María de los Ángeles Olvera López*
Sandra Luz Hernández Mendoza**
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México
sandrahdezm@hotmail.com
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El presente artículo analiza el crecimiento de México y Brasil México, dando seguimiento a variables como son: inversión extranjera, generación de empleos, importaciones, exportaciones, remesas, tecnología, entre otros. Ante esta situación la globalización ha ayudado a unificar el mundo, logrando que las economías se consoliden a nivel internacional, por otro lado en 1929 la crisis económica originada por la caída de la bolsa de valores de Nueva York, tuvo un impacto en México, y en otros países de centro y Sudamérica trayendo como consecuencia un a disminución en países como México y Brasil siendo los más vulnerables productos agrícolas y mineros; lo cual afectó las exportaciones. Pese a esta situación en aquella época la mayor parte de la población mexicana era rural por lo que se logró mantener la economía mediante el consumo interno.
Palabras clave: tratado de libre comercio, acuerdo comercial, desarrollo económico, crecimiento económico, producto interno bruto.
This article analyzes the growth of Mexico and Brazil Mexico, following up variables such as: foreign investment, employment generation, imports, exports, remittances, technology, among others. In this situation, globalization has helped to unify the world, making economies consolidate internationally, on the other hand in 1929 the economic crisis caused by the fall of the New York stock exchange, had an impact in Mexico, and in other countries of Central and South America bringing as a consequence a decrease in countries like Mexico and Brazil being the most vulnerable agricultural and mining products; which affected exports. Despite this situation at that time most of the Mexican population was rural so it was possible to maintain the economy through domestic consumption.
Keywords: free trade agreement, trade agreement, economic development, economic growth, gross domestic product.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
María de los Ángeles Olvera López y Sandra Luz Hernández Mendoza (2018): "México y Brasil como una forma de crecimiento en las últimas décadas (período 1990-2014)", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (agosto 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/oel/2018/08/mexico-brasil-crecimiento.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/oel1808mexico-brasil-crecimiento
Resulta interesante conocer el proceso mediante el cual México y Brasil se han consolidado como líderes latinoamericanos y economías emergentes desde tiempos coloniales. Con la llegada de los españoles y los portugueses aparece la operación de dos redes urbanas que, tras la consolidación de la conquista y el paso a la fase colonial, se funden y establecen su centro en los virreinatos con mayor riqueza de minerales preciosos, que coinciden con los anteriores territorios azteca e inca.
En los años ochenta las economías de México y Brasil compartían rasgos comunes; ambos países sufrieron desequilibrio en la balanza de pagos, sufrieron altas inflaciones e incluso sufrieron una gran devaluación y cambio de moneda debido a las crisis recurrentes a esto le podemos agregar los diversos programas de estabilización económica que sus respectivos gobiernos decidieron aplicar.
Brasil y México fueron la excepción ya que encontraron la forma de propiciar el crecimiento en sus territorios a base del aprovechamiento de los recursos naturales como el café, petróleo, minerales como la plata, zinc, hierro y carbón. Ambas naciones comparten características de crecimiento desde hace más de 200 años, en el contexto actual continúan perfilándose como líderes potenciales de América.
La trayectoria de crecimiento fue diferente para Brasil y México ya que, aunque en la década de los años ochenta se mostraron rasgos comunes entre ellos, tuvieron un desempeño económico dispar en la primera década del siglo XXI. Esto puede tener relación con la restructuración de sus sistemas bancarios resultado de una búsqueda de adaptación al mercado y a la competencia internacional junto con circuitos financieros que se tornaron en búsqueda de mayor eficiencia y rentabilidad financiera. (Girón, 2006). No sólo existe una cierta relación de culturas y auge desde tiempos de la colonia, sino que también es necesario considerar que el acercamiento de estas potencias económicas emergentes podría representar un gran beneficio en materia económica, social y tecnológica de ambas naciones.
Para entender dicha realidad latinoamericana, es necesario remontarse a los modelos de desarrollo económico que se han implementado en las últimas décadas como son: el modelo basado en la exportación de materias primas, la industrialización sustitutiva de importaciones a partir de la posguerra, el neoliberalismo y las tendencias variantes del nuevo siglo. (Fajnzylber, F.1983;
Arancibia, J. 1994; Bulmer – Thomas, V. 1998; French-Davis, R. 2005)
El estudio de comprender la importancia de estos países radica en la trayectoria de América Latina durante los últimos 30 años ya que los países experimentaron notables cambios en su ritmo de crecimiento, y si se considera a la región en su conjunto, de un periodo de 1990 a 2009 obtendríamos 4 fases distintas de crecimiento.
La primera de ellas abarca hasta 1997 y constituyó en un período de recuperación económica tras el estancamiento ocurrido durante la década de los ochenta. En este periodo la economía de América Latina creció a un ritmo anual promedio de 3.2%frente al 2.4% que estimaba la OCDE. Pero la etapa finaliza con el surgimiento de la crisis económica asiática y rusa que trajo grandes consecuencias para el crecimiento de los países latinos, entre ellos Brasil y México sólo a partir de 1998 los efectos de crecimiento apenas comenzaban a sentirse pues la tasa de crecimiento cayó del 5.0% al 2.1% por tal razón fue determinante para el surgimiento de la segunda fase que se extiende hasta 2003. La tercera fase de crecimiento inicia en 2004 y fue impulsada por el incremento en los precios de materias primas además de las favorables condiciones de financiamiento, dicho crecimiento se situó a un ritmo medio del 5.4%, frente al 2.3% en la OCDE. La fase llega a su fin en 2008 cuando la trayectoria de crecimiento vuelve a truncarse a causa de la crisis económica internacional, en este año América Latina apenas contribuía con un 8.8% en la producción mundial y en un 12.3% al crecimiento económico. De modo que en 2009 la renta per cápita de países como Argentina, Brasil. Chile y México resultaron ser mucho más positiva que en el resto de los países de América Latina.
Desafortunadamente en Brasil y México la industrialización y la urbanización han ido acompañadas de un incesante aumento de la desigualdad en los niveles de riqueza entre las naciones, formando un todo que engloba procesos y relaciones entre los grupos de países que buscan el crecimiento y desarrollo.
Además de la distancia territorial entre ambos países, algunos expertos afirman que uno de los limitantes al crecimiento y acercamiento es la relación comercial que México tiene con Estados Unidos por medio del TLCAN y Brasil al formar parte del MERCOSUR, esto conlleva a que ambos países han asumido compromisos con bloques económicos que tienen cierta relevancia internacional y por esta razón se impide el implemento de nuevas negociaciones integradoras entre ambas partes.
Otra causa es la dependencia excesiva de México al mercado estadounidense, así como la evidente exclusión de México en la agenda estratégica de integración sudamericana. De forma que todo lo mencionado anteriormente demuestra indicativos de rivalidad y poco interés por un liderazgo conjunto entre estos países. (Soto, C. 2003; Luiselli, C. & Rodríguez, R. 2006; Luiselli, C. 2010).
La República Federativa Brasileña tiene fronteras con todos los países de América del Sur, excepto con Ecuador y Chile. Limita al norte, con Venezuela, Colombia, Guyana, Surinam y la Guyana Francesa; al oeste, con Perú y Bolivia; al sur, con Paraguay, Argentina y Uruguay; y al este con el océano Atlántico.
Tiene una superficie de 8.511.965 km2 que lo convierte en el tercer país más grande de América y una población de 202.033.670 habitantes de acuerdo con un censo realizado en 2014.
En el poder Ejecutivo encontramos que el presidente de la República es elegido por sufragio universal para un periodo de cuatro años, y puede ser reelegido una sola vez, lo mismo que los gobernadores de los estados y los alcaldes, posee amplias atribuciones, entre las que se encuentra el nombramiento de los jueces del Supremo Tribunal Federal y la posibilidad de vetar las decisiones del parlamento.
El poder legislativo federal reside en el Congreso Nacional, compuesto por la Cámara de Diputados y el Senado Federal. La Cámara de Diputados está formada por 513 miembros, elegidos en cada estado en número proporcional a su población por sufragio universal directo cada cuatro años.
En los estados federados, el poder ejecutivo reside en el gobernador, cuyo modo de nombramiento y atribuciones son un calco de los del presidente federal.
Es un fuerte país industrial cuya explotación de su riqueza en minerales lo coloca como segundo exportador mundial de hierro y uno de los principales productores de aluminio y carbón. Como país productor de petróleo, además sus reservas podrían convertirlo en uno de los cinco principales productores de petróleo del mundo Brasil por eso este país tiene como objetivo autoabastecerse a corto plazo. El país es cada vez más dominante en los sectores textil, aeronáutico, farmacéutico, automovilístico, siderúrgico y químico. La mayoría de los grandes fabricantes de automóviles han establecido unidades de producción en el país. El sector industrial representa más de un cuarto del PIB.
Con todo esto se tiene que la relación entre Brasil y México debe entenderse desde su proyección conjunta a largo plazo para lograr un desarrollo económico sustentable.
Su nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos, es una república democrática, representativa y federal integrada por 32 entidades federativas, ocupa la parte meridional de América del Norte, limita al norte con los Estados Unidos de América; al este, con el golfo de México y el mar Caribe; al sureste, con Belice y Guatemala, y al oeste con el océano Pacífico. La superficie mexicana ocupa una extensión cercana a los 2 millones de km², que lo colocan en la decimocuarta posición entre los países del mundo ordenados por superficie. En este territorio habitan más de 104 millones de personas, por lo que se trata de la nación hispanohablante con mayor población.
En México la agricultura representa 3,5% del PIB y emplea a más de 13% de la población activa, pero la poca disponibilidad del crédito sigue afectando a este sector. México se encuentra entre los mayores productores de café, azúcar, maíz, naranjas, aguacate y lima a nivel mundial. También es el quinto productor de cerveza y el segundo exportador mundial. El país se encuentra entre los principales productores de minerales del mundo en cuanto a plata, fluorita, zinc y mercurio además sus reservas de gas y petróleo constituyen uno de sus bienes más preciados pues México es el quinto productor de petróleo del mundo. Durante una buena parte del siglo XX, la principal fuente de divisas extranjeras del país fue la venta de petróleo, aunque durante este siglo tuvo lugar un proceso de industrialización que permitió al país diversificar su economía.
El sector industrial emplea a casi 25% de la fuerza laboral y representa una tercera parte del PIB. La industria aeroespacial ha crecido de forma importante gracias a la presencia de casi 190 empresas, incluyendo Bombardier, Goodrich, el grupo Safran y Honeywell que juntas emplean a más de 30.000 personas. México también forma parte de los diez mayores centros de producción de automóviles.
En cuanto a los sectores de la tecnología de la información y el software también experimentan un gran dinamismo impulsado por la calidad de la mano de obra, los clústeres y los bajos costos de operación. El sector servicios aporta más menos 60% del PIB, empleando a un porcentaje equivalente de la población activa.
México se encuentra entre las 20 principales economías del mundo y es la segunda economía más grande de América Latina. El FMI pronostica una tasa de crecimiento de 2,6% para 2016, siendo la pobreza y el gran tamaño del sector informal los principales obstáculos para un crecimiento económico superior.
En México la economía se ha beneficiado del auge de su sector automotriz y de que en 2014 se convirtió en el productor más grande del subcontinente junto con las remesas representan un 3% del PIB nacional y generalmente son de mexicanos que residen en los Estados Unidos, lo cual representa la segunda fuente más importante de capital extranjero y creció de forma estable en 2014 y 2015. La Inversión Extranjera Directa (IED) disminuyó en 2014.
La caída en el precio del petróleo del 2015 fue un gran reto económico para México, pues vio reducido su ingreso petrolero en un 38% durante los primeros diez meses del año en consecuencia el sector petrolero sufrió una baja en producción y una reducción notable en exportaciones, resultando en un déficit comercial mexicano. Las reformas económicas realizadas en el 2014 aún no dan sus frutos; a pesar de que la reforma fiscal aumentó la recaudación y ayudó a mitigar el problema petrolero, el gobierno aumentó su déficit presupuestario. Fue por ello por lo que el presupuesto para 2016 presentó recortes valuados en 5.35 mil millones de euros.
Estas observaciones abren panorama a la viabilidad a corto mediano y largo plazo de una mayor relación comercial con Brasil.
Para lograr un análisis de México y Brasil como una forma de crecimiento, tendríamos que partir del concepto de una forma simple tal y como lo establece Kutznets (1966) definiéndolo como «un incremento sostenido del producto per cápita o por trabajador».
Así pues, desde este planteamiento, sería un aumento del valor de los bienes y servicios producidos por una economía durante un período de tiempo.
Determinado por el cambio de modelo económico neoliberal que implicó la aprobación de reformas que llevaron a la apertura comercial y a las inversiones, así como a la búsqueda de equilibrios macroeconómicos. A raíz de la crisis de ese mismo año las inversiones se potenciaron creando una mayor austeridad en la oferta de bienes y servicios, urgencia en la búsqueda de nuevos mercados; no obstante, no produjeron el crecimiento esperado ni la independencia económica que se buscaba de Estados Unidos.
Posteriormente en el gobierno de Salinas se realizan algunas reformas constitucionales en los Artículos 28, 73 y 123 referidos a la reprivatización de la Banca, la reforma electoral, de la ley de culto; el artículo 28 abre la posibilidad para que los ejidatarios pudieran vender sus parcelas a capitalistas nacionales y extranjeros (Vidales, 1996).
Pero la agricultura sólo es uno de los tres sectores económicos que requerían de una modernización de infraestructura tanto productiva como de comercialización para aumentar la productividad y competitividad internacional, piezas clave para el crecimiento de un país ya que permite la creación y desarrollo de nuevas tecnologías. Es importante resaltar el papel que desempeñó modelo neoliberalista para determinar el crecimiento de México ya que continúa con la apertura comercial incorporándose al GATT, hoy OMC y posteriormente la suscripción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá, en enero de 1994; representando con ello, su entrada a la economía global al conformar la mayor área comercial de Norteamérica, anunciado como el instrumento conducente al crecimiento económico y social que el país necesitaba. La incorporación de México al Tratado ha venido a ser estratégica para forzar a la modernización del sector agropecuario, en especial para los productores que reunieron las condiciones inmediatas para elevar la productividad, reducir costos y vender a precios competitivos siendo los beneficiarios de este cambio estructural, alrededor del 5% del total; se encuentran los productores que no han sido capaces de hacerlo, 95%, están condenados al desplazamiento del mercado; su producción a ser sustituida por importaciones de alimentos y materias primas provenientes de sus socios comerciales (Salinas, 2004).
Posteriormente en los años 1994-2000 se modifica el artículo 28, con el objetivo de permitir la participación del capital privado en las áreas de comunicación, vía satelital y los ferrocarriles, crea las Afores a fin de transformar la seguridad social de los trabajadores y se compromete con el capital financiero internacional para privatizar la petroquímica y la industria eléctrica.
La política neoliberal de Vicente Fox Quezada (2000-2006), se encaminó bajo el mismo esquema que sus antecesores al ponerse al servicio del capital trasnacional y al mismo tiempo reforzado a la iniciativa privada, como un motor para el impulso del desarrollo y crecimiento económico.
En cuestión de Comercio Internacional se promovieron las exportaciones cada vez más, con organismos dedicados al apoyo de PyMES (PYMEXPORTA, BANCOMEXT) para lograr mayor competitividad, productividad, y la eficiencia en la industria nacional.
En Brasil el crecimiento de la economía se basó en la exportación de materia prima y la importación de bienes manufacturados durante y después de la revolución industrial, cuando la exportación de café era la principal fuente de ingresos del país.
Como consecuencia los precios de las materias primas se derrumbaron y las importaciones y exportaciones se detuvieron ya que no había ingresos, los cuales eran mayormente generados por el café. Fue a partir de entonces que Brasil se vio en la necesidad de producir. El gobierno protegió a las industrias nacionales a través de las tarifas la función de servir como base de una industria a empresas privadas emergentes. Las industrias que surgieron fueron durante el auge del café y debido al exceso de capital de su exportación ahora tenían un ambiente libre de competencia extranjera y podían florecer libremente. Luego fue la sustitución de importaciones en donde los brasileños no optaron por consumir los productos extranjeros los cuales eran caros y de difícil acceso.
Desde la década de 1980 la capacidad del Estado se vio agotada para promover el desarrollo industrial debido a las políticas económicas poco exitosas que provocaron el aumento de la deuda externa y la inflación.
Para 1990, se implementa un programa de liberalización económica acelerada realizada por el gobierno de Collor. En donde la estructura industrial del país aplicó la reducción de las tasas de importación, la desregulación estatal, la privatización de empresas estatales y la reducción de los subsidios. No obstante, a pesar de estimular la competitividad, muchas empresas pequeñas y medianas empresas todavía no cuentan con el apoyo técnico y financiero para adaptarse a estos cambios.
A principios del 2000 se hace notoria una mejora del rendimiento económico. La mejora fue también el resultado de profundos cambios en la gestión de la política macroeconómica introducidos durante la década previa con el fin de la dominación fiscal y la hiperinflación en 1994. Sin embargo, la situación económica de Brasil se ha deteriorado significativamente en los últimos años debido a la recesión en 2014 y la situación empeoró en 2015, con descenso de 3% en el PIB, mientras que la inflación se ha mantuvo cercana al 10%.
Razón por la cual la mayoría de los países latinoamericanos comenzaron a adoptar medidas neoliberales, reduciendo el papel del Estado en su participación en ciertos sectores económicos.
En la última década el comercio bilateral ha alcanzado gran dinamismo después de la firma de tres acuerdos de complementación económica (ACE) específicamente en el sector automotriz y reducción arancelaria de alrededor de 800 productos comercializados entre México y Brasil.
México ha logrado reducir considerablemente su déficit comercial con Brasil y éste ha logrado insertarse como nuestro segundo abastecedor en varios sectores.
Se afirma que la inversión bilateral es complementaria y equiparable ya que mientras México invierte en electrodomésticos, bebidas y servicios Brasil invierte en fabricación de motores eléctricos, edificación, fabricación de químicos y de esta forma los alcances de una alianza estratégica Brasil- México cada vez son mayores.
La firma del acuerdo de cooperación aduanera y facilitación de inversiones permitirá agilizar los intercambios comerciales. Actualmente el comercio binacional asciende a US$ 9.000 millones, siendo superavitario para México. Ambos países extendieron los cupos permitidos para la importación de automóviles procedentes de México.
El crecimiento económico en los países de América Latina resultó influenciado por el incremento en las tasas de interés, fortaleza de la moneda, intervención gubernamental y también en gran parte por las medidas en el consenso de Washington. Donde los niveles de desarrollo humano, los índices de criminalidad, la debilidad de las instituciones, la falta de competitividad y transparencia en ambos países son factores compartidos y determinantes del crecimiento económico durante 2014 se muestran en la gráfica 1.
Además, se puede ver cómo la crisis financiera mundial en 2009 provocó un freno e incluso en muchos países del mundo, razón por la cual México y Brasil no presentaron cifras significativas de crecimiento en 2014 además se puede notar un retroceso importante en el crecimiento y desarrollo económico y social de ambos países como se muestra en la gráfica 2 y 3.
La interpretación de la gráfica 2 y 3 se puede sintetizar en los siguientes puntos:
México se ubica entre los primeros 10 en el comercio internacional; en 2013 fue el décimo exportador y noveno importador a nivel mundial, y el primero en ambas categorías entre los países de América Latina y el Caribe como se muestra en la gráfica 4.
Por otra parte, Brasil está clasificado dentro de las regiones ganadoras emblemáticas ya que la ciudad de Brasilia tuvo el quinto mayor crecimiento del PIB entre los estados, en el período1992-2002, expresado en una tasa media anual del 5,7%, superior al promedio nacional (2,9%).
El crecimiento también involucra factores tecnológicos, inversión en la educación, así como la innovación de productos y servicios, si un país decide invertir en ciencia y tecnología tiene mayores probabilidades de crecimiento a corto, mediano y largo plazo como se indica en la tabla 2 y 3.
El crecimiento en los países latinoamericanos se ve influenciado por factores económicos políticos, sociales e incluso tecnológicos. En el caso de Brasil la productividad basada en el aprovechamiento de la ventaja competitiva fue muy importante para el crecimiento brasileño ya que entre 1990 y 1997 se logra un 40% en la expansión productiva. En la actualidad, la mayoría de las economías emergentes han optado por la estabilidad macroeconómica y la apertura comercial.
Cabe mencionar que México y Brasil tienen algo en común, ya que ambos basaron su crecimiento económico en el aprovechamiento de sus recursos naturales para sobresalir como potencias de Latinoamérica.
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*María de los Ángeles Olvera López, estudiante de la licenciatura en comercio exterior.