ESPACIO Y MEDIO AMBIENTE: TRANSFORMACIÓN EN CURSO
Por Feliciano García Aguirre
Según la anticipación concretísima de Marx, la esencia de lo perfectible es la naturalización del hombre, la humanización de la naturaleza.
Feliciano García Aguirre
Cada régimen sociohistórico modela invariablemente las sociedades en donde actúa. Su accionar afecta las maneras de entender y organizar la política, la economía, las normas de control social, así como las expresiones y representaciones culturales. En este complejo, la tecnología que se usa e inventa es funcional a cada una de las necesidades, imperativos y limitantes de dicho régimen. Cada cambio de régimen es importante porque afecta el funcionamiento de sociedades vivas y sus ambientes naturales.
Muchas de las características del mundo contemporáneo se crearon centurias atrás. Como fuerzas modeladoras encontramos a las desatadas por el capitalismo transformado en sistema que no ha cejado de evolucionar. En los siglos XVII-XIX se formó el moderno capitalismo comandado por Gran Bretaña hasta convertirse en imperialismo. El inicio tuvo las fuerzas modeladoras del capitalismo mercantil e industrial, lo que alimentó un estilo de desarrollo agresivo en todas sus facetas. Elocuentes y características de esa época, fueron las inconsideradas explotaciones del hombre y medioambiente, por lo cual ahora la identificamos como la etapa del capitalismo salvaje. Al declive del imperialismo inglés, Estados Unidos (EU) se posicionó en las esferas de mayor influencia y poder mundiales, para colocarse en posición privilegiada al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
En cada tiempo y lugar el sistema sociedad-naturaleza adopta espacialidades distintas. Las formas desplegadas por las espacialidades son inducidas principalmente en el presente por las formas imperialistas de dominación colonial y neocolonial expresadas en cada política de población, uso de los recursos naturales a su alcance, —afín a su reproducción material— y un sistema de dominación transformado en procesos culturales diversos de larga duración. Las formas de organización material de las sociedades contemporáneas han desplegado espacialidades características que se reproducen inequívocamente –por naciones enteras atrapadas y supeditadas a un estilo de desarrollo- por el desarrollo del capitalismo en el marco político institucional de los estados nacionales.
Tratamos especialmente de destacar la estrecha relación que tiene el estilo de desarrollo promovido por EU —y otros países adelantados—, basado en el ciclo del etano y la situación límite del planeta —nuestra Casa Común—, con el calentamiento global. En el presente trabajo analizaremos las estrechas relaciones sociedad—naturaleza, las formas en que cada cambio tecnológico tiene en dicho complejo —como consecuencia de los cambios de régimen y organización social de la producción—, así como las espacialización que estos inducen al vitrificarse en nuestras históricas experiencias.