PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS DE UN PROYECTO POLÍTICO DEMOCRÁTICO
Por Ana Luz Ramos Soto
A través de los trabajos de campo, en los diferentes municipios del estado de Oaxaca, se ha elaborado un portafolio de evidencias que permita tener una constancia de que los resultados obtenidos han sido a través de un proyecto político democrático.
Un proyecto político democrático, por definición es un proyecto de elevada participación social y de potenciar los propios recursos. Se considera un proyecto político para una región porque actualmente se entiende que una propuesta de desarrollo se refiere principalmente a cómo una comunidad usa el poder que ella misma tiene, entendido el poder como la capacidad de controlar un recurso escaso, o sea, la capacidad de administrarlo y asignarlo. Este recurso escaso puede ser de variada naturaleza: político, desde luego económico, o de gran importancia en los últimos tiempos de naturaleza cognitiva, de saber, de información, de conocimiento. Bien se dice popularmente que “información es poder” y puesto que este poder reside en la comunidad y ésta se ocupa de los “asuntos públicos”, o sea de aquello que constituye lo político, es perfectamente apropiado emplear el término “proyecto político” para referirse al asunto de interés público por antonomasia: el propio desarrollo de la comunidad.
Desde el punto de vista académico, el concepto de proyecto político es un concepto típicamente “cepalino” y asociado a nombres como Aníbal Pinto, Jorge Graciarena, Marshall Wolfe y Aldo Solari, todos pertenecientes a la generación fundacional de la CEPAL.
Según estos autores, toda sociedad, en todo momento de su historia, posee un “proyecto político”, rara vez explícito y que puede ser de naturaleza conservadora, progresista, revolucionaria u otra, pero que siempre se refiere a la modalidad histórica específica y concreta mediante la cual se usan los recursos, incluido el recurso de poder.
Dada esta definición, toda región si es que contiene una real sociedad regional, es decir, si es algo más que una suma de individuos o algo más que una colectividad esquizofrénica, tiene un proyecto político, que la mayor parte de las veces hay que descubrir. La cuestión reside en la representatividad de dicho proyecto, que sólo si es un proyecto de desarrollo, da paso a una representatividad colectiva por pura definición.
La búsqueda del desarrollo humano consiste en hacer de los individuos y las comunidades los verdaderos sujetos, gestores y beneficiarios del desarrollo. Ello sólo será posible si las personas son capaces de entender esos cambios y gobernarlos a su favor. “El buen gobierno exige actuar coherentemente para compatibilizar de manera sustentable ciertos objetivos sociales básicos, tales como la democracia, la integración social y el crecimiento económico”.