EL PRI: CONSOLIDACIÓN, PÉRDIDA Y REGRESO AL PODER PRESIDENCIAL
Porfirio Miguel López DomÃnguez (CV)
pormild9@gmail.com
Pablo MartÃnez González (CV)
Raquel León Almanza (CV)
Universidad Autónoma de San Luis PotosÃ
Resumen.
El presente ensayo pretende realizar un análisis breve sobre el proceso de consolidación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), su posterior pérdida de la presidencia de la República a partir del año 2000 y su proceso de ascenso político electoral para regresar al poder presidencial en el año 2012.
Para ello se desarrollará el escrito en tres secciones que abarcarán en un primer momento el periodo histórico de formación del partido, su desenvolvimiento en el sistema de partido único y su etapa de consolidación como constructor de un sistema que definió las formas de realizar y entender la política a lo largo de siete décadas.
En segundo lugar se comentarán los aspectos más sobresalientes que permitieron iniciar el proceso de democratización, la apertura del régimen de partido de Estado y su posterior proceso de erosión político- electoral que permitió la alternancia en las entidades federativas, la pérdida de la hegemonía en el Congreso de la Unión y su desplazamiento de la presidencia de la República en el año 2000.
En un tercer apartado se comentará el inicio de un proceso de alternancia en la titularidad del Poder Ejecutivo, el papel jugado por el PRI en el escenario político, su reacomodo en un sistema de partidos competitivo y el refugio electoral del citado instituto político en entidades federativas y municipios.
En el último apartado se incluye la conclusión donde se discute el inicio de su proceso de regreso a la presidencia de la República vinculado a su fuerza corporativa territorial electoral, el poder de sus gobernadores y la culminación el pasado 2 de julio de 2012 con la victoria de su candidato Enrique Peña Nieto ex gobernador del Estado de México en el marco de elecciones libres, democráticas y competitivas.
Palabras clave: Partido Revolucionario Institucional, partido hegemónico, sistema de partidos, transición democrática, alternancia electoral, competitividad electoral.
Summary.
This article intends to perform a brief analysis of the consolidation process of the Institutional Revolutionary Party (PRI), subsequent loss of the presidency of the Republic from 2000 electoral process and political rise to return to presidential power in the year 2012.
This is written in three sections developed initially cover the historical period of formation of the party , its development in the one-party system and its consolidation phase as a system builder which defined ways to perform and understand the policy over seven decades.
Secondly the highlights that helped start the democratization process, the opening of the state-party regime and subsequent political- electoral process that allowed erosion alternation in the states will be discussed, the loss of hegemony in the Congress and its displacement from the presidency of the Republic in 2000.
In a third section the beginning of a process of alternation will be discussed in the ownership of the Executive, the role played by the PRI in the political arena, their rearrangement into a competitive party system and electoral refuge of that political institution in states and municipalities.
In the last section the conclusion where the start of the process of return to the presidency of the Republic territorial electoral linked to its corporate strength is discussed, the power of their governors and the completion last July 2, 2012 with the victory included its candidate Enrique Peña Nieto former governor of Mexico under free, democratic and competitive elections.
Keywords: Institutional Revolutionary Party, hegemonic party, party system, democratic transition, electoral alternation, electoral competitiveness.
I. El PRI: El inicio
El PRI como partido político hegemónico1 nació desde el poder en el inicio de la fase de consolidación revolucionaria luego de la elaboración y puesta en marcha de la Constitución de 1917.Se habló y se escribió a partir de la década de los años 20 de un Estado posrevolucionario que a decir de Paz (1978) completó su evolución con la creación de dos burocracias paralelas: la primera compuesta por administradores y tecnócratas, y la segunda formada por profesionales de la política, que es la que dirige en sus diversos sectores al PRI.
En consecuencia la fundación del Partido Nacional Revolucionario en 1929 bajo el gobierno de Plutarco Elías Calles, su posterior cambio a Partido de la Revolución Mexicanaen 1938 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río y su paso a Partido Revolucionario Institucional en la década de los 40 ya con Miguel Alemán Valdés, primer presidente civil, recorre todo el proceso político y partidista del siglo XX mexicano2 . De acuerdo con Krauze (1997) el PRI nació con Plutarco Elías Calles, se corporativizó con Lázaro Cárdenas del Río, se desmilitarizó con Manuel Ávila Camacho, y se convirtió en una empresa con Miguel Alemán Valdés 3.
Huntington (1972) afirmó que es posible que el ejemplo más notable de la construcción de instituciones políticas realizada por generales militares sea el de México, donde a finales de la década de 1920 Calles y los otros generales de la revolución crearon el Partido Nacional Revolucionario y con ello se afirma que institucionalizaron la revolución. Precisamente, la creación de esta institución permitió que el sistema político asimilase una cantidad de nuevas formas sociales, obreras y agrarias, que ocuparon un lugar destacado con Cárdenas, en la década siguiente; además se consiguió mantener la integridad de la esfera política frente a fuerzas sociales disgregadoras.
En septiembre de 1928 durante su cuarto y último informe de gobierno, el presidente Calles definió la organización política en torno a la cual se disputarían y se resolverían -de forma más o menos civilizada-, las aspiraciones políticas de las elites militares revolucionarias.
El posterior desenvolvimiento del PNR, el PRM y finalmente PRI marcó el rumbo de la nación mexicana a lo largo de siete décadas, razón por la cual fue bautizado como “el partido oficial”, “el partido de Estado”, “la familia revolucionaria” o el heredero de la revolución institucionalizada”. Por ello (Paz: op. cit.) escribió que el PRI nació de una necesidad: asegurar la continuidad del régimen posrevolucionario, que estaba amenazado por las querellas entre los jefes militares sobrevivientes de las guerras y trastornos que sucedieron al derrocamiento de Porfirio Díaz 4.
A partir de la institucionalización en torno al PRI, como gran decisor se erguía el presidente de la República, nada se movía dentro del escenario nacional sino era autorizado por él. Este fenómeno fue estudiado por Carpizo (1998) donde observó que el presidente es el líder del país, tanto constitucional como políticamente, es quien decide en última instancia la acción del gobierno y encauza la actividad del congreso federal, de los gobernadores, del partido predominante, de los municipios, del sector paraestatal e incluso de la iniciativa privada y de las principales organizaciones obreras y campesinas.
En ese sentido Cossío (1979) señaló a la República mexicana como la única del mundo que se dio el lujo de ser gobernada por una monarquía sexenal absoluta, aunando a tal circunstancia que para ser presidente era preciso pertenecer a la familia revolucionaria.
Con el correr de las décadas del siglo XX en México el PRI hizo madurar un sistema de lealtades políticas perfectamente aceitado acorde con las necesidades del presidente en turno. Se conformó una maquinaria política articulada bajo la corporativización y redes clientelares vía los sindicatos, que otorgaba estabilidad social, política y económica dentro del país. Cabe afirmar que la máxima de la lógica presidencial priista hegemónica era: “dentro del PRI todo, fuera del PRI nada”5 .
Los campesinos, obreros y el sector burocrático nacional se triangularon para edificar una armonía de poder frente al partido, organismos como la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Confederación Mexicana de Trabajadores (CTM) , la Confederación Nacional de Organizaciones Obreras y Populares (CNOP) comenzaron a disfrutar una serie de privilegios que mediante un sistema de prebendas, complicidades y lealtades hacía de cada jornada electoral sexenal o trienal una maquinaria eficiente de recolección de votos.
Middlebrook (1986) consideró que como parte de la herencia de la revolución social de México de 1910-1917, los movimientos organizados obrero y campesino constituyeron la principal base de masas del régimen. Su inclusión en el PRI prohijado por el gobierno fue una importante fuente de legitimidad política.
La presencia del PRI dentro de los espacios de poder en México, mantuvo hasta inicios de los años 90 un fuerte control sobre las disposiciones políticas. Las instituciones, las políticas públicas y la burocracia partidista hacía girar al régimen de partido único de forma casi perfecta a través de la cohabitación de dos factores: esquema de lealtades internas e insuficiente entramado de instituciones políticas opositoras.
A decir de Bayley (1990) de 1945 a 1975 la vida política estuvo inmersa en un círculo virtuoso donde hubo crecimiento económico, industrialización, estabilidad política y paz social, facilitando la movilidad social y la elevación de los niveles de vida. La inestabilidad económica después de 1975 que culmina con el desplome financiero de 1982 6 destruyo la efectividad administrativa y las elecciones comenzaron a convertirse en competencias en las que el voto de protesta rápidamente erosionaba la hegemonía priista.
II. El inicio de la erosión y la decadencia del PRI
Las elecciones en México fueron durante el correr del siglo XX una especie de teatralidad política, no fueron concebidas por la clase política gobernante como una fiesta cívica. El PRI como partido político obtuvo una y otra vez la presidencia de la República, las entidades federativas, las posiciones legislativas a nivel federal y estatal, el Senado de la República y las presidencias municipales mediante una serie de artificios electorales que le valieron numerosos adjetivos en el ámbito nacional e internacional.
El relleno de urnas, la intimidación mediante el uso de las armas, el robo de papeletas electorales, la quema de casillas, el acarreo de votantes, el otorgamiento de puestos públicos, la entrega de productos de la canasta básica, programas de corte asistencial partidista, la desaparición de electores, el control electoral de la Secretaría de Gobernación, entre otras diversas formas ilegales y antidemocráticas de obtener el triunfo electoral fueron la patente política que mantuvo al PRI en el poder público durante diversas generaciones.
El sistema político priista fue erosionándose de forma gradual debido a una serie de luchas cívicas encabezadas por algunos sectores opositores al régimen, que ocasionaron el forzamiento de reformas electorales en los años 707 , reconocer triunfos electorales de partidos de oposición hacia finales de los años 80, tanto en presidencias municipales como en gubernaturas, perder mayorías legislativas en congresos locales hasta perder la mayoría en el Congreso federal en el año 1997.
Crespo (2002) indica que históricamente el PRI reconoció el triunfo de un partido distinto (PAN) en 1946 en una pequeña alcaldía de Michoacán y en cuatro diputaciones federales. En 1958 se reconoció la victoria de una coalición opositora en una capital estatal: San Luis Potosí; posteriormente, una senaduría en 1976; para bien avanzados los años 80 en 1988 el partido oficial reconoció a cuatro senadores de la coalición neo cardenista y se aceptó el triunfo panista de 1989 en Baja California Norte. Durante los años 90 el partido hegemónico fue siendo desplazado en municipios y gubernaturas estatales por otras fuerzas políticas (PAN y PRD, siendo el primero el más beneficiado por el electorado) y para el año 1997 el PRI dejo de ser el partido controlador del Congreso de la Unión.
La inequidad política y una serie de inconsistencias económicas y sociales dentro de los márgenes de operación política del partido, paralelas a la ausencia de democracia interna para designar candidatos de elección popular, provocó que las masas corporativas fueran alejándose del sistema de lealtades partidistas y en consecuencia desencadenó una ausencia de legitimidad dentro de sus círculos de poder interno.
Un momento vital dentro de la vida interna del PRI se dio durante el arribo de Carlos A. Madrazo a la presidencia del partido en 1965, su posición crítica y su intento de reformar desde dentro al partido fueron bastante arriesgadas para su tiempo, tanto que su intento terminó luego de perder la vida en un accidente aéreo. Para el PRI fue su oportunidad de otorgar autonomía a un partido que para esos años estaba perdiendo su base social electoral y por ende legitimidad institucional.
Madrazo proponía dentro de su propuesta de reforma, la elección de presidentes municipales, síndicos, regidores mediante un sistema básico: los militantes de cada sección elegirían candidatos mediante voto individual y secreto en dos boletas, una integrada por precandidatos propuestos por un número representativo de afiliados por municipio y no necesariamente miembros de las organizaciones, y otra donde figurarían planillas de síndicos y regidores. Era un mecanismo para romper el monopolio de las organizaciones del partido. Hernández (2000).
En los años 80 las pugnas por la herencia posrevolucionaria se hicieron patentes; la designación de Miguel de la Madrid Hurtado como candidato presidencial terminó por quebrar el Estado de la revolución, apareció una nueva clase política denominada “tecnócrata”8 y en 1988 con la postulación de Carlos Salinas de Gortari y su arribo a la presidencia en un proceso electoral cuestionado, el legado de la revolución institucionalizada pasó a segundo término.
Uno de esos desplazamientos la ocasionó la candidatura de Salinas, lo que provocó la escisión del PRI de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quienes habían realizado carrera administrativa y desempeñado diversos cargos públicos de primer nivel al interior del partido 9. Dicho acto representó el punto de quiebre de una parte de la élite priista y la degradación del régimen de partido único. Para las elecciones presidenciales de 1988, estos dos personajes formaron el Frente Democrático Nacional (FDN), al que se sumaron partidos de izquierda y diversas organizaciones civiles.
Las elecciones de 1988 provocaron una movilización electoral nunca antes vista en el sistema político mexicano, dicho proceso enturbiado por la famosa “caída del sistema”,10 así como la resistencia pacífica que encabezaron Manuel J. Clouthier candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN) y Cárdenas candidato del FDN fueron el parteaguas dentro de un inexistente sistema de partidos. En esas elecciones el PRI presenció por primera vez la posibilidad de perder la presidencia de la República.
El PRI tuvo que reconocer a partir del salinismo que su fase de esplendor electoral lucía debilitado, por tanto tenía que dar paso a un nuevo proceso político basado en el reconocimiento de la pluralidad política y una competencia electoral reñida. Los cambios políticos dentro del sexenio de Salinas fueron ya inevitables. Y es precisamente durante su gobierno cuando se produce la primera alternancia electoral en una entidad federativa: Baja California Norte.
Cuadro 1: Alternancias electorales en las entidades federativas durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Entidad |
Año |
Alternancia |
Actual partido en el gobierno |
Baja California Norte |
1989 |
PRI-PAN |
PAN
2013-2019 |
Guanajuato |
1991 |
PRI-PAN |
PAN
2012-2018 |
Chihuahua |
1992 |
PRI-PAN |
PRI
2010-2016 |
Fuente: Elaboración propia.
A partir del inicio de la década de los años 90 maduró el proceso de descrédito político-electoral del PRI, su maquinaria corporativa ampliamente criticada por sectores empresariales afines a posiciones políticas de derecha encabezadas en entidades del norte del país por el PAN y en el centro del país, particularmente en el Distrito Federal, se erosionó. De forma paralela, las desgracias políticas de fin de sexenio salinista terminaron por socavar al partido: en 1994 aparece el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; asesinan en Tijuana a Luis Donaldo Colosio candidato del PRI; asesinan a José Francisco Ruiz Massieu recién nombrado coordinador legislativo del PRI, y en el último mes del año ya con el nuevo gobierno priista, se devalúa el peso11 .
En el último gobierno federal priista encabezado por Ernesto Zedillo Ponce de León quien de acuerdo con Crespo (op. cit.) no alimentó durante toda su vida la ambición por la presidencia, nunca se propuso alcanzarla, le llego de forma inesperada. El mismo así lo reconoció “La verdad es que nunca lo esperé (ser candidato oficial). Debo haber sido el único contendiente por la nominación del partido que nunca hizo nada por obtener la candidatura”. Zedillo quien abre las elecciones para jefe de gobierno en 1997 en el Distrito Federal, a partir de ese proceso electoral el PRD desapareció al PRI del escenario partidista en la capital de la República.
Producto del descrédito popular, de su alejamiento con las clases empresariales que le habían dado sustento durante el modelo de desarrollo estabilizador12 y del agotamiento de sus formas de ejercer gobierno, acusado de corrupción y con una serie de personajes involucrados en escándalos personales y luego de una serie de crisis económicas sexenales, el PRI tuvo que ceder su poder hegemónico y dar paso a un proceso de liberalización política13 y de alternancia en la presidencia de la República que marcó el fin del PRI14 .
La posibilidad de perder la presidencia de la República se fue agudizando conforme el sexenio zedillista avanzó. Las elecciones intermedias de 1997 para renovar el Congreso de la Unión y la alternancia en diversas gubernaturas emblemáticas para el PRI, significaron el primer aviso de lo que iba a ocurrir tres años después: desplazar al PRI de la titularidad del Poder Ejecutivo.
Cuadro 2: Alternancias electorales en las entidades federativas durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León.
Entidad |
Año |
Alternancia |
Actual partido en el gobierno |
Jalisco |
1995 |
PRI-PAN |
PRI
2013-2019 |
Querétaro |
1997 |
PRI-PAN |
PRI
2009-2015 |
Distrito Federal |
1997 |
PRI-PRD |
PRD
2012-2018 |
Nuevo León |
1997 |
PRI-PAN |
PRI
2009-2015 |
Aguascalientes |
1998 |
PRI-PAN |
PRI
2010-2016 |
Zacatecas |
1998 |
PRI-PRD |
PRI
2010-2016 |
Baja California Sur |
1999 |
PRI-PRD |
PAN
2011-2015 |
Nayarit |
1999 |
PRI-Alianza multipartidista |
PRI
2011-2017 |
Tlaxcala |
1999 |
PRI-PRD |
PRI
2011-2016 |
Chiapas |
2000 |
PRI-Alianza multipartidista |
Alianza PVEM-PRI
2012-2018 |
Morelos |
2000 |
PRI-PAN |
PRD
2012-2018 |
Fuente: Elaboración propia.
III. El PRI sin el poder presidencial
El régimen del PRI tuvo su fin durante la contienda electoral del 2 de julio de 2000, el otrora invencible partido de Estado perdió la elección de ese año ante el PAN quien abanderó a Vicente Fox Quesada como su candidato. A partir de ese hecho la vida política del país se refrescó, los escenarios de catástrofe y crisis económica no se dieron, como ya se había hecho tradición en los últimos cuatro gobiernos priistas, los desmanes sociales no germinaron en ninguna entidad federativa y la fuerza del PRI se refugió a partir de entonces en la periferia del poder central.
Un evento de tal magnitud política fue tomado por sorpresa en la escena nacional. De pronto la sociedad mexicana había madurado, zonas rurales, urbanas y metropolitanas se sacudieron de manera contundente por la vía electoral y no por la vía violenta, los agravios políticos y la deuda social de largas décadas de hegemonía priista. Después de largos años de espera, la transición mexicana rindió los frutos esperados, México llegó por fin a la democracia15 .
A partir del 2 de julio del 2000, la sociedad mexicana arribó a un nuevo peldaño democrático, la alternancia electoral en la presidencia de la República representó ante los ojos de la comunidad internacional un signo de madurez cívica. De manera interna, los actores políticos, económicos y sociales pretendieron que fuera el resorte que impulsara nuevos acuerdos e innovadores consensos entre el recién electo presidente, el Congreso federal, el Senado de la República y el Poder Judicial.
Schmidt (2003) considera que la derrota presidencial del PRI abre la puerta para la consolidación de redes alternativas y la construcción de élites políticas que compitan por el poder, lo que seguramente contribuirá a consolidar la democracia siempre y cuando los triunfadores no puedan –aunque lo deseen- calcar las fallas del viejo régimen y las redes no se cierren.
El PRI tuvo que verse a sí mismo por primera vez en su larga historia como partido de oposición16 y a partir de su partida de la presidencia de la República, el PRI entró a una fase de competencia electoral bajo un esquema de sistema de partidos competitivo, donde la figura presidencial como gran decisor político estaba ausente, la división de poderes era evidente y el sometimiento autoritario había fenecido.
Huérfano de la presidencia de la República, sin eje vertebrador que le indicará rumbo y programa de acción, el PRI se logró mantener en el primer tercio del gobierno de alternancia como un actor político fundamental para el proceso de consolidación democrática. A pesar de que en el momento de perder el poder presidencial se le creyó muerto, conservó sus cotos de poder en gubernaturas, Senado, Congreso Federal, congresos locales, presidencias municipales y distritos electorales.
El PAN ganó la presidencia pero su margen de maniobra política estuvo maniatada por la estrategia que ha seguido el PRI tanto en el Poder Legislativo como en las entidades federativas. Durante el primer trienio de gobierno de Vicente Fox, el PRI fue la primera fuerza política en ambas cámaras federales, fue mayoría en 23 congresos estatales, ejerció gobierno en 18 entidades federativas. Es decir, se tenía alternancia de partido político en la presidencia, pero el poder y la hegemonía priista se mantuvo vigente en amplias zonas del país durante el primer gobierno de derecha.
El PRI arribó al nuevo siglo mexicano con un reto que se puede agrupar en tres dimensiones: A) construir un marco interno mínimo de democracia para reagrupar sus liderazgos visibles, B) generar un núcleo de oposición inteligente en el Poder Legislativo y en entidades federativas que provoque ser alternativa y poder de interlocución respecto al Poder Ejecutivo, y C) convertirse en un agente táctico de la conciliación con las demás fuerzas políticas dentro del marco de la pluralidad que atraviesa el país a partir del año 2000.
El PRI a partir de su partida de la presidencia, asumió el papel protagónico en el escenario político, aprovechó la oportunidad para fundar nuevas reglas del juego de la democracia. En los primeros meses del gobierno de alternancia tuvo un nuevo presidente nacional, se dio cuenta que sus centrales corporativas y sindicales sería intocadas por el nuevo gobierno, sus hombres fuertes seguían vigentes en las gubernaturas y el poder Legislativo, además el incumplimiento de las promesas del gobierno de alternancia, hizo que el PRI mantuviera a flote e intacta su eficiente y eficaz estructura territorial.
Ello quedó de manifiesto a partir del año 2000 y de forma más precisa en el año 2003 cuando se renovó el Congreso de la Unión y las gubernaturas de Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora, en dichas entidades federativas el PRI ganó y perdió en procesos electorales democráticos y ocupó un lugar primordial en los escaños del Poder Legislativo que fueron clave para aprobar o reprobar iniciativas de reformas17 .
Cuadro 3. Composición de la Cámara de Diputados (2000-2003) (2003-2006).
Partido |
Legislatura 2000-2003 |
Porcentaje |
Legislatura 2003-2006 |
Porcentaje |
PAN |
205 |
41.0 |
149 |
29.8 |
PRI |
208 |
41.6 |
224 |
44.8 |
PRD |
54 |
10.8 |
97 |
19.4 |
PVEM |
17 |
3.4 |
17 |
3.7 |
PT |
8 |
1.6 |
6 |
1.2 |
PSN |
3 |
0.6 |
- |
- |
PAS |
2 |
0.4 |
- |
- |
Convergencia |
1 |
0.2 |
5 |
1.0 |
S/P* |
2 |
0.4 |
2 |
0.4 |
Total |
500 |
100 |
500 |
100 |
Fuente: Elaboración propia con datos del Congreso de la Unión, sitio electrónico http://www.diputados.gob.mx
Siglas de los partidos: Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Partido del Trabajo (PT), Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN), Partido Alianza Social (PAS), Convergencia Partido Político Nacional.
*Diputados sin partido, se denominan de esa forma porque renunciaron a la militancia de los grupos parlamentarios que los propusieron y no se integraron a otro.
Para el año 2003 el PRI poseía aún un gran margen de maniobra política y de poder en las entidades, conservaba su presencia en 17 gubernaturas estatales, la mayoría legislativa en 18 congresos locales, los presidentes municipales gobernaban el 40 por ciento de la población nacional, en el Congreso Federal tenían 208 diputados y 60 senadores, todo ello sin la tutela del presidente de la República.
En los primeros tres años de alternancia electoral el PRI pasó de ser un partido hegemónico a un partido dominante. Los números y resultados electorales en el primer tramo de la alternancia desdibujaron por completo los augurios de ruptura o de desaparición y lo catapultaron hacia la competencia electoral de la periferia hacia el centro, lo cual significó una amenaza para los comicios del año 2004.
En ese año el PRI volvió a acudir a las urnas bajo un esquema democrático. Se renovaron las gubernaturas de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Oaxaca, Veracruz, Sinaloa, Puebla, Tamaulipas y Tlaxcala. En dichas elecciones de nueva cuenta el partido perdió y ganó posiciones electorales y en el caso de Veracruz y Oaxaca el triunfo electoral priista tuvo que ser ratificado por el Tribunal Federal Electoral.
Con triunfos y derrotas, con alternancias en las entidades federativas, el PRI se colocó en la antesala del poder político. De ser la tercera fuerza política en el 2000, para el año 2005 la fuerza electoral del PRI estaba de manifiesto en estados y municipios. Los partidos opositores Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) se aliaron para contrarrestar los efectos de recuperación electoral del PRI. En el año 2005 se renovaron los gobiernos estatales de Guerrero, Estado de México e Hidalgo y de nueva cuenta el PRI obtuvo resultados electorales positivos en un entorno competitivo.
Cuadro 4: Alternancias electorales en las entidades federativas durante el gobierno de Vicente Fox Quesada.
Entidad |
Año |
Alternancia |
Actual partido en el gobierno |
Michoacán |
2001 |
PRI-PRD |
PRI
2012-2015 |
Yucatán |
2001 |
PRI-PAN |
PRI
2012-2018 |
San Luis Potosí |
2003 |
PRI-PAN |
PRI
2009-2015 |
Guerrero |
2005 |
PRI-PRD |
PRD
2011-2015 |
Fuente: Elaboración propia.
Durante el recorrido político- electoral de los gobiernos de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) el PRI se convirtió en un partido colaborador del PAN para impulsar algunas reformas legislativas aprovechando su posición de partido dominante. Esa relación fue bautizada como PRIAN18 . Su posición en el Congreso de la Unión en ambos periodos de gobierno de derecha, le permitió al PRI alcanzar victorias electorales estatales y locales. También inició su fase de recuperación en entidades federativas que para entrada la primera década del siglo XXI habían pasado por al menos una primera alternancia electoral.
Para las elecciones federales de 2006 el PRI nominó a un político polémico, ex gobernador de Tabasco, hijo de Carlos A. Madrazo, Roberto Madrazo Pintado representante de vieja escuela priista no tuvo capacidad de competir. Acusado de corrupción, sin ninguna garantía de popularidad, enemistado con Elba Esther Gordillo para ese tiempo secretaria general del partido y coordinadora de los diputados federales priistas, con un bloque de gobernadores priistas aglutinados en una organización fáctica denominada Todos Unidos contra Madrazo (Tucom). Madrazo no ganó ninguna entidad federativa pese a tener 17 entidades federativas priistas.
En la elección federal del año 2006 el PRI ocupó el tercer lugar, en la elección de senadores solo pudo alcanzar la victoria en 5 estados y de 300 distritos electorales en disputa triunfó solo en 65. Al igual que en el año 2000 los votantes decidieron mantener a la derecha en el gobierno federal por un escaso margen electoral. Si bien el PRI había obtenido sobrevivencia política en entidades, municipios y en el Poder Legislativo y se había convertido en el agente táctico de los acuerdos o en el bloqueador de las reformas, la presencia e imposición de Madrazo como candidato marcó al partido como una institución que no había realizado ningún intento de parecer nuevo o innovador.
Después del 2006 el PRI se regresó a la periferia, sin poder central, con una dirigencia destrozada, con un deshonroso tercer lugar, con presencia en algunas entidades, pero no extinto. De nueva cuenta la capacidad electoral del partido se puso a prueba en el primer tramo del gobierno panista de Felipe Calderón Hinojosa. En el 2007 inicia -como en el año 2000- el regreso a la competitividad electoral en las entidades siguientes: Chihuahua, Oaxaca, Aguascalientes, Veracruz, Durango, Tabasco y Yucatán.
Para el año 2009 cuando se renueva el Congreso de la Unión el PRI muestra otra vez signos de fortaleza electoral, conservaba en ese año 20 gobernadores y la mayoría legislativa en igual número de congresos locales. En las elecciones del 5 de julio del citado año obtiene la mayoría relativa de diputaciones federales, gana tres entidades federativas –Colima, Campeche y Nuevo León-, pierde Sonora, recupera San Luis Potosí y Querétaro.
Cuadro 5. Composición de la Cámara de Diputados durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012).
Partido |
Legislatura 2006-2009 |
Legislatura 2009-2012 |
PAN |
206 |
142 |
PRD |
125 |
63 |
PRI |
106 |
242 |
Convergencia |
18 |
- |
PVEM |
17 |
22 |
PT |
11 |
14 |
Nueva Alianza |
9 |
8 |
Alternativa Social |
5 |
- |
Movimiento Ciudadano |
- |
6 |
Independiente |
3 |
3 |
Total |
500 |
500 |
Fuente: Elaboración propia con datos del Congreso de la Unión, sitio electrónico http://www.diputados.gob.mx
En las elecciones del año 2010 se desarrollaron 12 elecciones para renovar gubernaturas. El PRI alcanza el triunfo en 9 de ellas y pierde por primera vez Oaxaca, Puebla y Sinaloa donde realizaron coalición electoral el PAN y el PRD. Para el año 2011 ocurrieron elecciones en 6 entidades. El partido recuperó Michoacán, perdió Guerrero y Baja California Sur y mantuvo Coahuila, Nayarit y Estado de México, entidad de donde salió el candidato Enrique Peña Nieto para enfrentar y ganar el proceso electoral del año 2012.
Cuadro 6: Alternancias electorales en las entidades federativas durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Entidad |
Año |
Alternancia |
Actual partido en el gobierno |
Sonora |
2009 |
PRI-PAN |
PAN
2009-2015 |
Sinaloa |
2010 |
PRI-PAN |
PAN
2011-2016 |
Puebla |
2010 |
PRI-PAN |
PAN
2011-2017 |
Oaxaca |
2010 |
PRI-MOVIMIENTO CIUDADANO |
MOVIMIENTO CIUDADANO
2010-2016 |
Fuente: Elaboración propia.
IV. Conclusión. 2012: ¿Por qué regresó el PRI?
Tan pronto el Instituto Federal Electoral (IFE) dio de manera preliminar los resultados de la jornada electoral del 1 de julio del 2012, la pregunta que rondó la cabeza de millones de mexicanos fue ¿por qué regresó el PRI? Las respuestas la dieron pronto esa misma noche en medios televisivos y electrónicos, en radio y desde las redes sociales, la respuesta la dio por igual el reconocido analista que cualquier ciudadano, a favor y en contra.
A lo largo de doce años el PRI ocupó un lugar preponderante en la oposición política, esperó pacientemente su regreso al poder presidencial, se afianzó en diversos estados de la República, su estructura territorial en diversas regiones no se alteró, ni desapareció y se posicionó como el táctico de los acuerdos legislativos a partir del segundo sexenio panista. En diversos estados todavía no se produce ningún proceso de alternancia electoral.
La posición electoral hegemónica del PRI se mantiene en entidades como: Veracruz, Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo, Coahuila, Durango, Estado de México, Hidalgo y Colima. Su presencia en las citadas gubernaturas amenaza con alcanzar el siglo de permanencia política lo cual se extiende a los congresos locales y los espacios de poder gubernamental local.
El PRI regresó a la presidencia de la República porque la figura del presidente omnipresente y providencial fue relevada por la fuerza de gobernadores que fueron protagonistas en diversos medios de comunicación masiva, líderes legislativos que limitaron o destrabaron reformas enviadas por el Ejecutivo según sus cálculos políticos y electorales, de forma paralela emergieron figuras de centrales corporativas, cacicazgos regionales y locales.
José Encarnación Alfaro Secretario de Organización del Comité Directivo Nacional del PRI declaró en los medios que: “Doce años de presencia en la oposición política le dejaron enormes enseñanzas, la más importante no requerir de esquemas de mando político, esa fue la cuarta etapa del PRI desde la oposición”19
El PAN se mantuvo doce años en la presidencia de la República y desde ahí tuvo que lidiar con una mayoría de gobernadores emanados del PRI, con líderes priistas en el Senado de la República y en el Congreso de la Unión. Al igual que su antecesor Vicente Fox, Felipe Calderón y su grupo compacto de panistas disfrutaron del poder presidencial pero en ningún momento intentaron desmantelar el andamiaje institucional, corporativo y clientelar construido por los priistas. Ello dejo intacto el tejido social-electoral priista y con dicho sistema organizacional el PRI compitió y ganó espacios de poder local, estatal y federal durante toda la ruta de los dos sexenios de derecha.
El andamiaje del sistema de partidos mantiene al PRI como el fiel de la balanza en el esquema de pesos y contrapesos que vive actualmente el país. Un ejemplo de ello han sido la gran cantidad de procesos electorales estatales y locales donde ha competido el PRI. En las entidades federativas el vetusto partido sigue siendo visto por sus contendientes como el rival a vencer, esté o no en el poder. Lo cual ha dejado de manifiesto el músculo político que tiene el partido en la periferia para competir, ganar, regresar al poder y conservarlo. López (2011).
El PRI que regresa al poder presidencial en el año 2012 trae bajo el brazo una agenda de reformas políticas, económicas y sociales pendientes desde el inicio de la liberalización política. El reto que enfrenta el partido en ese contexto es grande, los resultados concretos, medibles y tangibles del gobierno de Enrique Peña Nieto tendrán repercusión a partir del año 2015, para entonces diversas elecciones habrán ocurrido y de nueva cuenta el enemigo a vencer en los tres niveles de gobierno será el PRI.
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1 El partido político hegemónico no permite una competencia oficial por el poder, ni una competencia de facto. Permite que existan otros partidos políticos pero como organizaciones de segunda, autorizadas; pues no le permite competir con el partido hegemónico en términos antagónicos y en pie de igualdad. No solo no produce de hecho una alternancia; no puede ocurrir dado que ni siquiera contempla la posibilidad de una rotación en el poder. Esto implica que el partido hegemónico seguirá en el poder tanto si gusta como si no. Sartori (2000).
2 La conformación del PNR fue la respuesta de Calles ante el asesinato de Obregón, su conversión a PRM con Cárdenas sirvió para disciplinar a las organizaciones populares para institucionalizar el clientelismo corporativo del Estado y la transformación a PRI sirvió para excluir a los militares y que predominará el gobierno de civiles. Salazar (2001).
3 Plutarco Elías Calles gobernó durante el periodo 1925-1928. Durante su gobierno sucedió la guerra cristera, el asesinato de Álvaro Obregón, fue considerado el jefe máximo de la Revolución y por ello se denominó “Maximato” al periodo gubernamental que asumieron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. Lázaro Cárdenas del Río gobernó México de 1934 a 1940, militar revolucionario, exilió a Plutarco Elías Calles, a él se le atribuye la creación de los sexenios presidenciales, del ejido mexicano, la repartición en exceso de tierras, la expropiación petrolera, el asilo político a refugiados españoles que huyeron de la guerra civil en España, creador del Instituto Polítécnico Nacional, Colegio de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fundó la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), durante su gestión sustituyó el PNR por el Partido de la Revolución Méxicana (PRM) y creador de la residencia oficial de los gobernantes en México conocida como Los Pinos. Manuel Ávila Camacho militar poblano gobernó México de 1940 a 1946, denominado como “presidente caballero”, durante su gobierno México intervino en la Segunda Guerra Mundial, creador del Instituto Mexicano del Seguro Social, fundador de la Secretaría del Trabajo, sufrió un atentado en 1944 del cual salió ileso, en 1946 el PRM cambio de nombre y dio origen al Partido Revolucionario Institucional, al terminar su sexenio se retiró de la vida política y vivió en su rancho “La Herradura”. Miguel Alemán Valdés de origen veracruzano, gobernó de 1946 a 1952, fue el primer presidente civil, abogado de profesión, denominado “el cachorro de la Revolución”, “mister Amigo”, “presidente empresario”, gobernador de Veracruz, secretario de Gobernación con Ávila Camacho, creador de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, impulsó el turismo, incrementó la deuda externa, su sexenio fue acusado de permitir la corrupción pública y mantuvo una política represora contra el sector obrero. Meyer (1993), Krauze (2002).
4 Serrano (2012) manifiesta que el derrocamiento de Porfirio Díaz se atribuye a tres etapas: se gestó a partir de 1907 cuando ocurrió la represión contra los obreros de Cananea y Río Blanco, su edad avanzada lo cual le obligo a crear la vicepresidencia y sus declaraciones publicadas a inicios de 1908, sobre la madurez democrática de los mexicanos, por ello sobrevino en 1910 la eclosión revolucionaria que ocasionó el fin de una época.
5 El Estado de la Revolución heredero del movimiento armado, Estado abarcador, modernizador, hegemónico, operaba sobre dos condiciones: ausencia de partidos competitivos e inexistencia de reglas electorales abiertas. Becerra, et. al. (2000).
6 La crisis financiera de 1982 fue ocasionada por la magnitud de la deuda externa: 80 mil millones de dólares, las instituciones con mayor endeudamiento eran Pemex y la Comisión Federal de Electricidad. México se declaró en suspensión de pagos el 20 de agosto de 1982, el peso se devaluó, al inicio del gobierno de José López Portillo la moneda nacional tenía un valor inicial de 22.69 frente al dólar y en 1982 el valor final del peso frente al dólar fue de 150.29, se fugaron capitales privados, el Banco de México anunció la caída de sus reservas, se cerró el crédito externo, inflación aproximada de 100 %, y el presidente López Portillo optó por nacionalizar la banca. El déficit público pasó de 7% del PIB en 1980 a 14% en 1981 y llegaría a 17% en 1982. Marichal (2003), Silva-Herzog (2009).
7 Un acto significativo que dio origen a la erosión del PRI fue el movimiento estudiantil de 1968; después de 1968 la política en México no volvió a ser la misma […] la fuerza de 1968 reside en que fue la primera gran derrota del autoritarismo posrevolucionario, que marcó el fin de una etapa de desarrollo político. Los efectos políticos de 1968 solo pueden calibrarse a partir de los cambios que hizo el gobierno de Luis Echeverría Álvarez para contrarrestar la erosión del autoritarismo. Loaeza (1989).
8 El técnico, tecnócrata, intelectual tecnólogo, expertócrata o nuevo hombre, cualquiera que sea su denominación parecía distinguirse por la competente administración técnica de los objetos, más que por el uso directo del poder que ejerce él sobre los sujetos, y encuentra su fundamento en el culto a la eficacia, la racionalidad administrativa y la búsqueda de soluciones a través de una racionalidad técnica. Al tecnócrata se le identifica a través de una dicotomía que, en gran medida, proviene de las creencias predominantes sobre el reclutamiento político. Se caracterizaba como tecnócrata al funcionario que había realizado su carrera, o la mayor parte de ella, en la administración pública; o como aquella persona que contaba con un posgrado extranjero. Ballinas (2001).
9 Desde 1929 sólo se habían registrado tres escisiones en el interior del PRI: la del general Juan Andrew Almazán en 1940, la de Ezequiel Padilla en 1946 y la del general Miguel Henríquez Guzmán en 1952. En los tres casos el partido no sufrió un resquebrajamiento irreparable en su organización, ni vio mermar gran cosa el número de sus adherentes. Cossío (op. cit.).
10 Durante la noche de las elecciones presidenciales del 6 de julio de 1988 cuando se desarrollaba el conteo preliminar de votos llevado a cabo por la Secretaría de Gobernación que presidía Manuel Bartlett Díaz como presidente de la Comisión Federal Electoral, anunció un desperfecto en el sistema de cómputo, dicho conteo se suspendió y una semana después se anunció el triunfo del candidato del PRI Carlos Salinas de Gortari. Krauze (op. cit.).
11 La crisis de 1994-1995 no era solo un capítulo más de la maldición del final de sexenio, sino la frustración de las posibilidades de aparición de un nuevo PRI, lo que podríamos llamar el PRI de Salinas. Y con ello se frustraron las posibles ilusiones de este de abrir un periodo de maximato, asumiendo el papel histórico de refundador del sistema político y de la nación mexicana, sino que también se deshicieron las posibilidades a corto plazo del PRI de aparecer como un partido atractivo para los jóvenes y las clases medias. Paramio (2001).
12 A partir de 1958 y hasta 1970 la economía mexicana creció a altas tasas con estabilidad de precios o baja inflación. Es lo que se conoce como “desarrollo estabilizador”, indicadores de ello fueron: el aumento de los salarios reales, poder de compra del consumidor, movilidad social, acceso a seguridad social y educación, aumento de obras de infraestructura, creación de instituciones, estabilidad política y crecimiento económico sin recurrir a préstamos extranjeros. Aboites (2004).
13 La liberalización política en el caso de México puede ubicarse a partir de dos fechas: en 1964 cuando se abrió a la oposición la posibilidad de contar con diputados de partido a partir de su votación global, y en 1977, cuando además de brindar diversas prerrogativas a los partidos de oposición y abrir los cauces institucionales a los partidos políticos de la izquierda histórica, las diputaciones de partido fueron transformadas en diputaciones de representación proporcional. Crespo (1998).
14 Zaid (1995) escribió que el fin del PRI no consistiría en que cambiara de nombre o perdiera las elecciones. Consistiría en que el PRI estuviera dominado por los grandes ganadores de votos y no por el supremo dador del presupuesto. Consistiría en pasar de los caudillos armados, caciques locales y caciques federales a los caudillos electorales: a los políticos capaces de ganar el poder por su propia fuerza electoral, sin dedazo presidencial, ni presupuesto federal, ni alquimia electoral. Sería un PRI desconocido. No sería el PRI.
15 México inicia su tardía llegada a los parámetros de una democracia representativa, liberal, poliárquica, justo en el momento en el que múltiples dinámicas generan una crisis de ese modelo democrático, de ese modelo político en el que las deliberaciones colectivas, es decir, las deliberaciones que involucran a toda la colectividad, no son tomadas directamente por quienes forman parte de ella, sino de personas elegidas para ese fin. Asís (2002).
16 El año 2000 fue el fin de la existencia del régimen político autoritario, ya que sin el PRI difícilmente se entendería el predominio de la institución presidencial sobre otros poderes; la cohesión y estabilidad de las élites políticas y la permanencia de las elecciones sin que estuviera en juego el poder político. Reveles (2003).
17 La democracia es un sistema en el cual algunos partidos pierden elecciones. Existen partidos, divisiones de intereses, valores y opiniones, y existe una competencia organizada mediante un conjunto de normas. Y periódicamente unos ganan y otros pierden, más allá del abanico de variaciones institucionales, para identificar un sistema político como democrático basta un rasgo esencial: su carácter de competencia abierta a la participación. Przeworski (1995).
18 Roitman (2012) asevera que el PRIAN se fortaleció porque el PRI nunca dejo el poder real. Perdió alcaldes, gobernadores, diputados y senadores, y seguramente poder formal. Pero en las redes, los mecanismos y estructuras que articulan el sistema, no sufrió pérdidas. La organización que montó durante 70 años sigue funcionando, sólo que adaptada a los nuevos tiempos de la alternancia.
19 http://www.oem.com.mx/oem/notas/n3307407.htm
Fecha de recepción: 04 de diciembre de 2013
Fecha de aceptación: 15 de agosto de 2014
Fecha de publicación: agosto de 2014
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