Ernesché Rodríguez Asien
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Las empresas japonesas hicieron grandes inversiones en el Este Asiático, con la base del fuerte yen después del Acuerdo Plaza en septiembre de 1985. La estrategia de Japón - enfocado a lo externo, para paliar los efectos de la drástica reducción de sus exportaciones y luego del Acuerdo Plaza, fue el incremento de las inversiones en el este asiático, aprovechando el yen fuerte.
El 45% de las exportaciones niponas se dirigían a Asia, así como el 30% de sus inversiones. Además, Japón era el principal importador de materia prima, petróleo, gas natural, madera y níquel de los países de la región.
Palabras claves: ASEAN, Japón, Crisis, Inversiones, exportaciones, importanciones, apreciación, Tailandia, Acuerdo Plaza.
Politica Exterior de Japón hacia la región asiática
El objetivo principal de la política exterior de Japón en Asia y el Pacífico es conducir a la región a ser un área que comparta valores fundamentales, caracterizada por una estabilidad y predictibilidad de largo plazo y basada en el entendimiento mutuo y la cooperación. En la consecución de este objetivo, Japón está implementando los siguientes 3 principios fundamentales en su diplomacia en Asia-Pacífico:
1) En función de establecer relaciones internacionales estables, Japón apunta a la “sinergia” entre las políticas de fortalecimiento de la alianza Japón-Estados Unidos y la promoción de la diplomacia con Asia. Japón tiene la intención de continuar asegurando la disuasión ante cualquier movimiento que pueda desestabilizar la región a través de mantener firmemente los acuerdos de seguridad con los Estados Unidos, los cuales tienen una importancia crítica para la seguridad de la región, mientras se promociona activamente la diplomacia con Asia a través del fortalecimiento de las relaciones con los países vecinos, principalmente con China y con Corea del Sur. Obviamente, la estabilidad en Asia fortalece al mismo tiempo las relaciones entre Estados Unidos y Asia.
2) Japón, aprovechará al máximo el ilimitado potencial de la región, para abordar los asuntos regionales comunes con un enfoque de múltiples capas. Este enfoque incluirá no sólo la diplomacia bilateral, sino también la promoción de la cooperación regional de Asia Oriental. Por ejemplo a través de la Cumbre del Este de Asia (EAS), la ASEAN+3, Japón-ASEAN y el marco de cooperación Japón-China-Corea del Sur; e incluir también a la cooperación en un marco más amplio que incluya países de fuera de la región, tales como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el Foro Regional de la ASEAN (ARF), el Encuentro Asia-Europa (ASEM), el Foro de Cooperación de América Latina y Asia del Este (FOCALAE). Asimismo, y dentro de estos esfuerzos, Japón promoverá la consolidación de valores fundamentales.
3) Japón logró antes que otros países modernizar sus instituciones, su economía y su sociedad, y su experiencia tanto de éxitos como de fracasos. Sirvió de ejemplo a otros países de la región en diversas formas. En este sentido, Japón es un país precursor en la región, y como tal, continuará ofreciendo varios tipos de cooperación, incluyendo esfuerzos en el marco de la consolidación de la paz, la gobernabilidad y el desarrollo de reglas económicas, mientras apoya el desarrollo de un Asia sustentada en valores comunes. 1
Década de los años 80:
Las empresas japonesas hicieron grandes inversiones en el Este Asiático, con la base del fuerte yen después del Acuerdo Plaza en septiembre de 1985. La estrategia de Japón - enfocado a lo externo, para paliar los efectos de la drástica reducción de sus exportaciones y luego del Acuerdo Plaza - fue el incremento de las inversiones en el este asiático, aprovechando el yen fuerte.
El país había sido líder económico y comercial en la región asiática durante muchos años y la tendencia se refuerza en ese momento con el traslado de muchas industrias japonesas hacia el exterior.
Esto fue ventajoso para Japón y también para los países de la región ya que hubo un gran impulso en el crecimiento económico de ambos. Sin embargo esta desindustrialización del país asiático evidencia que la clase obrera japonesa y no el gran capital japonés, fue la principal víctima, debido principalmente a que las posibilidades de empleo en el país disminuyeron considerablemente con el vaciamiento industrial.
El 45% de las exportaciones niponas se dirigían a Asia, así como el 30% de sus inversiones. Además, Japón era el principal importador de materia prima, petróleo, gas natural, madera y níquel de los países de la región.
Hay que tener en cuenta que las inversiones de Japón en el Asia han descendido desde aproximadamente 1990. Las inversiones japonesas en las economías asiáticas de reciente industrialización alcanzaron su punto máximo en 1989 y en los países de la ASEAN, en 1990. La tendencia probablemente refleja el hecho de que las empresas niponas han tenido menos capital disponible para las inversiones en el extranjero como consecuencia de la larga recesión.
En la segunda mitad de los años 80, la expansión a gran escala de las empresas niponas en el Este Asiático produjo un tremendo impulso en el crecimiento económico de la región y, por tanto, se predecía que el descenso de las inversiones japonesas que empezó en 1990 tendría un efecto negativo en el crecimiento del Este Asiático.
La experiencia nipona en cuanto a política a seguir con las pequeñas y medianas empresas puede servir también de modelo para la industria de componentes de otros países. La producción de piezas tiende a convertirse en el principal objetivo de las pequeñas empresas en todo el mundo. La experiencia de Japón en política industrial es un modelo de desarrollo práctico para los países que quieran financiar empresas pequeñas.
Otro elementos característicos al modelo japonés, como la identificación del personal con el destino de la empresa, la lealtad y el proceso de toma de decisiones desde abajo, son la base de la gestión nipona y de la producción de
tecnología; tal vez no puedan aplicarse fácilmente en los países del Sudeste Asiático que suelen practicar una gestión desde arriba hacia abajo y buscar el
interés personal. A pesar de esto, una gestión parecida a la japonesa no es del
todo imposible.
Década de los años 90 (Crisis asiática):
Según el economista japonés Kagami Mitsuhmo, la crisis de las monedas
asiáticas fue la consecuencia directa de una combinación de factores.
El primer factor desencadenante de esta crisis fue el gigantesco déficit de la
cuenta corriente, el cual en 1996 alcanzó el 8,2% del PNB de Tailandia. Este
déficit ejerció fuertes presiones a la sobre valorada moneda de ese país.
El segundo factor fue la relación existente entre un yen débil y el fuerte baht
(moneda tailandesa) que incrementó las importaciones de bienes japoneses cuya partida representa casi un tercio de las importaciones totales de Tailandia. Así, pues, la fortaleza del baht es la causa del aumento de su déficit comercial.
Un tercer factor se produjo con el incremento de la progresiva afluencia de
capital extranjero a corto plazo. Tailandia ha absorbido grandes movimientos de fondos extranjeros a mediano y largo plazos, probablemente esta afluencia ha sido demasiado elevada.
Las masivas inyecciones de capital extranjero dieron beneficios, compensando el déficit por cuenta corriente y aumentado las reservas de divisas. Pero, al mismo tiempo, impulsaron las presiones inflacionarias debido a la afluencia de dinero. Una parte de los fondos fue a parar al sector inmobiliario y a sectores especulativos donde se crearon burbujas económicas parecidas a las de Japón de finales de década de los 80. En los últimos tiempos, los especuladores han utilizado de forma exagerada los mercados financieros del país para obtener beneficios a corto plazo.
La crisis de Tailandia se debió a las burbujas especulativas provocadas por las grandes afluencias de fondos del sector privado a sectores, como el inmobiliario. La crisis tailandesa muy similar al estallido de las burbujas especulativas de Japón, puede considerarse una quiebra del mercado ocasionada por el desorden de una moral peligrosa, o más concretamente, por la descomposición de las normas éticas ante la perspectiva de obtener ganancias con facilidad.
Asia Oriental trató de impulsar sus exportaciones para emerger de la crisis
económica, agobiada por la caída de sus monedas y del consumo interno. Más, a pesar de la mayoría de los pronósticos, esas economías han lograron recuperarse.
Las estrellas del crecimiento económico del Este y Oeste Asiático se vieron
obligadas a revisar sus estrategias de industrialización que dependen del fondo
extranjero. Parte de los 70 millones de dólares de los fondos absorbidos a fines de 1996 el 53%, según el Banco de Pagos Internacionales correspondió a créditos de instituciones japonesas. De ahí que sea natural que Japón ejerciera el liderazgo en la salida de la crisis monetaria.
Para contribuir al desarrollo sostenible de los países del Este y Sudeste asiático y desarrollar los lazos de convivencia, Japón tendría que liberalizar su mercado protegido y aumentar las importaciones de la región, como hicieron los Estados Unidos con México mediante el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Hay muchas cosas que Japón podia hacer además de inyectar dinero como medida de emergencia, para fortalecer la estructura industrial de Asia a largo plazo.
La teoría económica convencional demostró que, a pesar de todos sus problemas, Asia Oriental debió exportar mucho más que antes, pues las devaluaciones aumentaron su competitividad en el mercado mundial. En la mayoría de los países de Asia Oriental las exportaciones crecían de forma moderada, mientras se redujeron los déficit de cuenta corriente debido a la caída de las importaciones.
Las cuentas de Tailandia e Indonesia, al igual que las de Corea del Sur, cuyo
superávit comercial en enero de 1998 fue de 1 600 millones de dólares, no fueron resultado de un aumento en las exportaciones, sino de la caída de casi el 40% de las importaciones. Las importaciones de Corea del Sur de petróleo, matérias primas, bienes de capital y de consumo cayeron bruscamente.
Los exportadores tailandeses no se beneficiaron en todo con la depreciación de
la moneda, pues varios países importadores tenian menos poder de compra debido al lento crecimiento de la economía. Los principales importadores de bienes tailandeses son, por lo general, sus socios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Japón y China, los cuales disminuyeron sus compras en 1997. Indonesia es otro país con una fuerte dependencia de las importaciones de otras economías de la región, como la ASEAN, Japón y Corea del Sur.
Japón fue criticado en los inicios de las crisis por los analistas, autoridades de
Estados Unidos y del FMI, porque consideraban que la actuación de Japón era
insuficiente. La opinión pública fue que Japón debía contribuir con todo su
potencial a revertir la actual situación financiera de la región y jugar el papel que le toca como primera potencia regional.
Posteriormente los ministros de Finanzas y gobernadores de las naciones más
industrializadas del planeta se reunieron en febrero de 1998 en la capital británica con el objetivo de analizar la situación en el Lejano Oriente, así como presionar a Japón a abrir sus mercados para acelerar la eliminación de la crisis asiática.
La situación de crisis y las exigencias actuales de los países de la región propiciaron la creación de nuevos paquetes de ayuda para estabilizar la zona. A principios de octubre, el ministro de finanzas Kichi Miyazawa presentó en la
reunión del Grupo de los 7 y los representantes de naciones asiáticas elebrada
en Washington, el nuevo plan de ayuda para Asia. Japón anunció un paquete de 30 mil millones de dólares para rescatar el sistema bancario en esto países y contribuir a la estabilización regional conocido como la “ Nueva Iniciativa Miyazawa” ( Plan Miyazawa) el cual fue recibido con beneplácito por todos los
países de la ASEAN.
Los 30 mil millones contemplados en el Plan fueron destinados a ayudar a los
países asiáticos con problemas ( Indonesia, Malasia, Filipinas, Corea del Sur y
Tailandia). La incertidumbre, provocada por el colapso de entidades financieras y la crisis em otros países de Asia, retrasó las inversiones de las empresas niponas en equipos y plantas de producción y frenó el consumo de los ciudadanos nipones.
Del total de créditos concebidos en Asia, alrededor de 18 000 millones de dólares corresponden a China y 240 000 millones de dólares están repartidos entre países, Tailandia y Hong Kong. Los créditos que Japón ha concedido a países en toda Asia, cuyo monto alcanza 258 000 millones de dólares, han sido de difícil recuperación
Conclusiones:
* Japón posee el 45% del comercio y el 30% de sus inversiones con el ASIA
* El principal país importador de la ASEAN es Japón, incrementándose anualmente, sobrepasando el 12% del valor de la importaciones.
* Japón es el Líder de la Región.
* Japón es el donante número uno de la Ayuda Oficial para el Desarrollo de todos los países de la Región.
Bibliografia
su impacto en las Economías Asiáticas. XI Congreso Internacional de ALADAA. Año 2003
1 JAPÓN EN ASIA. Discurso pronunciado por el Sr. Embajador del Japón en la República Argentina, D. Hitohiro ISHIDA, en la Universidad de Belgrano (UB).
Buenos Aires, 13 de agosto de 2008.
El Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón es una revista académica, editada y mantenida por el Grupo eumed●net de la Universidad de Málaga. Tiene el Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas ISSN 1988-5229 y está indexada internacionalmente en RepEc.
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