Ariagnis Camellón Pérez y Hazel Campos Oro (CV)
Es el propósito de este artículo, mostrar algo que es insuficientemente tratado, desde nuestro punto de vista, por la sociología, el turismo como fenómeno social, sus tendencias actuales y el impacto de alguna manera en una economía de transición al socialismo, que apuesta por un desarrollo sostenible y los principios de justicia social. Por lo que no pretende aproximarse a los impactos económicos de desentraña el fenómeno sino en las múltiples relaciones sociales que se establecen en el propio dinamismo del servicio.
Los viajes, el tiempo libre y el entretenimiento forman parte de las distintas expresiones que tienen los seres humanos en todas las sociedades, y se organizan según las tradiciones y costumbres que cada pueblo construye para su vida en sociedad. De hecho, todo este conglomerado de comportamientos sociales están insertos en la cultura, y constituye en todas sus modalidades un componente básico en el ocio y el turismo de todos los pueblos.
El turismo es un fenómeno económico, político, social y cultural que mueve, a nivel mundial, un importante volumen de personas y capitales, impactando cada vez más a las diferentes sociedades. Es una actividad en la que concurren diversas áreas productivas y de los sectores públicos y privados para proporcionar los bienes y servicios usados por los turistas; y cuyo desarrollo se debe a los desplazamientos de las personas de su lugar habitual de residencia hacia otros, por diversos motivos. Constituye así un fenómeno complejo y con una larga trayectoria, en el que entran a jugar recursos materiales y humanos.
Para comprender de manera holística la multicondicionalidad y la interdisciplinariedad del fenómeno, hay que adentrarse en otros conceptos que confluyen en el turismo, estamos hablando del ocio, el tiempo libre y la recreación.
Los estudios sobre esta temática de manera general no excluyen estas concepciones, sin pretender realizar un estudio exhaustivo de los mismos, se abordarán de manera general los mismos, sus diferencias y puntos de contactos.
Definiciones y nociones alrededor del turismo:
El análisis del ocio y el tiempo libre, están asociado al crecimiento extraordinario de las actividades turísticas en el siglo XX, convirtiéndose en fruto del incremento del tiempo libre propiciado por el desarrollo tecnológico, en los países desarrollados principalmente, y de la incorporación del ocio a la nueva escala de valores de la sociedad postindustrial. La consolidación de la sociedad industrial, la mecanización y la informatización progresivas permiten la ampliación del tiempo de ocio al conjunto de la población (Salinas et al., 2003: 6).
Al referirnos a la recreación, reconocemos al conjunto de actividades que pueden acometerse durante el tiempo de ocio, en las que el individuo se olvida de las preocupaciones cotidianas para satisfacer necesidades de orden lúdico (Salinas et al., 2003: 8-9).
El ocio constituye una actitud mental más que una cuestión de tiempo. Resulta más importante el sentido de la actividad, que la forma en que se lleva a cabo; así, por ejemplo, en ocasiones el trabajo puede concebirse en ocio, y cualquier actividad que proporcione disfrute y placer se convierte en práctica de ocio.
Por tanto el ocio sería una sensación particular y subjetiva del individuo, mientras el tiempo libre es aquel período de tiempo no laboral, cubierto con un tipo de actividades a las que el sujeto ha concedido un determinado valor y que pueden tener un carácter ocioso.
De alguna manera entramos en contradicción con lo propuesto por Salinas como recreación, no por el sentido en general de la misma sino por la evidencia de que se desarrolla en el tiempo de ocio, y por lo que entendemos el ocio deja de tener sentido en tiempo, es asumido por nosotros con una concepción cargada de subjetividad e individualizada a lo que se siente al realizar una actividad, por eso es entendido como actitud mental individualizada y con carga de subjetividad y por tanto al asumir la recreación debe hacerse teniendo en cuenta estos principios.
Evolución internacional del fenómeno y principales definiciones del turismo:
Lo que hoy se conoce como turismo es una actividad que se inicia en el siglo XX, y en particular se desarrolla en la segunda mitad del mismo. Desde entonces su crecimiento a nivel mundial ha sido espectacular, y este es considerado hoy como una de las actividades socio-económicas más importantes y dinámicas de la era post-industrial. Además de que crece también su influencia social, ideológica y cultural, por lo que el turismo puede ser considerado un fenómeno social, no desde la percepción de “hecho social‖, propuesta por el sociólogo francés Emile Durkheim (Matute y Asanza, 2006), porque la sociología clásica quedó a la zaga en estudios de turismo, constituyendo un reto para la ciencia en particular esta temática y sus diversas consecuencias sociales, ambientales, económicas, entre otras.
Este pequeño estudio pretende reflexionar sobre la evolución del fenómeno del turismo y las llamadas megatendencias en esta era de globalización, contextualizando un análisis en la Cuba de hoy, desde la perspectiva sociológica para enmendar la aparente negligencia de los clásicos. Lejos de ser una asignatura pendiente, hoy no pretende ser el centro de la agenda temática de las principales investigaciones, sino que se erige como un tema obligado por la pertinencia e importancia que reviste en la actualidad con los avances científico, tecnológicos y en las comunicaciones que impactan de manera inminente en el mismo.
En la etapa previa al turismo masivo, el mismo se consideraba como servicios complementarios, siempre limitados a las actividades hoteleras, restauranteras y el transporte. Hoy la situación ha cambiado y el turismo, principalmente en los países emergentes y los con menor desarrollo, se ha transformado en una de las opciones de desarrollo, aunque su mayor dinamismo se presenta de manera más directa en los países desarrollados. (ArnaizBurne,2000:1)
El turismo de masas, es decir, la nueva concepción que representó un cambio en la actividad turística, se originó principalmente en la segunda mitad del Siglo XX y estuvo permeada de las nuevas condiciones sociales: las revoluciones en el transporte, las comunicaciones y la propia sociedad, es el punto de partida para definir al turismo moderno, el cual tiene como base principal a este modelo masivo.
Fue al principio de los años sesenta del siglo XX cuando se inició su desarrollo, creciendo de forma vertiginosa. Miles de personas migran de sus residencias habituales en busca de otros paisajes, climas o culturas con el propósito de satisfacer todo un amplio abanico de necesidades: de ruptura con lo cotidiano diversión, de descanso, de conocimientos, de salud, de contacto con la naturaleza, de recuperación física y psíquica, de prestigio social, de aventura, de práctica deportiva o por placer propiamente dicho.
En este período la práctica estuvo liderando el proceso, los intereses hacían énfasis en el papel que jugaba en la economía de los países receptores y emisores de los turistas. Por su parte no fue hasta los años 70 del propio siglo XX que se iniciaron estudios acerca del turismo, así como sobre el impacto y las consecuencias sociales que este condiciona (Prieto, 2008: 1).
Por las condiciones internacionales que se empezaron a manifestar, coincidieron de manera favorable en el desarrollo no solo de la práctica del servicio, sino también de una serie de instituciones, investigaciones en este sentido que cobraron vida a partir de la década principalmente del 70.
En este contexto, en 1974 surge la Organización Mundial del Turismo (OMT), que trabaja en función de definir el turismo de la forma más adecuada. Así fue ofreciendo definiciones hasta que en 1997 define al turismo como: “conjunto de actividades y comportamientos llevados a cabo por aquellos individuos que temporalmente y por motivo de ocio, sustituyen un espacio cotidiano por uno nuevo, mediante una interfase que es el viaje, ya sea para disfrutar de los atractivos del entorno o para contemplar elementos contenidos en él, así como el conjunto de empresas y negocios destinados a satisfacer las necesidades tanto elementales como recreativas de dichos individuos” (OMT, 1997: 498).
Según el Dr. Ramón Arcarons Simon (Arcarons, 2002: 34), el problema de las definiciones resulta casi siempre controvertido, sea cual sea el objeto de estudio o disciplina académica en la que nos estemos adentrando, y el turismo no es ninguna excepción, planteando tradicionalmente una gran dificultad para los analistas e investigadores vinculados o no al turismo y a sus complejas actividades.
Paralelamente al propio desarrollo del estudio en la academia del fenómeno, se investiga y define el mismo desde diferentes ciencias y disciplinas, pero asumimos la definición planteada por la OMT, como aglutinadora e intenta integrar las disímiles nociones que alrededor del mismo se escriben. Por lo que no se ambiciona realizar un recorrido conceptual del mismo, sino centrarnos en la definición que para esta investigación resulta más acertada.
Aproximaciones a los componentes e impactos del turismo.
En varias definiciones coincidentemente señalan los subsistemas del turismo, o el sistema turístico:
Visitantes
―implicados‖
Entidades Económicas Población del Destino
―Emisora‖
Los tres subsistemas, se relacionan mutuamente, aun teniendo objetivos muy diferentes, Los visitantes pretenden pasar unos "buenos momentos", indepen-dientemente de los motivos específicos de su viaje. Se relacionan con la población local al entrar en los contactos humanos, con su cultura y su folklore.
Las entidades económicas buscan ganancias o beneficios, rentabilizar los capitales invertidos. Para ello, brindan productos y servicios tanto a la población local como, principalmente, a los visitantes, ya sea cuando organizan sus viajes o cuando realizan la estancia en los lugares de destino turístico.
La población local o residente en el núcleo receptor intenta mejorar su estándar de vida a partir de los ingresos generados por las actividades económicas del Turismo, sean de modo directo (salarios, propinas, etc.) o de modo indirecto (educación, salud, deportes, subsidios a productos de primera necesidad – como la electricidad, por ejemplo).
En la literatura sobre la temática el sistema Turismo, visto desde el ángulo dinámico, en movimiento, genera unos resultados o impactos, que abarcan en lo fundamental, 3 grandes esferas:
Cada uno de estos impactos generan efectos positivos y negativos tanto en las comunidades emisoras como receptoras. Sin obviar la importancia que reviste el análisis de los impactos en dichas comunidades, para el propio desarrollo social de las mismas, no objetivo centrarnos en este análisis.
Megatendencias del turismo:
El turismo moderno trae consigo cambios y nuevas estrategias que corresponden a las megatendencias mundiales. Para hacer un análisis en estos términos es importante comprender el contexto donde se desarrolla la actividad, sin desconocer los avances científicos-técnicos y en las comunicaciones que esta era enarbola y que favorece en buena medida el propio desarrollo del servicio e intenta no comprometer el mundo de las futuras generaciones.
Los productos / servicios que se ofrecen en la actualidad son más diversificados y buscan poseer características únicas, utilizando información y tecnología de punta.
La era de la informática y el internet se han apoderado de los mercados donde es vendido el producto turístico en mucha ocasiones es presentado a todo el mundo y visitado virtualmente desde muchos hogares, restringido esa oferta solo para los que poseen los mencionados privilegios, dejando a la mayoría en otra posición.
Es importante señalar el impacto de la crisis económica que no ha dejado de recaer sus efectos en esta importante esfera, donde los privilegios del disfrute del ocio, la pereza y la recreación en el tiempo libre queda limitado a aquella clase que está en posición de ventaja económica, reducido a un número cada vez menor de personas, por lo que viajar para muchos hoy constituye una incertidumbre.
Los tipos de turismo se han diversificado e incluyen varias modalidades en una, la práctica ha demostrado que el producto no se vende, solo por un interés de sol y playa, (aunque se considera el principal recurso de nuestro país), sino que se incluye otras modalidades, como el turismo cultural, ecológico, naturaleza, deportivo, e incluso hasta el de salud se está promocionando con mucha fuerza.
Una mirada desde Cuba: evolución y desarrollo
Siguiendo a Villalba (1993), como resumen del desarrollo del turismo en Cuba hasta el triunfo revolucionario de 1959, se puede señalar que: “este estuvo sujeto a la anarquía y desidia de un sistema capitalista de subordinación al extranjero y latrocinio en la esfera pública que se tradujo en la falta de previsión en la dirección y administración, bajos ingresos por turista, estadías cortas y una pobre oferta basada esencialmente en el juego, el vicio y la prostitución”. (Campos, 2011:23)
Con el triunfo de la Revolución en 1959, se asume un nuevo enfoque del turismo, al considerar valores relativos al fomento de las riquezas naturales y la protección del patrimonio histórico-cultural, y estableciendo vínculos de solidaridad (Quintana et al., 2004: 255). La aspiración primordial del gobierno era dar prioridad al turismo nacional y a la vez eliminar los aspectos negativos que quedaran del período anterior (Ayala, 2001: 10-11). Este período se caracteriza por una paralización del turismo internacional y un auge del nacional.
A mediados de la década del 70 del propio siglo XX hay una reapertura del turismo internacional, debido a un panorama externo más favorable, junto a la superación de una primera etapa de supervivencia y ajuste de la Revolución Cubana
El crecimiento del turismo internacional ofreció la perspectiva de que esta era una rama de la economía que producía montos no despreciables de ingresos en divisas y que podía complementar el esquema de desarrollo que se proponía sustentar en el país.
El final de la década del 80 y el comienzo de los 90 encuentra al sector turístico de Cuba como uno de los pocos sectores económicos del país que mantenía un saludable nivel de crecimiento económico ante la crisis en que entraba el país.
Esta nueva situación condujo a tomar un conjunto de medidas para reconstruir el sistema económico y salir de la crisis, tratando de no perder las conquistas fundamentales alcanzadas. Entre las primeras estuvo: el paulatino reforzamiento del turismo internacional. Paralelamente, a inicios de esta etapa, se deprimió el turismo nacional.
A modo de cierre:
El turismo se considera como fenómeno económico, político, social y cultural que mueve, a nivel mundial, un importante volumen de personas y capitales, impactando cada vez más a las diferentes sociedades.
El turismo moderno trae consigo cambios y nuevas estrategias que corresponden a las megatendencias mundiales.
Las megatendencias analizadas responden principalmente a los cambios significativos que el fenómeno experimentó a partir del siglo XX, la concepción de turismo de masas, además de fenómenos sociales que igual tienen consecuencias en su práctica, como el envejecimiento poblacional, el reordenamiento espacial a partir de las migraciones, el aumento de la pérdida de empleos e incremento de las nuevas tecnologías en reemplazo de los puestos de trabajo, así como los avances en el área de la información y el conocimiento.
Bibliografía:
Ayala, H., (2001) Medio siglo de transformaciones del turismo en Cuba. La
Habana, Facultad de Contabilidad y Finanzas, Gestión Hotelera y Turismo,
Universidad de la Habana.
Campos, H., (2011) Percepción social del turismo nacional en la población
de Santa Clara. Trabajo de Diploma. UCLV
Organización Mundial de Turismo (OMT), (1983) Ensayo para determinar
las actividades económicas del turismo en el marco de la contabilidad
nacional.
__________________________________ (1997) Enciclopedia turística.
Concepto de turismo.
Quintana, R. et al., (2004) Efectos y futuro del turismo en la economía
cubana. La Habana, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.
Salinas, E. et al., (2003) Apuntes de Geografía del Turismo. Texto Docente.
Universidad de la Habana.
Villalba, E., (1993) Cuba y el Turismo. La Habana, Ciencias Sociales.
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