José T. González Phillips
Boris Alberto Toscano

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Treinta y ocho años después de lograr la primera medalla de oro olímpica en Judo para Cuba y el continente americano, Héctor Rodríguez Torres regresa a su tierra para participar en una jornada de celebración del Día del Judo Cubano, fecha instituida en su honor, que se extendió por los territorios del municipio artemiseño de Guanajay, su tierra natal, Matanzas y La Habana, en actividades en las que compartió con la comunidad e hizo gala de su maestría técnica y docente en sendas clases demos­trativas del Judo actual a atletas adolescentes que representaron a la provincia de Artemisa en los recién finalizados XXXIV Juegos Escolares Nacionales y a miembros de la Escuela de Cinturones Negros de Judo de Matanzas.

Palabras clave: Judo, deporte, arte marcial, Héctor Rodríguez, Guanajay, Escuela de Cinturones Negros de Matanzas, Día del Judo Cubano, Montreal.

El 30 de julio de 1976 un judoka cubano, con 25 años de edad, escaló a lo más alto del podio en la división de 63 Kg en la olimpíada celebrada en Montreal, Canadá. Años después, siendo presidente de la Federación Cubana de Judo, el hoy Doctor en Ciencias y catedrático de la Universidad del deporte cubano, José Silvio Jiménez Amaro, propuso establecer oficialmente como el Día del Judo Cubano la fecha en que Héctor Rodríguez Torres ganó la presea áurea, convirtiéndose en el primer judoka cubano y del continente americano en alcanzar tal logro en este deporte. Igualmente, pasó a ser el primer judoka negro en el orbe en llegar a la cima olímpica. Desde la olimpíada de 1972 en Münich, Alemania, el criollo coqueteó con las medallas, quedando en la 5ta posición en los 63 Kg, desquitándose en el campeonato mundial celebrado en 1973 en Laussana, Suiza, donde se ubicó en la tercera plaza en esa división.

Por iniciativa del Grupo de Divulgación de las Artes Marciales japonesas en Cuba, vinculado a la re­vista digital “Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad de Japón” de la Universi­dad de Málaga, España, en coordinación con la peña de Judo “Roberto Loza Canales” del municipio de Guanajay, en la actual provincia de Artemisa, y la Escuela de Cinturones Negros de Judo de la provincia de Matanzas, se organizaron varias actividades, convirtiéndose así la efeméride en una Jornada de homenaje al Día del Judo Cubano. En esta ocasión se contó con la presencia de Héctor Rodríguez, quien arribó a Cuba a finales de julio del presente año procedente de España, donde pres­ta sus servicios como técnico de la Selección Nacional española de Judo. Tanto en Guanajay –tierra donde nació el campeón el 12 de agosto de 1951– como en Matanzas, Héctor hizo gala de su maes­tría técnica y sendas clases demostrativas del Judo actual y los cambios en su reglamento interna­cional. La mayoría de los asistentes quedaron atónitos al observar cómo, 38 años después de obtener el cetro olímpico y con casi 63 de edad, era capaz de desplazarse y ejecutar técnicas complejas como si los años no pasaran por él. Una inmensa alegría tuvieron los atletas medallistas de judo que repre­sentaron a la provincia de Artemisa en los Juegos Escolares Nacionales, en julio de este año, al reci­bir de manos del campeón olímpico obsequios deportivos para su preparación. Pero más emociona­do estaba Rodríguez al ver como un numeroso público colmó el parque central y el teatro de la sede del Gobierno municipal de Guanajay para ver e intercambiar con el mismo muchacho de origen hu­milde y sonrisa franca que comenzó en el judo a los 12 años, resaltando su modestia y sencillez, al igual que su familia, que goza de respeto y prestigio en la localidad, demostrado por autoridades, ar­tistas, glorias deportivas y el pueblo guanajayense en general. El 30 de julio de 2014 será recordado como una gran demostración de afecto y cariño hacia uno de los hijos pródigos de Guanajay, que nunca dejará de tener presentes sus raíces.

En la provincia de Matanzas Rodríguez fue recibido por la directiva de la Escuela de Cinturones Negros de Judo y más de 70 de sus afiliados, encontrándose entre ellos entrenadores, iniciadores del judo en la provincia, y glorias deportivas de diferentes épocas, como en los casos de Maricela Bonelli, Campeona Panamericana en la división de 48 Kg en la V edición, celebrada en Buenos Aires, Argentina, Regla Mesa, de +72 Kg, una de las iniciadoras del Judo femenino en Cuba e integrante de la primera preselección nacional femenina cubana y Luis Navia, multimedallista en eventos internacionales en la división de 65 Kg.

Héctor Rodríguez elogió la organización y el rescate del judo matancero, por ser esta una de las primeras provincias en Cuba donde se practicó el judo, siendo el Maestro Sergio Hernández el organizador inicial en el primer lustro de comienzo de la práctica de este arte marcial en el país en 1951, pasando posteriormente otros especialistas de prestigio como el fallecido 8º Dan Federico Guardia Guerra y el 7º Dan José González Phillips, ambos directores técnicos del judo matancero en diferentes épocas. Resalta el funcionario de Turismo en la playa de Varadero Ramón Quintana Peña, ex-atleta de judo, destacado estudioso de la historia de Cuba en general y del Judo en particular, no solo criollo, sino también internacional, quién aportó datos de los combates más importante que tuvo Héctor Rodríguez en su carrera deportiva, a quién denominó “el Mozart del Judo cubano” por la ma­estría y facilidad de ejecución de las técnicas complejas en entrenamientos o combates. Elogios si­milares habían manifestado en otras épocas el holandés Antón Gessinck y el nipón Isao Inokuma, dos de los más grandes judokas en la historia de este arte marcial.

La directiva de la Escuela de Cinturones Negros de Judo de Matanzas está compuesta por:
Presidente: Carlos Ruesca González (5º Dan)
Vicepresidente: Octavio Mantrana Barceló (1er Kyu. Comisionado Provincial de Judo)
Secretarios: Emilio Hernández Bernabeu (3er Dan)
Rabel Domé Manzano (1er Kyu)
Tesorero: Eduardo Luis Héctor Valdés (1er Dan)
Vocales: Ramón Quintana Peña (1er Dan)
Jorge Luis León Marrero (1er Kyu)
Rafael Mirabal Beltrán (1er Kyu)
Israel Faria Vera (1er Kyu)
Asesor: José T. González Phillips (7º Dan)
Rodríguez se marchó de Matanzas con gratos recuerdos, incluso con la comunidad, donde compartió con personas sencillas como la señora Luisa Rosa Marrero Domínguez, conocida cariñosamente por “Chiquitica”, pero con un gran corazón, entusiasta madrina de casi todos los practicantes de las diferentes artes marciales de la provincia y el país que transitan por su territorio.

El día nueve de agosto, la directiva del Grupo de Divulgación de las Artes Marciales Japonesas en Cuba, perteneciente a la revista digital Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad de Japón” y vecinos de la comunidad del municipio Cerro, en La Habana, todos amantes del deporte cubano como Arildo Candebat Candebat y Carmen Rodríguez Marrero, prepararon una actividad socio-cultural, atendiendo con esmero y eficiencia a personalidades, deportistas, entrenadores e invi­tados que participaron en el cierre de la Jornada por el Día del Judo Cubano, entre otros, Héctor Rodríguez y parte de su familia; Margarita Carballo, esposa del fallecido Maestro Federico Guardia; el Maestro 7º Dan Ernesto Basilio, Decano del Judo escolar; el Maestro 7º Dan Ibrahim Cepero, en­trenador que condujo a Héctor Rodríguez a la cima olímpica; el Maestro 8º Dan José Ibáñez Gómez, multimedallista continental y actual entrenador de la Selección Nacional Masculina cubana; Jorge Fis Castro, 5º Dan, segundo judoka cubano en obtener preseas en un campeonato mundial (metal bronceado en la categoría libre en Essen, Alemania, en 1987); Guillermo Whong, Campeón Pana­mericano en la división de 65 Kg en Argentina, 1978; Andrés Rodríguez, 6º Dan, Pedro Mazorra, 6º Dan y Pedro Luis Herrera, 4º Dan, todos medallistas en diferentes eventos internacionales en épocas pasadas.

Héctor disertó sobre la importancia de la preservación de los principios del Judo, que son los mismos del Bushido, para que la nueva y futura generación se formen bajo preceptos como la cor­tesía, el honor, la sinceridad, la modestia, el respeto, la amistad y el coraje. Todo eso beneficia a la familia y a la sociedad. Una invitada especialista de Medio Ambiente, Idania Jaén Moracén, gran aficionada de los deportes de combate, manifestó ser admiradora del Campeón olímpico al conversar con él y observar sus sencillez, modestia, humanismo y preocupación por la buena salud del medio ambiente, por el cual debemos luchar todos.

Como reconocimiento a los logros de Héctor Rodríguez en su carrera como competidor se le entregó, en cada una de las actividades realizadas:

• Guanajay (30/07/2014)
• Diploma de Miembro de Honor de la Peña de Judo “Rolando Loza Canales” en el marco de la conmemoración del 38º Aniversario de la medalla olímpica conquistada en Montreal, Canadá, en 1976
• Diploma de Reconocimiento Especial por marcar un hito en la historia deportiva y social del municipio donde nació
• Artesanía en acrílico con los símbolos representativos del municipio Guanajay

(Estos dos últimos reconocimientos fueron confeccionados por el artista de la plástica e hijo ilustre de Guanajay José Ramón Rodríguez González)

• Matanzas (02/08/2014)
• Diploma de Miembro de Honor de la Escuela de Cinturones Negros de Judo de Matanzas
• Almanaque especial de Judo, con los calendarios de 2014 y 2015, señalando las fechas de hechos históricos deportivos y sociales de Cuba y del mundo.

(Ambos obsequios fueron obras del artista de la fotografía Israel Faria Vera)

• La Habana (09/08/2014)
• Diploma de Reconocimiento Especial de sus compañeros y amigos de trayectoria deportiva y social, por la obra de toda su vida, que significó el despegue del Judo cubano hacia la cima universal, sirviendo de referencia para las presentes y futuras generaciones de judokas cubanos.
• Multimedia resumen de las actividades realizadas en Guanajay y Matanzas

(Ambos presentes fueron confeccionados por el artista marcial e investigador de las artes mar­ciales Boris Alberto Toscano)
Héctor Rodríguez manifestó en la actividad de cierre de la jornada que el reconocimiento mayor que recibió fue el cariño que le profesaron en todos los lugares donde estuvo, principalmente el de los adolescentes. Asimismo, agradeció al grupo cubano de la revista digital “Observatorio Iberoameri­cano de la Economía y la Sociedad de Japón”, que divulga las artes marciales de origen japonés, por ser en esta ocasión el eje principal de la celebración del Día del Judo Cubano. El grupo está com­puesto por:

• Dr. Ernesché Rodríguez Asien, director de la revista digital en Cuba e Iberoamérica.
• Lic. José T. González Phillips, titular del grupo cubano
• Sr. Boris Alberto Toscano, investigador de las artes marciales, redactor-editor de los artículos
• Sra. Margarita García Pereira, secretaria ejecutiva y comunicadora

En resumen, la jornada benefició a todos por:

• La actualización con explicaciones sencillas y ejemplos concretos de los principales cambios en el reglamento de la Federación Internacional de Judo (f.i.j);
• Demostraciones magistrales de técnicas correspondientes a los grupos ashi waza (de piernas), koshi waza (de cadera), y kata waza (de hombros);
• Conversatorio con familiares de practicantes, principalmente de los adolescentes y sus profe­sores, alertando sobre la disciplina dentro y fuera del Dojo, el respeto al maestro, la importan­cia del balance alimenticio de acuerdo con las posibilidades reales y el descanso relativo para la recuperación y su impacto en el desarrollo físico y técnico.

Todo obligó a Rodriguez a establecer el compromiso de nuevos encuentros en los próximos años, de acuerdo con su disponibilidad de tiempo, exhortando a otras figuras relevantes del Judo internacio­nal a participar en este tipo de encuentros, por lo que le decimos “hasta la próxima, Campeón”.

“Solamente por medio de la ayuda y las concesiones mutuas, un organismo que agrupe más o menos individuos podrá encontrar su plena armonía y realizar verdaderas proezas.”
—Shihan Jigoro Kano, Creador del Judo (1860-1938)—

La Habana, 25 de agosto de 2014