Observatorio Economía Latinoamericana. ISSN: 1696-8352


CAPITAL SOCIAL Y TURISMO, ALTERNATIVAS REALES DE DESARROLLO LOCAL: EL CASO DE MICHOACÁN

Autores e infomación del artículo

Carlos Alberto Gómez Prado *

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México

Email: caralberto79@hotmail.com


Resumen
La implementación de políticas públicas de manera general, como lo es el caso de políticas regionales, no desencadena efectos similares en las localidades. Para el caso de Michoacán, si bien es cierto que la política federal de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) intentó acrecentar la identidad de la población y la participación ciudadana; dichas políticas no han logrado desencadenar condiciones propicias para un desarrollo socioeconómico real de mediano plazo; por el contrario, es probable que el efecto de este tipo de políticas, en el Estado, se conforme como un aspecto destructivo de participación ciudadana, capital social10 y, por ende, de las posibilidades reales de desarrollo de mediano y largo plazo 11.

Es recurrente la idea de que la consecución del desarrollo socioeconómico se logra mediante la implementación de políticas públicas dirigidas a la satisfacción de las necesidades inherentes a cada población, por medio de dotación de bienes y servicios financiados por el Estado. Contrario a esto se presenta, con cada vez más fuerza, el paradigma del desarrollo local sustentando en que el desarrollo socioeconómico es producto del tipo de relaciones sociales que guardan de manera endógena las localidades; más no a través de proyectos generados por instituciones exógenas a las localidades.

En ese sentido, en el presente trabajo se examina la vinculación entre la actividad turística (entendida como una política de desarrollo exógena), el capital social y el desarrollo local, como la consecuencia última de la intervención del Estado y la participación ciudadana en la toma de decisiones.

Palabras clave: Capital social en Michoacán, Turismo y desarrollo socioeconómico en Michoacán.


10 Aquel conjunto de relaciones sociales establecidas entre los miembros de una comunidad, ya sea a través de valores, acuerdos, normas o leyes que permiten, por medio de la confianza, lograr fines colectivos íntimamente relacionados con la mejora de las condiciones de vida de una población, sumando legitimidad, eficacia o eficiencia al proceso.
11 Toda vez que se manifestaron en la conformación de instituciones de participación no monitoreadas ni evaluadas por alguna institución externa; lo que permite generar formas de partidismo y clientelismo; lo que se contrapone a la participación ciudadana en la toma de decisiones, como un elemento de determinación endógena de necesidades populares.


Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Carlos Alberto Gómez Prado (2020): "Capital social y turismo, alternativas reales de desarrollo local: el caso de Michoacán", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (marzo 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/oel/2020/03/capital-social-turismo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/oel2003capital-social-turismo


Capital social y desarrollo local
Teóricamente, se ha visualizado al capital social como un elemento del cual se pueden desprender estrategias para el desarrollo de grupos marginados 1. Por un lado, los propietarios del capital económico lo conciben como un elemento indispensable en el territorio objetivo de inversión2 ; mientras que para otros, constituye una vía alterna para la superación de problemáticas vinculadas al proceso de desarrollo socioeconómico3 .

El desarrollo económico puede ser generado por medio de inversión productiva; más aún, cuando en esta intervenga la población de forma participativa, sumando así condiciones de legitimidad y sinergias adicionales4 ; con lo que se incrementa la probabilidad de que un proyecto no sea impugnado por los habitantes, minimizando también la inevitable incertidumbre de perder el capital invertido. Desde algunas visiones, como la del Banco Mundial, su importancia para el capital económico recae en el aseguramiento de la inmovilidad social que garantice la inversión. De acuerdo a esta postura, el nivel de confianza manifestado por los habitantes podría estar determinado por su condición socioeconómica5 .

La importancia del capital social, para el mejoramiento de las condiciones de vida de la colectividad, se determina a partir de un complejo sistema de reglas, normas y obligaciones mutuas entre los individuos; así, se identifican varios tipos de capital necesarios para el equilibrio social: económico, productivo, humano, natural, simbólico y social, cuya intensidad de interacción determinará el grado de desarrollo de una comunidad. En ese sentido, ante la ausencia de algún tipo de capital, el accionar del resto será incongruente, por lo que el desarrollo de una localidad será menor, deteriorándose las relaciones sociales e incrementando el nivel de desconfianza; para el caso del turismo, los recursos naturales serán explotados de forma no sustentable y la distribución del ingreso será inequitativa, polarizando aún más a la sociedad.
Así, el capital social resulta imprescindible en aquellas localidades que, olvidadas por las entidades guberidntales, intentan generar condiciones propicias para mejorar la calidad de vida de sus pobladores.

Capital social y turismo
Como se mencionó anteriormente, el capital social es un activo que suma legitimidad y eficacia, además de que resulta de suma importancia en actividades productivas, como lo es el caso del turismo. En la mayor parte del territorio del estado de Michoacán, esta actividad (entendida como motor de desarrollo local6 ) resulta de suma importancia en la generación de empleo; se trata de localidades en los que la industria no es el sector que los genera. Así, el turismo basado en la identidad local es una estrategia de integración de los actores del territorio que fortalece al capital social (fomentando la participación social, la articulación y el consenso entre actores, además de la cooperación y el trabajo cooperativo) y mejora la competitividad económica (diversificando la producción y aprovechando las sinergias y encadenamientos intersectoriales).

El turismo local permite la creación de productos y servicios que incorporan especificidades locales a partir de recursos, técnicas y tradiciones poco valoradas y utilizadas; permite también la generación de actividades artesanales, agroindustriales y comerciales que aumenten el valor agregado de los productos y servicios existentes, fomentando el aprovechamiento y la creación de sinergias entre actividades y sectores.

El Estado de Michoacán cuenta con importantes ventajas naturales; resulta prudente explotar dichas ventajas, aprovechando la nueva tendencia de revalorización de elementos naturales, ambientales y culturales, lo cual cobra vida con cada vez mayor relevancia, en la sociedad mundial. No obstante, el turismo local no es una fórmula inequívoca que garantice siempre resultados positivos al desarrollo, toda vez que encontrará, inexorablemente, dificultades para generar un excedente económico suficiente, aunado a la necesidad de creación de empleo, y por consiguiente una mejora en las condiciones de vida de los michoacanos.
Las distintas visiones acerca del desarrollo económico basado en la actividad turística, han sido pensadas bajo una perspectiva de industrialización y se han llegado a considerar a esta actividad la panacea del desarrollo local. A pesar de esto, la experiencia ha mostrado a la actividad turística como una industria estrictamente generadora de ingresos para los inversionistas.

Ya que suele ser considerada como una industria ecológicamente viable, se ha mantenido como una actividad económica separada del resto, con vida y autosuficiencia propias. Esta nacía donde ya estaba establecido el desarrollo 7, lo que demostró su característica coyuntural en el proceso de desarrollo. En otras palabras, se desarrollaba sin generar transformaciones económicas de mayor impacto y temporalidad; el turismo reactivaba economías pero no mejoraba las condiciones para la consecución del desarrollo socioeconómico real de largo plazo; por lo que grandes emporios turísticos han sobrevivido en medio de amplias zonas de pobreza, remarcando la polaridad en la distribución del ingreso en aquellos territorios en que se sitúan.

Turismo y desarrollo local
A pesar de lo anterior, desde hace más de una década y media, el turismo empezó a abordar una estrecha relación con el desarrollo local; el turismo ha comenzado a entenderse como un aspecto interno y propio de los procesos del desarrollo local 8. No obstante, se trata de un enfoque productivista 9, que determina y califica al desarrollo socioeconómico en variables, exclusivamente económicas.

Así, las acciones de creación y mejoramiento de infraestructura turística no generan, como consecuencia necesaria, desarrollo local, pudiendo incluso considerarse que en muchos de los casos se trata de derroche de recursos, estratégicamente mal aplicados.

Entender el desarrollo desde este enfoque es, en el mejor de los casos, una forma de generar condiciones promisorias de desarrollo local; mientras que, en el peor se trata de fincar desarrollo turístico en un territorio en condiciones de pobreza. Este enfoque ha conducido a la realización de una gran cantidad de proyectos (si es que se les puede llamar de esa manera), sin lograr siquiera un crecimiento económico sostenido.
En la mayoría de los casos (al menos para Michoacán), esta concepción productivista ha alentado diversos proyectos con resultados poco alentadores al desarrollo local y, efectivamente, se trata de comunidades con una alta población indígena que puede lograr generar sinergias de desarrollo a partir de proyectos turísticos; sin embargo, su objetivo inicial no consiste en la eficiencia productivista, sino en el disfrute colectivo de los bienes comunales; en ese sentido, la mejor manera de manejar los excedentes generados será aquella que se vincule con sus aspectos culturales, acrecentando las posibilidades de generar desarrollo local, al momento en que estimula la confianza y genera capital social.

Por otra parte, existe un enfoque del desarrollo local que se identifica con la formación de redes y encadenamientos empresariales. Es cierto que los encadenamientos aprovechan las flexibilidades organizacionales, reduciendo los costos de transacción y estimulando las ventajas colaborativas; pero para lograr condiciones favorables al desarrollo local se precisa de otras condiciones que aseguren un proceso multidimensional, equitativo, sustentable y participativo. Este enfoque identifica la existencia de una cadena empresarial con cierto impacto local, que a su vez implica un efecto favorable sobre el desarrollo local. Sin embargo, este tipo de encadenamientos con cierto éxito empresarial suelen desempeñarse en contextos atrasados y pobres, con lo que además de acrecentar la diferencia socioeconómica de la población residente, se genera una pérdida en el capital social preexistente. Este caso es una constante para la actividad turística, toda vez que se han generado desarrollos turísticos y éstos no han reflejado un desarrollo consistente en las localidades, ni un incremento significativo de empleos.

Comentarios
En consecuencia, es posible inferir que el turismo no puede entenderse aislado del resto del desarrollo de las actividades locales, de hacerlo es probable que el resultado se conforme de un rápido deterioro de los recursos naturales, una mayor disparidad en la distribución del ingreso, apatía de la población ante proyectos comunales, destrucción de capital social y, por ende, un empeoramiento de las condiciones reales para el desarrollo socioeconómico local.
Además, aventurar políticas estatales en nombre del desarrollo socioeconómico local, sin hacer partícipe a la población originará, como mejor resultado, un incremento del ingreso para líderes y autoridades del territorio; eliminando así el interés por participar en la población para la toma de decisiones, destruyendo el capital social acumulado hasta el momento y reduciendo las posibilidades reales de desarrollo socioeconómico de largo plazo.

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*Profesor e Investigador Asociado “C” y Coordinador de la Maestría en Gestión Pública de la Sustentabilidad en la Facultad de Economía Vasco de Quiroga de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
1 Comunidades indígenas, inmigrantes, desempleados, población en condiciones de pobreza, entre otros.
2 La existencia de capital social permite sumar aceptación ante proyectos productivos, toda vez que la población comprenda el impacto de corto y largo plazo de la misma. Por tanto, resulta importante hacer partícipe a la población de las actividades productivas generadas a través de inversión privada, ya que los recursos explotados suelen ser propiedad de la misma.
3 El capital social se manifiesta en el marco del proceso de participación ciudadana en la toma de decisiones; esta participación permite asegurar el sentido popular de las políticas públicas en la inversión y la dotación de bienes y servicios públicos, en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades legítimamente establecidas como populares.
4 Bajo el enfoque de una suma de intereses y encadenamientos productivos; aunado esto a un incremento del valor agregado.
5 Mientras mejores sean las condiciones de vida de los comunes, se presentará un mayor nivel de aceptabilidad frente a las instituciones. De esta forma, la población en condiciones de pobreza manifestará un menor grado de confiabilidad para las mismas (Durtson 2002: 78).
6 Es proceso iniciado e implementado por los actores locales, que procura aprovechar los recursos propios para fortalecer el entramado socioinstitucional y el sistema económico productivo, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes de una localidad (Constanza 2006: 23).
7 Eran los inversionistas privados y, en pocos casos, los estados los obligados a darle vida y dinamismo a la actividad.
8 El turismo no debe ser concebido como una parte inherente al desarrollo local; es posible desarrollar infraestructura turística, excluyendo la participación de la población, con efectos a corto y largo plazo nulos para las condiciones reales de desarrollo socioeconómico. Pese a esto, la actividad turística puede concebirse como un elemento del desarrollo local, solo en el caso de que la planeación, proyección y administración de la actividad corresponda a la propia comunidad; ergo, los objetivos y resultados de la misma serán determinados por la misma.
9 Un enfoque sistémico del desarrollo local implica la evaluación de los procesos dinámicos y las condiciones sociales progresivas, mientras que un enfoque productivista es asumido como una estrategia coyuntural, que se establece como parte de una política de planeación y no depende de la forma en que se trata la problemática local, es entendido como el resultado de mejoras de la infraestructura y de los servicios locales; aún cuando no llega a generar ningún tipo de desarrollo local, e incluso de desarrollo turístico (Solari y Pérez 2005: 4).

Recibido: 04/12/2019 Aceptado: 20/03/2020 Publicado: Marzo de 2020

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