TECSISTECATL
Vol. 1 N�mero 2, julio 2007

 

REFORMA INSTITUCIONAL Y DISTRIBUCI�N TERRITORIAL DE LA POBLACI�N
(Reformas a los art�culos 115 y 27 constitucionales y su efecto en la distribuci�n territorial de la poblaci�n en M�xico)

Jorge Isauro Rionda Ram�rez (CV)
riondaji@hotmail.com


SUMARIO:
El presente trabajo analiza la repercusi�n en la distribuci�n territorial de la poblaci�n, que tienen las reformas institucionales a los art�culos de la constituci�n mexicana que son parte de las iniciativas federales en pro de la descentralizaci�n y el federalismo (art�culos 115 y 27), donde aparte de cambios estructurales de la econom�a como lo es la apertura econ�mica del pa�s, son efecto para ver nuevos patrones de los que destaca la mayor concentraci�n poblacional, la disminuci�n en t�rminos absolutos y de forma significativa del n�mero de localidades menores a 99 habitantes, el aumento en el crecimiento demogr�fico de las llamadas ciudades medias, como la disminuci�n del respectivo de las �reas metropolitanas del pa�s. Tambi�n expresa las �trampas� que las iniciativas pro federalistas y en raz�n de la descentralizaci�n existen en la b�squeda de desmembrar la organizaci�n social del trabajo corporativo en M�xico.

PALABRAS CLAVES:
1. Reforma institucional
2. Reestructuraci�n econ�mica
3. Apertura comercial
4. Crecimiento urbano
5. Metropolitano
 

 

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ANTECEDENTES:

En 1984 se culminan las reformas al art�culo 115 constitucional, que es el principal precedente importante dentro de las pol�ticas en busca de la descentralizaci�n y el federalismo en M�xico.

En diciembre de 1991 se concluyen las reformas al art�culo 27 constitucional en su apartado 10, as� como su Ley reglamentaria en 1992 con el nombre de Ley agraria (Pradilla, 1991; 9), donde se faculta la propiedad ejidal a ser sujeta de enajenaci�n en la misma calidad de la peque�a propiedad, mismo que procura el mejoramiento de la productividad del campo mexicano, el cual encuentra en la parcelaci�n minifundista la principal causal de su rezago, al no poder implementar econom�as a escala y todo lo contrario, ser la raz�n de las deseconom�as existentes en el campo mexicano.

Estas dos reformas institucionales se combinan con la reestructuraci�n econ�mica de la que destaca la apertura econ�mica, la cual contribuye en la explicaci�n del cambio de patrones en la migraci�n y la distribuci�n territorial del pa�s.

Las recientes pol�ticas de estabilizaci�n econ�mica, que persiguen lograr una inflaci�n similar a la del principal socio comercial del pa�s, Estados Unidos de Am�rica, se sostiene por el t�cito congelamiento de la pol�tica monetaria, de forma que la falta de fondos bancarios para el cr�dito reduce el fomento industrial y encarece significativamente (comparativamente a las tasas internas de retorno de las empresas nacionales), lo que se traduce en una baja creaci�n de empleo.

La naci�n requiere crecer a tasas anuales de m�nimo 6.0% del PIB para generar 1 mill�n 200 mil empleos al a�o, que seg�n los cortes de edad en el histograma de la poblaci�n mexicana, y el criterio de considerar a la poblaci�n en edad de trabajar de 12 o m�s a�os, los j�venes que hoy tienen 11 a�os (ni�as y ni�os), son precisamente poco menos de dicha cantidad. En los a�os 2000 y 2001 la naci�n no creci�, por lo que el c�mulo de desempleo en estos dos a�os se estima en una cifra cercana a los 2 millones 400 mil desempleados. En el 2002 la naci�n logra un crecimiento del 1.5% del PIB, que implica una generaci�n de empleo de aproximadamente 300 mil empleos, y con una deficiencia en el mismo rublo de 900 mil empleos no generados. En el a�o 2003 la econom�a del pa�s crece aumenta su crecimiento al 2.5% del PIB que se traduce en la generaci�n de 500 mil empleos, y 700 mil desempleos. En el 2004 se logra un crecimiento del PIB de 3.5% con una generaci�n de empleos de 700 mil empleos y 500 mil desemplos. El los dos siguientes a�o 2005 se tiene un incremento del PIB de 4.5 que expresa la generaci�n de 900 mil empleos y 300 mil desempleos en cada a�o. As�, de 2000 a 2006 el desempleo generado acumulado fue de 5 millones 100 mil desempleos. En el a�o 2007 el crecimiento del PIB se estima en 3.6%, lo que implica 720 mil empleos generados y aproximadamente 480 desempleos.

Efecto al desempleo generado por las pol�ticas de estabilizaci�n es el aumento de la migraci�n, especialmente urbana, a nivel internacional por lo que las remesas familiares que para el a�o 2000 se calcularon en m�s de 10 mil millones de d�lares, para el 2007 ya superan los 17 mil millones de d�lares. Esto es, cada a�o las remesas crecen en t�rminos absolutos mil millones de d�lares, por causa del aumento en la migraci�n de trabajadores a la Uni�n Americana (principal y significativamente), dado el aumento agigantado del desempleo en el pa�s. Las remesas familiares ya compiten como la tercera fuente de divisas del pa�s, despu�s de las exportaciones y las ventas de petr�leo al pa�s.

La problem�tica radica en que los cambios de patrones en la migraci�n y la distribuci�n territorial de la poblaci�n se explican por las reformas tanto institucionales como de la propia reestructuraci�n econ�mica. La cuesti�n de inter�s es identificar cu�les son las principales reformas y cambios en la organizaci�n social del trabajo y la producci�n que explican este cambio de patrones.

Por ello, el supuesto del que se parte es que son las reformas a los art�culos 115 y 27 constitucionales, conjuntamente con la apertura econ�mica la que explica, principalmente, el cambio de patrones en la migraci�n y la distribuci�n espacial de la poblaci�n.

Dado este contexto, el objetivo del presente trabajo es identificar el efecto que han tenido en la distribuci�n territorial de la poblaci�n las reformas institucionales en materia de las atribuciones del los municipios, como de la mejora de la productividad agr�cola en el campo mexicano en el fomento del neo latifundismo.

EFECTOS DE LA REFORMA AL ART�CULO 115 CONSTITUCIONAL

Previamente es referencia necesaria ver la evoluci�n de las reformas realizadas al Art�culo Constitucional del 115, especialmente a partir de 1984 en adelante. Para ello es recomendable al lector revisar el trabajo de la C�mara de Diputados (03 abril 2007) donde se cita:

�Hay que se�alar que desde el constituyente de 1917 hasta la reforma de 1987, se encontraban mezclados en este art�culo disposiciones relativas tanto al �mbito del gobierno estatal como del municipal. No obstante que la correcci�n se hizo por el Constituyente permanente hasta 1987 con el objeto de enviar las disposiciones estatales del art�culo 115 al 116, esta recopilaci�n tiene como objeto mostrar la situaci�n y evoluci�n Constitucional exclusivamente del municipio mexicano, que parte desde una concepci�n de r�gimen de descentralizaci�n por regi�n de los Estados en 1917, hasta su reconocimiento como un aut�ntico �mbito y orden de Gobierno con la reciente reforma de 1999.�(Guti�rrez, 03 abril 2007). El portal correspondiente vigente al 03 de abril de 2007 es:

http://www.cddhcu.gob.mx/camdip/comlvii/comfm/p115def.htm

Las reformas sedan desde 1984 y pretenden darle al municipio mayor capacidad de decisi�n, gesti�n y acci�n, mayor capacidad recaudatoria, aunque en el Art�culo 124 se limita en mucho el aspecto fiscal para el municipio, y mayor presupuesto para gasto social.

Las iniciativas federalistas encuentran su mejor expresi�n en las reformas a este art�culo, donde por otra parte, la figura administrativo p�blica adquiere para el municipio lineamientos normativos m�s democr�ticos, especialmente en la conformaci�n del cabildo y su composici�n representativa y democr�tica.

No obstante, no se logra poner en un orden horizontal la autoridad de la gesti�n en cuanto niveles de gobierno, puesto que la verticalidad que caracteriza la toma de decisiones establecen el mando de gobierno que va de la federaci�n a los estados, y de los estados a los municipios. La pretensi�n es que exista en lo local no tres niveles de gobierno, sino que federaci�n, estado y municipio tengan la misma dimensi�n de autoridad.

La instancia m�s cercana al ciudadano es el municipio, por ello, el federalismo pretende posibilitar al Ayuntamiento con mayor capacidad de decisi�n, gesti�n y acci�n local, para hacer m�s eficientes la atenci�n ciudadana como de mayor eficacia los programas de gobierno.

Las iniciativas federalistas a su vez, pretenden un federalismo fiscal, de tal manera que peso que se recaude en cada municipio, la federaci�n regrese un mayor porcentaje del mismo al Ayuntamiento pues, en los a�os 80 se dice que solo regresaba al ayuntamiento el 5% de lo recaudado. Actualmente la cifra anda por los 35%, pero a�n no es suficiente.

Las reformas a este art�culo como los consiguientes 116, 117 y 118, facultan al municipio para poder responder ante todo, a las iniciativas que se den en lo local para aprovechar las oportunidades econ�micas, lo que permite, en un contexto de globalizaci�n e integraci�n econ�mica, que las ventajas competitivas locales encuentren su nexo con los procesos transnacionalizados de producci�n. De esta manera, la Inversi�n Extranjera Directa (IED) ve posibilitada la factibilidad de localizarse en cualquier parte del territorio nacional con la log�stica administrativa p�blica necesaria para gestionar su acomodo local.

Con el ascenso de la producci�n flexible, la b�squeda de identificar ventajas competitivas regionales y locales que se puedan aportar a los procesos de producci�n, el territorio nacional adquiere inter�s para el capital internacional. Por ello, se hace necesario facultar al municipio de la capacidad de gestionar lo concerniente para albergar debidamente la inversi�n nacional como extranjera que procure, en lo local, aprovechar la ventaja competitiva.

Por lo anterior, se entiende que las reformas al 115 constitucional no solo obedecen a la procuraci�n del federalismo y la descentralizaci�n de la vida p�blica del pa�s, sino a la promoci�n y vialidad de sumar las ventajas competitivas que las distintas regiones del pa�s puedan aportar al proceso de globalizaci�n de las empresas transnacionales. El federalismo por tanto, es una necesidad, como ventaja competitiva a su vez, para el esquema que a nivel internacional se implementa bajo la l�gica de la producci�n flexible.

EFECTOS DE LA REFORMA AL ART�CULO 27 CONSTITUCIONAL

Como ya lo estimaba Verduzco (1991; 3), la reforma del art�culo 27 en materia de la propiedad ejidal viene a afectar el car�cter y las caracter�sticas de las relaciones sociales como econ�micas en el medio rural y urbano. Las reformas a este art�culo pretenden consolidar un sistema de mercado en la esfera de la producci�n como en el mercado inmobiliario.

Dicha reforma vino desde entonces a afectar directamente en los procesos de urbanizaci�n, en la distribuci�n territorial de los negocios, nuevos patrones en la migraci�n y la distribuci�n territorial de la poblaci�n, deterioro del medio ambiente, principalmente.

La reforma al art�culo 27 constitucional por otra parte vino a causar el resurgimiento en el pa�s de f�rmulas latifundistas, como la generaci�n de f�rmulas de monopsonizaci�n de los mercados rurales en productos agr�colas, controlados por agronegocios tanto de nacionales, como de tipo transnacional. Por decir, se sabe que el ex titular de la SAGAR Uzabiaga controla la producci�n nacional del ajo, y su propiedad se estima en 4000 hect�reas de cultivo. Estos latifundistas establecen a los peque�os productores asociados los precios de sus productos y controlan los mercados locales y regionales de productos insumos para la producci�n.

La falta de visi�n en el reparto agrario de los a�os 20 a los 40, caus� la proliferaci�n de asentamientos irregulares en el crecimiento urbano y metropolitano. La ahora falta de visi�n (y con ello de previsi�n), es causa de que la enajenaci�n de la peque�a propiedad y ejidos en calidad enajenable sea uno de los m�viles que explican el crecimiento de las ciudades medias, la extinci�n de localidades de 99 o menos habitantes, y sobre todo el cambio de patrones en la migraci�n y la distribuci�n territorial de la poblaci�n.

La reforma al art�culo 27 de la constituci�n implic� desde su concepci�n nuevas f�rmulas de control pol�tico, cambios en el ordenamiento territorial y en la organizaci�n del territorio, as� como de la planeaci�n urbana (Nava, 1992; 15 � 23).

Sostiene Verduzco (op.cit) �El efecto que tendr�n los cambios propuestos, depender� del papel que el Estado logre asumir en la nueva configuraci�n de fuerzas que imponen la globalizaci�n de la econom�a y la penetraci�n del capital transnacional, y de su capacidad de establecer una nueva relaci�n con una sociedad civil m�s activa�.

A 16 a�os de la cita de Verduzco, los efectos previstos por el autor son la expresi�n del cambio de patrones aqu� citado en variables sociales donde el Estado, no ha podido resolver las nuevas problem�ticas derivadas, especialmente en materia de migraci�n, donde el �xodo de trabajadores a la Uni�n Americana pone en evidencia la incapacidad del Estado en prever y resolver los problemas que causan las reformas institucionales que promueve.

Los conflictos en la transici�n rural � urbano que se viven en el pa�s, as� como en la configuraci�n urbano � metropolitano, a raz�n de dicha reforma constitucional, expresa nuevos conflictos.

Las pol�ticas exacerbadamente economicistas que procuran el aumento de la productividad, dejan de lado los efectos que tales conllevan en materia del desarrollo social del pa�s.

Tambi�n al desaparici�n del ejido se presenta como una estrategia m�s de desmantelamiento del aparato corporativo del estado social-dem�crata, para poder ir configurando la nueva f�rmula de control estatal basada en la democracia cristiana. El ejido deja de ser un instrumento de control pol�tico y lo deja a la sociedad civil y a las fuerzas del mercado.

Tambi�n se tiene el abandono del Estado en materia de abasto y asistencia social, un nuevo papel se deriva con respecto a su relaci�n con la sociedad civil, donde finalmente la tutela del campo por el Estado se concesiona a las fuerzas del mercado.

El ejido como unida productiva minifundista result� un fracaso ante los niveles de productividad que se pueden lograr por los latifundios, donde la modernizaci�n basada en la absorci�n de los costos fijos gracias a la gran escala de producci�n, abaratan los precios unitarios de producci�n de manera muy significativa.

Por otra parte, la carencia de tecnolog�a agr�cola propia para el minifundio, agrav� los costos de producci�n ejidal y conden� a los productores a seguir utilizando tecnolog�as obsoletas tales como la yunta para sembrar sus parcelas, no obstante la revoluci�n verde vivida en el campo mexicano durante la d�cada de los a�os 60.

Interioridades propias de un Estado paternalista e interventor sum� a la producci�n ejidal consideraciones de tipo corporativo y pol�tico, por lo que los subsidios al campo se volvieron el principal recurso para mantener la productividad del ejido.

La reforma al 27 constitucional le confiere un nuevo car�cter social al ejido al v�rsele como peque�a propiedad, por lo que los subsidios desaparecen al consider�rsele una unidad productiva con una problem�tica social y productiva distinta.

La inminente transformaci�n del campo deja atr�s la producci�n de productos propios de la mesa del mexicano, a cambio de cultivar productos forrajeros para ganader�as de exportaci�n, como hortalizas de exportaci�n. Los agronegocios y consorcios transnacionales son los directos beneficiarios de esta reforma.

La reforma resta apoyo a los peque�os agricultores quienes, al no contar con el respaldo del Estado ( sin subestimar el apoyo de procampo), y evidente incapacidad de producir con precios competitivos en el mercado, causan la inminente enajenaci�n y renta de esta nueva peque�a propiedad surgida de la extinci�n del ejido. La reforma entonces se vuelve el fundamento necesario institucional para poder fortalecer la creaci�n de latifundios en el pa�s, y con ello modernizar al campo mexicano, a costa desde luego del depauperio del nivel de vida de miles de campesinos.

Los antiguos ejidatarios, ahora peque�os propietarios pronto se ven obligados a bien, rentar sus parcelas, o bien venderlas y emigrar a las zonas urbanas. Lo que explica el reciente crecimiento de las ciudades medias y el sustancial aumento de la migraci�n.

Un caso que ilustra lo aqu� expuesto es la entidad de Guanajuato. Para ello se presentan tres mapas siguientes.

En el esquema de la reestructuraci�n econ�mica, la entidad presenta una distribuci�n territorial de sus moradores muy distintiva en el esquema de producci�n endogensita respecto al nuevo de car�cter exogenista.

Para poder identificar los municipios de la entidad por su nombre se presenta tambi�n el siguiente mapa 1. En los mapas 1 y 2 cada punto dentro de cada pol�gono que presenta el territorio municipal representa a mil habitantes. Si localizaci�n dentro del pol�gono es arbitraria. As� seg�n sea el n�mero de millares de moradores por municipio, ser�n el n�mero de puntos dentro de cada pol�gono. La elaboraci�n se hizo mediante el paquete computacional MAPINFO.

MAPA 1: DIVISI�N POL�TICA DE LA ENTIDAD DE GUANAJUATO

Fuente: Portal oficial del Gobierno del Estado de Guanajuato. www.guanajuato.gob.mx (bajado de la Internet el 15 de marzo de 2003).

La poblaci�n durante el periodo endogenista observa una concentraci�n al �rea central de la entidad que comprende el Baj�o, especialmente al oeste propio al municipio de Le�n que entonces albergaba aproximadamente al 20% de la poblaci�n de la entidad.

En el siguiente periodo exogenista que va de 1980 en adelante, la tendencia de concentraci�n de la poblaci�n en el territorio de la entidad se acelera y sobre todo se concentra m�s en la ciudad de Le�n que para el 2005 se estima ya alberga al 33% de la poblaci�n de la entidad.

La entidad sigue siendo tradicionalmente expulsora de poblaci�n a entidades como el estado de M�xico, el Distrito Federal, Jalisco y Quer�taro. Pero observa el 4� lugar nacional respecto a la migraci�n internacional, especialmente a la Uni�n Americana. Para entonces 1 de cada 7 mexicanos radicados recientemente en los Estados Unidos de Am�rica proven�a de la entidad. En el 2005, la entidad ahora es la que ocupa el primer lugar, siendo que 1 de cada 5 mexicanos recientemente residentes en la Uni�n Americana es guanajuatense. Esto es, durante el periodo endogenista la migraci�n era bastante representativa en la entidad, misma que se acent�a durante el periodo exogenista.

Aparte del �rea de Le�n se debe destacar el municipio de Celaya que observa tambi�n gran fuerza de atracci�n de poblaci�n, con una alta articulaci�n industrial y agro industrial a Quer�taro. Inicia la conurbaci�n de las ciudades del corredor industrial del Baj�o. Tambi�n destacan los municipios de Morole�n y Uriangato en el mismo fen�meno, especialmente por su alta articulaci�n industrial textil a Morelia.

PERIODO ENDOGENISTA

MAPA 1: DENSIDAD DE POBLACI�N EN GUANAJUATO 1950

Fuente: elaboraci�n propia con base al Censo General de Poblaci�n 1950 INEGI.

PERIODO EXOGENISTA

MAPA 2: DENSIDAD DE POBLACI�N EN GUANAJUATO 2005

Fuente: elaboraci�n propia con base al Conteo de Poblaci�n 2005 INEGI.

En 1970 existen 22,692 ejidos y comunidades agrarias ocupan el 49.8% de la tierra agr�cola censada por la Direcci�n General de Estad�stica en 1975 (Pradilla, op.cit.). Cita Pradilla que �En 1988, los 28058 ejidos y comunidades agrarias, con 2�468,264 unidades productivas, correspondientes a ejidatarios y comuneros, ocupaban una extensi�n de 95�108,066 hect�reas, albergaban una poblaci�n econ�micamente activa (PEA) de 9�529, 707 personas, empleaban a 7�097,050 (el 74.4%), de las cuales el 37.8% ten�a empleo temporal (INEGI, 1990)�. Lo que indica la enorme importancia econ�mica, social y pol�tica que significaba para entonces el ejido como f�rmula de propiedad productiva e inmobiliaria.

Cita Pradilla (op. cit.) que la reforma al art�culo 27 constitucional obedece a los siguientes puntos:

1. Dar por concluida la reforma agraria:

2. Posibilitar la inversi�n privada en la enajenaci�n de tierras ejidales e ind�genas, como a su arrendamiento;

3. Permitir la participaci�n de la inversi�n nacional o extranjera;

4. Poner en marcha el proceso de reconcentraci�n de la tierra en f�rmulas latifundistas, y simult�neamente liberar mano de obra que se sume al ej�rcito industrial de reserva;

5. atraer inversionistas que capitalicen y financien la modernizaci�n del campo.

Dichos objetivos finalmente responden a adecuar el esquema de producci�n agr�cola nacido de la revoluci�n mexicana, a las nuevas condiciones de productividad que imprime la modernizaci�n de la agricultura mexicana, dentro de la l�gica de acumulaci�n capitalista regida por el �ptica neoliberal, que quedaron patentes en la firma del Tratado de Libre Comercio con Am�rica del Norte, en respuesta la demanda extranjera de productos agr�colas sea de manera directa, como en el caso de las hortalizas de exportaci�n, o indirectamente, como en el caso de los productos forrajeros para ganader�as de exportaci�n en pi� o en canal.

EFECTOS DE LA APERTURA ECON�MICA

La apertura econ�mica es un cambio estructural en el sistema capitalista mexicano. Corresponde al compromiso que la naci�n adquiere desde 1985 con el memorandum del comercio exterior que se tuvo que admitir con los Estados Unidos de Am�rica, para ser sujetos de cr�dito ante la crisis de las finanzas p�blicas que caus� el desplome de los precios internacionales del petr�leo.

Dicho memorandum se ve ratificado 9 a�os despu�s con la firma del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos de Am�rica, Canad� y M�xico. Interesante es hacer notar que se trataron en protocolo aparte los aspectos ecol�gicos y laborales del acuerdo, cosa que singulariza al TLC del resto de acuerdos que a nivel mundial se celebran en materia puesto que son precisamente estos rubros los m�s delicados en toda negociaci�n. El TLC celebrado por ambas naciones de norte Am�rica tiene un car�cter meramente econ�mico, dejando en un segundo plano la trascendencia social del convenio.

La apertura econ�mica implica la transparencia que se desea en los indicadores del mercado: los precios. Los cuales deben ser aquellos que determine el mercado, fuera de desviaciones al comercio a efecto de la aplicaci�n, bien de aranceles, bien de subsidios. A partir de 2004 inicia el desarme arancelario de los productos agr�colas mexicanos. La desaparici�n de subvenciones estatales al campo, su cambio de r�gimen como propiedad ejidal o comunal, su inminente enajenaci�n, libera fuerza de trabajo campesina. Nuevos campesinos migran a las �reas urbanas, las que conjuntamente con dadas las iniciativas de la administraci�n p�blica por darle mayores atributos fiscales y de gasto a los municipios, hacen las cabeceras municipales (principalmente), atractivas como destino de este nuevo migrante del campo. Crecen las ciudades medias del pa�s y se reduce el crecimiento de las �reas metropolitanas del centro y el occidente del pa�s. Las �reas metropolitanas puerto y frontera de la naci�n re incentivan su crecimiento demogr�fico.

Se puede afirmar, como ya lo hab�a predicho Aragon�s (1991; 15) hace 16 a�os, la apertura econ�mica y la firma del TLCAN han incrementado la liberaci�n de fuerza de trabajo en el campo y aumentado el fen�meno migratorio.

Sostiene Aragon�s (op. cit.) que:

�La migraci�n de trabajadores no es el resultado de un equilibrio internacional a nivel de los factores de producci�n � sino el producto de las permanentes asimetr�as en las que se encuentra inserto el sistema capitalista. En este contexto, la fuerza de trabajo es al mismo tiempo eje de la reproducci�n capitalista, y el eslab�n m�s d�bil en el conjunto de la producci�n a las condiciones de explotaci�n bajo las cuales enfrenta su sobrevivencia. Si la fuerza de trabajo resulta el eslab�n m�s d�bil, la que conforma a la migraci�n, es a�n m�s vulnerable. Esto se debe, en parte, a que se trata de un fen�meno que involucra siempre a dos regiones, cuyas relaciones se sustentan con frecuencia, bajo el signo del conflicto: pa�ses desarrollados y pa�ses subdesarrollados�.

Conlleva asimismo efectos colaterales de peso social significativo tales como la xenofobia y el racismo, la desintegraci�n familiar y el aumento de familias disfuncionales. Aumenta la violencia social y la inseguridad, as� como para los migrantes el tema de los derechos humanos es el t�pico de su mayor internes, puesto que son sujetos a abusos y violaciones a su calidad humana en los lugares receptores.

LAS TRAMPAS DE LA DESCENTRALIZACI�N Y EL FEDERALISMO

Las reformas a los Art�culos 115 Constitucional y del Art�culo 27 obedecen por otra parte, a la b�squeda de desmantelar el aparato corporativo del gobierno social dem�crata pri�sta.

Las bases corporativas en que se erige el r�gimen de gobierno pri�sta que gobern� a la naci�n por 71 a�os, fueron aquellas que principalmente organizaron a la sociedad mexicana desde los a�os 30, y que como f�rmula de organizaci�n social del trabajo y la producci�n sustentaron la modernizaci�n del pa�s bajo el r�gimen de la producci�n r�gida.

La necesidad de adecuar la regulaci�n nacional a la producci�n flexible, el neoliberalismo impone como necesario desmantelar el viejo corporativismo por uno nuevo basado en la flexibilidad nacional y el nuevo sindicalismo democr�tico. Las reformas a las instituciones de la previsi�n y la seguridad social del pa�s van en este sentido. Los sindicatos, especialmente p�blicos, se presentan como gigantescos ante la dimensi�n de las organizaciones de las que surgen y presentan ante la �ptica neoliberal, aut�nticas expresiones de las interioridades del Estado.

Por ello, las pol�ticas de descentralizaci�n y federalismo, procuran en el nexo de la l�gica neoliberal, desmantelar el aparato corporativo del Estado social dem�crata, para dar inicio al nuevo corporativismo de, a su vez nuevo Estado, dem�crata cristiano, donde los sindicatos p�blicos son el enemigo a vencer.

Como ejemplo, las privatizaciones de paraestatales a su vez posibilitaron el debilitamiento de la organizaci�n del trabajo, as� como la descentralizaci�n fracciona a los grandes sindicatos nacionales en 32 entidades m�s peque�as, como lo es el SNTE, que se fracciona en 31 sindicatos estatales y 1 correspondiente al Distrito Federal.

CONCLUSIONES:

Las reformas institucionales, propiamente de los Art�culos Constitucionales 115 y 27, as� como la apertura econ�mica, como parte de la reestructuraci�n econ�mica, afectan los patrones en la migraci�n y la distribuci�n territorial de la poblaci�n, de las cuales se destacan los siguientes cambios:

1. La migraci�n deja de ser rural � urbano para adquirir una mayor preponderancia urbano � urbano e internacional.

2. Los mercados laborales se relocalizan ante la apertura econ�mica en las �reas metropolitanas del pa�s, como en las ciudades puerto y ciudades frontera.

3. La desaparici�n del ejido y la posibilidad de su enajenaci�n, como de la propiedad comunal, generan una transici�n migratoria donde existe un nuevo grupo de campesino que migran a las �reas urbanas y metropolitanas.

4. La mayor capacidad de decisi�n, gesti�n y acci�n de los municipios hace de las cabeceras municipales, como ciudades medias, destinos atrayentes de la migraci�n campesina.

5. Las pol�ticas neoliberales de estabilizaci�n econ�mica generan un alto desempleo urbano que nutre la migraci�n urbano � urbana.

6. La migraci�n del campo como de las ciudades trasciende m�s all� de las fronteras del pa�s, especialmente hacia norte Am�rica.

7. La apertura comercial y la entrada en vigencia del TLCAN vinculan los mercados nacionales con los de Am�rica del norte, especialmente los del trabajo.

8. Las �reas metropolitanas del centro del pa�s pierden dinamismo ante el aumento del crecimiento de las ciudades medias y las �reas metropolitanas de la frontera norte de la Rep�blica.

9. Las comunidades de 1 a 99 habitantes se extinguen, crecen las ciudades medias.

10. Inicia una concentraci�n urbana de la poblaci�n residente en el pa�s y cada vez es menor la participaci�n de las econom�as rurales en la nueva econom�a nacional.

BIBLIOGRAF�A:

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GUTI�RREZ Gonz�lez, Juan Carlos (03 abril 2007) �Proceso de reformas al Art�culo 115 Constitucional de M�xico. Periodo 1998 y 1999� En el portal http://www.cddhcu.gob.mx/camdip/comlvii/comfm/p115def.htm bajado de la Internet el 03 de abril de 2007. M�xico.

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SIGLAS:

IED � Inversi�n Extranjera Directa

INEGI � Instituto Nacional de Geograf�a, Estad�stica e Informaci�n

MAPINFO � Software para generaci�n de mapas georefenciales

PIB � Producto Interno Bruto

SNTE � Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci�n

TLC � Tratado de libre comercio

TLCAN � Tratado de libre comercio con Am�rica del norte

 

Citaci�n: Rionda Ram�rez, J.I.  (2007): "Reforma institucional y distribuci�n territorial de la poblaci�n". Tecsistecatl. Revista Interdisciplinar, 2, julio 2007.  Disponible en Internet: <http://www.eumed.net/rev/tecsistecatl/n2/jirr.htm>
 

 

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TECSISTECATL: Econom�a y Sociedad de M�xico
Director: Jorge I. Rionda Ram�rez(CV)
Editor: Juan Carlos M. Coll (CV)

ISSN: 1886-8452
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Revista TECSISTECATL
El Grupo Eumednet lamenta la p�rdida de nuestro gran amigo Jorge Rionda, deja un gran vac�o en todas las personas que tuvieron la dicha de conocerle.