas que lo hacen diferente a los demás turismos que se desarrollan en contacto con la naturaleza. En este mismo sentido, esta actividad requiere de unos componentes, que sin los cuales no podría existir, coincidiendo muchos de ellos con los que se necesitan para el desarrollo de otras tipologías turísticas que también se realizan en la naturaleza.
Aunque, lo que no deja lugar a dudas, es que este turismo cuenta con numerosas oportunidades y fortalezas para su puesta en marcha, que pueden ayudar sobre todo a mejorar la conservación de los recursos naturales de un destino, así como a mejorar el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales. Por su parte, también pueden aparecer ciertas amenazas y debilidades, que deben tenerse en cuenta, y sobre todo corregirse, con la finalidad de poner en marcha una actividad sostenible en el destino, y para ello, es importante tener presente los conceptos referentes a la sostenibilidad y a la capacidad de carga.
Es importante también para la gestión y el desarrollo de esta actividad en un destino, que se tengan en cuenta a todos los stakeholders locales, con la finalidad de que todos estén implicados en este turismo, y con el objetivo de que todos obtengan beneficios, sobre todo las comunidades locales, que deben ser los principales beneficiarios del desarrollo de esta actividad económica, lo cual se hace más importante en países subdesarrollados, donde el ecoturismo puede ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de las poblaciones locales, contribuyendo así a descender el nivel de pobreza en el destino.

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