TURyDES
Vol 4, Nº 9 (febrero/fevereiro 2011)

¿QUÉ ES EL TURISMO?

Maximiliano E. Korstanje (CV)

 

Prólogo: Crítica al Trabajo Desfoliando la Cebolla del Turismo

El ya clásico artículo del Dr. Muñoz-Escalona “desfoliando la Cebolla del Turismo” (Turydes, Vol. 2, N. 6, 2009) parece tener serios problemas de método. Para no distraer al lector de los puntos importante y para no comenzar a desviar el eje de discusión por la retórica simplemente me voy a limitar a las incongruencias metodológicas del trabajo de Muñoz-Escalona como así también a sus principales limitaciones teóricas. Nuestro economista descarga toda su tinta crítica contra el AIEST (Asociación International de Expertos Científicos en Turismo) y contra la “turispericia en general” para lo cual se vale de los más diversos métodos telúricos y argumentativos. En ocasiones ilustrativos y claros en otras ocasiones no tanto. El problema, en cuestión, es que su propia crítica lo lleva a una posición lo bastante cómoda como para no dar al lector ningún aporte superador al respecto.

La metáfora de la cebolla sirve a nuestro economista para explicar, que y tal cual una cebolla, el turismo posee capas. En palabras de Escalona, “quienes se enfrentan por primera vez con el turismo lo ven por fuera y por fuera lo analizan, enjuician y valoran. ¿Y qué es lo que ven? Pues evidentemente lo que dice la gente, es decir, los hablantes, los cuales creen que con tamaño neologismo, que tiene algo más de un siglo y medio de vida, y que ha conseguido expandirse como la pólvora por casi todos los idiomas del mundo desarrollado, nos estamos refiriendo a un fenómeno social de nuestro tiempo”. (Muñoz-Escalona, 2009).

De esta manera, el turismo podría ser solo la afición por viajar o desplazarse por el mero hecho de poder disfrutar de paisajes. Es decir, existe una definición popular de turismo que es aquella que usan los trabajadores de la industria y los “turisperitos” en general . Segundo, el análisis etimológico de Escalona lo lleva a rechazar la evolución histórica del mismo turismo como actividad industrial, rechazando la explicación clásica de la literatura especializada que ubica al turismo como un resultado de la revolución industrial en Inglaterra, los avances tecnológicos de las dos guerras y el aumento del tiempo libre. Escalona, va por más y sugiere que existen otras hojas que fueron las utilizadas por los hombres de negocios del siglo XIX que se basaba en la idea de satisfacer una necesidad.

“Para ello supieron que tenían que invertir en negocios como posadas y mesones y por supuesto en medios de transporte y, obviamente, gestionarlos con habilidad. Fue, pues, la minoritaria y aventurera clase empresarial de cada vez más lugares la que se dio cuenta de que había que seguir desfoliando la cebolla turística para encontrar las hojas llenas de sustancias prometedoras de boyantes ganancias en forma de rendimientos, beneficios y, en definitiva, de apetitosas promesas de enriquecimiento. Desde entonces el turismo no fue sólo el conjunto masivo de viajeros por placer sino también el conjunto de negocios rentables que se orienta a los turistas. Así fue como se le añadió un nuevo significado a la voz turismo. A partir de entonces turismo es no sólo la afición de viajar por placer sino también y sobre todo la organización de los medios conducentes a facilitar la afición de hacer viajes por gusto de recorrer países extraños” (Muñoz-Escalona, 2009). Este argumento combina convincentemente la idea de una evasión normativa con la presentación de los medios materiales para poder llevar a cabo dicha actividad. Es decir, los ciudadanos tienen la necesidad de viajar por placer, hacer turismo con el simple hecho de satisfacer las necesidades básicas universales, pero que detrás de dicho juego no habría más que una maquinaria dispuesta a lucrar con el deseo onírico de escape. Desde la propia ambivalencia entre negocio y ocio, Escalona afirma que el ocio de unos significaría el negocio de otros. Entonces hacer turismo se ha transformado en un “sintagma” con dos valores bien claros “viajar por ocio y explotar negocios para los que se viaja por ocio”. Escalona critica a la literatura especializada por considerar que el turismo es anterior al siglo XX o mejor dicho a la finalización de la segunda Guerra. Existen, evidencia afirma nuestro pseudo-cientista social que el turismo se practicaba en el siglo XIX. El turismo no se masificación y por tanto afirmar que se hace turismo por ser masivo, precisamente después de mediados de S. XX, es falso. También es falso, afirmar que la especie humana se movido desde siempre y que por lo tanto hacían turismo.

Por lo pronto, Escalona oscurece el panorama con información histórica de segunda mano sin citar a ningún autor, ni fuente científica acreditada como ser fuente de archivo, cartas, estadísticas etc. Son simplememente aclaraciones pseudo-eruditas que el autor hace la boleo. ¿Pero a donde nos llevan?. Habrá que esperar hasta 1942 cuando “La nueva especialidad se ocupó de estudiar y cuantificar sus dos componentes básicos: la práctica del turismo como ocio (vuelvo a repetir, la demanda) y la práctica del turismo como negocio (es decir, la oferta), una terminología claramente tomada de la economía a pesar de que los autores de dicha obra, los suizos de la Universidad de Berna Walter Hunziker y Kart Krapf, reconocían abiertamente que la nueva disciplina se encontraba más cerca de la sociología que de la economía. Incluso insistieron en que la disciplina incipiente había que considerarla más bien como una verdadera sociología de la cultura, tal vez porque se ocupaba de estudiar y cuantificar el interés que muchas familias mostraban por visitar los lugares mejor dotados de monumentos artísticos de la época grecorromana y del Renacimiento”. El devenir de los años, lejos de aclarar que es el turismo, llevaron a seguir desfoliando capas de cebolla (ya no se si Escalona lloraba por tanto acido o uno debe llorar cuando lee este tipo de cosas), pero dice Escalona, sabemos lo que el turismo no es, “mero vacacionismo” . Así, se multiplicaron las definiciones de turismo según la disciplina interviniente y las expectativas de cada una de las disciplinas que tomaban al turismo como objeto principal de sus estudios. La complejización del turismo ha llevado a los académicos a no comprender realmente su naturaleza mucho menos su significado. Pues entonces que es el turismo para Francisco Muñoz-Escalona?.

Pues bien Escalona crítica a todos los que han intentado definir el turismo pero no sólo no provee ningún criterio para aunar definiciones sino que además, en sus diferentes trabajos, desobedece los mismos principios científicos que dice defender. La Ciencia posee cuatro principios, la replicabilidad de los resultados muestrarios, la posibilidad de falsasión, la indicación de fuentes claras de datos, y la posibilidad de explicar un fenómeno bajo correlación causal entre dos variables. Tomo un sentido acotado de Ciencia, lo más popperiano si se me permite. Simplemente para que mis argumentos estén a la altura de los medievales elementos con los que discute el Dr. Escalona.

Entonces nuestro ensayista turístico dice “¿Pero qué es lo que hay que hacer para llegar hasta ese corazón oculto de la cebolla turística? Pues es obvio que hay que seguir desfoliándola, una operación que resultará sumamente sencilla siempre y cuando seamos capaces de olvidarnos de las observaciones que hicimos de las primeras hojas, las amarilláceas y quebradizas de la visión fenoménica y hasta de las blancuzcas, algo verdosas y bastante correosas de la sucesivas y complementarias que nos ofrecen una conceptualización del turismo como fenómeno, la cual sólo puede aspirar a ser un complemento de la visión del turismo como una actividad productiva diferenciada de las demás actividades productivas”.

Escalona va a culminar su deprimente ensayo considerando al turismo” como el turista es un agente económico que durante su estancia pasajera en un lugar, en el que no reside habitualmente, se dedica a realizar/ejecutar (consumir) un programa de actividades o de visita que ha elaborado él (autoconsumo o autoproducción) o lo ha adquirido a una empresa especializada (alteroproducción para el mercado). Las actividades consumidas/realizadas son aquellas que le permiten los diversos equipamientos culturales, deportivos, museísticos, etc. del lugar visitable, entendiendo por tal aquel que se encuentra suficientemente dotado de equipamientos y negocios dedicados a vender servicios de accesibilidad, transporte y hospitalidad” (Escalona, 2009). Pues no es ésta la misma definición que el critico a los analistas del Marketing y a los mal llamados turisperitos?.

En otras ocasiones he personalmente tomado la molestia de criticar a este pseudo-científico por sus incursiones sobre que es el turismo. Considerándolo algo como un hecho social total que envuelve nuestras formas de ocio, el turismo puede ser considerado desde dos perspectivas. Escalona desconoce que en todo lenguaje existe lo que los antropólogos han llamado “clasificación taxonómica” la cual se refiere a que el término no se define por la estructura operativa o “etiqueta” sino por su significado el cual está enraizado en la práctica social. Por ejemplo, la palabra auto puede significar 4 cosas diferentes para un ama de casa, un agente de viajes, un mecánico y un político. Lo que hace a una definición científica es el sentido que se da en la práctica la cual le da sustento a la institución, en este caso del turismo. Todas las sociedades se dividen en 5 sistemas, político, económico, mítico-religioso, militar-defensa y onírico. Dentro del sistema onírico, cuya finalidad es restituir las asimetrías simbólicas y materiales que se dan de la interacción de los otros cuatro subsistemas, a la vez que replica las bases y los valores que sustentan a la sociedad.

El sistema onírico a su vez comprende al ocio o tiempo libre (que no son lo mismo pero ambos forman parte del sistema onírico junto a otros subsistemas) y dentro del ocio se encuentra el turismo. La naturaleza del turismo no es muy diferente otras pertenecientes al sistema onírico como ver un partido de futbol, mirar televisión, tomar cerveza o simplemente escuchar música. El turismo cumple una doble función por un lado revitaliza los tendones sociales que hacen posible los lazos de pertenencia y dominación entre los grupos humanos, confirma el discurso hegemónico de la potencia dominante pero a vez suaviza los efectos negativos de los otros cuatro subsistemas. Desde esta perspectiva, desde una definición abstracta el turismo simplemente es un término (etiqueta) de algo mucho mayor que ya se practicaba en la Roma de Julio César, funcional a todo imperio ya que por un lado se emula la superioridad de la civilización que promueve el viaje a la vez que crea una imagen contrastante de lo “bárbaro”. El turismo como fenómeno nomenclado desde la masividad de mediados de siglo XX es una definición dada por las instituciones que promovieron su crecimiento industrial. Por ese motivo, Korstanje ha defendido la idea de una definición exhaustiva y acumulativa del turismo. Mientras la primera se caracteriza por su elusividad y su crítica de otros conceptos (ver el caso de los científicos quienes cada uno maneja su propia definición taxativa) mientras la segunda con una perspectiva netamente comercial apuntan a la rentabilidad, sustentabilidad y negocios como una forma rentable de turismo. Ahora bien, realizadas las aclaraciones pertinentes en los próximos dos trabajos, Korstanje va a desplegar que se entiende por turismo y cuales son los elementos analíticos válidos según un criterio riguroso de refutación científica que nos llevan a pensar que una ciencia del turismo o turismología es posible. El turismo se encuentra presente en todas las sociedades, capitalistas o no, y opera de diferentes formas según el subsistema ocio y sus expresiones. Práctica de agente y estructura se encuentran como un todo indivisible. En consecuencia, el turismo es una forma de ocio que mercantilizada o no opera en diferentes esferas de la sociedad cuyos elementos principales son el desplazamiento fuera del lugar de residencia y el retorno voluntario. En otros términos, el turismo es “toda forma moderna de ocio (comercializado o gratuito) que implique un desplazamiento temporario y consecuente retorno satisfaciendo así necesidades psico-sociales específicas de descanso, relajación y afirmación de estatus en espacios socialmente determinados y destinados para tal fin”. Empero, no se puede comprender al turismo sin antes examinar el lazo antropológico humano por excelencia, la solidaridad. La segunda es la hospitalidad, la tercera la extranjería o la construcción del otro. Cada una de los sentidos que históricamente han recibido los viajes, la hospitalidad, la extranjería han sido diferentes dependiendo de cada Imperio /Civilización. Es cierto, en esa época no se lo etiquetaba como turismo pero si es cierto se hacía algo bastante similar. Las ferias romanas no eran muy diferentes a nuestras “licencias” o vacaciones modernas.



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