Nuestro convulsionado México, tan abatido por las guerras fratricidas y las insurgencias sufragadas por intereses siempre ajenos por quienes terminan siendo la carne de cañón, hoy se desarrolla bajo la incordura de un régimen neoliberal que se sume en la peor de sus crisis de legitimidad, como bajo la tutela, sino vigilancia, de su vecino del norte que ve en esta nación, como en el resto de América latina, un colchón donde amortiguar sus descalabros financieros.

Cada 6 minutos muere un hermano de sangre por causas violentas. La tiranía de un régimen de gobierno insensato que no duda en llevar al holocausto la sangre de nacionales que sea necesaria para su pleitesía con los “americoanglosajones”, y la necesidad de procurar la legitimidad, bajo bayoneta, ante la disrupción social creciente de una sociedad que se hunde en la impunidad y en la miseria.

Es ahora, en los momentos más críticos que la numeraria masona pronostica una guerra civil para el 2010 similar la des de 1810 y 1910. Y es en estos momentos que el país se sufre en la más siniestra violencia silenciada en estadísticas indolentes, cuyos crímenes van desde las víctimas del crimen organizado hasta las políticas, encubiertas, en discreción, entre tanta mortandad.

Viva hoy México, de sus hijos tan dolientes, viva esta patria mestiza, indígena y española, cuya sangre sabe labrar su historia. Viva hoy la actual historia de México que de sus acciones renacerá como Quetzlcoatl la sangre nueva, de los muertos derramada, de los ángeles nacidos y de las victorias arrebatadas a sus dictadores, una nación erguida en dignidad.

Esta obra ha sido, es y seguirá siendo un intento por aportar a la construcción de un México mejor.