Carlos Albrieu (CV), Silvia Ferrari (CV) y Viviana Navarro (CV)
En la provincia de Santa Cruz (Patagonia Austral, Argentina), si bien el producto “glaciares” emerge como excluyente, convirtiéndose en el epicentro turístico a partir del cual cobran relevancia otros productos y destinos regionales, se puede afirmar que se trata de una región en proceso de franco desarrollo turístico. La ciudad de El Calafate en relación directa con la localidad de El Chaltén, forman parte del circuito que integra la Comarca Austral Turística de esta provincia (Schinelli y Vacca 2007). Esta región constituye un multidestino turístico interconectado y sinérgico, diferenciado y bien posicionado en los principales mercados-objetivo a través de sus dos motivaciones/productos/marcas básicas: glaciares (El Calafate) y trekking y aventura (El Chaltén). Entre ellos, uno de jerarquía internacional localizado en el Parque Nacional Los Glaciares, con el Glaciar Perito Moreno, auténtico símbolo de toda la Patagonia y uno de los destinos más importantes de Argentina (Schinelli y Vacca 2007, 2009).
El principal circuito de turismo organizado en Santa Cruz se basa en la conexión de dichas localidades (Vacca et al. 2008). Sin embargo, la provincia cuenta también con muchos otros destinos potenciales, vinculados a la naturaleza o su patrimonio cultural, que favorecerían el desarrollo de modalidades alternativas, tales como el turismo de intereses especiales, científico, cultural, de aventura, observación de aves, rural, minero, entre otros (Schinelli y Vacca 2007; Ferrari et al. 2009, 2012; Albrieu et al. 2010). No obstante, muchos de ellos aún no se han puesto en valor y constituyen atractivos naturales/culturales más que productos turísticos. Estos nuevos destinos posibles, permitirían promover el turismo como instrumento de desarrollo económico y social en áreas de gran potencial turístico y recreativo, pero que permanecen ociosos como recursos.
En los últimos años, la demanda turística por sitios de patrimonio natural y cultural prístinos registra un crecimiento exponencial tanto en el país como en el extranjero y si bien la mayor parte de la actividad se desarrolla a través de lo que se conoce como turismo “masivo” o “convencional”, es cierto que existe un número cada vez mayor de turistas que busca contacto con las culturas autóctonas y con los espacios naturales. Este segmento, en su mayoría de buen poder adquisitivo, a pesar de su pequeño tamaño dentro del mercado turístico global, está alcanzando un 20 % de la demanda internacional y no cesa de crecer. El ecoturismo en particular, entendido como aquel motivado por el contacto de los visitantes con el entorno natural, se encuentra en notable crecimiento en el mundo. Dentro de esta modalidad, la utilización de la fauna silvestre se está transformando en uno de los principales ejes de desarrollo para muchos países en la actualidad. En Argentina, la fauna tiene un importante potencial en el desarrollo socio-económico y cultural de diversas regiones. Particularmente en la Patagonia, el turismo basado en la observación de aves y mamíferos de la zona costera se encuentra en un constante incremento en las últimas décadas (Tagliorette y Losano 1996, Yorio et al. 2001).
Estas nuevas formas de turismo que se están imponiendo, ofrecen oportunidades que Santa Cruz puede aprovechar en virtud de su diversidad en recursos naturales que le confieren un abanico de productos capaz de atraer a mercados y segmentos ávidos en estas experiencias singulares. En este sentido, desde el Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable 2016 (2005) se promueve el desarrollo de productos turísticos en distintas zonas del país donde la actividad es aún incipiente, estimulando la diversificación paulatina de la oferta sobre la base de los componentes prioritarios del espacio turístico. Uno de los atractivos turísticos especialmente promocionados por el Ministerio de Turismo de la Nación es la Ruta 40 (RN40), incipiente corredor turístico vertical que fija su kilómetro cero en Cabo Vírgenes (Santa Cruz) y finaliza en el kilómetro 5.244, en La Quiaca (Jujuy), constituyéndose en la más larga y espectacular de Argentina, ya que une de sur a norte once provincias de tres regiones del país: Patagonia, Cuyo y Norte.
En el extremo sur del continente, la Ruta 40 Austral, en su tramo comprendido entre Rio Gallegos y Río Turbio (Santa Cruz), presenta en ejecución obras de pavimentación que ya superan el 60% de su longitud total. Estas obras buscan dotar a la provincia de mejores condiciones de competitividad, favoreciendo la diversificación de sus actividades, fundamentalmente la turística por estar dentro de este corredor. Un valor especial adquiere en este escenario la Cuenca Carbonífera de Río Turbio, con las localidades de Río Turbio y 28 de Noviembre, ya que al pavimentarse este sector, actuará como un enlace entre un sitio ya instalado internacionalmente como es El Calafate y la capital de la provincia, Río Gallegos; y por otro, con el denominado “Circuito transfronterizo Río Turbio- Puerto Natales”, integrándolo así a la República de Chile. Si bien, este tramo de la ruta presenta características muy incipientes de desarrollo en el aspecto turístico, potencialmente constituye un atractivo de real valía que puede llegar a contar con una puesta en valor a partir de las inversiones en infraestructuras.
En este trabajo, se focaliza el análisis sobre dos localidades que están inmersas en el corredor RN40 Austral: 28 de Noviembre y Río Gallegos, las cuales poseen recursos naturales que pueden ser la base de un aprovechamiento recreativo – turístico, fundamentalmente dado por la diversidad y abundancia de aves silvestres y por la presencia de especies carismáticas o emblemáticas en sus alrededores, constituyéndose en potencial motivo de atracción para turistas sensibilizados con la naturaleza.
La observación de aves es una actividad que promueve la conservación de los ambientes, vinculada al turismo en la naturaleza. Los aficionados a esta actividad suele interesarles visitar nuevos lugares en donde avistar nuevas especies de aves, especialmente aquellos destinos que les ofrecen una experiencia integral distinta a la que pueden disfrutar en su entorno inmediato (López Roig, 2008). Se trata de una actividad realizada por personas que buscan conocer, distinguir o simplemente observar aves silvestres en situación de libertad, siempre en contacto con la naturaleza. Involucra asimismo, otras actividades como caminatas al aire libre, disfrute y contemplación de la naturaleza, realización de actividad física, expresión artística a través del dibujo o la fotografía, completar listas de chequeo, participar en programas de identificación, censos, conservación, adopción, entre otros. Vale decir que es una actividad que se vincula fundamentalmente con el aspecto lúdico-educativo-social, realizándose por lo general, en grupos de amigos o familiares. La presencia de especies espectaculares o especies raras, sumado a su movilidad, migraciones, ciclos, dinamizan los espacios donde se llevan a cabo las observaciones, contribuyendo de esta manera en un desarrollo territorial distinto, más dinámico (PROFODE, 2010).
La observación de aves silvestres en libertad es una actividad ampliamente extendida en el mundo. Según estimaciones de BirdLife Internacional, a finales de los noventa unos 78 millones de observadores de aves gastaron un promedio de mil dólares estadounidenses en cada uno de los destinos elegidos, durante sus viajes en busca de aves silvestres (Cordell et al. 1999). Como indicador de la potencialidad de esta modalidad turística, se puede señalar asimismo que casi un tercio de la población estadounidense realiza una actividad de turismo de naturaleza al año relacionada en todo o en parte con el mundo de las aves, y se estima que casi cinco millones de norteamericanos salen al extranjero en viajes que tiene alguna relación con la observación de aves (Grande Ibarra, 2007). De acuerdo a los datos de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI), suministrados por el Ministerio de Turismo de la Nación, en el año 2009 un total de 45.541 turistas extranjeros (2.3% del total) visitaron el país y observaron aves durante su estadía, encontrándose la región de Patagonia entre los principales destinos visitados (PROFODE, 2010).
Esta situación brinda un contexto auspicioso para las zonas abordadas en este trabajo, teniendo en cuenta las fortalezas que poseen en cuanto a la disponibilidad en su área de influencia, de especies convocantes desde el punto de vista turístico, por su belleza, comportamiento o grandes concentraciones (Ferrari et al. 2002, 2009, 2012, Albrieu et al. 2010), lo que las convierte en fuertes atractivos, que con una buena gestión y un sistema de soporte propicio, se pueden constituir en hitos para la realización de turismo en la naturaleza. Por otro lado, tanto en la ciudad de Río Gallegos como en 28 de Noviembre, existen espacios naturales urbanos protegidos, los cuales permiten contar con una base de acción que impulse estas nuevas alternativas turístico-recreativas, que beneficiaría a sus comunidades.
Una estrategia local de desarrollo turístico puede constituirse asimismo, en una herramienta fundamental para la conservación de la biodiversidad y el rescate del patrimonio cultural de una determinada región. Particularmente, un programa de ecoturismo responsable puede beneficiar al turista, a la población local y a todos los actores involucrados en la ejecución del proyecto (Ceballos-Lascuráin, 1996). En este marco conceptual, se enmarca el presente trabajo, el cual busca colaborar en el desarrollo de un modelo integral y transversal de este tipo de turismo, entendiéndolo como dinamizador del territorio, aunando la observación de aves con medidas de protección de los recursos naturales, educación ambiental y con la generación de empleo.
Con el objetivo general de generar una oferta turística ornitológica en ambas localidades, que asimismo aporte al desarrollo de un turismo responsable, y el objetivo específico de crear las infraestructuras y servicios que lo posibiliten, se plantearon dos líneas de trabajo. Por un lado, la realización de estudios para identificar las especies clave que pudieran otorgar una identidad a cada destino, determinar sus particularidades como base de futuros atractivos turístico-recreativos y soporte de sensibilización ambiental, e identificar los mejores sitios de observación. Por otro, la ejecución de acciones, en conjunto con miembros e instituciones de las comunidades locales, a los efectos de facilitar el empoderamiento de la propuesta, avanzar en pos de mejorar la oferta de servicios para la observación de aves (senderos, miradores, centro de interpretación) y en un mayor compromiso hacia la conservación del entorno natural. El presente artículo muestra los resultados alcanzados en estas dos líneas de trabajo, en dos localidades del sur de Santa Cruz conectadas por la Ruta Nacional 40 Austral.
Se encuentra ubicada al sudoeste de la Provincia de Santa Cruz (Patagonia Austral, Argentina), en el Departamento Güer Aike, a 288 Km de la ciudad capital (Río Gallegos) y a 30 Km de Puerto Natales (Chile). Está incluida en la provincia geológica Cordillera Patagónica Austral (Pereyra et al. 2010), asentada sobre terreno montañoso y tiene clima frío cordillerano, del tipo subhúmedo-seco, con manifestaciones nivales acentuadas en la estación invernal. Posee en sus inmediaciones, paredones de formación sedimentaria de origen glaciario, rodeados por bosques de Ñire (Nothofagus antarctica) y Lenga (Nothofagus pumilio). Estos bosques se encuentran dentro de la unidad ambiental conocida como “Complejo Andino”, caracterizada por una topografía irregular, integrada por valles fluviales y glaciares, cuerpos de hielo y afloramientos rocosos. Otros sectores aledaños a esta localidad, pertenecen a la unidad ambiental denominada “Pastizal Andino”, caracterizado por suelos de textura gruesa, precipitación entre 200 y 300 mm, y tipo fisonómico de estepas graminosas y arbustivas, con presencia de algunas plantas herbáceas.
En esta región, en el año 1943, se inició la explotación de los mantos de combustibles sólidos minerales existentes, dando nacimiento a la Cuenca Carbonífera de Río Turbio, que incluye dentro de ella al núcleo urbano de Río Turbio, cabecera del ejido que integran Mina Uno, Julia Dufour, Rospentek, y 28 de Noviembre, que se extienden por más de 7 km, sobre el valle del río Turbio. Estas poblaciones se desarrollaron esencialmente en relación a la actividad minera de Río Turbio, la que imprimió un sello particular y distintivo al poblamiento y a la urbanización de la región. En tal sentido, se ha diferenciado claramente del típico patrón de poblamiento patagónico asociado a la actividad ganadera. Sin embargo, en las últimas décadas el turismo ha surgido como una alternativa económica, creciendo sostenidamente e implicando nuevas demandas sobre el espacio (Pereyra et al. 2010). La población urbana de la Cuenca Carbonífera, según el censo del 2001, alcanzó los 11.336 habitantes, llegando en 28 de Noviembre casi a los 5000 habitantes.
La ciudad de Río Gallegos se ubica en el extremo sudeste continental, asentada sobre la margen sur del estuario homónimo. Es la capital de la provincia de Santa Cruz (Patagonia Austral, Argentina), cabecera del Departamento Güer Aike, y por ende, es sede de los tres poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), situación que implica que gran parte de la ocupación laboral de sus habitantes se encuentre enmarcada dentro de la administración pública. Posee asimismo, un importante puerto hidrocarburífero, localizado en Punta Loyola, donde se realiza la carga de hidrocarburos procedente de la Cuenca Austral. Es importante su ubicación en el paso de Integración Austral, que comunica Río Gallegos – Punta Arenas (Chile). Cuenta aproximadamente con 100.000 habitantes.
El estuario del río Gallegos posee una de las amplitudes mareales más grandes del mundo (13m en mareas extraordinarias), posee zonas ecológicamente muy productivas, como las marismas y extensas planicies intermareales de fango y arena, que cubren los requerimientos alimenticios de miles de aves, muchas de ellas migratorias (Ferrari et al. 2002, Albrieu et al. 2004). Se extiende a lo largo de casi 40 km. desde el paraje llamado Güer Aike hasta su desembocadura en el Mar Argentino (Océano Atlántico). Está incluido dentro del Área Ecológica denominada Estepa Magallánica Seca, que se caracteriza por presentar un extenso pastizal de coirón fueguino (Festuca gracillima). El paisaje de la región es plano o levemente ondulado, dominado por mesetas sedimentarias del período terciario que forman niveles aterrazados entre los ríos Gallegos y Chico, y terrazas glaciales cuaternarias. Existen también coladas basálticas provenientes de volcanes relativamente recientes (Laguna Azul) y relieves fluviales (valles de los ríos Gallegos y Gallegos Chico).
Los trabajos desarrollados en las dos localidades se efectuaron en el transcurso de los últimos diez años y se continúan en la actualidad, buscando aumentar y mejorar la oferta de servicios turístico-recreativos. A continuación se describen sucintamente, los pasos efectuados para alcanzar los objetivos planteados en la I etapa del estudio:
En esta etapa, se utilizó información procedente de relevamientos ornitológicos previos, efectuados en las áreas naturales que forman parte del paisaje urbano de ambas localidades. Para 28 de Noviembre, se consideraron los estudios realizados en la Cuenca Carbonífera de Río Turbio por Albrieu y Ferrari (2000), Mc Namara et al. (2003) y Ferrari et al. (2009); y en Río Gallegos, los aportados por Ferrari (2001), Ferrari et al. (2002) y Albrieu et al. (2004).
Una vez conformados los listados de especies por área, se procedió al análisis de las particularidades de cada especie para ser soporte de los atractivos y futuros productos turísticos, así también como para ser usadas como instrumentos de sensibilización ambiental y conservación activa de los espacios naturales urbanos y periurbanos (bosque andino patagónico por un lado, y humedales costeros por el otro).
En la búsqueda y selección de las especies clave para cada localidad, se tuvieron en cuenta criterios tales como: abundancia, presencia periódica en el área, probabilidad y accesibilidad de observación, interés ornitológico, estatus de conservación y existencia de antecedentes sobre su utilización como atractivo ornitológico. Asimismo, se analizó si presentaban atributos para ser considerada como especie carismática o emblemática, lo cual permitiría su utilización en campañas de educación ambiental. El término especie carismática alude a una especie popular que sirve como símbolo y estimula la conciencia pública hacia la importancia de conservar la biodiversidad y puede llegar a liderar una campaña de conservación (Arango et al. 2007).
Sobre la base de la información existente en cada una de las localidades (Albrieu y Ferrari 2000, Mc Namara et al. 2003, Ferrari et al. 2009, Ferrari 2001, Ferrari et al. 2002, Albrieu et al. 2004), se pre-seleccionaron sitios y se sometieron a un análisis comparativo, que permitiera definir los mejores para el desarrollo de la actividad turística-recreativa. En 28 de Noviembre, los sitios preseleccionados (con sus coordenadas geográficas) fueron: Dique San José (51º28´S y 72º 16´O); Cerro Mirador (51º 23'S y 72º 14'O); Cañadón del Águila (51º 26' S y 72º 16'O); Stag River (51º 34'S y 72º 00'O); Glencross (51º 44'S 71º 36'O); Puente de Piedra (51º24'S y 72º15'O) y Corredor de vuelo Sierra Dorotea (51º 32'S y 72º 16'O), el cual comprende el valle del río Turbio que une 28 de Noviembre con la localidad de Río Turbio. Mientras que, en Río Gallegos fueron: Punta Loyola (51º36'S y 69º01'O); Margen este del estuario del río Chico RCU (50°04'S y 68°26'O); margen oeste del estuario del río Chico (51º39'S y 69º06'O); Costanera (51º37'S y 69º11'O) y Orenaike (51º35'S y 69º16'O).
En cada uno de estos sectores, se realizaron censos de punto de aves (cóndores en 28 de Noviembre y aves playeras, en Río Gallegos) para conocer la frecuencia de observación, los cuales fueron validados con información relevada en años previos por dos de los autores de este trabajo (Albrieu y Ferrari). Además de este criterio, se incluyeron otros que se consideraron relevantes para identificar los mejores lugares de observación de las aves, tales como: accesibilidad al lugar (nivel de dificultad que ofrece el sitio para un turista tipo, de mediana edad sin entrenamiento físico), proximidad con respecto a las localidades, estatus del terreno (estatal o privado, teniendo en cuenta el libre ingreso público) y existencia de otros elementos del paisaje que fortalezcan la oferta turística. En el caso de Río Gallegos, como se trabajó con la comunidad de aves playeras migratorias, el análisis comprendió además, la presencia de especies de interés ornitológico alto, en función de la presencia de especies endémicas o amenazadas, como el Chorlito Ceniciento Pluvianellus socialis, Ostrero Austral Haematopus leucopodus, Playero Rojizo Calidris canutus rufa y Becasa de Mar Limosa haemastica. Para cada uno de los ítems considerados, se establecieron diferentes categorías que quedaron expresadas en tablas comparativas, que facilitaron la identificación de los mejores sitios de observación.
En una II etapa del trabajo se desarrollaron acciones de transferencia y actividades en conjunto con miembros e instituciones de ambas comunidades, las que se organizaron en las siguientes líneas, interrelacionadas y retroalimentadas entre sí: 1) investigación, 2) capacitación, 3) comunicación/educación ambiental, 4) implementación de medidas de conservación, 5) fortalecimiento institucional/participación ciudadana y 6) mejoramiento en la oferta de servicios e infraestructuras para uso ecoturístico, mediante una articulación con las administraciones gubernamentales (provincial y municipal), sectores educativos, particulares y ONG locales, nacionales e internacionales (Ferrari et al. 2009, Albrieu et al. 2010).
Para esta localidad se identificó al Cóndor Andino (Vultur gryphus) como especie clave a los efectos del presente estudio, ya que cuenta con atributos que lo destacan por sobre las otras especies que habitan en la zona. Es una especie de la familia Cathartidae, que se distribuye en Sudamérica, a lo largo de la Cordillera de los Andes, entre Venezuela y Tierra del Fuego, e Isla de los Estados, en el sur de Argentina y Chile, con poblaciones en las Sierras del centro del país.
Criterios que justificaron su elección:
En esta localidad, se identificaron como especies clave para futuros atractivos turístico-recreativos y campañas de sensibilización ambiental, a las aves playeras migratorias. Constituyen un grupo de aves del Orden Charadriiformes, asociadas mayormente a humedales, costeros o continentales, que durante su ciclo de vida, realizan migraciones entre sus áreas reproductivas y las de invernada, donde se concentran en grandes cantidades en un momento dado. Algunas son migratorias de grandes distancias, uniendo ambos extremos del continente americano y otras, las patagónicas, realizan movimientos más cortos, pero siempre dentro de Sudamérica (Blanco y Canevari, 1995).
Criterios que justificaron su elección:
En las Tablas 1 y 2 se presentan los sitios analizados en cada una de las áreas de estudio, 28 de Noviembre y Río Gallegos respectivamente, y sus zonas de influencia. En el primer caso, se consideró que los mejores sitios de observación, donde es recomendable instalar infraestructura para promover la actividad turística-recreativa, eran aquellos que reunían una conjunción de condiciones, tales como: alta frecuencia de avistamiento de cóndores, fácil a moderada accesibilidad al lugar, proximidad a la localidad, situada preferentemente en terrenos estatales y con existencia de otros componentes del paisaje que resultaran atractivos.
Como resultado, fueron seleccionados en orden de prioridad, los siguientes: Sierra Dorotea y Dique San José; y como lugares alternativos más distantes, los posaderos de Glencross y Stag River.
El sitio Sierra Dorotea posee condiciones naturales que lo destacan como sitio de observación, tales como:
Si bien este sitio posee parte de su superficie en terrenos privados, cuenta con el interés de su propietario para desarrollar turísticamente el área; transformándose entonces en una fortaleza más que en una amenaza o dificultad.
En segundo lugar, se destacó el sector del Dique San José, humedal artificial, que cuenta con paredones naturales, y que también constituye un corredor para el vuelo de los cóndores, aunque presenta algunos impactos visuales por acumulación de basura y principios de degradación del suelo en algunos sectores; condiciones que disminuyen su valor y que requieren de remediaciones ambientales.
Glencross y Stag River, a pesar de que cuentan con posaderos de cóndores, lo cual los definiría como de alto interés, son de propiedad privada y están alejados del núcleo urbano. Presentan una dificultad muy importante para su promoción, ya que no hay en la actualidad, interés de parte de sus propietarios para la explotación turística, inhibiendo cualquier proyecto de desarrollo en este sentido.
Tabla 1. Análisis comparativo para la identificación de los mejores sitios de observación de cóndores en 28 de Noviembre y sus inmediaciones
Sitios relevados |
Criterios |
||||
Frecuencia de avistamiento (1) |
Accesibilidad al lugar (2) |
Proximidad respecto a la localidad |
Estatus del terreno |
Otros elementos de interés en el paisaje |
|
|
Alta |
Fácil |
25 minutos |
Estatal |
Humedal, aves acuáticas, bosque ralo de ñires |
|
Alta |
Moderada |
8 minutos |
Estatal/Privado |
Bosque de lenga, cañadón, vista panorámica del río Turbio, aves acuáticas |
|
Baja |
Moderada |
40 minutos |
Estatal |
Rocas sedimentarias, lagunas temporarias, bosquete de lengas |
|
Baja |
Fácil |
20 minutos |
Privado |
Pequeños parches de bosque nativo, zona de formación fluvioglacial con paredones |
|
Alta |
Dificultosa |
1 hora y media |
Privado |
Bosque de lenga, paredón sedimentario, posadero de cóndores, río Stag |
|
Alta |
Moderada |
1 hora |
Privado |
Morro basáltico con posadero de cóndores, laguna Cóndor, estepa, arroyo |
|
Baja |
Dificultosa |
40 minutos |
Estatal/privado |
Arroyo encajonado entre acantilados |
Referencias:
(1) Frecuencia de avistamiento, estimado con un esfuerzo de muestreo de 4 horas de observación en cada sitio: a) Baja: entre 1 y 5 cóndores; b) Media: entre 6 y 10; Alta: más de 11.
(2) Accesibilidad al lugar, considerando el nivel de dificultad que ofrece el sitio para un turista tipo (mediana edad sin entrenamiento físico), y la pendiente: a) Fácil: nula o escasa pendiente, b) Moderada: con pendientes poco pronunciadas, c) Dificultosa: con pendientes marcadas
Para Río Gallegos, se evaluaron 5 sitios sobre la margen sur, desde el oeste de la ciudad (Orenaike) hasta el punto más extremo en su desembocadura al mar (Punta Loyola) (Tabla 2).
Se clasificó como óptima la zona denominada Costanera, debido a que presentó una alta frecuencia de observación de aves playeras y presencia de especies como el Ostrero Austral, el Playero Rojizo, el Trinador o la Becasa de Mar, que son de alto interés para los observadores de aves (Ferrari et al. 2002, Albrieu et al. 2004). Para el Ostrero Austral, es uno de los sitios de concentración más importantes, donde se congregan de a cientos, especialmente entre los meses de febrero a abril de cada año (Ferrari et al. 2002, Albrieu et al. 2004). Además, desde la costa, en la temporada pos-reproductiva (especialmente en invierno) puede observarse al Macá Tobiano Podiceps gallardoi, especie emblemática de Santa Cruz, endémica y amenazada de extinción (Imberti et al. 2004), lo cual incrementa el valor ornitológico del área. Por otra parte, Costanera resultó el sitio más accesible, ya que se llega a pié, siendo uno de los principales lugares de recreación para sus habitantes (Ferrari, 2001).
Estas condiciones fueron la base para que se promueva como uno de los sectores prioritarios a la hora de instalar infraestructura adecuada para atención de los visitantes, o mejoras para la observación de aves.
La Reserva Costera Urbana (RCU) presenta fortalezas, como la presencia de una mayor diversidad de paisajes (pastizales, matorrales, humedales, ecotono, marismas e intermareal) lo que se ve reflejado en una mayor riqueza ornitológica (Ferrari et al. 2011), aunque los principales atractivos no son las aves playeras sino otras especies, como el Cauquén Colorado (Chloephaga rubidiceps), especie amenazada de extinción, con alta probabilidad de observación en primavera-verano, y especies típicas de pastizales, el Chorlo Cabezón (Oreophollus ruficollis) o de matorrales, el Espartillero Austral (Asthenes antoides), que es muy requerido por los observadores de aves (Imberti, S. com.pers.; Albrieu et al. 2004, Ferrari et al. 2011). Constituye área de nidificación de varias especies de paseriformes y playeros patagónicos, lo cual acrecienta su valor de conservación y turístico. Está cerca de la ciudad, lo cual permite que se pueda arribar caminando dado que una línea de transporte público finaliza su recorrido a dos kilómetros de la reserva. Por lo mencionado, este sitio se considera el segundo en importancia para desarrollar senderos, miradores, puestos de atención al turista, etc.
El sector correspondiente a la Reserva Provincial para Aves Playeras, si bien es el que presenta un paisaje de marismas menos alterado, abundancia y diversidad de aves playeras aún mayor que en los otros sitios evaluados (Ferrari et al. 2002), posee tres inconvenientes que le restan viabilidad para el uso público en la actualidad. El acceso a la playa es por medio de huellas sobre un terreno arcilloso, que ante precipitaciones menores se vuelve intransitable; el ingreso es por tierras privadas y algunos de sus propietarios suelen impedir el paso y por último, no hay transporte público para arribar al sitio, por lo cual se requiere de vehículos particulares, ya que se localiza alejado de la ciudad (Tabla 2).
Orenaike posee en algunos meses del año números importantes de Ostrero Austral, pero la diversidad de aves playeras que se observa en este sector es baja, así como de otros grupos de aves, por lo cual le resta importancia respecto a los anteriormente considerados. Por último, Punta Loyola, presenta la dificultad de que su acceso es solamente por vehículos particulares, ya que se localiza alejado de la ciudad (casi a 50 Km.) y no existe un sistema de transporte público que incluya esta ruta. La diversidad de aves es intermedia y está bastante modificada en sus condiciones de naturalidad por la presencia del puerto hidrocarburífero en sus inmediaciones.
Tabla 2. Análisis comparativo para la identificación de los mejores sitios de observación de aves playeras en Río Gallegos y sus inmediaciones
Sitios relevados |
Criterios |
|||||
Frecuencia de avistamiento (1) |
Presencia de especies de interés ornitológico alto(2) |
Accesibilidad al lugar (3) |
Proximidad respecto a la localidad |
Estatus del terreno |
Otros elementos de interés en el paisaje |
|
Punta Loyola |
Alta |
Media |
Fácil |
A 45 minutos |
Estatal |
Desembocadura del estuario al mar, puerto, asentamiento de pescadores artesanales, aves marinas |
Reserva Provincial |
Muy Alta |
Alta |
Dificultosa |
A 30 minutos |
Estatal/ |
Extensas marismas, humedales costeros, alta biodiversidad |
RCU |
Media |
Alta |
Moderada |
A 15 minutos |
Estatal |
Ecotono pastizales-intermareal, matorral de mata verde, Cauquén Colorado, Espartillero Austral, Flamenco común, aves de pastizales |
Costanera (margen sur del estuario del río Gallegos) |
Muy Alta |
Alta |
Fácil |
A 10 minutos |
Estatal |
Marismas, Macá Tobiano, gaviotas, aves acuáticas |
Orenaike |
Alta |
Media |
Fácil |
A 10 minutos |
Estatal |
Acantilados, playas de grava, amplios intermareales con bancos de mejillones |
Referencias:
(1) Frecuencia de avistamiento (considerando a lo largo de 1 hora de observación en el sitio y con marea alta), siempre que la visita se realice en la época apropiada para la especie: a) Baja: menos de 50 individuos; b) Media: entre 50 y 100; c) Alta: entre 100 y 500; d) Muy Alta: de 500 a miles
(2) Presencia de especies de interés ornitológico alto, se refiere a la presencia de especies endémicas o amenazadas, siempre que la visita se realice en la época apropiada para la especie. Este criterio se ha clasificado en a) Escasa: cuando el encuentro con al menos una de las especies de interés es poco probable, pero existen registros de su presencia en dicho sitio, b) Media: cuando el encuentro al menos con una de las especies es probable y c) Alta: cuando el encuentro con al menos una de las especies de interés es muy probable.
(3) Accesibilidad al lugar, considerando el nivel de dificultad que ofrece el camino de acceso: a) Fácil: cuando el acceso es por rutas asfaltadas, b) Moderada: cuando el acceso es por caminos consolidados, c) Dificultosa: cuando el acceso es por huellas o a campo traviesa.
A los fines de sumar a la comunidad a la propuesta de desarrollo ecoturístico, paralelamente a los estudios, se llevaron a cabo una serie de talleres denominados “Hacia una planificación integral de los recursos turísticos en la Cuenca Carbonífera”, en los que participaron autoridades municipales y provinciales, docentes, entidades privadas, estudiantes secundarios, universitarios y miembros de las comunidades locales. El objetivo fue propiciar la generación de iniciativas de parte de los actores locales, así como la identificación de potencialidades y amenazas de conservación del área. Como resultado inicial de estos talleres se obtuvo un listado de acciones, prioridades y requerimientos para desarrollar las actividades, con participación ciudadana (Ferrari et al. 2009).
Se desarrollaron a la vez, campañas de educación ambiental, orientada a alumnos de las escuelas de la localidad y a la comunidad en general, cuyo objetivo fue sensibilizar en aspectos relacionados a la problemática de conservación de los ambientes naturales de la zona, utilizando al Cóndor Andino como especie bandera y especie paragua. La meta fue el reconocimiento y valorización de los recursos naturales existentes y sus potencialidades para uso recreativo/turístico, promoviendo el desarrollo de prácticas amigables con el ambiente. Se trabajó con material gráfico y audiovisual, empleándose gigantografías con imágenes en escala real del cóndor. Se realizó difusión en diversos programas de radio y televisión, y prensa escrita, con el fin de llegar al mayor número de personas posible, a nivel regional y provincial. También se aportó una importante cantidad de material educativo para brindar capacitación en las escuelas a partir de "aulas ambientales", con fondos obtenidos en el marco del Programa Nacional de Voluntariado Universitario 2006 (Ministerio de Educación de Nación).
Como resultado de los trabajos con la comunidad, surgieron diversas propuestas, tendientes a mejorar los servicios e infraestructuras existentes en el lugar; así como acciones concretas para mejorar el manejo y conservación de sus recursos naturales, destacándose las siguientes:
Los resultados de las investigaciones realizadas al inicio del proyecto, sentaron las bases para dirigir las primeras acciones de transferencia, capacitación, comunicación y conservación en Río Gallegos. El mayor desafío para abordar un uso recreativo/turístico de estas áreas fue la escasa atención y valoración dada por la población local al estuario, atribuida a la escasa percepción que se tiene sobre su valor intrínseco y los servicios ecológicos que ofrece (protección de la erosión marina, biodiversidad, atenuación de las mareas, etc.) (Albrieu et al. 2010). Este tipo de humedales, con importantes extensiones de zonas pantanosas e inundables, no ha atraído tradicionalmente la atención de la gente, manifestándose en una actitud de indiferencia respecto a su estado de conservación.
Este escenario puso de manifiesto la necesidad de interactuar y articular acciones con diferentes actores de la sociedad, buscando revalorizar el ambiente costero en primer lugar, para luego promover su ordenamiento, conservación y uso recreativo/turístico. Para ello, se trabajó desde la educación ambiental no formal, teniendo como eje los servicios funcionales y atributos del estuario, pero fundamentalmente buscando crear un lazo conceptual entre: ambiente saludable - recurso recreativo/turístico – mejor calidad de vida para los habitantes de Río Gallegos. En este sentido, se utilizaron las aves playeras como una herramienta para mejorar la condición actual del entorno natural y facilitar la comunicación con la comunidad, teniendo en cuenta su carácter carismático. Por lo tanto, pueden servir como símbolo para atraer el apoyo gubernamental, del público o de posibles donantes, para la implementación y desarrollo de programas de conservación y uso público, que involucren a estas especies y otras menos llamativas con las que pudieran estar asociadas.
Para fortalecer la propuesta de uso recreativo/turístico del área de estudio, se trabajó en los siguientes ejes:
Como resultado de las acciones efectuadas y el apoyo obtenido de organizaciones internacionales, como Manomet Center for Conservation Sciences o del Servicio Forestal de los Estados Unidos, se avanzó en la construcción de infraestructuras y mejoramiento de los servicios destinados a la comunidad y a los turistas, especialmente en la Reserva Costera Urbana, como ser:
En la RCU, sitio que resultó segundo en importancia en el proceso de identificación previo (Tabla 2), la Agencia Ambiental Municipal instaló una casilla que funciona como centro de informes y diseñaron tres senderos con diferentes longitudes y grados de dificultad. Uno de ellos, se destinó para los ciclistas (sendero “Amigos del Viento”, duración aproximada: 4 hs), participando en su diagramación el Club Amigos de la Bicicleta de Río Gallegos. Los dos restantes, se diseñaron para caminatas: un sendero corto, con una duración aproximada de 30 minutos y el sendero “Mata Verde” con una duración intermedia, de aproximadamente 2 hs. Se colocaron carteles informativos, elaboraron folletos y un check list de las aves más destacadas y frecuentes en la reserva. La presencia durante el periodo estival de agentes ambientales municipales, trabajando y orientando a los voluntarios de la UNPA y de la Asociación Ambiente Sur, permite mantener una adecuada atención a los visitantes.
En el sitio denominado Costanera, que resultó el óptimo según la evaluación realizada (Tabla 2), se construyó el Centro de Interpretación Ambiental Estuario del río Gallegos, cuyo objetivo es básicamente poner a las personas en contacto con el ambiente natural, revelando el significado del lugar con el fin de que lo aprecien y adopten una actitud favorable a su conservación. Este recinto se ubicó en un sector preferencial de la ciudad, accesible a todo público, cuenta con infraestructura adecuada para recibir a los visitantes. Presenta infografías, paneles, réplicas, maquetas, módulos interactivos unidos por un guión interpretativo y un SUM, con capacidad para 50 personas, instalado como un pequeño microcine, que permite ofrecer documentales a los visitantes con la última tecnología, ya que próximamente se podrán proyectar en 3D. Posee, asimismo, un espacio destinado a los más pequeños, denominado “Marea Baja”, que apela a lo lúdico como recurso interpretativo (http://www.ambientesur.org.ar). Este centro cumple además, por sus grandes ventanales hacia el estuario, la función de mirador y ofrece la posibilidad de observar las aves playeras mediante telescopios ubicados en el interior del edificio. Cabe destacar, como información estadística de interés, que en el transcurso de los primeros 4 meses de existencia de este centro (dic 2011/abril 2012), hubo un total de 1194 visitantes, de los cuales 83% fueron residentes y los restantes, entre nacionales y extranjeros; mientras que en el primer semestre de 2013, los visitantes alcanzaron las 2652 personas, mostrando un incremento de aprox. 55% respecto al primer periodo mencionado. De este total, 19% correspondió a turistas nacionales y extranjeros. De estos últimos, el mayor porcentaje (casi 47%) fueron procedentes de Chile y los restantes, de 20 países diferentes (Ferrari et al. 2013).
El desarrollo de nuevos productos turísticos sobre la base de sus recursos naturales, requiere de la puesta en valor de los elementos de interés que cuente un área. Pero a la vez, necesita que las comunidades se involucren y apropien de la propuesta, lo cual asegurará no sólo que se transforme en una alternativa laboral a nivel local, sino también que estimulará la práctica de conductas amigables con el entorno, sustento de esta nueva actividad. Ello es la base de cualquier modalidad turística basada en la naturaleza, cuya continuidad en el tiempo dependerá fuertemente de las estrategias de planificación y ordenamiento que se desarrollen en el lugar, con fuertes basamentos conservacionistas. El crecimiento del ecoturismo en general y del turismo ornitológico en particular, si no se hace ordenadamente, puede afectar los hábitats y las condiciones de vida de las propias especies de aves observadas (De Juan, 2006). En esta forma de turismo como casi en ninguna otra, la planificación de las actividades depende directamente de la gestión ambiental, la planificación de las visitas y del uso público en el espacio protegido (López Roig, 2008).
En este sentido, las actividades desarrolladas en paralelo a las investigaciones, en conjunto con diferentes actores de las localidades de Río Gallegos y 28 de Noviembre, tienden a acompañar el proceso de crecimiento del turismo en estas zonas, de manera que sea sostenido en el tiempo y a su vez, minimice los impactos o disturbios sobre los recursos naturales que son objeto del mismo. Obtener la protección legal del Cóndor Andino, el reconocimiento internacional del estuario del río Gallegos, así como destinar zonas a la creación de reservas naturales urbanas en ambas localidades, resultaron medidas concretas que permiten avanzar más sustentablemente y contribuyen a una participación comunitaria más activa. La estrategia utilizada para instaurar el tema en la sociedad, fue utilizar en forma continuada diversos medios de comunicación social acompañado con una presencia activa en eventos locales, que permitieran mostrar la situación actual, los valores, las potencialidades y las necesidades inmediatas de actuar para la protección y aprovechamiento efectivo en un uso recreativo/turístico ordenado.
En ambas localidades, se ha aplicado una metodología que permitió concluir que poseen suficientes condiciones en sus ambientes y fauna asociada, para su utilización como producto turístico, como ocurre en otros sitios de Patagonia, donde la observación de fauna silvestre ha sido la base de una creciente actividad turística en la región, motivada en la observación de distintas especies en su hábitat natural (Tagliorette y Losano, 1996). Por otro lado, la ubicación geográfica que tienen resulta estratégica para captar turistas que visitan la Patagonia Austral, atraídos por otros productos de jerarquía internacional, como los glaciares o el trekking.
La ciudad de Río Gallegos es el punto de convergencia de las dos rutas turísticas de mayor importancia en esta región: la RN40 y la Ruta Nacional 3 o “Ruta Azul”. Además, es la última ciudad continental y paso obligado para quienes acceden a Tierra del Fuego por vía terrestre. En tanto, 28 de Noviembre es parte de la RN40 y lugar de paso a la ciudad de Punta Arenas, (Chile), con renombre internacional. En la actualidad, se está asfaltando el camino que la une con la capital de la provincia, lo cual permitirá una vez concluida, el acceso de un habitante de río Gallegos a la Cuenca Carbonífera en sólo dos horas y media de marcha, brindándole la posibilidad de transitar de un ambiente de llanuras esteparias a bosques de Ñires y Lengas, en un ambiente cordillerano, mejorando sus opciones recreativas.
La nueva oferta de infraestructuras y servicios para los visitantes generado en ambas localidades, como los senderos, miradores y centro de interpretación ambiental, permite cumplir con un doble propósito: mejorar el ofrecimiento en el ámbito turístico/recreativo y contar con herramientas para instrumentar programas de educación ambiental. La aplicación de este tipo de estrategias en una dimensión local refuerza el “sentido de lugar” en los visitantes y revaloriza aspectos de la propia identidad en los habitantes locales. Estimular esta actividad permite que los integrantes de la comunidad “deseen el turismo”, se sientan orgullosos de lo que poseen y quieran compartirlo con otros. Los datos recabados en el escaso tiempo de apertura de estos nuevos servicios para el turista y los residentes resultan promisorios, los que con una adecuada difusión y promoción podrán atraer una mayor afluencia de personas y contribuir al crecimiento de la actividad en estas zonas.
El turismo ornitológico se plantea como uno de los productos más interesantes de los espacios naturales aledaños a las localidades mencionadas, puesto que las aves constituyen uno de los recursos más singulares y significativos de las mismas, tanto por la cantidad de aves como por el interés que pueden suscitar especies que en ellas se encuentran parcial o a lo largo de todo el año: son especies que despiertan gran interés entre los entendidos y su valor se multiplica si se tiene en cuenta que en algunos casos se trata de especies muy vulnerables o amenazadas.
No obstante, es necesario matizar el concepto de turismo ornitológico en función de los distintos niveles de especialización de la demanda interesada en dicho producto, diferenciándose entre turismo ornitológico especializado o el disfrute de la ornitología por segmentos de demanda más amplios. En este sentido, se considera que las localidades analizadas en el presente trabajo pueden apuntar a este último segmento, buscando atraer a un mayor público.
Los trabajos llevados a cabo hace más de una década en ambos sitios, han mostrado cambios de actitud positivos en la comunidad de la Cuenca Carbonífera de río Turbio para con la especie Cóndor Andino, y en Río Gallegos, para con el estuario y las aves playeras en particular (Ferrari et al. 2009; Albrieu et al. 2010). Es indispensable promover para ello, la aplicación de un manejo sustentable de los recursos, para lo cual será necesario continuar con las acciones de difusión y campañas de educación ambiental en todos los niveles y sectores de la comunidad, buscando implementar de acuerdo a cada público meta, la estrategia más adecuada.
Agradecemos el aporte financiero provisto por la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, a través de los Proyectos PI 29A-272 y PI 29A-227 para desarrollar los estudios correspondientes en el estuario y en la Cuenca Carbonífera de Río Turbio. Un agradecimiento especial a todos los participantes de instituciones públicas, ONG y particulares que colaboraron desinteresadamente en las diferentes etapas del trabajo, aportando su conocimiento y tiempo, en particular a Franco Paz, Santiago Alarcón, Mabel Morán, Germán Montero, Martina Mc Namara, René Asueta, Christian Pesin Whitelegg, Alfredo Abildgaard, Mariano Bertinat y Santiago Imberti.
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