LOS DISTRITOS AGROINDUSTRIALES EN EL DESARROLLO REGIONAL
Por Francisco Javier Arias Vargas
INTRODUCCIÓN
La agroindustria es considerada como uno de los pilares fundamentales que puede contribuir al desarrollo económico y social de las comunidades rurales en Colombia, para lo cual se han tejido estrategias que permitan la reactivación del campo mediante la generación de PYMES que ayuden a la transformación de los productos primarios provenientes del agro, generando un producto de mayor valor agregado que permita mejorar los niveles de ingreso de las comunidades, aprovechando las oportunidades que ofrece el entorno mediante una propuesta de desarrollo endógeno.
Una de las estrategias planteadas para la reactivación del agro en Colombia es la desarrollada el Departamento de Caldas bajo la denominación de Distritos Agroindustriales.
DISTRITOS AGROINDUSTRIALES: CONCEPTO Y PROPÓSITOS
Desde 1890, Alfred Marshall, citado por Venacio et. al (2007), definió un distrito “como una concentración de sectores especializados en una localidad específica¨, noción de la cual se parte para dar origen al concepto de distrito agroindustrial como “Una unidad técnica circunscrita a un espacio con características físico ambientales, socioeconómicas y culturales semejantes, las cuales tienen una vocación productiva similar” (Arias, 2003).
La filosofía de los distritos supone que por medio de la cooperación y la fragmentación del proceso productivo, el conjunto de los pequeños y medianos emprendimientos compensa las economías de escala de las grandes empresas, a la vez que genera economías externas que fortalecen sistemáticamente la competitividad individual de todas las empresas involucradas (Odone et al, 2007).
A todo esto se suma que un distrito industrial se caracteriza por cierta concentración de empleos, generando que la mayor parte de residentes de un poblado encuentren trabajo dentro del mismo. El distrito adquiere así una identidad específica que logra muchas veces materializarse en un determinado producto, dándose de esta forma la identificación de determinados poblados o ciudades con productos (o sectores de la producción) muy específicos. Esta concentración regional-local de empresas de un mismo sector o industria hace posible obtener economías externas (Bloch, et.al 2007).
LOS DISTRITOS AGROINDUSTRIALES EN EL DEPARTAMENTO DE CALDAS
El departamento de Caldas, en atención a las enormes posibilidades agropecuarias de sus 27 municipios y a las vocaciones productivas de las distintas subregiones, lanza el programa de los Distritos Agroindustriales en el año 2003, pretendiendo incentivar el desarrollo de procesos de transformación de la producción agrícola, pecuaria y forestal con el fin de lograr el máximo nivel de agregación posible de valor.
La perspectiva general consiste en explorar diversos nichos de mercado a nivel nacional e internacional, buscando alternativas diferentes al café y fortaleciendo las cadenas productivas de frutales de clima frío, panela, piscicultura, caucho, mora y lulo. Se incluyen también los sectores ganadero y lácteo, ubicados como unos de los más representativos del departamento.
Aunque el modelo se encuentra en proceso de desarrollo, se han creado seis distritos, tal y como se puede apreciar en el siguiente mapa:
EVOLUCIÓN DE LOS DISTRITOS AGROINDUSTRIALES CALDENSES
El Plan de Gestión de los Distritos Agroindustriales (DAI), genera algunas iniciativas que se comienzan a concretar mediante la alianza con el Gobierno del Japón para dotar de maquinaria y tecnología algunos puntos considerados como estratégicos para el desarrollo de procesos productivos dada la cercanía con la materia prima y la posibilidad de transportarla; lo cual da como resultado la creación de cinco (5) centros de producción agroindustrial ubicados en Salamina, Victoria, Anserma, Manzanares y Supía.
Los esfuerzos en cada uno de los distritos se han concentrado en los procesos de capacitación de las comunidades, pero estos están siendo infructuosos debido a la poca cultura empresarial de nuestro departamento, la dependencia del café, la poca innovación y sobre todo, el individualismo de nuestros productores. Estos aspectos plantean serios obstáculos para la asociatividad y la generación de emprendimientos comunes que hagan posible el éxito de las iniciativas presentadas en los DAI.
A lo anterior se suman los productores de Caldas aún persisten en la cultura de la producción primaria, yendo en contravía de las necesidades actuales del mercado que exige productos procesados, estandarizados y con altas normas de calidad. Además, las agroindustrias actuales tienden a ser artesanales y con deficientes volúmenes de producción, los productos potenciales no se han explorado lo suficiente y carecen en la mayoría de los casos de innovación, presentando problemas con la comercialización, el empaque y el procesamiento. (Gonzáles, 2007).
Del lado gubernamental se encuentran problemas con la planeación y el acompañamiento social haciendo que los esfuerzos tiendan a perderse creando desconfianza de las comunidades hacia las instituciones, y viceversa.
El Diario La Patria en su edición del 30 de marzo de 2009, publica el artículo “Artesanas de Anserma, sobrevivientes de la seda”, en el cual se hace alusión a la problemática presentada en el municipio, debido a que la infraestructura adecuada para el procesamiento de la seda, con un costo de 450 millones de pesos esta abandonada ante la carencia de materia prima, lo cual se explica en parte porque los campesinos encargados del cultivo de la morera, que llegaron a sembrar hasta 45 hectáreas y que posicionaron a Anserma como el segundo productor más importante del país, han abandonado la practica productiva. Las personas encargadas del procesamiento se quejan de la falta de insumos, de problemas con la comercialización y del deficiente acompañamiento de las instituciones públicas y privadas que participaron originalmente en el proyecto.
Las expectativas generadas por proyectos con problemas de planeación generan en la comunidad un ‘efecto manada’ que estimula la participación en los procesos de desarrollo. Sin embargo, cuando los resultados no se ven en el corto plazo, se comienza a erosionar el colectivo, hasta llegar a un punto donde la iniciativa se quiebra.
Casos como la pitaya, el cacao y los espárragos muestran el animo que algunos de los productores caldenses tenían de participar en procesos que en teoría eran rentables. La falta de preparación, sumada a los problemas de comercialización y la baja en los precios debido a los volúmenes producidos hicieron que los cultivadores perdieran la confianza y comenzaran a erradicar este tipo de cultivos, no queriendo saber de ellos y después de algún tiempo el producto promisorio, del cual se hablaba tanto, ya ni se vuelve a mencionar. Así, los precios tienden a subir por la falta de producto, todo lo cual evidencia problemas originados en la falta de una estrategia coordinada que haga sustentable el negocio.
En Caldas existen productos potenciales como el Corcho Neirano, el Pionono Aguadeño, Las Colaciones de Supía o las Moriscas de Filadelfia, para citar solo algunos ejemplos. Dichos productos requieren de tecnología para mejorar la calidad y elevar los volúmenes de producción, aunque no existe un desarrollo importante debido al individualismo de los productores actuales y la falta de expansión comercial de las empresas.
LOS RETOS HACIA EL FUTURO
Por lo pronto, se requiere que hayan actores privados que contribuyan al desarrollo de nuevos proyectos mediante la inversión directa acompañada de fuertes incentivos fiscales y del mejoramiento de las vías, para posibilitar la rentabilidad de nuevas industrias procesadoras que se establezcan en las zonas rurales donde se pueda aprovechar la mano de obra capacitada y se cumpla con los requerimientos de una infraestructura eficiente de comunicaciones que facilite la educación de las comunidades rurales y su adaptación a un mundo globalizado para poder comerciar.
Para que los DAI comiencen realmente a funcionar se necesita la generación de una estrategia clara, coordinada y articulada que permita el desarrollo de una verdadera cultura del emprendimiento rural, acompañada de una efectiva presencia de las instituciones gubernamentales que a través de instituciones privadas confiables, no politiqueras; efectúen el seguimiento y el acompañamiento a las iniciativas generadas en cada uno de los municipios.
Los Distritos Agroindustriales son una gran idea que no se debe abandonar, ni dejar entrar en crisis. Los Distritos Industriales Italianos (DII), son el mejor ejemplo de cómo se puede construir un milagro económico a partir de la existencia de relaciones sociales personales entre sujetos comprometidos que facilitan la cooperación (Venacio, 2007), lo que permite aprovechar materias primas comunes para generar innovaciones en la producción, abaratar los costos de transporte y generar una comunidad interrelacionada con una practica productiva especializada, propósitos que encajan con la concepción de nuestros DAI.
Caldas tiene la oportunidad de desarrollar importantes negocios que demandan mucho trabajo y permanente innovación. Un ejemplo de ello es la capacitación que se da para que nuestros campesinos aprendan a producir mermeladas de mora, lo cual esta muy bien, pero aquí cabria la siguiente pregunta, susceptible de ser aplicada a todo lo que actualmente estamos produciendo: ¿Cuál es el elemento que diferencia mi producto de la competencia? La mayoría de productores carecen de innovación, creatividad y decisión para ser diferentes de los demás; generando inconvenientes asociados al producto, el empaque, los niveles de producción y la comercialización; haciendo que la iniciativa fracase; lo cual se constituye en un obstáculo para generar nuevos negocios debido a las malas experiencias de los productores.
El Distrito Agroindustrial puede convertirse en el eje articulador que genere la confianza necesaria para que se den emprendimientos exitosos que posibiliten la generación de riqueza, para lo cual se requiere de un decidido compromiso de la comunidad y del acompañamiento eficiente y coordinado entre la administración pública y el sector privado, con el fin de aprovechar las oportunidades que el mercado actual ofrece ante una inminente crisis alimentaria, sobre la cual el Programa Mundial de Alimentos (PMA) habla con tanta insistencia; lo cual hace que las nuevas agroindustrias puedan ser exitosas en un contexto global incierto por la escasez.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Los productores primarios se deben concientizar que si continúan realizando prácticas productivas, sin ningún tipo de procesamiento, se acentuará el continuo empobrecimiento rural. Es necesario deshacerse del excesivo individualismo y comenzar a trabajar en equipo para poder reunir los volúmenes de productos bajo los estándares que el mercado exige, adaptando la tecnología a sus prácticas productivas.
Los gremios y las organizaciones sociales tienen la misión fundamental de acompañar los procesos de preparación de los productores y las comunidades en los procesos de concientización sobre las oportunidades que el trabajo colectivo tiene para el desarrollo endógeno.
Las Instituciones Financieras deben orientar esfuerzos hacia la generación de las condiciones que permitan llevar a cabo las iniciativas de las comunidades, máxime cuando los inversionistas tienen la oportunidad de contar con mano de obra calificada y deseosa de trabajar, así como la disponibilidad de materia prima y de recursos necesarios para la generación de proyectos productivos.
El gobierno debe generar un acompañamiento efectivo, de largo plazo, sin importar que grupo político esté en el poder, que permita construir lazos de confianza con los productores, además de crear las condiciones fiscales, de infraestructura y de comunicaciones que estimulen la entrada de inversionistas en cada uno de los distritos.
Las entidades de educación deberán realizar acciones contundentes que permitan acercar los programas académicos a las zonas rurales, evitando la migración de personas que pueden contribuir al desarrollo del entorno, además de contribuir con investigación efectiva y acompañamiento constante.
Se requiere que la sociedad sea veedora y participe de los procesos, apoyando las iniciativas que usualmente requieren de apoyo para que los procesos de comercialización y la exigencia de calidad contribuyan efectivamente al apoyo de las iniciativas generadas en los DAI. Por tanto, para que el modelo DAI sea exitoso, se requiere llevar a cabo los pasos planteados por Sergio Boisier, citado por Gonzales (2007); tal como puede apreciarse a continuación:
Por último, es lamentable reconocer que persiste la ignorancia de muchas personas acerca de lo que es la agroindustria y el papel que puede desempeñar en el crecimiento económico y social de nuestro país. Frecuentemente muchas personas, y tengo que confesar, algunos políticos, siempre ligan la agroindustria con la “señora que tortuosamente revuelve una paila, hace unas mermeladas y con mucho esfuerzo las vende, para después de muchos intentos quebrarse”. Eso será motivo de otra discusión, pero si estas mismas personas se pusieran a pensar en las 10 empresas industriales más grandes del país, estoy seguro que al menos el 70% o más de sus respuestas encontrarían relación directa con la agroindustria, incluyendo a Ecopetrol que utiliza los biocombustibles provenientes de la Caña y la Palma Africana.
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