Francisco Javier Ruiz Durán*
Universidad de Extremadura, España
pacobadajoz@hotmail.com
RESUMEN
En este artículo intentaremos demostrar como la Humanidad ha ido descubriendo, poco a poco, las vías para crear el desarrollo social que necesitaba para progresar, desde la aparición del hombre primitivo hasta la creación de los grandes Imperios de Oriente y Occidente. Pero también señalaremos, como ese desarrollo social termina provocando las fuerzas que pueden hundir a todo un núcleo si este no se ha desarrollado tanto como para haber atraído a los Estados periféricos a su nivel de desarrollo, mediante el descubrimiento de <<las ventajas del atraso>>, en una carrera constante desde los orígenes de la Humanidad.
PALABRAS CLAVE:
Desarrollo social, formación de oriente y occidente, Flancos Montañosos, ventajas del atraso, paradoja del desarrollo, Estado gama baja, Estado de gama alta y cambio climático.
ABSTRACT
THE ORIGINS OF HUMANITY
In this article we will try to demonstrate how humanity has discovered, little by little, the ways to create social development needed to progress, from the emergence of primitive man until the creation of the great empires of the East and West. But we will also point out, as this social development ends up provoking the forces that can sink to around a core if it has not developed as much as to have attracted to the peripheral States to their level of development, through the discovery of <<backwardness advantages>>, in a constant race since the origins of humanity.
KEY WORDS:
Social development, formation of east and west, Mountainous Flanks, backwardness advantages, paradox of the development, State of low range, State of high range and climate change.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Francisco Javier Ruiz Durán (2018): “Los orígenes de la humanidad”, Revista Académica de Investigación, TLATEMOANI (agosto 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/tlatemoani/27/origenes-humanidad.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/tlatemoani27origenes-humanidad
1. EL DESARROLLO DE OCCIDENTE.
Aunque inicialmente los descubrimientos arqueológicos como los de Atapuerca y Zhoukondian demuestran que en Occidente vivieron los neandertales y en Oriente el Hombre de Pekín; la Humanidad consiguió su unidad biológica, y su extensión por toda la tierra, con la aparición del Homo sapiens. Por tanto, sólo las diferencias geológicas tanto como las consecuencias de los diversos cambios climáticos que ha soportado nuestro planeta, terminaron beneficiando el dominio de Occidente. Este comenzó en los Flancos Montañosos [alrededor del Tigris, el Éufrates y los valles de Jordania] cuando se iniciaron los primeros asentamientos modernos donde no tardarían en aparecer la agricultura, la ganadería, la protoescritura, la propiedad y el desarrollo de la familia, los conflictos, las fortificaciones… que con el tiempo se extendería por Chipre, Turquía, Grecia, Italia…; y de forma independiente en China, Nueva Guinea y el Nuevo Mundo miles de años más tarde. La razón es que si observamos estos territorios en un mapa veremos que forman el arco de las tierras afortunadas [Perú, Europa, Flancos Montañosos, Pakistán, China y Nueva Guinea].
Los pueblos periféricos de estos núcleos originales adoptaron sus técnicas de cultivos, adaptándolas si era necesario, a sus entornos naturales; y por derecho propio, al descubrir las ventajas del atraso1 se convirtieron en un núcleo nuevo.
El mundo sufrió un cambio de su órbita solar que hacia el 3800 a.C. convertiría las fértiles llanuras de Mesopotamia en los desiertos que hoy conocemos. Los agricultores emigraron hacia unos pocos centros urbanos donde al concentrar los conocimientos desarrollados en los Flancos Montañosos durante casi dos mil años, crecieron tanto como para poder mantener a los mineros que comenzaron a extraer cobre; lo que incrementaría notablemente la eficiencia de los soldados y los trabajadores. La ciudad-estado de Uruk hacia el 3300 a.C. desarrolló una administración que pudo soportar una población de casi veinte mil habitantes2**; el colapso de esta sería la clave de la destrucción de todas las ciudades, Estados e Imperios del mundo.
De Uruk las personas y sus conocimientos –cuencos biselados para las raciones, la vela, el torno, la rueda, tablillas de barro, los suntuosos templos…- emigraron a Irán y Siria; para sobre el 5000 a.C. atravesar el desierto del Sinaí y establecerse en el Nilo junto con las semillas y animales que traían del valle del Jordán. Así, Egipto terminó convirtiéndose en un solo Estado poderoso –como ocurrió en los Flancos Montañosos y en Mesopotamia- que se consolidó como el principal núcleo desarrollado de Occidente.
2. EGIPTO, MESOPOTAMIA, CHINA Y LOS PUEBLOS DEL MAR.
El poder de los Faraones dependía de sus habilidades políticas, de la pompa y el boato de sus sacerdotes, del potente lenguaje de sus jeroglíficos y de sus pirámides –el símbolo definitivo de los Reyes egipcios-3. Esta senda de forma más lenta, también fue desarrollada por las ciudades-estados sumerias de Mesopotamia que crearon <<residencias>> donde las familias monógamas poseían la tierra. Y cuando algunas familias se hicieron grandes propietarias comenzó a iniciarse la competencia por las mejores tierras y finalmente, las conquistas entre ciudades. Pero como cada ciudad estaba dirigida por un Dios protector, los sacerdotes tuvieron que proponer la teoría de la <<ciudad templo>> -donde la jerarquía religiosa y los intereses de los dioses quedaban independientes- para explicar a sus fieles por qué habían sido abandonados. De esta forma, los Monarcas que sobrevivieron a la conquista pudieron reafirmarse como mucho más que meros representantes de los dioses. Y aquí encontramos la razón por la que el Rey Gilgamesh de Uruk sobre el 2440 a.C. afirmó que era el hijo de su dios protector y que había viajado más allá de su mundo, para buscar la inmortalidad; nació así el poema épico Gilgamesh, la obra literaria más antigua del mundo que conocemos hoy en día, que fue recogida por los judíos para crear el Génesis -los pasajes del Eden y del Diluvio universal-.4
En consecuencia, las guerras de conquistas terminaron en el 2334 a.C. con la aparición de Sargón5 –que significa dirigente legítimo- que unificó Sumeria. En este punto de la historia Egipto y Sumeria, sobre el 2230 a.C., ya habían eclipsado por completo el foco original de los Flancos Montañosos.
Así, a medida que las tensiones internas en el núcleo comenzaron a impulsar el desarrollo social, una red de ciudades terminó reemplazando a las aldeas agrícolas en Siria, Levante e Irán; poco antes de aparecer los primeros palacios en Creta y la ocupación por los agricultores del noroeste del mundo occidental donde se invirtieron unos millones de horas de trabajo en el enigmático monumento de Stonehenge en Gran Bretaña. Pero, en el 2180 a.C. todo el núcleo occidental estaba en descomposición. Durante los siguientes mil años la pobreza, las migraciones, las privaciones y las masacres fueron el día a día de Occidente. Y lo peor fue que el propio desarrollo social sería el responsable de tal hecatombe. En este periodo los templos y los palacios poseían las mejores tierras y eran los burócratas quienes redistribuían los productos –almacenando la mejor parte- en raciones. Este modelo comenzó en Uruk sobre el 3500 a.C. y en sólo mil años el modelo de estas economías dirigidas se había generalizado por todo el núcleo. Aunque es cierto que sus dirigentes nunca prohibieron el papel de los comerciantes independientes que intercambiaban sus productos en ferias; como recogió la Biblia cuando nos habla de Jacob y su hijo José –quien tras ser vendido a unos mercaderes de esclavos recibió a sus diez hermanos como Gobernador de Egipto cuando fueron a conseguir grano-. El creciente desarrollo social entrelazó los núcleos de las economías, culturas y sociedades de los diversos pueblos, ampliando los propios núcleos que al incrementar el dominio de su entorno estaban facilitando aún más el desarrollo social. Aunque el precio de esta complejidad creciente, fue el aumento de la fragilidad en esas sociedades. Y así acabamos de describir la pieza central de la paradoja del desarrollo social. En este sentido, los expertos creen que fue la falta de lluvias la que en menos de un siglo acabó con la civilización mesopotámica; es más, en este periodo, sobre el 2200 a.C., Egipto también sufrió grandes cambios por el mismo motivo, pero consiguió ponerse en pie gracias a que los sacerdotes tebanos llegaron a controlar todo el valle del Nilo. Por tanto, podemos afirmar que como el desarrollo social es acumulativo; esta vez el desarrollo social había crecido casi un 50 % más de lo que lo había hecho mil años antes, la Humanidad no se hundió de nuevo porque las sociedades occidentales se estaban volviendo más grandes y sofisticadas.
Además, el núcleo pudo expandirse durante la crisis porque las zonas periféricas, que ya habían descubierto las ventajas del atraso, se abrieron hasta el punto de convertirse en parte del propio núcleo. Así desde Irán hasta Creta, el mundo occidental conformó unas economías redistributivas agrarias –el poder político se repartió mientras aumentaba la participación ciudadana en el comercio-. De esta forma, una vez más, el desarrollo social cambió el significado de la geografía; pues el acceso al delta de un gran río fue clave para el desarrollo social en el tercer milenio antes de Cristo. Además como las burocracias de los grandes Estados de la época había impedido el uso de la nueva evolución militar que supuso la aparición de los carros, los pequeños Estados periféricos –como los hurritos del Cáucaso, los casitos de Irán, los hititas de Anatolia, los hicsos de Israel y los micénicos de Grecia- aprovecharon para conquistar a sus vecinos más grandes y ricos cuyas burocracias habían impedido su uso6; mientras el comercio unió a los grandes Reinos de Babilonia, Egipto, Asiria, Mitani y los hititas en el siglo XV a.C. Eso sí, estos grandes Reinos no olvidaron el error que cometieron, con la aparición de los carros, y comenzaron a crear Ejércitos permanentes con cuerpos de carros que terminó en una carrera armamentística entre Egipto y Asiria, como en la Guerra Fría, hasta la confrontación directa de los dos mayores Ejércitos que la historia había contemplado hasta entonces –treinta mil infantes y cinco mil carros por cada bando- en la Batalla de Kadesh en Siria.
En ese periodo los conflictos eran totales –ciudades arrasadas, hombres masacrados y mujeres y niños esclavizados. Así emergerían unas élites militarizadas mucho más ricas que sus predecesoras; debido a esto, sus luchas internas comenzaron a adquirir mucha más importancia. En esta línea, los Reyes comenzaron a fortificar sus palacios o directamente comenzaron a crear ciudades exclusivamente para ellos; lo cual disparó la demanda de mano de obra forzada, los impuestos y las deudas del Estado. Eso sí, el comercio fue convirtiendo poco a poco a todo el Mediterráneo en el núcleo occidental; el desarrollo social volvió a modificar el significado de la geografía.
El estilo de vida agraria se desarrollaría en China desde el 7500 a.C. –dos mil años después de Occidente- creando nuevas ciudades y Estados para defenderse. China, poco a poco, fue capturando más energía por lo que la presión les llevó a innovar para sacarle más rendimiento a sus tierras y a organizarse de forma más efectiva para robarles a otros pueblos lo que iban necesitando. Eso sí, el avance chino en el ascenso en el nivel de vida de sus ciudades llevaba un retraso de dos mil años con la vía de Occidente. Es más, China cayó entre el 2500 y el 2000 a.C.; al mismo tiempo que las sequías, las hambrunas y el colapso político hundiesen a Mesopotamia y a Egipto. Pero en China también comenzaron a crear de nuevo la sociedad que habían perdido. De esta forma, emergió el Reino de Erlinton que envió colonos a cientos de kilómetros para obtener materias primas –lo que lo convierte en el primer Reino colonial de Oriente-. Pero la nueva periferia por su ascenso social también deseaba entrar en el núcleo por lo que este oasis terminó siendo conquistado finalmente por la nueva dinastía Song que creó una nueva ciudad en Zhengzhou, que terminaría superando a la propia Erlinton. En ella se han descubierto más de 17.000 caparazones de tortuga con inscripciones para usarse como huesos oraculares para sus Reyes. Pero también 5.000 fosos de sacrificios con un cuarto de millón de muertos. A una media de 4 asesinatos al día durante 150 años. 3.000 años antes que los sacrificios del Imperio azteca.
En el 1250 a.C. Occidente había alcanzado el triple del desarrollo social del que tuvo Egipto y Mesopotamia en el 5000 a.C. y sus grandes ciudades –Babilonia o Tebas- tenían 80.000 habitantes, bibliotecas, escribas, grandes Ejércitos… hasta tal punto de que un sólo Estado pudiese gobernar todo el núcleo occidental. Pero en el 1200 a.C. casi todas las ciudades importantes de Occidente fueron incendiadas –desde Grecia hasta Israel-. Occidente cayó y la expansión volvió a ser un arma de doble filo porque la nueva frontera del Mediterráneo se vio asolada por terremotos, pestes y guerras. Fue la mayor caída del desarrollo social en Occidente –los Pueblos del Mar arrasaron todo Occidente-. Y aunque Occidente adelantaba en dos mil años a Oriente, esta caída quedó a Oriente a sólo unos cientos de años; fue el primer punto de inflexión de nuestra historia. En este contexto los carros llegaron a China en el 1200 a.C. y la periferia también conquistó, allí, el núcleo.
La crisis del 1200 a.C. fue tan desastrosa porque el núcleo occidental estaba más unido que nunca por lo que cayó como un dominó. La paradoja del desarrollo social es que generará fuerzas que lo dificulten y estas serán más fuertes cuanto más grandes seamos. Recordemos que, la primera globalización terminó con el crack del 29; aunque la segunda globalización entró en una profunda crisis en el 2008 que los ajustes internacionales han contenido antes del colapso del sistema. Por tanto, el desarrollo social según asciende provoca mayores trastornos, pero también defensas más sofisticadas.
Y tras el desastre, entre el 1000 y el 100 a.C. el desarrollo social de Occidente y Oriente se duplicó. Los Estados mínimos se convirtieron en Estados de gama alta7 como la antigua Uruk y Egipto. Pero más fuertes, y Chipre comenzó a utilizar el hierro en el 1000 a.C.
3. ASIRIA, FENICIA, PERSIA, LOS ESTADOS DE GAMA ALTA Y EL PENSAMIENTO AXIAL.
En Asiria el Rey Ashurdan se creía el representante de Dios en la tierra y nombraba a sus gobernadores –los <<Hijos del Cielo>>- de su Estado de gama baja donde el Ejército lo conformaban las tropas de sus gobernadores; igual que los Reyes Zhou en China. Sus Estados vecinos pagaban para no ser exterminados y terminaron siendo parte del Imperio con sus Reyes convertidos en gobernadores asirios. De no aceptar solían amputarles las orejas y narices, extraerles los ojos, desollarlos y empalarlos. De este modo, Asiria salió de la Edad Oscura, pero según creció los Estados de gama baja como Asiria y China no pudieron superar tantas guerras y se desintegraron en pequeños Reinos. Mientras tanto, los pequeños Estados como Fenicia y los Principados del actual Líbano pudieron prosperar gracias a que transportaban las mercancías que necesitaban Egipto y Asiria. Además, Grecia comenzó a seguir su ejemplo y empezaron a fundar colonias por todo el Mediterráneo mientras adoptaban el alfabeto creado por los fenicios. El desarrollo social se incrementó tanto en las periferias como en el núcleo porque los colonos y los comerciantes salieron del núcleo y los pueblos de la periferia copiaron sus prácticas. Descubrieron las ventajas del atraso. Tras la caída de los grandes Estados en China se creó un gran Estado en el sur que produjo un proceso colonizador parecido al griego8.
Asiria resurgió eliminando a sus gobernadores y creando un Estado de gama alta con el Rey Tiglatpileser III -744 a.C-; para ello creó un Ejército profesional, una burocracia estatal, impuso impuestos y creó el Estado más poderoso hasta entonces. Su sucesor Salmansar fue quien arrasó Israel y deportó a su Pueblo por no pagar los impuestos9. Todo el núcleo occidental se centralizó y los que no fueron conquistados por Asiria, Egipto y Juda. Asiria volvió a caer por hacer tantas guerras y el núcleo se hizo más grande al entrar los pueblos periféricos victoriosos10. Así el Imperio persa y el babilonio ocuparon el puesto de Asiria y copiaron su Estado de gama alta.
Hacia el 450 a.C. los gobernantes de Oriente y Occidente se encaminaban hacia Estados de gama alta, subiendo impuestos, organizando complejas transacciones gracias a sus burocracias y reclutando Ejércitos permanentes; así hicieron florecer sus economías. En Occidente el núcleo se había expandido y el Imperio persa se había unificado en gran parte; mientras que en Oriente estaban inmersos en un proceso similar.11 Durante miles de años Reyes, que se habían presentado como dioses, fijaron el orden moral a través de los rituales que les unían con los campesinos más humildes, mediante, los sacrificios celebrados en los zigurats o masacrando prisioneros en los cementerios. Empero, con el paso de los Estados hacia los modelos de gama alta, la magia comenzó a desaparecer del mundo.
Aunque por esas mismas fechas desde las orillas del Egeo hasta la cuenca del río Amarillo, en el siglo VII a.C., otros pensadores comenzaron a desarrollar nuevas visiones sobre cómo funcionaba el mundo; hablaban desde la periferia y afirmaban que no se necesitaban Reyes divinos para transcender este mundo pecaminoso, porque la salvación estaba en el interior de cada uno. En este sentido no tenemos más remedio que recordar que el filósofo alemán Karl Jaspers, en las postrimerías de la II Guerra Mundial, bautizó a los siglos próximos al 500 a.C. como la <<Era Axial>>, y señaló que formaron un eje sobre el cual la historia había dado un giro; pues en dicha era “nació el hombre tal y como lo conoceremos hoy en día”.12 En la Era Axial nacieron los textos confucianos, taoístas, budistas y jainistas en Oriente, la filosofía griega y el Antiguo Testamento hebreo. Recuerde usted que estas obras se convirtieron en los clásicos que han definido el significado de la vida para la humanidad, desde entonces. Fue un éxito asombroso que hombres como Buda o Sócrates que escribieron poco o incluso nada pudieran llegar hasta nosotros, gracias al trabajo de sus discípulos, a pesar de los concilios donde sus sucesores se condenaban por anatemas los unos contra los otros. Ahora bien, todos los clásicos estuvieron de acuerdo en que el Reino trascendente más allá de nuestro sórdido mundo es realmente indefinible; así como, que la trascendencia se obtiene con humildad y excelencia moral.
En este sentido, Confucio, un shi, afirmó que “someterse a uno mismo y regresar al ritual es practicar la humanidad (ren)”. 13 Para él había que preocuparse más de la familia viva que de los antepasados, valorar la reverencia sincera por encima de la mera santurronería o estimar la virtud y no el linaje. Sin embargo, en el siglo V a.C. un pensador llamado Mozi, afirmó que Confucio no había comprendido el ren; pues este significaba hacer el bien, no ser bueno, y afectaba a todo el mundo, no solo a la familia de cada uno. Mozi, que vivía entre los pobres, predicó el jian ai, una combinación de igualitarismo y empatía universal. Pero, a los taoístas no le impresionaron los pensamientos de Confucio ni los de Mozi; y señalaron que el Camino del Universo es el cambio, y nadie puede saber a dónde nos lleva. Que debemos ser uno con el camino, abandonando la actividad frenética. Sin embargo, un maestro taoísta llamado Zhnangzi terminó volviendo a su casa después de buscar el Camino durante años. Y finalmente, en esta línea, terminó surgiendo la tradición legalista que los rechazó a todos como una opción antiaxial; pues afirmaban que intentar trascender la realidad material era algo estúpido. Para Shang Yang, un Primer Ministro de Qin en el siglo IV a.C. y una de las grandes luminarias del legalismo, el objetivo no era la humanidad; sino el fortalecimiento y el enriquecimiento del Estado. Dicho de otra forma, que no deberían tratar a los demás como te gustaría que te tratasen a ti, porque son tu enemigo; no debemos ser buenos ni perder el tiempo haciendo el bien porque el Estado se hace fuerte utilizando a los malvados para gobernar; no debemos perdernos en activismos, rituales o fatalismos, sino imponer penas terribles –trabajos forzados, decapitaciones, entierros de personas vivas…- para que todos adopten la forma adecuada.
El pensamiento axial chino oscilaba del misticismo al autoritarismo. Y en el siglo III a.C. un académico llamado Xunzi combinó el confucionismo con las ideas de Mozi y el taoísmo buscando un terreno común con el legalismo. De facto, muchos legalistas apreciaban la capacidad de aceptación de las cosas que tenían los taoístas, con la ética del trabajo de Mozi. En el sur de Asia, el pensamiento axial también sufrió una combinación de caleidoscópica complejidad; tal y como aconteció también en la Grecia clásica. En el 700 a.C. la débil Grecia derrotó por completo a los Estados más poderosos del suroeste de Asia; y quizás por ello, se dedicaron con más intensidad que otros pueblos de la Era Axial a la cuestión de cómo debía ser una sociedad virtuosa cuando no tiene gobernantes que tengan contacto con un poder superior. Una de las respuestas fue buscar la virtud a través de la política colectiva: como nadie tenía acceso a lo que querían los dioses pusieron en común sus limitados conocimientos humanos y así constituyeron la democracia. En este punto recordemos, que Occidente había tenido un desarrollo social más alto que Oriente los catorce mil años anteriores al origen de la democracia; tanto como, que Occidente apenas sufrió cambios durante los siglos V y IV a.C., la edad de oro de la democracia griega. Solo durante el siglo I a.C., con el Imperio romano en el poder, la ventaja de Occidente se amplió notablemente sobre Oriente. Es más, la democracia desapareció de Occidente durante los dos mil años que separan la Grecia de Pericles de la Inglaterra de la Gloriosa Revolución de 1648 o de la Revolución norteamericana de 1789.
Por otro lado, la mayor contribución de Grecia al pensamiento axial procedió de los críticos a la democracia, liderados por Sócrates, que sólo sabía que no sabía nada. Sus principios filosóficos nos llegaron gracias a su discípulo Platón cuyos ideales pre-totalitarios hubiesen regocijado el corazón de shang Yang o por aquellos otros sofistas que fueron tan relativistas como los taoístas. Aunque bien es cierto que la filosofía griega cubrió el camino de la ética con Aristóteles, el misticismo con los visionarios Empédocles y Parménides y defendió al hombre común con Protágoras tanto o más como lo había hecho el propio Mozi. Mejor dicho, en Oriente y Occidente hubo corrientes racionales, realistas, liberales, cínicas, místicas, autoritarias y relativistas; o sea, la unidad real del pensamiento axial fue una unidad en la diversidad; un todo que representó la verdadera ruptura con el pasado. Sólo en el 1300 a.C., cuando Occidente se acercó por primera vez a los veinticuatro puntos de desarrollo social, Akenatón, abandonó a los dioses tradicionales para instaurar una trinidad formada por él mismo, su esposa Nefertiti y el disco solar Atón. Para tal fin, construyó una nueva ciudad con un culto, unos himnos y un estilo arquitectónico profundamente extraño; que para muchos expertos fue el primer intento de conformar una religión monoteísta.14 “Nada menos que el propio Sigmund Freud defendió que Moisés le robó la idea a Akenatón cuando los hebreos estuvieron en Egipto. Ciertamente existen paralelismos sorprendentes entre el <<Gran himno Atón>> de Akenatón y el salmo 104 de la Biblia”. 15 Eso sí, la revolución religiosa de Akenatón jamás fue axial, pues no dejaba espacio alguno para la trascendencia personal. Fue sólo un intento de totalizar la condición del Faraón como el puente entre este mundo y lo divino. De ahí la razón de su rotundo fracaso.
Pero no podemos perder de vista que en Occidente los asirios se convirtieron en un Estado de gama alta, que superó los veinticuatro puntos en el siglo VIII a.C. sin atisbo alguno del pensamiento axial que representó Sócrates, trescientos años más tarde. Eso sí, en Oriente, las fechas de la llegada de Qin, Chu, Qui y Jin a los veinticuatro puntos si coincidió con el periodo de mayor actividad de Confucio; aunque la mayor ola del pensamiento axial Oriental se produciría en los siglos IV y II a.C. Por tanto, este pensamiento fue una consecuencia de la reestructuración de los Estados en Oriente y en Occidente. Si necesita más pruebas debería leer a la Historia universal de Polibio –cuarenta volúmenes- que tuvo la paciencia de escribirla mientras era rehén de los romanos.16
CONCLUSIONES
En este artículo habrán podido ustedes comprobar como con la aparición del Homo Sapiens la especie humana consiguió su unidad biológica, su extensión por todo el planeta e inició el domino de Occidente en los Flancos Montañosos que luego se extendería por Chipre, Turquía, Grecia, Italia… Así como que miles de años después, de forma independiente, este proceso se desarrolló en China, Nueva Guinea y el Nuevo Mundo; por la sencilla razón de que, sobre un mapa, todos estos territorios forman <<el arco de las tierras afortunadas>>. Pero a la geografía se le sumaron también diversos cambios climáticos y las poblaciones de los Flancos Montañosos, junto con sus conocimientos, fueron trasladándose por Mesopotamia, hasta llegar a Egipto y Sumeria. Durante todo este periplo, se desarrollaron la agricultura, la ganadería, la protoescritura, la propiedad y la familia, el comercio, la burocracia, la minería, las ciudades-estado, los Imperios… así como las tensiones internas que llevaron al núcleo a impulsar el desarrollo social que lo expandió gradualmente hasta Gran Bretaña, entrelazando todas las economías, culturas y sociedades de Occidente; hasta el punto, de que esa complejidad creciente fue también la responsable del aumento de la fragilidad de estas sociedades –con economías agrarias-. <<La paradoja del desarrollo social>>. En este sentido, cabe destacar también que a medida que las sociedades occidentales iban subiendo y cayendo por su propio desarrollo llegó un momento, sobre el 2200 a.C., que habían crecido tanto –un 50 % más de lo que lo había hecho la Humanidad los mil años anteriores- que el núcleo en vez de caer pudo expandirse gracias a que durante la crisis las zonas periféricas del núcleo ya habían descubierto <<las ventajas del atraso>> y se convirtieron, por derecho propio, en parte del propio núcleo occidental.
Pero el enriquecimiento de las élites militarizadas de la época llegó a tal nivel que sus luchas internas dispararon la mano de obra forzada, los impuestos, las deudas del Estado y los conflictos; a la par, que el comercio convirtió el Mediterráneo en el eje sobre el que se cimentó el núcleo occidental. Por otro lado, el estilo de vida agrario se desarrollaría independientemente en China desde el 7500 a.C. –dos mil años después de Occidente-, pero siguió el mismo esquema: creación de ciudades, mayor captura de energía, desarrollo de la organización burocrática… Es más, los mismos cambios sociales y climáticos que hundieron Mesopotamia y Egipto entre el 2500 y el 2000 a.C. obligaron a China a comenzar también de nuevo todo el proceso de desarrollo social; aunque les cabe el dudoso honor de sacrificar al menos a un cuarto de millón de seres humanos para obtener el favor de sus dioses. 3000 años antes que los sacrificios del Imperio azteca.
Empero, en el 1200 a.C., el núcleo occidental tras haber alcanzado el triple del desarrollo del que tuvo Egipto y Mesopotamia, sufrió una crisis tal que todas las ciudades cayeron presas del fuego, por una cadena de terremotos, pestes y guerras, desde Grecia hasta Israel. Entonces Occidente pasó de sacar dos mil años de ventaja a Oriente para quedarse sólo a unos cientos de años por encima; fue el primer punto de inflexión de nuestra historia. Eso sí, el ciclo comenzó de nuevo y el desarrollo social de Oriente y Occidente, entre el 1000 y el 100 a.C., se duplicó convirtiendo a sus Estados mínimos en Estados de gama alta como la antigua Uruk y Egipto. Y Chipre comenzó a utilizar el hierro en el 100 a.C. En esta línea, en Asiria el Rey Tiglatpileser III -744 a.C.- creó el Estado más poderoso conocido por entonces hasta que fue desplazado, por no poder sostener tantas guerras, por el Imperio persa y el babilónico que copiaron su Estado de gama alta. Así, hacia el 450 a.C. Oriente y Occidente se encaminaban hacia Estados de gama alta que llegaron a abandonar las viejas creencias religiosas que exigían sacrificios humanos, por otras nuevas: Confucio, Tao, Buda, los filósofos griegos y el Antiguo Testamento –la era axial-. Los grandes clásicos que, creyendo a su manera en un Reino trascendente al que se llega con humildad y excelencia moral, han dado significado a la vida humana.
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