José Eusebio Chirino Camacho*
Centro de Servicios Ambientales del CITMA en Sancti Spíritus. Cuba
Email: mbermudez@yag.co.cu
The presence of a ceramic with characteristics different from that found in the central area of Cuba, in the aboriginal archaeological site Playa Carbó of the province of Sancti Spíritus (Municipality of Yaguajay), caused us to carry out a particularized study of it and make comparisons with sites type of Taino culture in Cuba and Santo Domingo (Laguna de Limones de Maisí, The convent in Cienfuegos in Cuba, and the Meillac and Carrier sites in the Dominican Republic), based on the studies conducted by Dr. José M. Guarch ( 1972) and whose work is referred to in the article.
The research, whose sample consists of 249 fragments (until now no complete artifacts have appeared), yields important data that situates this industry of the site under study, as a representative of the Taino Culture in the center of the Cuban archipelago, which, according to the hypotheses that are used by the author in the investigation could be a group that, coming from the Bahamas, began to populate the territory.
When evaluating it, we realize that we are facing a ceramic of a superior quality in its manufacture, taking into account the design, its conceptual and procedural modes. In order to take advantage of the space in the scientific arguments, an image is placed on the cover and a comparison diagram of the types of ceramic artifacts from the reference site and the models established for Cuba by Guarch.
Key words: Acuminado, ceramio, caliche, cuencos.
RESUMEN
La presencia de una cerámica con características diferentes a la encontrada en la zona central de Cuba, en el sitio arqueológico aborigen Playa Carbó de la provincia de Sancti Spíritus (Municipio Yaguajay), provocó que realizáramos un estudio particularizado de la misma e hiciéramos comparaciones con sitios tipo de la cultura Taína en Cuba y Santo Domingo (Laguna de Limones de Maisí, El convento en Cienfuegos en Cuba, y los sitios Meillac y Carrier en República Dominicana), tomando como base los estudios realizados por el Dr. José M. Guarch (1972) y a cuya obra se hace referencia en el artículo. La investigación, cuya muestra consta de 249 fragmentos (hasta el momento no han aparecido artefactos completos), arroja importantes datos que, sitúan esta industria del sitio objeto de estudio, como un representante de la Cultura Taína en el centro del archipiélago cubano que, según las hipótesis que se esgrimen por al autor en la investigación pudo ser un grupo que, procedente de Bahamas, comenzara a poblar el territorio. Al valorarlo nos damos cuenta de que estamos ante una cerámica de una calidad superior en su confección atendiendo al diseño, sus modos conceptuales y de procedimiento. Con el fin de aprovechar el espacio en los argumentos científicos se sitúa una imagen en la portada y un diagrama de comparación de los tipos de artefactos cerámicos del sitio de referencia y los modelos establecidos para Cuba por Guarch.
Palabras claves: Acuminado, ceramio, caliche, cuencos.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
José Eusebio Chirino Camacho (2019): "Cerámica taína del sitio arqueológico Playa Carbó, Yaguajay, Cuba. Actividad económica, arte y calidad", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/oel/2019/10/ceramica-taina-cuba.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/oel1910ceramica-taina-cuba
Luego de llevar adelante un amplio trabajo de recogida de material arqueológico o muestra de estudio, de lo que debió ser una gran comunidad de aborígenes, que se extendió a lo largo de más de 825m., de a lo largo de la costa y 25 m., de ancho como promedio hacia dentro del mar, en la costa de la Ensenada de Yaguajay (llamada actualmente Playa Carbó) a 5Km. Al Norte de la ciudad de Yaguajay, cabecera del municipio de igual nombre, que ocupa todo el norte de la actual provincia de Sancti Spíritus, nos dimos a la tarea de realizar un estudio caracterizando los fragmentos de utensilios de la cerámica recolectada allí, con el fin de determinar el grado de desarrollo alcanzado en esa industria por parte de aquella población. Por otra parte, conocer las influencias o analogías y diferencias que pudieran existir a partir de la comparación con “Sitios Tipo” de comunidades ceramistas de Cuba y las Antillas, en los procedimientos, diseños, modos conceptuales y decoraciones del material colectado.
Es importante destacar que, si bien el territorio del actual municipio de Yaguajay, fue densamente poblado por comunidades preceramistas (más de 70 sitios), sólo han aparecido dos sitios de habitación en el territorio, representativos de la cultura ceramista; ambos, muy ricos en material arqueológico (conocemos y poseemos algunas evidencias de un sitio con parecidas características en la zona de Pedro Julio al Sur del municipio, pero por su poca magnitud, no ha sido estudiado con detenimiento, por cuanto creemos además que pudiera ser un sitio ocasional surgido después de la conquista), lo son: Playa Carbó y Júcaro II, este último a solo 3.5 Km. al S-W del primero, en tierra firme.
El primero, objeto de nuestro estudio, se desarrolló en la costa, sobre las aguas (palafito), con una antigüedad según muestras de C-14, tomadas de la dieta de concha de 1564±82 AP¹; mientras que el segundo (no fechado) debió constituir una aldea de bohíos y caneyes, en una elevación que le permitió un dominio visual de toda la costa.
Atraídos por las excelentes condiciones físico-geográficas del territorio -¿Y por qué no?- por una población Ciboney o no ceramista, numerosa, debieron llegar hasta aquí estos hombres que, por los resultados de tales muestras pudieron haber vivido en el paraje, alrededor de 386 años AC y 8 siglos antes de la llegada de los españoles. Su llegada al territorio, según nuestros criterios basados en fechados y las diferencias tecnotipológicas debió producirse, muchos años antes de los pobladores de Júcaro II que como hemos dicho para el pueblo de Carbó, este debió llegar desde Bahamas y el Júcaro II por la propia población interna de Cuba.
Teniendo en cuenta la importancia que reviste para el territorio el estudio particularizado de la cerámica de estos sitios y en especial Playa Carbó, es que nos propusimos realizar esta investigación. Es obligatorio destacar en el contexto del trabajo, la enorme riqueza arqueológica que se observa en este sitio, la que se sustenta en un ajuar lítico que va, desde la ordinaria y la bien perfeccionada hacha petaloide, hasta diferentes y bien concluidas herramientas y figuras exentas, con características antropomorfas; una desarrollada industria de la concha, representada por infinidad de gubias y otros artefactos, como colgantes para adorno personal y ritual, con una esmerada decoración y acabado. “Evidentemente, la cerámica, junto al tejido de artefactos para la siembra, la carga, esterillas etc., (creados por el aborigen) marcó un salto económico en estas comunidades”. (Chirino, 2010)
Ejemplo de ello es la Guaiza de Playa Carbó, artefacto de concha decorado, que ha sido objeto de otro trabajo particularizado del autor. La presencia de artefactos de madera, cuyo uso ha sido bien representado. El arte de la cestería, que aparece representado en las improntas que quedaron durante el secado de la propia cerámica etc., constituyen muestra de tal riqueza material. Aun, se encuentran allí, bajo el agua los horcones de las barbacoas donde residieron, cuya mejor identificación es que, cuando se comparan los cortes de las puntas enterradas, el único artefacto que cabe, es el filo de las hachas petaloides.
¹Fechado realizado recientemente con el laboratorio de C-14 del INAH de México (José Chirino Camacho y María Magdalena de los Ríos Paredes (se toma el Presente el año de 1950)
Hasta el momento el autor, ha podido contar en los días de mucha calma, alrededor de doce casas comunales, lo que muestra la presencia de una gran población si tenemos en cuenta su vida en colectivo.
Partiendo de estos análisis y teniendo en cuenta que, es este el primer trabajo que saldrá a la luz pública sobre tan importante sitio, creímos oportuno no brindar conclusiones definitivas, sino provisionales; el estudio completo, está por realizar, la investigación que presentamos, es solo el comienzo.
El SITIO PLAYA CARBÓ
Como explicamos anteriormente la playa es un porción de la Ensenada Yaguajay, la que forma parte de una estrecha llanura litoral ubicada en la costa norte central de Cuba la que, de acuerdo con la regionalización físico geográfica de Mateo y Acevedo (1989) forma parte a su vez de la Llanura Costera Yaguajay-Corralillo. Sobre el paraje se dice en el libro: El Estudio Geográfico Integral del Municipio Yaguajay, norte de la provincia de Sancti Spíritus, Cuba (Chirino et al: 1996) “En el litoral N, al W, centro y E, ocurren procesos lacuno-palustres con depósitos de manglar y se observan procesos acumulativos moderados, al centro, llega hasta el litoral, donde aparece una serie denudativa abrasiva. La morfoestructura de esta, con predominio de ascensos neotetónicos débiles ¿...? tiene una franja estrecha hacia el W con un relieve fluvio marino de llanuras y terrazas deltaicas”. La descripción anterior explica como se usó la lógica de asentamiento en el lugar por el aborigen. Se ubica en las coordenadas geográficas 79°, 15'7,56684" de Longitud Oeste y los 22°, 22' y 28,29144", de Latitud Norte a 5Km. Al Norte de la ciudad de Yaguajay, cabecera del municipio del mismo nombre, en la Provincia de Sancti Spíritus, Cuba.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Para la elaboración de esta obra, que parte, no de un trabajo de campo ordenado, sino de la recolección arbitraria de fragmentos en la superficie, los que fueron lanzados por las olas del mar hacia la playa (en el caso de Playa Carbó), porque este Residuario se encuentra bajo las aguas de la Bahía de Buena Vista (que alcanza más relevancia porque la zona forma parte de la Reserva de la Biosfera Buenavista, declarada por la UNESCO), lo que indica la existencia allí, de un palafito en la etapa aborigen de nuestra historia. Hemos tenido en cuenta en el proceso de recolección en superficie, enmarcar topográficamente el área, lo que nos ha permitido, luego de una amplia prospección dentro y fuera del agua, definir las dimensiones de lo que fuera, esta comunidad: 825 m a lo largo de la costa y unos 25 m hacia dentro del mar, lo que nos da una extensión de 20625m² aproximadamente.
La muestra, no es todo el material colectado, sino, piezas recogidas pacientemente, con el fin de que sean representativas. Se utilizan como material de análisis o estudio para este trabajo, 249 fragmentos.
Antes del análisis casuístico detallado, se realizó una ardua tarea de dibujo, a lápiz, por parte del autor, de un grupo de 67 piezas que a nuestro juicio, muestran hasta el presente, el universo de la decoración y los diversos artefactos, así como los diferentes diseños de esta muestra (que constituyen, luego de una terminación del dibujo ilustrativo creado por el MSc. Ángel Miguel Martínez Gómez a quien damos todos los agradecimientos por esta ingente labor (los que por su cantidad se espera publicar en un libro entre ambos), con el objetivo de brindar mayor información visual en este sentido.
Se hizo una revisión de toda la bibliografía especializada a nuestro alcance, y se realizaron consultas, con el fin de lograr una buena preparación sobre el tema, utilizándose experiencias aplicadas con buenos resultados por otros autores, lo que se esclarece en cada cita.
En el caso específico y particular de la muestra, se analizó:
-Los tipos de artefactos, el tratamiento de la pasta, tratamiento de la superficie, las decoraciones, la cocción, los bordes, las asas, el color, etc., y se realizaron comparaciones con otros sitios estudiados como ya se expuso anteriormente, para poder llegar a conclusiones particulares sobre el sitio objeto de nuestro estudio. Se realizaron además, muestreos en microscopio, para valorar la granulometría y el tipo de temperante y se exploró aquellos terrenos que, pudieran ser fuente de materia prima para la industria ceramista de este sitio.
El sitio, fue descubierto el 18 de abril de 1982, cuando el Grupo Espeleológico Caguanes, —del que el autor era Presidente— se encontraba desarrollando una expedición por Los Cayos de Piedra y atracamos la embarcación al muelle de Carbó para recoger a algunos compañeros. Con el fin de amortiguar la espera, nos dispusimos a caminar por la costa y para asombro nuestro, comenzamos a encontrar gran cantidad de fragmentos de cerámica, material lítico y de concha de lo que al parecer era un nuevo sitio arqueológico. De esa forma aparecía ante nosotros la primera comunidad agroalfarera del territorio y que, al mismo tiempo constituía el primer descubrimiento de ese tipo en la costa norte central del país (no en laguna, sino dentro del mar).
En la medida en que fue pasando el tiempo, diferentes expediciones, nos fueron permitiendo obtener más evidencias y recolectar diferentes piezas, así como llegar a la conclusión de que nos encontrábamos ante un enorme palafito, cuyo residuario se encontraba, en su mayoría, bajo las aguas. Los vientos del norte, en invierno, con sus fuertes marejadas, sacaban a la costa aquellos restos de lo que fuera una aldea Taína. Su perfecta ubicación para recibir las brisas del Este que nos azotan durante nueve meses del año y los nortes, les daban posibilidades para que los efectos de las plagas de mosquitos no les afectaran tanto y por demás garantizaban una pesca segura, mientras, a menos de 1km, al sur, ya poseían tierras fértiles donde sembrar sus alimentos; el lugar era ideal.
La aparición de los fragmentos y otras piezas sacadas a la costa, explica lo arbitrario de la colecta, pues ya, ninguno de los fragmentos estaba en su lugar original. Somos del criterio de que procedían de residuos caídos de las barbacoas.
Por otra parte, al llevar a efecto un minucioso trabajo topográfico, se pudo comprobar que, desde la orilla misma y hasta 25m hacia dentro, existe, sobre el fondo, un inmenso residuario, que se extiende por toda la costa con la misma magnitud, por 825 m lineales. Por tanto, la mayoría de las piezas objetos de estudio, fueron encontradas luego de que el Atlántico se encargara de sacarlas.
Como expresamos en la introducción, somos del criterio de que, los fundadores de esta comunidad, debieron llegar al territorio, muchos siglos antes de los conquistadores demostrado así por la datación que poseemos; pensamos en una ruta, no a lo largo de las costas cubanas desde el Oriente, pues ello habría prohibido por lógica su llegada al territorio, si tenemos en cuenta la infinidad de locaciones con muy buenas y mejores características para su asentamiento, que existen en zonas antes de llegar a esta comarca, por lo que nuestra hipótesis, radica en la llegada de este grupo de modo directo desde el archipiélago de Bahamas, para lo cual consideramos, tres probabilidades lógicamente aceptables:
1-. Atraídos por una fuerte población preagroalfarera o con incipiente agricultura (comunidades con tradiciones Mesolíticas tardías), que habitaban la zona de gran riqueza natural y muy buenas condiciones para la agricultura, la pesca, la caza y la recolección y en especial la navegación y con los que debió existir una fácil comunicación por la vía marítima por la cercanía a Bahamas.
2.- Teniendo en cuenta el primer aspecto, más un movimiento demográfico lógico entre Las Bahamas y Cuba, que provocara el desprendimiento de grupos que se desplazaran hacia nuevos lugares de asentamiento.
3.- Las invasiones de Los Caribe a Las Bahamas (comprobado durante la conquista) que, de manera obligatoria provocara un desplazamiento a este paraje en la geografía cubana.
Veamos que dice Alfredo Figueredo sobre este asunto:
“Mientras que la distancia y profundidad de las aguas entre la Florida y Las Bahamas siempre fue grande, entre Cuba y Las Bahamas las cosas fueron diferentes. Hoy, el Canal Viejo de Bahamas entre Cayo Lobos (Bahamas) y Cayo Confites (Cuba) es nada más que de 14 millas náuticas. A pesar de su gran profundidad, hace apenas unos miles de años la distancia fue mucho menor. En la prehistoria de Las Bahamas, aún en el Banco Pequeño, la conexión con Cuba fue muy grande, desde la flora y la fauna hasta la colonización humana.” (Alfredo E. Figueredo: 2011pg.2)
Como ya hemos dicho en nuestro libro Arqueología Aborigen del Norte de la Provincia de Sancti Spíritus, Cuba (Chirino: 2009), pensamos que, de no producirse la conquista, paulatinamente se habría producido un crecimiento de nuevas poblaciones Taínas en el territorio y hacia el interior que, dada la calidad de sus suelos, las riquezas de su flora, fauna y ríos. La cercanía a Los Cayos de Piedra (colmados de una fuerte vegetación y fauna, más un enorme sistema cavernario de fácil acceso por ser horizontales y espaciosas) la geografía, brindaba muy buenas garantías para el desarrollo de estas comunidades y no así en las islas de Bahamas. La Presencia del ya estudiado sitio Los Buchillones mucho más tardío a solo 42Km., hacia el Este, de P. Carbó, es una muestra que corrobora nuestra hipótesis.
Tal y como se conoce que, el territorio fuera explorado por Pánfilo de Narváez en 1513, durante su invasión por toda la isla, no se ha precisado aun fecha ni realidad del posible encuentro de este pueblo con los conquistadores. Datos obtenidos del Archivo de Indias de Sevilla, por el autor, muestran que el nombre del actual municipio responde al nombre del Cacique de Yaguajay, encomendado en 1530 (Chirino: 2009), bien pudo ser este, el pueblo del mencionado cacique.
Teniendo en cuenta que nuestro trabajo está dirigido al estudio de la cerámica del sitio de referencia, pasamos pues, al análisis detallado sobre el asunto en cuestión.
Luego de un amplio y profundo estudio de la muestra de cerámica individual (tomando para ello la Nomenclatura (ceramógrafo) dada por J. M. Guarch para la formas de la cerámica (J. M. Guarch:1972) y llevando adelante cálculos de posibles dimensiones y morfología de cada uno de los fragmentos estudiados, pudimos comprobar que, 78 son ollas, que representen el 31% del total; 66 cuencos, o sea el 27%; 50 escudillas, el 20%; 40 botes, el 16%; 7 botellas, el 3%; 6 vasijas naviculares; el 2% y dos burenes, el 0.8% (téngase en cuenta que, el hecho mismo de no existir piezas completas, puede dar origen a un margen de imprecisión en este tipo de análisis, aunque trabajamos las formas con sumo cuidado, para que estos fueran los mínimos). El método utilizado para la confección fue, en todos los casos, el acordelado, que se aprecia en la mayoría de los fragmentos donde se observa con claridad la unión de los cordeles de barro (ver Tabla 1).
Si hacemos una valoración del posible valor de uso de cada uno de los artefactos o vasijas descritas anteriormente, el nivel de existencia en la muestra indica una proporción adecuada, no así en el caso de los burenes, los que son poco representativos, esto, a criterio del autor debe estar en correspondencia con la característica “lacustre” del poblado, o sea, un mayor peso a la dieta a partir de productos del mar.
Los fragmentos de estos burenes, están decorados, lo que por otra parte, puede indicarnos un uso más bien ceremonial o de ocasiones específicas. Pensamos que la siembra de la yuca (Manihot esculenta Crantz), así como de otros productos agrícolas, debió llevarse a efecto en lo que es hoy la loma de Carbó, distante unos 1500 m al Sur del sitio.
II-. TRATAMIENTO DE LA PASTA
Hay que destacar, que prevalece, en el material estudiado un buen tratamiento de la pasta: 82% compacta y 18% porosa. En la granulometría, predomina el grano fino, 47% de la muestra, mientras que el grano medio representa el 38% y el grande, el 14% (para determinar la granulosidad, se hizo un análisis microscópico observándose, hasta dos campos por fragmento, con el fin de que no existiera la posibilidad de error, considerándose gruesos, los granos mayores de 1 milímetro y las partículas menores de esa medida, como medias o finas).
El temperante (El material en su totalidad es la arena Sílice) utilizado, en el 83% de los fragmentos analizados, pensamos, constituía parte del barro natural, no así en aquellas cerámicas, en que se presenta el grano grande, lo que nos demuestra que estos fueron situados por el aborigen en la pasta (se denota en los artefactos de mayor tamaño).
III-. SEGÚN LA COCCIÓN DE LA PASTA
Con el fin de realizar una valoración más correcta, del dominio del arte de cocer la cerámica en hornos a cielo abierto, y lograran más de 900° de calor (como era usual en estas comunidades) y que el proceso de análisis, arrojara resultados satisfactorios, al estudiar las piezas, comprobamos que, 203 fragmentos, el 82% presenta una cocción regular, y 35, el 14% una cocción irregular. Se manifestó además que el 12%, presenta oxidación, lo que nos señala una gran calidad del horneado y opinamos que en ello tuvo mucho que ver, un buen trabajo de secado antes de cocer el barro. Este criterio lo corroboran las improntas de determinados tejidos de fibras vegetales (que nos proporcionaron datos para otro trabajo particularizado sobre tan interesante tema) sobre los cuales depositaron las piezas para la deshidratación.
IV.-SEGÚN LA FRAGMENTACIÓN
La Fragmentación presenta una proporción acorde con la calidad de la cocción, el 67% del total, o sea 168 piezas o pedazos, presentan una fragmentación regular, mientras que 81, el 32%, es irregular.
V-.SEGÚN EL GRUESO
Se constataron 191 fragmentos, el 77%, con grueso entre 3 y 5 milímetros (en este grupo, predominó el grueso entre 3 y 4 mm, el 50%); 56 fragmentos, el 22% se encuentra entre 1cm y 1.5cm y 2, el 0.8% (grueso que corresponde a los burenes), por lo que se denota el predominio de una cerámica fina, aunque si existen piezas de gran grosor y tosquedad, lo que indica que, no todos los artesanos estuvieron dotados de la destreza y habilidades que requiere este arte (pudieron ser aprendices los que conformaron las piezas antes señaladas). También pudiera ser, debido a ciertas peculiaridades de determinada utilidad por nosotros ignoradas, exigieran este tipo de características para determinados artefactos. ¿Y por qué no la presión de los conquistadores para su alimentación durante el encuentro; si es que este se produjo como creemos?
VI-.SEGÚN LA DUREZA DE LA PASTA
Utilizamos para medir el grado de dureza de la pasta, La Escala de Valores de Mohs, para los minerales y pudimos comprobar (utilizando el rayado con diferentes minerales y hasta la uña humana) que, 10, el 4%, corresponde a fragmentos con dureza 2; 216, el 87, 9%, con dureza 3; 85, el 34%, con dureza 4 y con una dureza de 5, el 0. 4%, o sea 11 fragmentos. Como puede observarse, prevalecen en la cerámica estudiada los artefactos con dureza 3 y 4, lo que se corrobora con el grado de compactación de la pasta y la calidad de la superficie, así como con el temperante utilizado.
VII-.SEGÚN EL ESTADO DE LA SUPERFICIE
Si bien, nos encontramos en presencia de cerámica con una superficie que no refracta la luz (bien pudiera ser debido a su permanencia bajo las aguas por varios siglos), si creemos estar, ante la observación de artefactos con una superficie muy compacta, lo que se puede comprobar en el 55% de la muestra, 137 piezas; mientras que poseen la superficie lisa 180 fragmentos, el 77%. Se denota porosidad en 46, el 18%. Predomina la regularidad en el 83%, 204 fragmentos; la irregularidad prevalece en 41, el 16%. Del total solo el 4%, presenta manchas, palillazos (falta de cuidado en el uso de paletas de lisado), un igual número y explosiones en la superficie (“caliche”, según denominación trinitaria, por la presencia de fragmentos de piedra caliza que, al quemarse explota y afecta la calidad), también un 4%.
Como podrá observarse, en la cerámica de Playa Carbó, predominan los artefactos con una superficie cualitativamente superior a otros sitios, como lo es el de “Punta de Macao”, Guanabo en Ciudad de la Habana (Aida G. Martínez Gabino 1987) y en relación con la regularidad, esta, es superior a la descrita por Alfredo Rankin Santander, para el sitio el Convento (A. Rankin 1980). Es de destacar el hecho, de que este material se ha conservado sumergido durante siglos y se mantiene de tal forma, lo que confirma la calidad técnica de la confección (ver tabla #3).
VIII-. SEGÚN EL COLOR DE LA SUPERFICIE
Es predominante en la cerámica de Playa Carbó, el color pardo claro; 49%, 122 fragmentos de la muestra; el pardo oscuro representa el 39%, mientras que los fragmentos pardo rojizos alcanza solo el 11%. Es de destacar que dos fragmentos presentan pintura en la superficie, el 0.8% y en otros dos, se aprecia cierto engobe. En el caso de la pintura, se resalta el color rojo (pieza No.1-40-172). Pudimos comprobar además que en 27 fragmentos, el 11% de la muestra estudiada, se denotan coloraciones diferentes entre las superficies exteriores e interiores. Teniendo en cuenta el análisis anterior, llegamos al criterio de que predomina el color pardo claro y que este está muy directamente relacionado con el uso de la arcilla margosa de un color gris amarillento (tipo Yaguajay), la que se localiza al Sur del sitio en tierra firme (ver tabla #3).
IX-. SEGÚN LOS TIPOS DE BORDES
Son predominantes en la muestra, los bordes extrovertidos 164, o sea el 66%; en proporción le siguen los acuminados, 134, el 54% y de forma reducida los bordes introvertidos, 15, el 6%. Hay que destacar que, 124, el 50% del total de bordes, son biselados; 55, el 22% de tope plano y 70, el 28% de tope redondeado. Pudimos observar además que en los bordes acuminados o aquellos de tope redondeado, predominan en las escudillas, botes y botellas, lo que nos indica el criterio de diseños de bordes para diferentes artefactos y que determinan los usos.
X-. SEGÚN LOS TIPOS DE ASAS
X-1-. Asas tabulares:
Se observan 10 asas tabulares, el 4% de las que 1, es vertical, 0.4%; 9 son horizontales, el 4% y las 10 son proyectantes. Todas en el cuerpo del ceramio y la totalidad poseen formas geométricas; hay algo especial en esto y es que cinco (5) o sea el 2%, están decoradas con incisiones y que en todos los casos son rayas que se extienden a todo lo largo de la superficie superior del asa.
X-2-. Asas de barbotina:
Se estudiaron 21 asas de barbotina, el 8% del total de la muestra, de las que el 7% se encuentran en el cuerpo y 3, el 1%, en el borde; del total, 5, el 2%, son verticales y 16, el 6% horizontales (en todos los casos, más bien eran curvadas para facilitar el sostenimiento de la vasija); todas, de forma geométrica y decoradas por incisiones verticales continuas, a lo largo del borde del asa (tipo de adorno que prevalece en la totalidad).
X-3-. Asas de tetón:
Se observaron 17 para el 7% de la muestra; todas en el cuerpo de las vasijas; en su totalidad geométricas, de las que el 2% presentan decoraciones por incisión y 1 posee peculiaridades antropomorfas, el 0.4%. Esta asa exhibe las características de una cara humana muy estilizada en la que, por medio de pequeñas incisiones se representan los ojos, la nariz y la boca. Hay que destacar la decoración también incisa de la pieza 1-40-67 (en el anexo) en la que se observa una cruz, lo que pudiera aparecer ya, como un principio de los procesos de transculturación y de sometimiento al cristianismo o cambio en las ideas religiosas del indígena cubano, indicándonos además la posibilidad del contacto directo con los hispanos, aunque también pudiera ser un ornamento arbitrario que nada tuviera que ver con la presencia europea en el sitio.
X-4-. Asas combinadas:
Existen 3 asas, el 1%, que son combinadas, destacándose como de barbotina con expresiones de carácter tabular; las 3 de tetón, de las que 1 es vertical y las tres, son de forma geométrica que se presentan en el cuerpo del ceramio. Teniendo en cuenta características particulares en las asas, debemos hacer mención de la pieza 1-40-220, la que debió ser (según presumimos por el fragmento) una escudilla y en la que aparece un asa tabular, vertical al borde y un asa de tetón en el cuerpo, muy cerca una de otra, aunque no presentan otro adorno. Partiendo de la forma que se infiere para el recipiente, este tipo de asa pudo servirle como ornamento y se presupone su repetición en otras partes del cuerpo y borde del mismo.
No se comprobó en el estudio de esta muestra, asas de lazo o de otro tipo que no sean las descritas anteriormente.
XI-. SEGÚN LA DECORACIÓN
XI-1-. Piezas decoradas con incisión:
Se observaron 60 fragmentos, o sea el 24% del total de la muestra con este tipo de técnica decorativa, las que describimos a continuación:
- Puntos continuos en el borde................................. 11, el 4%.
(Ver tabla #4)
Como puede apreciarse, dentro de las piezas decoradas por incisión, predominan las líneas verticales al borde y los puntos continuos en el borde.
XI-2-. Piezas decoradas por aplicación:
Se estudiaron 26 piezas decoradas por la técnica de la aplicación, el 10% de la muestra, las que describimos a continuación:
Dentro del ajuar estudiado, se destacan tres piezas con características zoomorfas las que, por no estar completas, pensamos que no sería correcto situarlas como asas o como figuras exentas (aunque presumimos lo último); no obstante las describiremos a continuación y además pueden observarse en los anexos. Sin dudas la existencia de tales figuras, dan una idea del desarrollo en el manejo del diseño artístico, en la industria ceramista de esta comunidad y el carácter totémico de su arte.
1-. Cabeza de equino.
Esta figura, en la primera versión la habíamos concebido como la presumible cabeza de un aura tiñosa (catharte aura aura Limneo), pero, luego de valorarla con el colega Alfredo Rankin Santander , momento en que le hicimos un análisis más profundo, entonces observamos rasgos característicos de caballo y aparentes arreos, e inferimos que pudiera tratarse de una pieza creada a partir de la visión que tuvo el aborigen de las bestias que montaba aquella tropa conquistadora durante su invasión por el territorio cubano. Elemento raro y nuevo que debió impactar mucho en la imaginación del artista indígena (esta, bien pudo ser parte de una figura equina completa).
2-. Jicotea:
Una pieza de pequeñas dimensiones (5 cm de largo, por 5.5 cm de ancho y 1.5 cm de espesor) que representa a pequeña escala una jicotea (Trachemys decussata) muy bien terminada, de color pardo oscuro, lo que puede asociarse a la concepción mística Taína, del surgimiento del mundo, que describimos a continuación:
“Según el mito cosmogónico: de cuatro hermanos gemelos (los cuatro puntos cardinales para algunos autores), hijos de Itaba-tavana, uno de ellos llamado Carucaraco, le pidió casabe a su abuelo Ayunauaco o Basa-manaco, quien aunque se lo dio se molestó por la petición y le golpeó en la espalda con un talego de polvos de “cojoba” (tabaco), produciéndole una inflamación o joroba muy dolorosa. Cuando volvió junto a sus hermanos, estos, le abrieron la espalda con una “manaya” (¿hacha petaloide?). Saliendo de la tumoración una “tortuga hembra” viva, sobre la que fabricaron su casa más tarde (¿origen de la tierra?)”. (René Herrera Fritot, 1952). Este mito demuestra el carácter totémico de sus creencias.
3-. Cabeza de foca
Una cabeza de foca (Manachus tropicalys Gray.), fragmento que si debió constituir un asa, por cuanto en su parte interior se observa la impronta de otra parte del ceramio al que debió estar unido, su medida es de 5 cm de largo, 1.5 cm de ancho y 1 cm de profundidad; de color pardo oscuro, se puede apreciar con todo detalle en el anexo. Esta representación artística, pudiera estar asociada a la presencia de estos animales, los que según los cronistas eran numerosos en las costas cubanas durante la conquista. Aclaramos que no se han encontrado restos de focas en el sitio objeto de estudio.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
-----Chirino Camacho, José E. et al:(1996) Estudio Geográfico Integral del Municipio Yaguajay, Norte de la provincia de Sancti Spíritus, Cuba. 2T. CITMA-GEOCUBA 1996.
----Chirino Camacho, José E. Yaguajay, una zona arqueológica de importancia para Cuba. Inédito.
----Chirino Camacho, José E. et al: (2011) Catálogo Digital de Arte Rupestre del Norte de la Provincia de Sancti Spíritus, Cuba. EDITORIAL CITMATEL, Cuba.