Alexandra Verduga Pino*
Universidad de la Habana, Cuba
averduga@utm.edu.ec
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RESUMEN
El objeto de estudio, desde el ángulo de la Economía Política, de la investigación que se presenta, es la concepción de las Finanzas Populares y Solidarias, como alternativa ante el microcrédito y las microfinanzas, desde las trasformaciones revolucionarias del Ecuador. En sus fundamentos se encuentra el análisis marxista de la producción mercantil y las funciones del dinero para desarrollar instrumentos financieros crediticios para los sectores pobres y vulnerables de la sociedad capitalista; así como las vías de transición a formas comunitarias para integrar una Economía Popular con finanzas comunitarias solidarias que se contraponga a la lógica privada y fomente un desarrollo local sostenible y con equidad.
Palabras Claves: Economía Política – Finanzas Populares y Solidarias – Microcrédito – Microfinanzas.
ABSTRACT
The object of study, from the angle of Political Economy, of the research that is presented, is the conception of Popular and Solidarity Finance, as an alternative to microcredit and microfinance, from the revolutionary transformations of Ecuador. In its foundations is the Marxist analysis of commodity production and the functions of money to develop financial credit instruments for the poor and vulnerable sectors of capitalist society; as well as the ways of transition to community forms to integrate a Popular Economy with solidarity community finances that opposes the private logic and fosters a sustainable local development with equity.
Key Words: Political Economy - Popular and Solidarity Finances - Microcredit - Microfinance
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Alexandra Verduga Pino (2018): "Las finanzas populares y solidarias como alternativa ante la banca tradicional excluyente", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (noviembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/oel/2018/11/finanzas-populares-solidarias.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/oel1811finanzas-populares-solidarias
INTRODUCCIÓN:
La particularidad que tiene la investigación en Ciencias Sociales con respecto a las Ciencias Exactas y Técnicas, se manifiesta para el caso de la Economía Política, en cuanto “la libre investigación científica tiene que luchar con enemigos que otras ciencias no conocen. El carácter especial de la materia investigada levanta contra ella las pasiones más violentas, más mezquinas y más repugnantes que anidan en el pecho humano: las furias del interés privado." C. Marx. (1867). La Economía Política como ciencia que estudia las relaciones sociales de producción en su desarrollo a través de los diferentes modos de producción, fundamenta el surgimiento, desarrollo y sustitución de un modo social de producción por otro, de manera dialéctica materialista. Al respecto Engels la denominó en el sentido preciso de la palabra como la ciencia que se ocupaba de las leyes de la producción, del cambio, del consumo y de la distribución en la sociedad capitalista. Se trataba de “la ciencia de las condiciones y las formas bajo las que se producen y cambian lo producido las diversas sociedades humanas, y bajo las cuales, por tanto, se distribuyen los productos.
1. Producción Capitalista
Bajo el modo de producción capitalista las relaciones monetario-mercantiles se convierten en la forma universal de movimiento general de las relaciones de producción. En este contexto se generaliza el uso del dinero, en sus dos funciones más importantes, como medida de valor y como medio de circulación, en el proceso conjunto de producción y circulación se trasforma en capital, al ser comprada la fuerza de trabajo como mercancía y tener la particularidad de que a través de su consumo en el proceso productivo genera más valor que el necesario para la recuperación del gasto de energías físicas y mentales del trabajador asalariado y su familia. El valor adicional del cual se apropia el propietario de los medios de producción como capitalista, se convierte en plusvalía. Con el desarrollo del capitalismo emergen otras formas transfiguradas de la plusvalía, capital a préstamo e interés y la necesidad de aislar y estudiar el capital propiedad y el capital como función.
Para enfocar el como el dinero se convierte en capital, es importante resaltar que el dinero es el punto final de la producción mercantil simple y el punto de partida de la producción capitalista. Ambas tienen la misma forma, pero un contenido opuesto. Las características de la producción mercantil siempre se pueden resumir así: En relación en dos personas: Privadas, iguales e independientes una de otra, tiene lugar un intercambio de equivalentes. Del producto del trabajo se apropia el mismo productor. Aquí tenemos la forma, el mecanismo y el contenido de las relaciones basadas en la pequeña propiedad sobre los medios de producción. Para el capitalismo, la forma, el mecanismo y el contenido son éstos: Intervienen dos individuos: Privados, iguales e independientes o libres (formalmente). Se cambian equivalentes. Uno de los dos se apropia una parte del producto del otro. Hay relaciones de explotación. Esto último es posible gracias a la gran propiedad. Como fórmula general del capital, se toma D - M - D porque se pretende demostrar que el capital es un valor que crece y el dinero es la forma que constata la identidad del valor consigo mismo. Para que el dinero se convierta en capital tiene necesariamente que pasar por la forma mercancía. Fuera de la circulación no hay movimiento de valores Para producir hace falta comprar y luego vender después de producir la plusvalía se crea en la producción y en la circulación al mismo tiempo (valor y valor de cambio).
2. El papel del crédito en la producción capitalista
Con el desarrollo de la producción mercantil simple va cristalizando el dinero como “un producto necesario del proceso de intercambio, en el cual se validan de manera efectiva y recíproca los diversos productos del trabajo y por consiguiente se transforman realmente en mercancías” (Marx, 1873:63). Las funciones del dinero son consideradas manifestación de su esencia como mercancía especial, que cumple una función social: servir de equivalente universal al mundo de las mercancías. Ello facilita las relaciones que establecen los productores en el proceso de cambio de las mercancías de manera cualitativa y cuantitativa. El estudio de sus funciones es la continuación lógica e histórica de la forma de valor de la mercancía, el enigma del fetiche dinero, no es más que el enigma del fetiche mercancía que cobra en el dinero una forma visible y fascinadora. Correspondiendo a la esencia y al surgimiento del dinero, las funciones de medida de valor y medio de circulación, en consecuencia, la mercancía que cumpla estas dos funciones, se convertirá en dinero, al expresar el valor de todas las demás mercancías.
Como respuesta a las necesidades del desarrollo de la circulación mercantil, en etapas superiores surgen otras funciones en las que se realiza la esencia del dinero; como son las de medio de atesoramiento, medio de pago y dinero mundial. Nos interesa en particular profundizar en la función de medio de pago, cuando ante un conjunto de factores del proceso de producción y circulación mercantil, se separan cronológicamente en el tiempo la venta de una mercancía y su realización en el precio. En consecuencia las condiciones de las ventas se van ajustando a las particularidades de la producción, como resultado “el vendedor se convierte en acreedor, el comprador en deudor. Como aquí la metamorfosis de la mercancía, o sea el desarrollo de su forma valor se desplaza, el dinero asume una función distinta. Se convierte en medio de pago” (Marx, El Capital Tomo 1, p 99). El crédito se deriva directamente de la función del dinero como medio de pago, pues se ponen en circulación certificados de deudas representativos de las mercancías vendidas y como medio de realización de los diferentes créditos. El propio desarrollo y extensión de la producción mercantil implica que el dinero como medio de pago rebasa la simple circulación mercantil y se convierte en la mercancía general de los contratos; como por ejemplo la letra de cambio al circular como medio de pago en múltiples transacciones, de hecho se convierten en dinero comercial. Ello supone la necesidad de considerar la acumulación de una cierta cantidad de dinero no como atesoramiento para el enriquecimiento, sino como fondo de reserva para enfrentar las obligaciones contraídas por el crédito.
A se vez los bancos van concentrando dichos fondos de reserva, las operaciones de cobros y pagos nacionales e internacionales, convirtiéndose en administrador general del capital dinero. Por otra parte concentran a los oferentes de dinero y a los demandantes, como prestamistas y prestatarios respectivamente. A través de la captación de fondos por los bancos por medio del pago de intereses permite movilizar los ahorros y el dinero temporalmente ocioso para hacer frente a la demanda de la circulación monetaria y necesidades del capital, incidiendo en la eficiencia del ciclo del dinero.
Marx resume el papel del crédito en la producción capitalista a través de los siguientes aspectos, que tienen plena vigencia en la actualidad (Marx, El Capital, Tomo III, Capitulo 27) :
Con el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción en su fase superior: el imperialismo … "una parte cada día mayor del capital industrial -- escribe Hilferding -- no pertenece a los industriales que lo utilizan. Pueden disponer del capital únicamente por mediación del banco, que representa, con respecto a ellos, al propietario de dicho capital. Por otra parte, el banco también se ve obligado a colocar en la industria una parte cada vez más grande de su capital. Este capital bancario, por consiguiente, capital en forma de dinero, que por este procedimiento se trueca de hecho en capital industrial, es lo que llamo capital financiero". El capital financiero es el capital que se halla a disposición de los bancos y que es utilizado por los industriales, bajo las condiciones en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes. Por este motivo, la noción de "Estado-rentista" o Estado-usurero ha pasado a ser de uso general en la literatura económica sobre el imperialismo. El mundo ha quedado dividido en un puñado de Estados-usureros y una mayoría gigantesca de Estados deudores. Al decir de Lenin “el siglo XX señala el punto de viraje del viejo capitalismo al nuevo, de la dominación del capital en general a la dominación del capital financiero” (Lenin, 1961, OE t 1, p 728)
Todo el análisis anterior es consecuente con la siguiente conclusión de Marx, la doble característica inherente al sistema de crédito se expresa por una parte, en que permite desarrollar los resortes de la producción capitalista mediante la explotación de trabajo ajeno, y por la otra se van creando las bases económicas para un nuevo sistema económico, donde los productores asociados sea los propietarios de los medios de producción a nivel y por cuenta de toda la sociedad. Todo este análisis le brinda a los principales portadores del crédito “una agradable fisonomía mixta de estafadores y de profetas” (Marx, ídem, p 461)
Con esta sentencia de Marx y a pesar del tiempo transcurrido en que fue reflejado en su obra, se alcanza toda la actualidad y pertinencia en la valoración crítica del Microcrédito; pues en los últimos años ha tenido una gran repercusión como una alternativa ante las consecuencias sociales del proceso de globalización para los países subdesarrollados. No es casual que la ONU designo el 2005 como el año del Microcrédito.
Al enunciarse como una vía para salir de la pobreza, han entrado en su operatoria los propios bancos comerciales, para exprimir con dichos instrumentos financieros al sector pobre de la sociedad, como un segmento de mercado que puede rentabilizarse el capital desde las posiciones del banco. Al final se convierte en una estafa y se manifiestan serias contradicciones entre los resultados logrados y las promesas enunciadas dentro de los programas de microfinanzas.
El aumento desmesurado de la pobreza se ha convertido en uno de los principales males de la sociedad del Siglo XXI. El avance implacable del hambre, la mortalidad infantil, las enfermedades y las desigualdades sociales ligadas a la situación de pobreza. Según estimaciones del Banco Mundial, habría actualmente 1.200 millones de personas viviendo con menos de U$1 diario, en condiciones de absoluta pobreza (indigencia). La situación en América Latina es igualmente alarmante. El Informe de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), señala que los niveles de pobreza en América Latina tienen una disminución muy lenta, señala además que América Latina cuenta con la distribución de ingresos más inequitativa a nivel mundial. En cumbres pasadas, los gobiernos se comprometieron a reducir este índice a la mitad para el 2015. Sin embargo, esta meta y la reducción del hambre en el mundo parecen alejarse cada vez más.
3. La concepción del Microcrédito y sus limitaciones
El microcrédito, en general se define como pequeños préstamos a personas pobres que no tienen acceso a los servicios de la banca convencional. Al carecer de las garantías, los prestatarios son considerados por la banca convencional de “alto riesgo”. Los pagos se realizan de manera fraccionada y se reconocen las garantías solidarias. Las entidades de microfinanzas nacen con el objetivo de ofrecer a los pobres algunos productos de la banca convencional, en el que se combinan las finanzas y la lucha contra la pobreza. Se inicia con microcrédito y se transita a microfinanzas, en el que se amplía a los servicios financieros, y no solo se reduce al crédito.
La naturaleza de esta forma de financiamiento va dirigida a la solución de la falta de fomento del autoempleo y la sostenibilidad de las familias de escasos recursos, cuando existiendo posibilidades de iniciativas productivas no pueden acceder a los recursos que brinda el sistema financiero tradicional. El iniciador del sistema de microcrédito es Muhammad Yunus, economista de Bangladesh, quién en 1976 demostró que era posible prestarle dinero a las personas más pobres, tomando inicialmente él mismo la posición de codeudor ante los bancos, hasta que crea el Banco Grameen.
El montante de los préstamos que otorga dicha institución es por término medio de 75 hasta 300 dólares, la devolución es por plazos semanales o mensuales a interés simple. Va dirigido en su mayor parte para la microempresa, pero también se puede utilizar en el mejoramiento de la vivienda, para la educación, etc. El banco tiene abierta más de 1175 sucursales y tiene un total de créditos ascendente a 2 500 millones de dólares. Yunus ha señalado que un 46% de los prestatarios han salido de la pobreza, mejorado el nivel de nutrición y las condiciones de vida
El sistema propuesto se basa en la confianza mutua, dándole prioridad a los que carecen de recursos, de manera que se rompan las barreras que se le han impuesto a los pobres, al decir de Yunus. Por lo que no son sólo las condiciones financieras favorables lo que explica el éxito del microcrédito, sino la facilidad de acceso y las relaciones de reciprocidad y confianza, que aparecen como factores clave en las altas tasas de devolución de los préstamos.
La idea de que se puede ayudar por esta vía a las personas de menos ingreso, así como generar incentivos para el desarrollo de una localidad o territorio sin que impliquen cambios sustanciales a nivel del país desde un principio, son altamente atrayente bajo las coyunturas actuales, por lo que no es asombroso la rápida extensión de estas ideas en los países del Tercer Mundo y en particular en América Latina. Especialmente ha pasado a ser motivo de atención preferente por parte de los organismos promotores de políticas y acciones a favor del desarrollo de los países y regiones pobres.
Como se afirma en un estudio realizado acerca de la microempresa y las experiencias en los países latinoamericanos “...el fenómeno de la microempresa también debe entenderse como una respuesta “desde abajo” a la fracturación social en países donde el Estado, las instituciones financieras y el sector económico privado, se mantienen totalmente desvinculados de los problemas que afectan a amplios sectores sociales inmersos en la pobreza.”
Al analizar la magnitud de los problemas del desarrollo, resulta utópico pensar que el microcrédito sea la solución a la pobreza, el desempleo y de las condiciones de vida y salud de las personas más desfavorecidas. Sin embargo el hecho de constituir una alternativa al sistema financiero tradicional, el desarrollo de instituciones que otorgan microcréditos y el impulso de los proyectos locales, lo puede convertir en un instrumento complementario de los necesarios programas de desarrollo de alcance nacional y estratégico.
Entre las principales críticas que han recibido los microcréditos, se relacionan las siguientes:
Se da el caso de las personas muy pobres que tienden a solicitar pequeños préstamos de subsistencia y no se traducen en una variación radical del ingreso del prestatario y en algunos casos hasta pueden reducir sus oportunidades de ingresos al aumentar su nivel de endeudamiento. Se destina más el microcrédito para el consumo que para la inversión productiva.
Entre los factores que limitan los servicios financieros al sector pobre están.
1. Los activos son insuficientes en calidad y cantidad
2. Costos de operación elevados dado el reducido tamaño de los montos requeridos
3. Problemas de reembolso inherente a la falta de activos o al riesgo en la utilización de los préstamos para el consumo sin fuentes de ingresos disponibles.
4. La falta de una capacidad de primer piso sólida y competente constituye uno de lso principales obstáculos para extender los servicios financieros
5. Se requiere una amplia gama de proveedores nacionales de servicios financieros y servicios financieros no bancarios
6. La propiedad y la estructura de gobierno, supervisión de la gestión, son factores críticos para la provisión eficaz de servicios financieros.
7. Los fondos de préstamos gestionados por la comunidad y basados en el ahorro han resultado prometedores.
8. La mejora de la eficiencia de las operaciones microfinancieras se traduce en servicios de mayor calidad y menor costo de operaciones para las personas de escasos recursos.
En América Latina el neoliberalismo se impulsó a partir del denominado Consenso de Washington celebrado en 1990, en donde se definió y se recomendó la implementación de un conjunto de políticas económicas tendiente a lograr el crecimiento de los países latinoamericanos. No funcionando esta propuesta económica en varios países se produce el ascenso de gobiernos progresista que se encuentran embistiendo reformas del statu quo, tendiente a satisfacer las necesidades básicas de las población y promoviendo el emprendimiento de un nuevo derrotero en todos los órdenes de una realidad social marcada por el desempleo, la pobreza, la inseguridad, la desatención pública, la concentración de la riqueza, la injusticia, la corrupción que le han hecho un camino al subdesarrollo y que debe ser superado.
Para los países de América Latina que han desarrollado acciones de microcrédito, se han dirigido a prestarle servicios financieros a la población pobre en función de buscar nuevas oportunidades de negocios y de empleo, mejorar las condiciones de la vivienda, cubrir emergencias, etc. El sistema financiero tradicional no permite brindar los servicios según las necesidades de este segmento, debido a la falta de recursos, ausencias de garantías, incremento del riesgo y de los costos administrativos de los pequeños préstamos. Se ha constatado que la mitad de la población urbana local labora en establecimientos de baja productividad; las unidades productivas emplean a menos de 5 empleados como promedio. El 85% de los trabajadores urbanos entre 25-59 años no poseen calificación técnica ni profesional, siendo el sector informal una de las principales fuentes de recursos para este sector.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a lo largo de los años 90, los países donde el trabajo por cuenta propia tiene mayor peso son Ecuador, México y Perú. Mientras donde el porcentaje de trabajo generado en pequeñas empresas supera la media del continente son Brasil, Colombia, Costa Rica, Paraguay y Chile. Se considera que hasta mediados de los años noventa la microempresa proporcionaba aproximadamente la mitad de los empleos de la región, mientras que el sector público y las empresas con más de 10 empleados solo empleaban el 44% (el 6% restante se dedica al servicio doméstico). En América Central, a nivel urbano existen cerca de dos millones de personas que trabajan como autoempleadas o en alguna microempresa. De este conjunto, casi el 73% son autoempleados, y poco más del 27% son patronos y asalariados de microempresa. En términos de unidades económicas esto significa que existen alrededor de 1.641.337 de tales unidades, de las cuales 232.437 son microempresas y 1.408.900 son autoempleados.
El abanico de la microempresa abarca desde las unidades que dependen exclusivamente de la mano de obra de la familia, donde no existe una separación clara entre los ingresos ésta y las de la empresa; hasta los pequeños negocios que se encuentran en una zona intermedia entre la microempresa y la pequeña empresa. Se utilizan tecnologías de producción relativamente complejas y están vinculadas directamente a empresas más grandes del sector moderno de la economía por medio de diversas relaciones entre proveedores y clientes. Para que la microempresa pueda responder a las necesidades que se le presentan deben crecer y mejorar sus recursos materiales y técnicos, lo que se hace frecuentemente gracias a créditos subvencionados por instituciones públicas o privadas sin ánimo de lucro. Aunque la eficiencia real de la microempresa no va tan ligada a sus posibilidades de convertirse en empresas capitalistas, sino de proporcionar trabajo e ingresos a una gran cantidad de personas con recursos precarios.
Los recursos del microfinanciamiento van a estar dirigidos a fomentar la existencia y desarrollo de las microempresas, a través de programas de acceso a los mercados, al crédito, a la capacitación profesional, a la tecnología, a la gestión y a la información. La integración entre los agentes de diferentes naturalezas para poder vincular las microempresas a las estrategias de desarrollo local y las acciones para mejorar las condiciones de trabajo, la atención sanitaria y la vivienda, factores que inciden positivamente en la capacidad productiva de las microempresas. El financiamiento de una empresa a través de créditos bancarios comerciales requiere, por parte de la entidad financiera, una cuidadosa evaluación del proyecto empresarial y una implementación de servicios de información y de asistencia técnica; y, por parte de la empresa, una orientación del crédito a la consolidación de éste, de modo que cuando los intereses son muy elevados el pago del crédito financiero se convierte en el centro de la actividad empresarial.
Dichas exigencias hacen que las perspectivas de la mayoría de las microempresas no sean demasiado alentadoras: tanto por la precariedad de sus activos como por su racionalidad económica; es difícil que puedan competir en el mercado con empresas más grandes y obtener beneficios significativos. Para una microempresa el crédito bancario comercial resulta especialmente oneroso. Sin embargo han aparecido instituciones prestamistas comerciales especializadas en microfinanzas, muchas de las cuales se iniciaron como organizaciones no gubernamentales dependiendo de subvenciones y subsidios.
Las entidades que apoyan y brindan recursos bajo la vía del microcrédito se conforman por:
La generación de fondos para el microfinanciamiento ha ido evolucionando desde una posición de completa dependencia de la cooperación internacional hacia el establecimiento de relaciones de financiación con instituciones bancarias del país e incluso la transformación de la ONG en una institución financiera totalmente regulada como tal. En el desarrollo de estas relaciones se pueden distinguir tres estrategias: una de ella es lograr que la banca comercial incorpore a la microempresa; otra trata de vincular las ONG y los bancos comerciales; y la tercera se orienta a formalizar a las ONG como instituciones especializadas en microcrédito.
Según la Corporación Andina de Fomento (CAF) los servicios financieros son un instrumento poco apropiado para alcanzar otros tipos de objetivos económicos y en particular, para intentar una redistribución directa de la riqueza. El fracaso de muchos programas de crédito para alcanzar estos objetivos, sobre todo el de los bancos estatales de desarrollo, ha sido ampliamente documentado en la literatura del desarrollo económico. Esta limitación refleja, en gran medida, la insistencia en utilizar el crédito para propósitos para los cuales no tiene ventajas comparativas y la insistencia en hacerlo incluso en aquellos casos cuando no existe capacidad de endeudamiento.
Lo más importante es que los programas de financiamiento se inserten en los programas estratégicos para el desarrollo local sostenible, que abarque el entorno local en el que se mueven. Eso significa que las acciones se dirijan tanto a las empresas como a los sindicatos, al tejido asociativo y gremial, a los centros educativos, a la iglesia, a los municipios, a las agencias financieras, a las entidades públicas, etc. En otras palabras, al tejido económico, social, institucional y cultural del territorio. En consecuencia se debe diferenciar los programas dirigidos a la subsistencia popular de aquellos que se orientan a la promoción empresarial. Los primeros incluyen la atención a sectores desfavorecidos y acciones de emergencia, mientras que los segundos se dirigen a la creación de condiciones necesarias para fortalecer la racionalidad empresarial y el acceso a los mercados. Ambos siguen sus propias lógicas pero se complementan, ya que la capacidad de acumulación de las microempresas contribuye a la resolución de problemas de subsistencia, y viceversa.
4. Las Finanzas Populares y Solidarias. Caso Ecuador
Con el proceso de la Revolución Ciudadana en Ecuador a partir del año 2008, se inicia la búsqueda de un nuevo sistema socioeconómico que se plasma en los objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir (PNBV), actualmente PLAN TODA UNA VIDA (PTUV) el cambio de la Matriz Productiva y la redistribución de recursos financieros hacia otros sectores estratégicos para el desarrollo sostenible. Se reconoce en el artículo 283 de la Constitución de la República, que el sistema económico es social y solidario y se integra por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria.
La Economía Popular y Solidaria (EPS) trata de recuperar la dimensión ética y humana de las actividades económicas y establecer nuevos principios para la puesta en práctica de modelos económicos alternativos al capitalismo neoliberal. No busca imponer un único modelo para todas las culturas y todas las sociedades, sino que se limita a desarrollar principios mínimos que deberían recoger aquellos modelos económicos (diferentes y adaptados a cada cultura) que quieran llamarse solidarios. La economía solidaria es una propuesta muy abierta y gira alrededor de algunos principios comunes como la no explotación de los trabajadores, el respeto al medio ambiente y el empoderamiento de los sujetos para que sean sujetos de su propio desarrollo.
Con la creación del Programa Nacional de Finanzas Populares, Emprendimiento y Economía Solidaria (PNFPEES) Decreto Ejecutivo Nº.303 de Mayo de 2007, el Estado Ecuatoriano institucionalizó su voluntad de fortalecer las operadoras microfinancieras (IMF), teniendo como el siguiente paso la construcción participativa de mecanismos de fondeo y asignación de recursos que operen en correspondencia a la tipología de instituciones financieras, identificando niveles que funcionen dentro del PNFPEES con el fin de ampliar el acceso de las distintas iniciativas financieras, reconociendo la diversidad de enfoques y de metodologías que manejan. Está política basada en un nuevo modelo de desarrollo, donde el Estado juega un papel preponderante como rector de políticas, regulador y gestor.
Se concibe las Finanzas Populares y Solidarias como el conjunto de ideas, esfuerzos, capacidades, apoyos, normas, programas, instrumentos, recursos y estructuras, que actúan en cada situación geográfica definida y limitada (recinto, parroquia, barrio, urbano, suburbano y rural), para que la población organice el mercado financiero del ahorro, del crédito y de los servicios financieros, en su propio beneficio y en pos del desarrollo de toda la comunidad, abiertos al intercambio de productos y servicios financieros con otras localidades, en perspectiva de construir un nuevo sistema de flujos financieros, que tengan al ser humano como centro del desarrollo económico y social. Entre los potenciales objetivos de las Finanzas Populares se señala:
1. Combatir la usura
2. Promover inversión productiva en la comunidad
3. Crear opciones laborales bajo responsabilidad familiar o comunitaria
Para ello las estructuras financieras de las FPS en la zona objeto de estudio deberían:
Es necesario asumir las Finanzas Populares y Solidarias como parte del nuevo Sistema Económico, Social y Solidario en el que se diseña una nueva arquitectura financiera al servicio de la sociedad. Hay que dejar de hablar y pensar en microfinanzas para asumir la categoría Finanzas Populares y Solidarias, dentro de la cual, el alcance, la profundidad y la calidad de los servicios financieros orientados al desarrollo local y territorial son de trascendental importancia. Las organizaciones de Finanzas Populares en el desarrollo local o territorial se constituyen entonces en agentes que aportan al desarrollo social, económico y productivo de esos territorios en donde intervienen y de donde surgen. Esto supone la comprensión amplia del potencial que tienen las comunidades rurales y urbano populares para intervenir en el mercado financiero; significa entender la intermediación financiera como un instrumento para el desarrollo con equidad y no como un medio de concentración de riqueza y mayor pobreza.
Se debe rebasar la equivocada comprensión de lo popular y solidario, como sinónimo de micro o pequeña empresa, para dirigirse a una efectiva reorganización productiva En esta perspectiva, los emprendimientos individuales de la Economía Popular, con base en procesos asociativos y de organización colectiva, fundamentados en principios de solidaridad democrática, desarrollan emprendimientos de tamaño y magnitud importante, de igual o superior que las medianas o grandes empresas de capital, pero sobre la diferencia que, su aporte principal lo constituye su trabajo y su producción. Se debe tener en cuenta la importancia de insertarse en cadenas de valor, aspecto que se debe desarrollar desde la asociatividad de forma más amplia que para un proyecto individual, microempresarial.
Uno de los desafíos fundamentales que se le presentan a la economía solidaria es la falta de acceso a capital, una de las políticas públicas que ha logrado mejores resultados hasta el momento ha sido la de promoción de las finanzas solidarias, las cuales están constituidas por tres tipos de entidades: bancos comunitarios de desarrollo, fondos rotativos solidarios y cooperativas de crédito
Entre los desafíos que tiene el sistema de las finanzas populares son:
• Bajo nivel de innovación tecnológica: es la aplicación de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad. La innovación exige la conciencia y el equilibrio para transportar las ideas, del campo imaginario o ficticio, al campo de las realizaciones e implementaciones. La innovación tecnológica es el acto frecuentemente repetido de aplicar cambios técnicos nuevos a la empresa, para lograr beneficios mayores, crecimientos, sostenibilidad y competitividad. Limitado desarrollo de tecnologías financieras: La tecnología financiera forman personas integras y competentes para la sociedad, el cambio, el emprendimiento, y el trabajo productivo bajo criterios humanísticos, sociales y de amor al congénere y a la naturaleza.
• Bajo nivel de conocimientos y formación de talentos humanos: Es el aumento en la capacidad de la producción del trabajo alcanzada con mejoras en las capacidades de trabajadores. Estas capacidades realzadas se adquieren con el entrenamiento, la educación y la experiencia. Se refiere al conocimiento práctico, las habilidades adquiridas y las capacidades aprendidas de un individuo que lo hacen potencialmente.
• Insuficiente niveles de asistencia técnica: se lo define como “el conjunto de actividades que permiten transmitir información y conocimientos, así como formar actitudes y desarrollar habilidades en los procesos administrativos y técnicos, para el mejoramiento continuo de los objetivos y la calidad del Sistema de Seguridad Social”, es decir, “saber cómo” y “saber hacer bien”, las cosas.”
• Bajo nivel de Liquidez: la liquidez representa la cualidad de los activos para ser convertidos en dinero efectivo de forma inmediata sin pérdida significativa de su valor.
• Oferta de servicios financieros poco diversificada: El sector Servicios Financieros, corresponde a una actividad comercial, prestadora de servicios de intermediación relacionados al ámbito de generación de valor a través del dinero.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
“En la ciencia no hay calzadas reales
y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres
tiene que estar dispuesto a escalar la montaña
por senderos escabrosos.” Carlos Marx