COMERCIO ELECTR�NICO EN UNA LOCALIDAD DEL NORTE DE MEXICO
Carmen Bocanegra Gastelum (CV) Para ver el art�culo completo en formato pdf comprimido zip pulse aqu� �El nano es el nuevo grial tecnol�gico�. Alvin y Heidi Toffler.
�El desarrollo econ�mico exige �vendavales de destrucci�n creativa�, vientos de cambio que aniquilan las viejas y atrasadas tecnolog�as e industrias, para hacer sitio a las nuevas y alternativas� Joseph Schumpeter Resumen �Est� desplazando el comercio electr�nico al comercio minorista tradicional? La respuesta tiene relaci�n con el pa�s, regi�n o localidad donde se lleve a cabo; la capacidad de acceso a la red; as� como con pr�cticas culturales asociadas a la seguridad en el uso del dinero electr�nico y la confianza en los procedimientos de entrega de la mercanc�a adquirida. En el presente art�culo se contrastan las grandes mutaciones propias de la era del acceso en l�nea, con sus expresiones en una localidad espec�fica: Hermosillo, Sonora. A trav�s de un trabajo de muestreo a poblaci�n mayor de 18 a�os, se analizan las respuestas dadas a interrogantes relacionadas con la pr�ctica de adquirir bienes tangibles o intangibles, v�a Internet. Se concluye que en esta ciudad, la modalidad de comprar en mercados virtuales, se presenta sobre todo en personas j�venes de 18 a 34 a�os, mismos que demandan un conjunto de mercanc�as y servicios bien identificadas y que entre los factores asociados al volumen y frecuencia en las compras, sobresalen la cultura de ver y tocar el producto, la inseguridad de tener que proporcionar la identificaci�n de la tarjeta de cr�dito al proveedor y la desconfianza en las empresas de paqueter�a. Palabras clave: comercio tradicional, comercio electr�nico, tecnolog�a, mutaciones, impacto, Hermosillo.
Abstract Is electronic commerce replacing the traditional retailers? The answer is related to the country, region or city where it takes place, the ability to access the network, as well as cultural influence associated with the safe use of electronic money. In this paper are contrasted the major characteristic of the era of online access with their expressions in a specific locality: Hermosillo, Sonora. Through a working sample population over 18 years, are analyze the responses to questions related to the practice of acquiring tangible or intangible goods via Internet. It is concluded that in this city, the pattern of buying in �virtual� market, is presented mostly in young people between 18 and 34 years, who demand a package of goods and services clearly identified, and the factors associated with the volume and frequency of purchases, is clearly distinguished the insecurity of having to provide identification of the credit card to the retailer. Keywords: traditional commerce, electronic commerce, technology, mutation, impact, Hermosillo
Introducci�n La econom�a mundial del siglo XXI experimenta transformaciones en la obtenci�n de la riqueza, mismas que son resultado del desarrollo de las innovaciones que se registran en la comunicaci�n y la inform�tica, lo cual ha cambiado radicalmente la concepci�n de la econom�a de mercado o industrial, al ir sustituyendo las caracter�sticas propias de �sta, como la producci�n industrial en masa, los mercados f�sicos y la propiedad, por las particularidades de la nueva econom�a que se expresan fundamentalmente en la hipercompetitividad del tiempo, del espacio y del conocimiento (Toffler 2006, 27-97). El conocimiento es el factor primario aplicado en las innovaciones tecnol�gicas de la informaci�n y las comunicaciones -menci�n especial merece Internet, como motor de esta nueva fase del sistema capitalista- donde el protagonista es la empresa multinacional, que en el proceso de globalizaci�n de las econom�as propicia la convergencia de los mercados de bienes y servicios con los financieros. Una de las actividades econ�micas profundamente impactadas por estos cambios es el comercio minorista que se genera al interior de cada localidad, es decir, la compra � venta de bienes y servicios al consumidor final, a trav�s de las organizaciones empresariales que lo generan. Las mutaciones del intercambio se originan en el comercio en la red, mismo que acelera las relaciones comerciales entre los individuos y los proveedores, al mismo tiempo que acorta las distancias. El tiempo y el espacio, cambian radicalmente en la nueva econom�a donde las personas est�n conectadas a trav�s del ciberespacio, y lo m�s importante en este mercado es precisamente, la reducci�n en el tiempo de la transacci�n, y el bajo costo operativo de la misma para el proveedor. Los intercambios comerciales se realizan en nanosegundos . Adem�s de mantener abierta la tienda las 24 horas del d�a, dado que el ofrecimiento de mercanc�as por esta v�a, no tiene l�mite de tiempo, donde a su vez se publican todas las caracter�sticas posibles del producto. No obstante a todas las bondades que ofrece la nueva din�mica comercial del comercio en l�nea, en Am�rica Latina y en especial, en M�xico, el impacto de estos cambios no ha permitido que la poblaci�n consumidora se integre totalmente a las nuevas pautas de consumo a trav�s de la red, por dos razones: por un lado, la inseguridad en el uso de la tarjeta y a las empresas de paqueter�a; y por el otro, el deseo de realizar la compra en los mercados f�sicos establecidos, donde el art�culo se toca, se siente y se observa, lo que tambi�n representa distracci�n y esparcimiento para el comprador. Siguiendo esta l�nea de investigaci�n, levantamos una encuesta a consumidores de Hermosillo - la muestra representativa fue de 315 personas-, con el prop�sito de conocer hasta qu� punto el consumidor de la capital de Sonora, M�xico, forma parte de este nuevo proceso de adquisici�n de los bienes a trav�s de la red, en detrimento de la compra tradicional en mercados f�sicos establecidos. Mutaciones en el mercado tradicional El mercado tradicional y su sistema de intercambio resultan obsoletos frente a los cambios generados por la inform�tica y las comunicaciones. La din�mica del mercado industrial resulta bastante costosa frente al mercado virtual, el cual se caracteriza por mantener relaciones permanentes o fijas entre los interesados en un mismo objetivo comercial. Rifkin lo sintetiza de la forma siguiente: �La econom�a de mercado es demasiado lenta para aprovechar plenamente la velocidad y el potencial productivo que hacen posible las revoluciones del software, de las comunicaciones y telecomunicaciones� ( Rifkin 2004, 237). La tecnolog�a y su desarrollo conducen a la humanidad a transformaciones sustanciales en el tiempo y en el espacio. En este �ltimo, se han eliminado fronteras geogr�ficas y se han acortado las distancias; en el tiempo, la velocidad de intercambio y comunicaci�n se realiza en nanosegundos. La econom�a de mercado nacional es la que se ve cuestionada por una econom�a global en red (Rifkin 2004, 235). La innovaci�n continua en las comunicaciones y la inform�tica acelera desproporcionadamente la velocidad y el flujo de mercanc�as en el comercio mundial a trav�s de �El software, los ordenadores, la digitalizaci�n de los medios, Internet, y los sistemas de comunicaci�n m�vil e inal�mbrica, mismos que han conectado el sistema nervioso central de casi el 20% de la especie humana, en menos de dos d�cadas, a la velocidad de la luz, veinticuatro horas al d�a, siete d�as a la semana� (Rifkin 2004, 236). Al mismo tiempo que la red vincula al hombre en las relaciones de intercambio de mercanc�as tangibles e intangibles, a corto o a largo plazo, las empresas, actor primordial en el est�mulo a la investigaci�n y desarrollo tecnol�gico, se conecta en la red de igual manera, generando la integraci�n entre las firmas m�s importantes del planeta, renunciando a su soberan�a a cambio de compartir riesgos y beneficios tras un objetivo com�n. Manuel Castells recapitula cinco tipos de redes: las redes de suministradores, en las cuales las empresas subcontratan una serie de suministros, desde las operaciones de dise�o, hasta la manufactura de componentes; redes de productores, compuestas por empresas que ponen en com�n sus instalaciones de producci�n, sus recursos financieros y sus recursos humanos para ampliar su catalogo de bienes y servicios, ampliar sus mercados geogr�ficos y reducir los costes iniciales por riesgo; las redes de clientes, que agrupan productores, distribuidores y canales de marketing, revendedores de productos con valor a�adido y usuarios finales; coaliciones estandar, que re�nen tantas empresas como sea posible dentro de un determinado campo con el fin de vincularlas a los est�ndares t�cnicos establecidos por un l�der del sector; y redes de cooperaci�n tecnol�gica, que permiten que las firmas compartan conocimientos y experiencias valiosas para la cooperaci�n y el desarrollo de las l�neas de productos. Un factor importante para la introducci�n a las redes empresariales es la escasez de tiempo, y la velocidad en la comunicaci�n. Todo se agiliza desde el proceso de dise�o, la producci�n, proveedores, insumos, distribuci�n y comercializaci�n final de los bienes. En definitiva, mantenerse dentro de las redes empresariales si bien permite compartir beneficios, tambi�n distribuye los riesgos entre las personas que componen la red. La competitividad empresarial global requiere forzosamente de la organizaci�n en redes, ya que el intercambio en el mercado tradicional es cada vez menos �gil y eficiente y por lo mismo, menos competitivo. La organizaci�n empresarial en redes no es el �nico cambio que se registra en el mercado a consecuencia de las nuevas tecnolog�as. Otras transformaciones tambi�n se hacen presentes (cuadro 1). En el proceso de transici�n de la era industrial o de mercado a la era del acceso seg�n Jemery Rifkin, se encuentran las siguientes: El objetivo de la era industrial era fundamentalmente transferir la propiedad de mano en mano, mientras que en la nueva era, es introducirse al acceso de las redes para realizar todas las actividades de compra � venta de productos tangibles e intangibles. As� como de adquirir toda la informaci�n necesaria para el intercambio de mercanc�a. Esta misma transacci�n en lugar de hacerse en los mercados comunes se realiza en el ciberespacio. Los actores de este proceso de intercambio entre demandantes y oferentes, llamados tambi�n, compradores y vendedores, ahora a trav�s de la red, se relacionan como proveedores y usuarios. Al comprar el bien, este se obtiene a largo plazo, mientras que en la nueva etapa capitalista es a corto plazo. La riqueza en el mercado de la era industrial, es el capital f�sico que se posea, mientras se tenga m�s de este, m�s poder econ�mico se ejerce. Actualmente el proceso conlleva a considerar la propiedad intelectual, reflejada en conceptos, ideas o creatividad humana, como la riqueza que permitir� la acumulaci�n del capital y por ende el control del intercambio de bienes por empresas que acumulan capital intelectual. As� mismo se comercializa la producci�n cultural en turismo, moda, m�sica, cine, juegos y mundos virtuales en el ciberespacio y diversi�n mediada electr�nicamente. Manej�ndose �sta como la actividad econ�mica dominante. Como puede observarse los cambios son sustanciales, tanto, que hasta la moneda como medio de intercambio esta perdiendo su importancia, al adquirirse los bienes principalmente por medio de la tarjeta de cr�dito o de membres�a (afiliaci�n a la tienda), misma que es de pl�stico. Un factor por dem�s relevante, es la ausencia del mercado como espacio f�sico, donde el productor y comerciante, ofrecen su mercanc�a para que el demandante o consumidor la adquiera despu�s de haberla, visto, tocado, o en su caso, hasta probado. Ahora, el producto se ofrece por la red, donde se describen las caracter�sticas del bien lo m�s espec�fico posible y sin verlo ni tocarlo, el consumidor final compra el bien al precio establecido ya, en el nuevo mercado �virtual�. Sin haber tenido el m�s m�nimo acercamiento con persona alguna. Estos contactos permiten la disminuci�n en los costos para cada una de las firmas que forman parte de la red, la uni�n de esfuerzos, la toma de decisiones conjuntas, el crecimiento en grupo, as� como la repartici�n de ganancias. Al unir esfuerzos la productividad es mayor, lo que conduce a elaborar productos diferenciados, exclusivos o personalizados, los cuales mantienen una permanencia corta en el mercado. Los m�todos de adquisici�n tambi�n se han innovado, los bienes se escogen y adquieren por medio de la red con moneda de �pl�stico�. Es importante destacar, como el sentido de propiedad de las cosas va perdiendo importancia en el consumidor, y evolucionando la idea del leasing, es decir, el uso de los productos o servicios a manera de renta, por un periodo determinado.
Sistemas de comercializaci�n o distribuci�n Las formas de comercializar mercanc�as, hist�ricamente se han transformado. Del comerciante itinerante que iba de pueblo en pueblo ofreciendo sus mercanc�as, al comercio fijo que ha evolucionado de los peque�os �changarros� a los grandes centros de autoservicio, la imaginaci�n humana ha creado otras formas, cada vez m�s complejas, de acceder a los distintos satisfactores. De ah� el gran salto del mercado terrenal al mercado virtual. Ventas por correo La venta por correo no es nueva en la historia comercial, �sta a pesar de ser una de las primeras formas de acceso al cliente o consumidor final, permanece en el mercado actualizando la forma de presentaci�n del producto que tambi�n en esencia es el mismo, es decir, a trav�s de folletos y cat�logos. Estos, se dise�an con nuevos colores m�s llamativos, con mayor diversidad de los mismos, al mismo tiempo que se observan m�s detalles, tratando de reflejar la mejor imagen del bien. La segmentaci�n del mercado por cat�logo se hace seg�n las caracter�sticas demogr�ficas, psicogr�ficas, frecuencia y tipo de compra. Ventas por tel�fono Una forma m�s de venta de las de distribuci�n comercial es la que se realiza por tel�fono, donde a trav�s del aparato de comunicaci�n, se realiza el proceso de compra-venta, entre un proveedor y un demandante que jam�s establecen un contacto visual entre ellos. La televisi�n es el elemento de conocimiento del producto al consumidor, donde se expresan en im�genes y sonido todas las particularidades de la mercanc�a. Venta electr�nica o comercio electr�nico El sistema de distribuci�n denominado on line, aparece con el desarrollo en la tecnolog�a de la comunicaci�n y la inform�tica, es decir, el proceso de transacci�n comercial se realiza a trav�s de medios electr�nicos. Un factor necesario para que se realice el proceso, es la tarjeta de cr�dito para el pago del producto, que ser� enviado al domicilio del consumidor, cuando se trate de un bien tangible o servicio. El comercio electr�nico es el uso de la tecnolog�a de internet para realizar las transacciones y las relaciones empresariales (B2B), tanto por parte de proveedores, procesos internos o de parte del consumidor (B2C). En la parte empresarial (B2B) se destaca la compra entre empresas de materias primas, productos semielaborados y terminados. El comercio B2C, es la venta de mercanc�as y servicios al consumidor final. Los elementos fundamentales de este �ltimo son, nombre y giro de la empresa, fotos, descripci�n detallada de los productos que ofrece, precios, datos del cliente para la entrega del producto y captura del n�mero de la tarjeta de cr�dito. Las empresas que ofrecen mercanc�as o servicios por internet lo realizan bajo dos formas: 1) En la p�gina Web, donde se exponen claramente los datos sobre la empresa, mercanc�as ofrecidas, precios, caracter�sticas del bien, y la posibilidad de realizar la comprar por ese medio. 2) Concentr�ndose varias empresas comerciales en un centro comercial virtual en Internet, compartiendo los gastos de publicidad y de marketing. El demandante se pone en contacto con los diferentes oferentes a trav�s de una direcci�n com�n. El consumidor puede encontrarse en cualquier parte del mundo, y realizar su compra a cualquier hora del d�a o de la noche (D�ez de Castro 2004, 426-427). Actualmente Internet es considerado el nuevo canal de venta, con un alto potencial de crecimiento por las empresas que ofrecen bienes de consumo final, como las que navegan para la conexi�n con otras empresas, dado el aumento en la internacionalizaci�n y desintermediaci�n, la primera particularidad desaparece las fronteras geogr�ficas y la segunda, reduce considerablemente a los intermediarios, desde que se origina el proceso de fabricaci�n, hasta la fase de distribuci�n y comercializaci�n de la mercanc�a. Esta �ltima que puede ir dirigida al empresario-productor o al consumidor final. La nueva din�mica comercial a trav�s del mercado �virtual�, ha transformado al mundo, acortando el tiempo y la distancia de las transacciones comerciales entre proveedores y consumidores. Las redes mundiales de informaci�n generadas a trav�s de Internet, desaparecen las fronteras geogr�ficas, pol�ticas y sociales, expandiendo y diversificando simult�neamente los mercados mundiales. La apertura de los nuevos mercados es prioritaria para el r�pido crecimiento en el uso de servicios recientes y en la asimilaci�n de las innovaciones tecnolog�as. De esta forma, el comercio electr�nico, representa para los empresarios una alternativa en la reducci�n de costos y una herramienta b�sica en el crecimiento de las ventas on line (cuadro 2), mientras que para el consumidor la posibilidad de acceder al consumo diversificado, sin m�s limitaciones que contar con un ordenador con m�dem (cuadro 3).
El comercio electr�nico en Am�rica Latina El comercio electr�nico esta creciendo sostenidamente en Am�rica Latina y el Caribe, donde en 2005 super� los 4 300 millones de d�lares. Un ejemplo m�s de esta din�mica comercial por la v�a de Internet se observa en la intensidad del proceso: Mientras el a�o 2000, se practicaban 10 000 transacciones por mes, para el 2007 se realizaron poco m�s de un mill�n mensuales. A nivel de mercados locales en Latinoam�rica, el l�der es Brasil, estando por encima de los 2 180 millones de d�lares, lo que representa el 43% de las transacciones por Internet de la regi�n latina. M�xico es la segunda econom�a digital de la regi�n latina. En 2005 registr� un crecimiento del 80% en las compras en l�nea, lo que significa 450 millones de d�lares, seg�n la Asociaci�n Mexicana de Internet (AMIPCI). Para esta misma Asociaci�n, uno de los principales factores que explica el crecimiento sostenido de m�s de 50% en los �ltimos tres a�os, se debe a la expansi�n de l�neas a�reas vendiendo por Internet, as� como en la reservaci�n de habitaciones en hoteles. A noviembre de 2007, el 66% de las ventas por este medio correspond�an al sector turismo, el resto a consumo. Se estima por la AMIPCI un crecimiento del 59% en las compras por Internet en 2007, con respecto al a�o 2006. Uno de los problemas que plantean los empresarios de M�xico que detiene el crecimiento del comercio electr�nico, es el temor de los internautas a ser estafados, ya que un 36% de los consumidores por Internet manifiesta esta situaci�n, a�n cuando consideran que los productos por la v�a electr�nica se pueden obtener desde un 20 hasta un 25% m�s baratos. Para el cierre del 2005, en M�xico, navegaban por Internet 17.1 millones de usuarios mayores de 6 a�os, y de ellos el 9% realiz� una compra por Internet en los �ltimos 30 d�as. El estudio de la Asociaci�n Mexicana de Internet, indica que las mercanc�as m�s demandadas son libros, boletos de avi�n, reservaciones a hoteles, discos compactos y DVD�s. Algunos de los factores importantes que estimulan el crecimiento del comercio electr�nico son los j�venes nacidos en la d�cada de los noventa, totalmente familiarizados con la tecnolog�a; el uso frecuente de los medios de pago electr�nicos como la tarjeta de cr�dito; y el mayor n�mero de empresas que ofrecen su mercanc�a en la red y la seguridad en las transacciones. . En Estados Unidos, esto �ltimo es uno de los factores fundamentales de crecimiento de las ventas al menudeo en l�nea. Se estima que se pasar� de 172 millones de d�lares en las transacciones com�rciales de 2005, a 329 mil millones de d�lares en 2010, es decir, casi un crecimiento del 100% en tan solo 5 a�os. La demanda de bienes y servicios individuales por Internet se concentra en los pa�ses n�rdicos, en el Reino Unido, y por supuesto en Estados Unidos. De Am�rica Latina sobresale Brasil. En Am�rica Latina los usos m�s comunes de Internet son la comunicaci�n con el 96%, como herramienta de trabajo la utiliza el 94%; como medio informativo el 89%; administrador de finanzas personales, cotizar precios de productos y servicios el 59%; para compras el 43% y como entretenimiento el 39% (grafica 1). As� mismo, el estudio de la Revista Econom�a, registra a la tarjeta de cr�dito con el 83%, como el medio de pago m�s usado en la transacci�n comercial electr�nica. Usos de Internet en Am�rica Latina, 2005 Las tendencias anteriores en Am�rica Latina y por ende de M�xico �se expresan de la misma manera en alguna localidad de este �ltimo pa�s? En el apartado siguiente se busca dar respuesta a esta interrogante.
Comercio electr�nico en Hermosillo. El crecimiento a nivel mundial de internautas es incuestionable, sin embargo, se deben presentar ciertas condiciones para navegar por Internet en b�squeda de conocimiento, diversi�n, compras, moda, videojuegos y cultura. Para esta actividad, como ya se coment� l�neas atr�s, es determinante, que el computador tenga adaptado el m�dem, adem�s de contar con tarjeta de cr�dito - el medio de pago- y por supuesto el conocimiento de c�mo se pueden realizar las compras por esta v�a. Bajos esas condiciones los resultados observados en Am�rica Latina, no difieren mucho de los que se obtienen de la encuesta realizada a consumidores de Hermosillo, Sonora, M�xico en febrero de 2008. La investigaci�n tuvo como objetivo, conocer la adaptaci�n del consumidor local a las compras en l�nea. Qu� tan integrado se encuentra el comercio local a la realizaci�n de las mercanc�as por la v�a virtual. Para ello, se recurri� a los siguientes cuestionamientos a los consumidores locales: �cu�ntos a�os tiene?, �tiene computadora en su hogar u oficina?, �compra productos por Internet?, de ser as�, �cu�les son?, �Con qu� frecuencia? etc�tera. La encuesta es dirigida a consumidores de 18 a�os en adelante, dividi�ndose en dos grupos de edad, el primero de 18 a 34 a�os, y el segundo de 35 a�os en adelante. El primer agrupamiento obedece principalmente al prop�sito de observar el comportamiento de los j�venes nacidos en la d�cada de los noventa, los cuales son llamados la generaci�n puntocom, por su identificaci�n con la navegaci�n a trav�s de Internet. El segundo grupo, es la poblaci�n adulta que se considera se ha ido adaptando a este nueva forma de adquirir bienes y servicios. El trabajo inicia con la ubicaci�n por edades de los consumidores encuestados. Del total de 315 interrogadas, el 89% se encuentran entre los 18 y 34 a�os, el resto, 11% se ubican entre 35 y 60 a�os (gr�fico 1). Es importante aclarar que la disposici�n a contestar la encuesta fue del 100% en el primer grupo, mientras que en el segundo se presentaron ocasiones en que no se quiso responder , o bien, lo hicieron con cierta desconfianza.
La siguiente interrogante tuvo como prop�sito saber si las personas encuestadas tienen computadora en su hogar u oficina, con el objetivo de conocer las posibilidades de acceso a la red. El 68% s� posee una computadora, por lo cual la probabilidad de conectarse, es m�s probable (gr�fico 2).
La pregunta 2 va enlazada con la 3. Una vez que se detect� que la mayoria de los encuestados poseen computadora, el paso siguiente era saber s� el ordenador est� conectado al servicio de Internet. El 98% contest� que s� cuenta con el servicio y s�lo el 2% no tiene acceso a la red (gr�fico 3). De esto se desprende que las condiciones para la adquisici�n de bienes y servicios son favorables para los empresarios que consideran las ventas por comercio electr�nico como una forma viable de comercializaci�n.
Las preguntas y respuestas anteriores, se enlazan con la interrogante referida a cu�ntas veces al d�a se puede tener acceso a la red, si se dispone en cualquier momento del ordenador y el servicio. Las respuestas fueron: m�s de 3 veces al d�a el 42%; dos veces el 22% y tan s�lo una, el 36%. Como se puede observar el mayor porcentaje se concentra en las personas que navegan diariamente m�s de tres veces al d�a.
La siguiente pregunta es m�s determinante, �observa la publicidad por Internet? A lo que respondieron m�s de la mitad, el 63% que s�, y el 37 por ciento que no (gr�fico 5).
La siguiente consideraci�n es m�s significativa a�n �realiza compras por Internet? La respuesta lo es m�s, el 56% no lo hace, y el 44% s� (gr�fico 6)..
Es conveniente observar el por qu� no se adquieren productos de consumo personal, por la v�a del Internet (gr�fico 7). El mayor porcentaje lo represent� la poblaci�n que desconf�a totalmente del servicio de mensajer�a, y m�s a�n de la propia red, pues teme que su n�mero de cuenta bancaria sea interceptado por los piratas del ciberespacio, y hagan uso de su tarjeta de cr�dito, el 58%. El 39% que tampoco compra por la red, no lo hace porque prefiere ver y tocar las cosas al momento de decidir la compra, al mismo tiempo que disfruta el salir de compras, dado que es considerado un paseo familiar o una forma de distracci�n y entretenimiento. Ante estas respuestas se puede sacar por conclusi�n que el consumidor local prefiere la compra tradicional de bienes y servicios en el mercado de grandes espacios f�sicos.
Del porcentaje de 44% personas que adquieren bienes y servicios por Internet, tan s�lo el 10% lo hace una vez por semana; el 8% dos veces; y 26% una vez al mes; el 56% de personas restantes no tienen el habito de compra preconcebido (gr�fico 8). Como se puede deducir la actividad de compra � venta de bienes personales a trav�s de la red es realmente muy poca. Con ello se puede afirmar que el consumidor local esta muy poco o nada integrado a la innovaci�n que representa el comercio electr�nico.
Los art�culos que m�s demanda el consumidor local por Internet son en primer lugar, ropa con el 17%; seguido de libros y boletos de avi�n o transporte for�neo con el 13%. Los alimentos al menudeo registran s�lo el 1%. Sin embargo, las cadenas de tiendas minoristas a pesar de su campa�a para la venta de alimentos por la red, a trav�s de la p�gina Web, donde ofrecen art�culos con precio y caracter�sticas espec�ficas, no han logrado penetrar en las preferencias del consumidor local v�a electr�nica. Firmas como Wal Mart, la principal tienda minoristas extranjera ubicada en Hermosillo, no ha logrado, q que el comercio electr�nico sea una forma de venta directa al consumidor final, como s� sucede con Wal Mart, en su pa�s de origen, Estados Unidos. Lo mismo acontece con Soriana, cadena comercial nacional que ofrece sus productos tanto al mayoreo, como al menudeo, sin �xito alguno. Las otras dos cadenas del �mbito regional, Casa ley y VH, no siquiera ofrecen el servicio en l�nea.
Reflexiones finales En la nueva econom�a, el flujo de capitales y de informaci�n que se trasladan por el globo terr�queo a una velocidad de nanosegundos, es cada vez mayor. La generaci�n de redes entre el empresario � oferente - y el demandante - consumidor final - establecen una relaci�n de intercambio nunca antes vista por la humanidad. En estas redes de clientes, se ofrece la mercanc�a y se dan a conocer todas las cualidades del bien o servicio, adem�s de su precio, en dicho mercado. Esta forma de realizar transacciones de compra � venta, acorta considerablemente las distancias. Estas son la peculiaridades del transito del mercado fijo tradicional, al mercado virtual. Para la realizaci�n de estas transacciones, la noci�n del medio de pago cambia de la forma tradicional al dinero electr�nico expresado en el pl�stico de una tarjeta de cr�dito. Es decir, el pago de las mercanc�as adquiridas, se hace a partir de una promesa de pago. El fen�meno de utilizar los medios electr�nicos para acelerar el ciclo de compra-venta de mercanc�as y servicios, si bien es una expresi�n propia de la actual era de la globalizaci�n, no es uniforme en el mundo, por el contrario es significativamente desigual. Si bien esto tiene relaci�n con los niveles de desarrollo, tambi�n se asocia con aspectos de evoluci�n cultural de la poblaci�n. Los alcances del comercio electr�nico en Hermosillo, la capital del estado de Sonora, en M�xico, dicen mucho al respecto. Se trata de una ciudad, que no obstante estar ubicada a 300 kil�metros de la frontera con Arizona, Estados Unidos, con una gran influencia por las formas de consumo de �ste pa�s, el comercio electr�nico no es significativo.La poblaci�n entrevistada aduce razones muy elementales para no hacerlo: la preferencia por tocar y ver el producto, la inseguridad en el uso de la tarjeta de cr�dito y la desconfianza en las empresas de servicios de paqueter�a. Empero, estas barreras al comercio electr�nico, con el tiempo tender�n a diluirse, particularmente en las personas j�venes - entre 18 y 34 a�os � que seg�n la muestra de este trabajo, son las que tienen mayor disponibilidad de adaptaci�n a las nuevas pr�cticas del comercio. Finalmente, es importante reiterar lo tremendamente desigual de los procesos de la globalizaci�n. Esta no �arrastra� a todos los pa�ses, regiones o localidades por igual. Por el contrario, su din�mica conduce a la fragmentaci�n de los distintos actores que participan. Mientras que las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n se expanden a una velocidad de nonasegundos, por encima de muros fronterizos y barreras arancelarias al comercio tradicional, la respuesta del consumidor en algunos casos, en el de Hermosillo, por ejemplo, es lenta y de dif�cil adaptaci�n, de ah� que por ahora las formas del comercio tradicional sigan siendo las dominantes.
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