Rodrigo Espinoza Sánchez (CV), Edmundo Andrade R. (CV), Rosa Ma. Chávez D., Ulises Castro y Juan C. Picón
En los últimos años se le ha dado gran interés por parte de investigadores de las instituciones educativas de nivel superior, así como de centros de investigación, y de otros sectores a la búsqueda de mecanismos que posibiliten el encuentro de dos mundos diametralmente opuestos y, que están localizados de manera natural dentro de un mismo espacio o mosaico territorial, pero que a partir de la política gubernamental se generan o crean planes de desarrollo que se encuentran con una realidad social ávida de mejores formas de vida, donde lo auténtico, lo genuino, lo común, lo prístino, se hace presente en forma de “plegaria” 1 hacia quién toma las decisiones dentro del sector oficial, éstos dos mundos tan distantes y a la vez tan cercanos, son el mundo rural y el urbano, que comparten un solo factor en común como es la pobreza de su población, que no entiende de discursos políticos, pero que si entiende de formas de vida que le dan el rol principal que le compete por el sólo hecho de ser parte fundamental de ese entramado social presentado en forma de comuna, y donde sus hábitos y costumbres le han generado lazos de unión y de pertenencia a la tierra que le vio nacer y crecer.
En el mismo sentido de lo anterior, el sector gobierno como responsable de la planeación del desarrollo, a través de sus diferentes organismos, debe de cuidar el bienestar de esta nueva sociedad urbano-rural, cuyos matices neorrurales ansían tener calidad de vida que les permita el acceso a las oportunidades que requieren para el desarrollo individual y comunitario, ahí mismo, en su propio territorio, donde la aureola de la satisfacción y la felicidad se funden en un solo concepto como lo es el de desarrollo local endógeno, cuyas raíces se incrustan en la valoración y revaloración de su cultura y donde sus ideales se convierten en nuevas vías de desarrollo gestadas de abajo hacia arriba, donde el de “arriba” funge como acompañante en esa aventura llena de saberes tradicionales, pero que con su apoyo se soporta la acción de progreso.
Lo aludido anteriormente, implica tomar otros caminos que conlleven a la construcción de células2 que ayuden a la organización y desenvolvimiento de planes, políticas e iniciativas locales y estas pueden ser las CP, cuya génesis es la voluntad, el ejerció, el cooperativismo, la colaboración, y a partir de estos conceptos se genera la sinergia necesaria para el involucramiento de la población local que busca sus propios objetivos.
Todo lo anterior implica, entender el sentido de región como unidad de análisis, y donde se funden en unísono las grandezas y las miserias de manera consciente y, donde esa consciencia posibilita el crecimiento y el desarrollo de la persona, para poder entender al otro, y a los otros en esa, multiculturalidad y diversidad que representan tanto los individuos como los organismos que cohabitan en un espacio territorial como lo es la Costa Norte de Jalisco, en la cual, se encuentran y desencuentran diversas culturas de diferentes estados de la República Mexicana, entre ellos Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Sinaloa, y por supuesto Jalisco, así como, figuras jurídicas creadas para determinar los usos del suelo y que dentro de su potestad son autónomas, entre las que se pueden mencionar a las: comunidades indígenas, ejidos, pequeñas propiedades, franjas federales, municipios, instituciones gubernamentales que unidos conforman el escenario de actuación local.
Todo lo anterior, sirve para enmarcar el propósito del presente documento que busca ante todo hacer una breve semblanza de lo que es la Costa de Jalisco y que las CP podrían soportar el desarrollo local de esta región referida.
La Costa Norte de Jalisco esta localizada en el estado de Jalisco de la República Mexicana y, se integra por tres municipios costeros que comparten un gran litoral del Pacífico Mexicano, que combina una exuberante vegetación compuesta por bosques, selvas tropicales, llanuras, montañas, valles, humedales, lagunas artificiales y naturales, elementos estos que la hacen ver como un recurso potencialmente atractivo para el desarrollo de diversas actividades económicas tradicionales entre las que predominan la agricultura, ganadería, pesca y, en las últimas décadas ha aparecido la actividad turística como factor de crecimiento y desarrollo económico para esta región3 que a posteriori es posible adjetivarla como una área turística, tal y como lo menciona de manera textual Tarrago (2002) al decir que: “…es aquella que incluye varios municipios dentro de un mismo estado…”
En este sentido, la Costa Norte de Jalisco esta integrada por los municipios de Tomatlán, Cabo Corrientes y Puerto Vallarta, todos ellos en su conjunto contienen una superficie territorial de 5, 959. 23 km2, extensión que representa el 7.4% del total del estado de Jalisco, con una población de 192, 492 habitantes (H. Ayuntamiento Constitucional de Puerto Vallarta, 2004-2006).
Aunado a lo anterior, esta región presenta características naturales y culturales que la hacen única en su género y, de manera específica como subregiones, ya que cada uno de los municipios que la integran tiene ciertas peculiaridades que le dan identidad y sentido propio, Tomatlán es el municipio de la entidad que posee el tercer lugar en extensión territorial con relación al estado y, cuya extensión territorial es de 2, 657.50 km2 aspecto que representa el 44.59 % de la región en cuestión, además posee una laguna artificial que almacena los 1000 millones de metros cúbicos que produce la cuenca del río Tomatlán y, cuyo vaso lacustre esta formado por 3000 hectáreas que pueden irrigar a otras 33, 000 hectáreas (Gómez, 2000; Andrade, et. al., 2007; H. Ayuntamiento Constitucional de Puerto Vallarta, 2004-2006).
Por su parte, Cabo Corrientes es el municipio costero en el que cohabitan más comunidades indígenas, aspecto éste que la da el sello distintivo de una multiculturalidad y diversidad propicia para el desarrollo del turismo, aunado a esto su plataforma continental que es el principio y el fin de un paisaje natural original creado por las montañas de la sierra madre occidental, se presenta con su enorme majestuosidad de ensueño, con una extensión aproximada de 72 kilómetros de litoral, cuya anchura de playas es hasta de sesenta metros, pareciera un lugar de encanto tanto para el residente local como los visitantes, además de la abundancia de flora y fauna lo ubican como el más natural de las tres municipalidades (Andrade, et, al. 2005; Chávez, et. al, 2004; Espinoza, et. al, 2009; H. Ayuntamiento Constitucional de Cabo Corrientes, 2001-2003).
En relación al tercer municipio que constituye a esta región, Puerto Vallarta localizado al norte de los otros dos municipios contiene una superficie territorial de 1,300.67 Km2 (Gobierno del Estado de Jalisco, 2005; Espinoza, et. al, 2009).
Este municipio se caracteriza por tener un destino turístico de talla internacional, que ostenta el nombre del municipio, y además su delimitación político geográfico con el estado contiguo como lo es Nayarit.
En su conjunto la región norte representan el 7.4% de la superficie total del estado de Jalisco, con su peculiaridad de contar una zona conurbada intermunicipal e interestatal en la cual coexisten dos destinos turísticos internacionales, como lo es Puerto Vallarta en Jalisco y la Riviera Nayarit en el estado de Nayarit (H, Ayuntamiento Constitucional de Badeba, 2012-2014).
El municipio de Bahía de Banderas Nayarit, representa un mosaico turístico integrado por un Centro Integralmente Planeado por el gobierno federal como es el caso de Nuevo Vallarta, y se muestra como el inicio del corredor turístico de la Costa Alegre en el mismo estado de Nayarit, lo que implica entender el desarrollo del turismo como estrategia de apropiación del litoral por parte del sector oficial, pero a la vez, apuntalando el crecimiento económico por medio de la tercerización y turistización, de una de las bahías más fértiles para la producción agrícola (Espinoza, et, al., 2010; Espinoza y Covarrubias, 2012; Gutiérrez, 1971).
Con el objeto de abordar la discusión temática, las comunidades de práctica según Wenger et. al., (2002) en Sanz (2005) dicen que: “una comunidad de práctica CP es un grupo de personas que comparten una preocupación, un conjunto de problemas o interés común acerca de un tema, y que profundizan su conocimiento y pericia en ésta área a través de una interacción continuada”.
En este sentido las CP integradas por grupos de individuos buscan ante todo resolver preocupaciones específicas ante problemas latentes, el turismo como actividad económica que trasciende dentro de la dimensión social, es un elemento importante de análisis, de ahí entonces que puede ser observado bajo la óptica de las CP.
Acorde a lo anterior, el aprendizaje implica participación en comunidad, y que la adquisición de conocimiento se considera como un proceso de carácter social, en el cual los sujetos o individuos aprenden unos de otros, sin embargo, cada uno de ellos aporta al tema central que los une; desde esta perspectiva las CP pueden presentarse en diferentes modalidades, en las cuales las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden jugar un papel importante para su desarrollo, tal y como lo menciona, Sanz (2005) al decir que: las TIC aportan a la práctica de las CP muchos aspectos importantes para el desarrollo de las mismas, ya que estas promueven la interacción de los miembros en el lugar que estos estén.
En consideración a lo anterior, las CP en busca de su interacción constante que las fortalece, hacen de las TIC herramientas necesarias para cohesionar sus acciones, encaminadas al interés o tema central que les atañe, y por ende sus trabajos pueden relacionarse a redes de trabajo entre sus miembros, cuyo objetivo último es aportar soluciones a un problema dado o al compromiso generado en dicha CP.
En este sentido, según Lave y Wenger (1991) en Tirado et. al., (2008) enfatizan que una CP: “hace referencia a cualquier grupo de personas que se reúnen en torno a un interés común para compartir ideas y encontrar soluciones”. Esto implica entender que las CP no únicamente se dan en un grupo y lugar específico, sino que, trascienden lo convencional y rutinario, esto debe ser un aspecto importante a considerar en la práctica académica que estudia o analiza el desarrollo regional y, en el cual se ve involucrado el sector académico como cogestor de tal propósito.
Lo anterior, conlleva a lo que menciona Pirela (2008) al decir que las CP son: un grupo de individuos que han estado trabajando juntos durante un largo periodo, y que por haber compartido prácticas también comparten ricas experiencias y, que acorde a esto han elaborado sus propios mecanismos de confianza, porque todos saben lo que cada uno de ellos es capaz de hacer, esto permite que dentro de la comunidad las ideas fluyan fácilmente.
En relación a lo expuesto, las Comunidades de Práctica pueden integrar una dimensión más para interactuar con su ambiente específico, es decir, la academia acompañando a la sociedad para que se involucre en el desarrollo de sus potencialidades mediante una nueva actividad diferenciada de la tradicionalidad del desarrollo como es el turismo.
El desarrollo turístico, por tanto implica primeramente que la población local entienda que es, que impactos tiene, que elementos o aspectos evolutivos generará en el lugar donde este se implemente, y por ende quién debe controlarlo para que este importante subsector coadyuve al desarrollo local endógeno y no todo lo contrario.
La Comunidad de Práctica (CP) entendida esta como lo dice textualmente Wenger (2002): “son grupos de personas que comparten una pasión o interés por algo que hacen y aprenden como mejorar en su práctica al interactuar regularmente”.
Lo referido, de antemano invita al análisis reflexivo que permita entender los roles de los actores, así como los factores y elementos que inciden en el ámbito de la práctica de la comunidad académica universitaria vinculada al desarrollo de la sociedad que cohabita dentro de la región de estudio como lo es la Costa Norte de Jalisco y el municipio de Bahía de Banderas Nayarit, México, a partir de proyectos que busquen ese anhelo que les brinde oportunidades importantes para que todos en común encuentren su desarrollo dentro de la esfera local, así como la cohesión necesaria entre las diferentes células involucradas la planeación del desarrollo, de ahí entonces que esto implique la aplicación del principio dialógico entre el hacer y el ser dentro de un espacio dado y, en la medida de lo posible soporten sus prácticas cotidianas en las TIC anteriormente referidas y, se vean realmente como herramientas que facilitan y promueven la convivencia en los trabajos colaborativos que permean la labor académica institucional manifiesta en el quehacer pleno de la docencia, la investigación y la extensión (Espinoza, 2010; Roger, 2008).
Lo antes mencionado, lleva a tomar a la Comunidad de Práctica (CP) como un nuevo concepto a considerar en el paradigma de la educación de nivel superior de la universidad mexicana y, específicamente, en el CUCOSTA a través de sus cuerpos académicos y, en particular el de Análisis Regional y Turismo (ART) que se ha propuesto entre sus objetivos y metas apoyar el desarrollo local endógeno de las comunidades de la región Costa Norte de Jalisco y Bahía de Banderas Nayarit, y su tendencia hacia la Sierra Occidental del mismo estado de Jalisco, en esta su macroregión de estudio lo que implica entonces, que se profundice en el estudio del referenciado paradigma que en la actualidad está siendo discutido y pronunciado en otras universidades, de manera compacta sin fragmentaciones, ni aislamientos, pero con esta nueva emulsión de elementos ya descritos, puede encontrar en la sociedad educativa académica universitaria el eco4 que en el fondo busca, ya que es aquí, en este espacio, donde se forma de manera integra al ser humano que debe responder a sus autocuestionamientos como sujeto social complejo, pero de interés central dentro del mundo académico y, en el que se afincan y potencian capacidades para el desarrollo tanto personal como de la comunidad a la cual pertenece (Espinoza, 2010).
Por otra parte y haciendo énfasis en lo ya mencionado, si a estas CP se le agrega una dimensión más como lo es el turismo, se estaría construyendo una nuevo constructo investigativo específico que posibilita elaborar estudios de desarrollo turístico, y de esta forma se puede inferir que las comunidades de práctica turística (CPT) generen una sinergia y una interacción continuada, donde el compromiso mutuo y el interés por desarrollar el turismo dentro de la región de estudio establecida con anterioridad puedan funcionar para un fin comunitario, y donde la investigación universitaria pública impacte de manera fehaciente, en los extractos que la requieren y de esa forma sea de utilidad para un colectivo.
En el mismo sentido de lo anterior, según Espinoza, et. al., (2011) dice que: “…Las CPT son células inherentes al proceso de desarrollo local comunitario, ya que estas muestran un interés y compromiso colectivo para buscar soluciones de manera grupal por una preocupación, un conjunto de problemas o un interés común acerca del desarrollo turístico y, por tanto profundizan su conocimiento y pericia en ésta área a través de una interacción continuada.
Lo expuesto en el párrafo precedente, implica entonces que las CPT convierten en factores detonantes para el desarrollo de las actividades del subsector turístico y de la sociedad donde estas inciden, partiendo de que éstas CPT se gestan en la voluntad de cooperación y colaboración para el logro de objetivos grupales.
El presente documento se construyó a partir de la investigación bibliográfica y cartográfica.
Referencias Bibliográficas
http://es.wikipedia.org/wiki/Jalisco: Consultado el 24/03/2010.
http://capturaportal.jalisco.gob.mx/wps/portal/!ut/p/c0/
http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/nayarit/gobi.htm
http://www.mijalisco.com/regiones/region10.htm
2 Se le da la connotación de organismo vivo par el funcionamiento comunitario.
3 Se toma en el sentido de una superficie territorial que contiene elementos susceptibles de aprovechamiento turístico.
4 se toma en el sentido de que responda al objeto o significado para la que fue creada.
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