Idalmis Vargas Tamayo*
Yordanis Torres Batista**
Mariolis Rodríguez Cabrera***
Universidad de Moa, Cuba
Email: ivargas@ismm.edu.cu
Resumen
El desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología que opera en los procesos de las entidades de la producción ha condicionado en el decurso del tiempo, cambios tecnológicos los cuales inciden directamente en la calidad de los procesos de la gestión de los recursos humanos.
Esta dinámica de cambios hace que las funciones de los cargos de dirección de las diferentes entidades sufran modificaciones y perfeccionamientos, acorde con lo actualizado en las tecnologías que operan en el sector empresarial actual.
Dentro de las funciones de los cargos de dirección de las empresas del níquel deben de reflejarse las funciones generales, las funcionales y las específicas, las que tienen como encargo social de garantizar la implementación de los documentos rectores de la organización, los contenidos y desempeños, así como las obligaciones y derechos durante su permanencia en los puestos donde laboran.
Por tal razón con este trabajo se identifica como problema la necesidad de conocer el impacto que han ocasionado los cambios tecnológicos operados en el sector productivo (empresas) en la competencia comunicativa de los directivos y valorar la repercusión que ha tenido el cambio tecnológico que opera en las entidades productivas del territorio, en el desarrollo de la competencia comunicativa de los directivos.
Palabras claves: Impacto, cambio, competencia, productivas
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Idalmis Vargas Tamayo, Yordanis Torres Batista y Mariolis Rodríguez Cabrera (2019): "El cambio tecnológico en las entidades productivas y su impacto en el desarrollo de la competencia comunicativa de los directivos", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/oel/2019/10/competencia-comunicativa-directivos.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/oel1910competencia-comunicativa-directivos
Introducción
Las condiciones históricas – concretas en que vive el mundo contemporáneo están marcadas por la dinámica de complejos procesos de cambios, transformaciones o reajustes sociales, sobre todo en el marco económico y político. Toda esta situación, unida al desarrollo que han tenido en los últimos tiempos algunas de las ciencias como la psicología, la sociología, la medicina, entre otras; provoca que cada vez ocupe un plano más relevante la reflexión sobre los problemas del hombre y las mejores vías para su solución y desarrollo pleno.
Este tema nos permite valorar la repercusión que ha tenido el cambio tecnológico que opera en las entidades productivas del territorio, en el desarrollo de la competencia comunicativa de los directivos yse pretende contribuir a la formación de un pensamiento integrador, a partir de la comprensión del carácter complejo y contradictorio de la ciencia como fenómeno social y la manifestación de dicho carácter en las relaciones ciencia- tecnología – producción, que permita demostrar el papel que juega la técnica en la solución de los problemas sociales relacionados con nuestro ámbito de actuación profesional.
Los nexos que existen entre ciencia – técnica – tecnología – producción se han visto en un creciente fortalecimiento a partir de la primera mitad del siglo XX, ejemplo: el desarrollo de la energía nuclear, la electrónica, de las comunicaciones, de la mecánica, la introducción de la computación y otros más; son prueba irrefutable de los fuertes vínculos entre ciencia – técnica – tecnología y producción. De ahí que resulte interesante, antes de abordar el problema en cuestión, detenerse a reflexionar sobre las categorías ciencia, técnica y tecnología para posteriormente valorar como se relacionan con la categoría producción.
Núñez, (1999) muestra una caracterización en torno a la concepción de ciencia. Considera que la ciencia se caracteriza por:
Por otra parte, este autor asegura que la ciencia no es obra de Robinson Crusoe, sino una actividad profesional institucionalizada que supone educación prolongada, internacionalización de valores, desarrollo de estilos de pensamiento y actuación. La ciencia es toda cultura y así debe ser estudiada.
Bernal, (1954) expuso que la ciencia debe ser atendida como: “institución, método, tradición acumulativa de conocimiento, factor principal en el mantenimiento y desarrollo de la producción y una de las influencias más poderosas en la conformación de las opiniones respecto al universo y el hombre”
Krober, (1986) resume que “entendemos la ciencia no solo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc.; sino también simultáneamente como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad”
Haciendo una breve valoración de cada uno de estos conceptos y enfoques, se asume el criterio de que la ciencia es una actividad profesional dirigida a la adquisición de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento; que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y cultura. Constituye el saber humano.
En tal sentido se considera pertinente realizar un breve análisis en torno a la concepción de técnica y tecnología.
Núñez, (1999) considera que hay un par de imágenes de la tecnología que limitan su comprensión, la imagen intelectualista y la artefactual. En la primera la tecnología se entiende como ciencia aplicada: la tecnología es un conocimiento práctico que se deriva directamente de la ciencia, entendida esta como conocimiento teórico. La imagen artefactual o instrumentalista aprecia las tecnologías como simples herramientas o artefactos. Como tales están a disposición de todos.
La ciencia se encarga de la exploración de lo posible mientras queda pendiente derivar lo real de lo posible por medio de la selección de la variante óptima. Esa es la tarea de la tecnología: la búsqueda sistemática de lo óptimo dentro de un campo de posibilidades. La tecnología son complejos técnicos promovidos por las necesidades de organización de la producción industrial, que promueven a su vez el desarrollo de la ciencia.
Según Price (1980) definiremos la tecnología como “aquella investigación cuyo producto social (principal) es, no un artículo sino una máquina, un medicamento, un producto o un proceso de algún tipo.”
Para Quintanilla, (1991) los términos de técnica y tecnología son ambiguos. Esta autor considera que en castellano se pueden usar como sinónimos, valora que “... se tiende a reservar el término de tecnología para las técnicas industriales vinculadas al conocimiento científico... los filósofos historiadores y sociólogos de la técnica se refieren con uno u otro término tanto a los artefactos que son un producto de una técnica o tecnología como a los procesos o sistemas de acciones que dan lugar a esos productos, y sobre todo a los conocimientos sistematizados (en el caso de las tecnologías) o no sistematizados (en el caso de muchas técnicas artesanales) en el que se basan las relaciones técnicas.”
Según un colectivo de autores del CITMA, la tecnología “es un término general que se aplica al proceso a través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y comprensión del entorno material... es el estudio de la ciencia de los oficios.”
Analizando cada una de estas concepciones, se infiere que la técnica constituye los medios (instrumentos, equipos, máquinas, herramientas, etc.) que emplea el hombre como ser social para satisfacer sus necesidades; representa el hacer.
De todos los criterios y enfoques, se está de acuerdo con la posición adoptada por Núñez, (1999) pero discrepamos con Quintanilla, (1991) al referirse a la técnica y a la tecnología que se pueden considerar como sinónimos, por tanto se es del criterio que la tecnología (desde el punto de vista artefactual) es un sistema de pasos o procedimientos que se ejecutan con equipos, máquinas, herramientas u otros instrumentos o medios necesarios (técnica), regidos por leyes, modelos teóricos, tendencias, principios, categorías, etc.; establecidos por una determinada ciencia; dirigidos a solucionar problemas dados en la esfera social. Es la fusión de la ciencia y la técnica. Constituye el saber hacer.
En sentido general la ciencia le aporta a la técnica el saber, o sea el conocimiento, en tanto la técnica define los instrumentos, medios, equipos, recursos necesarios para aplicar este conocimiento, mientras que la tecnología aporta el método a la ciencia y a la técnica, o sea, como hacer para aplicar el conocimiento dado por la ciencia. En la medida que se desarrolla la sociedad la tecnología impone a la ciencia la búsqueda de nuevos conocimientos y se reinicia el ciclo nuevamente.
A partir de los reflexionado hasta el momento es imprescindible dirigir el análisis a la relación entre ciencia-técnica-tecnología-producción. Sin embargo ¿qué es la producción?
La producción según Adreiv, (1982) “puede interpretarse como un elemento derivatorio del desarrollo de la ciencia y la técnica y a su vez en el desarrollo de la sociedad y el volumen de producción de un artículo en un año puede satisfacer las necesidades del hombre de hoy, pero mañana dado al crecimiento social no, esto coloca a la producción por debajo de la demanda y es entonces que esta impone a la ciencia la búsqueda de una nueva tecnología que establezca un equilibrio oferta-demanda”
La necesidad que tiene la sociedad de lograr el equilibrio oferta-demanda hace que se condicionen los cambios tecnológicos.
El cambio según diccionario ilustrado “es la acción de cambiar, dar o poner (una cosa por otra)...mudar, variar, alterar.”
A partir de los enfoques analizados de tecnología y de nuestra concepción asumida, se es del criterio que el cambio tecnológico (desde una perspectiva artefactual) es un proceso de modificación, adaptación, variación y perfeccionamiento de métodos, máquinas, instrumentos u otros medios que rigen el comportamiento de una ciencia, con el fin de elevar la eficiencia y calidad de la producción y dar respuesta a las necesidades de la sociedad con el objetivo de lograr el equilibrio oferta-demanda.
Según Núñez, (1999) el cambio tecnológico se caracteriza por:
Teniendo en cuenta las características abordadas por Núñez, (1999) para el sector de la producción y los servicios de nuestro territorio, se han evidenciado a través del decurso del tiempo, cambios tecnológicos.
En la primera etapa denominada “tecnología manual” las máquinas herramientas (tornos, fresadoras, taladradoras, rectificadoras y otras) eran de mandos manuales, conllevando a que los operarios, debido a la exactitud y complejidad; tuvieran que tener una alta calificación. Por otra parte, las herramientas de corte eran fabricadas por la norma GOST, la calidad de las producciones no satisfacía plenamente las necesidades sociales y había un elevado costo de producción.
Ante esta situación y siendo consecuentes con la dialéctica entre CIENCIA – TÉCNICA – TECNOLOGÍA - PRODUCCIÓN, en una segunda etapa denominada “tecnología semiautomática” se introducen máquinas herramientas semiautomáticas, logrando acelerar la productividad, una mejor calidad de las producciones, se siguen empleando herramientas por norma GOST, se introducen dispositivos especiales para el montaje y desmontaje de la maquinaria industrial, logrando mayor eficiencia en el trabajo y las producciones obtenidas mejoraron parcialmente, evidenciándose en esta etapa una disminución del costo de producción.
Finalmente, en una tercera etapa (nuestra actualidad) denominada “tecnología automatizada” se evidencia un salto cualitativo en el desarrollo científico – tecnológico de la maquinaria industrial, con la introducción del sistema por Control Numérico Computarizado (CNC) y por coordenadas. Esto ha provocado como impacto una mayor racionalización del diseño de componentes, reduciendo al mínimo la necesidad de accesorios en la etapa del montaje, un mayor incremento de la vida útil de las máquinas, reducción de los desechos y fácil montaje de las máquinas herramientas. Con ello se logra una mayor calidad en las producciones, menor costo de producción y ahorro de tiempo de trabajo; logrando un mayor nivel de satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la sociedad.
Como puede apreciarse, en este análisis se evidencia sin lugar a dudas la relación existente entre las categorías objeto de análisis y reflexión cienciológica y como en la medida en que el mundo se desarrolla, se hacen cada vez más crecientes las necesidades de la sociedad, provocando un mayor desarrollo de las tecnologías.
Ahora bien, este cambio tecnológico es condicionado por el eje central de desarrollo de la producción que se denomina el modo de producción, es por ello que resulta interesante efectuar una valoración en torno a esta importante categoría económica para nuestro contexto social.
Marx y Engels, (1979) destacan que “para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más. El primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción, es decir, la producción de la vida material misma, y no cabe duda de que es éste un hecho histórico, una condición de toda historia, que lo mismo hoy, que hace miles de años, necesita cumplirse todos los días y a todas horas, simplemente para asegurar la vida de los hombres...”
Para Carlos Marx, (1973) “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia...”
Por otra parte infiere que “...en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que se corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales...al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De las formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social...”
De los análisis realizados por los clásicos del marxismo, queda claro que el modo de producción está históricamente determinado por las relaciones dialécticas que se dan entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Según Carlos Marx, (1973) “el hambre es el hambre, pero el hambre que se satisface con la carne cocida, comida con tenedor y cuchillo, es un hambre distinta de la del que come la carne cruda sirviéndose de las manos, las uñas y los dientes.” En la cita planteada por Marx, se infiere que la producción de objetos materiales se presenta como el fundamento del consumo, y en esa misma producción está caracterizada por la naturaleza de las fuerzas productoras; sin embargo ¿qué son las fuerzas productivas?
Para Maurice Godelier citado por Núñez (1999) expone que las fuerzas productivas “son las fuerzas de que se vale la sociedad para influir en la naturaleza y transformarla”
Por tanto, su esencia radica en que las fuerzas productivas de una sociedad son:
La forma en que dialécticamente se representa, se infiere que el progreso de las fuerzas productivas significa el desarrollo de los medios de producción y en consonancia con ello del propio hombre, de su preparación cultural y científico – tecnológica. El perfeccionamiento de los instrumentos y medios de trabajo existentes y la creación de otros nuevos más productivos, o sea, de una tecnología nueva, son el eje del desarrollo de la producción social.
Sin embargo, la vida material y el sistema económico de una sociedad no dependen solo de las fuerzas productivas ni son solamente el efecto de un proceso técnico, de una relación entre el hombre y la naturaleza, sino que al mismo tiempo son un proceso social y un conjunto de relaciones de los hombres entre sí y en la producción. Es por ello que la producción no es solamente el efecto de las relaciones técnicas, sino, al mismo tiempo, de las relaciones sociales.
Desarrollo
Los cambios en los contenidos ocupacionales y en las formas de organización del trabajo empresarial; así como las nuevas exigencias en el desempeño competente de los directivos, han delatado la necesidad de renovar la dirección empresarial. La tradicional diferenciación entre quien hace y quien decide se diluye en las nuevas formas de organización de equipos de trabajo funcionales y en la disminución de los niveles intermedios, típica de las estrategias de simplificación estructural desarrollada en el MINEM. Estas transformaciones repercuten sobre la figura del directivo, quien debe reflexionar sobre su eficacia directiva a la luz de los nuevos desafíos e identificar las zonas de interés para el mejoramiento de su gestión, de manera que pueda redimensionar la vía autodidacta que ha venido utilizando para mejorar la comunicación directiva.
Constituye una preocupación la búsqueda de soluciones a la necesaria urgencia de modernizar la dirección de los escenarios productivos y de servicios. Ello se enmarca en la preocupación por lograr métodos y estilos de dirección, cuya esencia sea la utilización efectiva de la comunicación en las diferentes situaciones y contextos a los que se enfrentan los directivos, lo que demanda del diálogo, la horizontalidad, la discusión, el debate, la reflexión, la persuasión y la demostración con un carácter personológico.
La comunicación eficaz es un factor dinamizador de los procesos de dirección. Constituye la fuente, la condición, modo e importante estímulo en el proceso de dirección de personas que trabajan en grupos organizados y con metas comunes.
Partiendo de los resultados obtenidos de los instrumentos aplicados se infiere, que los criterios emitidos conducen a reconocer una necesaria tendencia a la solución de un problema relacionado con la comunicación, pero que se enmarca, dentro de las áreas básicas que integran la competencia comunicativa.
Es la competencia comunicativa un elemento dinamizador en la interacción que se produce entre los factores que inciden en la calidad del proceso de dirección de la empresa, que se constituye en un proceso de comunicación por excelencia.
Elevar la calidad del proceso de dirección en el contexto empresarial, es esencial y, ello no es posible de perfeccionar si no se mejoran la motivación, la empatía, las vivencias afectivas, las interacciones, las cualidades de los procesos comunicativos y los elementos metacognitivos.
Esta compleja tarea eleva de modo particular la necesidad de dotar a los directivos de una preparación sólida y eficiente que les permita resultar competentes, comprender y asumir los cambios que tienen lugar en el mundo actual.
La persona que dirige en cualquier centro laboral y no posea o haya desarrollado habilidades psicosociales de liderazgo, de trabajo en equipo, de manejo y resolución de conflictos y comunicativas, en correspondencia con la actividad que realiza, le será muy difícil, dirigir un proceso productivo o de los servicios, delegar autoridad, ser creativo e innovador, compartir información y conocimientos, participar en el establecimiento de objetivos y alcanzar metas comunes, concebir y desarrollar una reunión, expresarse con claridad oralmente y por escrito en situaciones formales e informales, convencer y escuchar a los demás y motivar hacia el cambio necesario, por lo tanto es preciso desarrollar acciones que permitan el desarrollo de estas habilidades.
Para todos los miembros de una empresa, la preparación para la comunicación constituye un elemento de vital importancia, en el propósito de encausar la institución hacia el logro de sus objetivos a través de la búsqueda y utilización de nuevas formas de actuar; especial importancia se concede al papel del dirigente como centro y elemento articulador y aglutinador del proceso.
Teniendo en cuenta que los directivos son uno de los pilares fundamentales para enfrentar los nuevos retos de la recuperación económica nacional, se hace necesario en ellos pleno dominio de las particularidades y mecanismos que distinguen a la comunicación como un proceso social. La autora es del criterio de que la comunicación se ha convertido en uno de los ejes centrales de una organización, ya que por medio de ella existe una mejor relación comunicativa entre los trabajadores, entre estos y su directivo, y que se refleja en el trato con los clientes.
A través de estudios realizados mediante la observación e intercambio con directivos y subordinados se pudo constatar que existen dificultades en cuanto a la preparación de los directivos para la comunicación, tales como:
Lo anteriormente abordado permitió encontrar una situación problemática la cual se expresa en la contradicción existente entre las limitaciones que evidencian los directivos del contexto empresarial relacionada con la comunicación para la conducción del proceso productivo y de servicios y las exigencias que establece el nuevo modelo económico cubano al contexto empresarial
La formación y superación de los directores de las Empresas carecía de una concepción coherente que diera respuesta a las necesidades reales de superación de los recursos humanos.
Los últimos años de la década de los 90 y principios del 2000, estuvieron condicionados por dos factores de importancia capital, que influyeron en las empresas cubanas marcadamente por la profundización del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas; y las medidas para afrontar las condiciones económicas creadas por el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el imperialismo norteamericano.
Lo anterior demandaba la preparación de cuadros, capaces de conducir un proceso productivo cada vez más democrático, a tono con las exigencias que plantea el recrudecimiento de la lucha ideológica con el poderoso vecino del norte, que demanda de estilos participativos y de diálogo, donde la comunicación y el perfeccionamiento de la misma alcanza ribetes estratégicos.
En la dirección empresarial predominaba una comunicación verticalista que no promovía la real participación de los subordinados en la toma de decisiones, es decir, existía una estructura rígida de dirección. Es importante señalar que en este período la preparación para la comunicación no constituía una preocupación principal.
Las profundas afectaciones económicas que se produjeron en Cuba con la desaparición del socialismo en Europa del Este, la desintegración de la URSS, el impulso a la globalización neoliberal del capitalismo mundial en la década del 90, y la intensificación del bloqueo económico, hicieron necesario aplicar un conjunto de transformaciones económicas para frenar la caída de la economía nacional y comenzar un proceso de recuperación, que basado en los resultados y en condiciones de eficiencia económica y competitividad facilitara la reinserción de Cuba en la economía mundial, manteniendo la esencia de la economía socialista.
Bajo estas condiciones se lleva a cabo el proceso de formación de un nuevo modelo económico socialista, la eficiencia asume un rol protagónico, ello implica la necesidad de lograr organizaciones económicas caracterizadas por su competitividad y flexibilidad. Estos imperativos, a su vez, demandan el perfeccionamiento empresarial y la transformación de los directivos en una nueva dimensión de actores principales y agentes de cambios necesarios.
Lo anterior, de conjunto con la implementación de principios, normas, procedimientos y acciones de carácter técnico-administrativo, económico y político ideológico permiten la gestión eficiente de la empresa estatal socialista, sobre la base de otorgarle facultades administrativas y lograr la creatividad y la responsabilidad de todos en interés de la organización y de la sociedad. En este sentido el directivo comienza a jugar un rol decisivo para llevar a cabo la tarea.
En sentido general, el tratamiento a los principios del enfoque comunicativo para la dirección del proceso es extremadamente importante, por cuanto su incumplimiento o una inadecuada utilización, compromete seriamente la consecución de su objetivo esencial: La competencia comunicativa.
En el contexto actual, donde Cuba se encuentra en un proceso de reordenamiento de su economía, se impone que el directivo sea un comunicador competente. Concebir explícitamente la preparación del director empresarial como comunicador competente, se refiere a la necesidad de promover en la empresa como espacios y coloquios atractivos para el ejercicio de la opinión, la discrepancia, la discusión, la crítica, la reflexión individual y colectiva, pero también para el intercambio y el acuerdo, donde se aprenda a escuchar y respetar los criterios de los otros, es decir, formar una cultura del diálogo y de la racional tolerancia que permita el éxito del encargo social de la entidad.
En medio de los cambios que ha sugerido el perfeccionamiento empresarial se evidencian las tendencias para caracterizar la dirección empresarial como:
Al analizar los resultados, se determinó que este problema está condicionado por las siguientes CAUSAS:
Efectuando un análisis de cada una de las causales que condicionan el problema social abordado, se decidió accionar como una de las posibles vías de solución a la contradicción planteada en las causas anteriores, o sea en cómo lograr que los directivos de las empresas, desarrollen la competencia comunicativa, en correspondencia con el cambio tecnológico que opera en el sector empresarial y las exigencias planteadas en el ciclo de dirección que establece el perfeccionamiento empresarial.
A modo de conclusiones de las valoraciones realizadas se pueden plantear:
Culminado este proceso de investigación, se hacen las siguientes recomendaciones:
Instrumentar de manera experimental la metodología que se propone que permita perfeccionarla y generalizar su aplicabilidad a otras empresas del MINEM.
Darle continuidad a la investigación para perfeccionar la metodología, con énfasis en el trabajo que se lleva a cabo en el contexto empresarial a partir de la implementación del nuevo modelo económico cubano, y de esta forma ampliar el alcance de la misma.
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