Yunyslka González Vaguéz
CEAO
 

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En los últimos años, las relaciones bilaterales entre Perú y Japón han ido en ascenso, diversificándose y abriendo las puertas a futuros negocios. En la actualidad, el mercado japonés es importante para la nación latinoamericana, ya que constituye el sexto destino de las exportaciones peruanas, sobre todo de productos tradicionales: mineros y pesqueros, a los que se le añaden los agroindustriales, que en los últimos tiempos alcanzan una notoria relevancia.

La abundancia de recursos naturales que presenta el país latinoamericano, constituye un elemento de interés para los inversionistas japoneses, ya que lo abastece de algunos recursos minerales importantes como por ejemplo, zinc y cobre.

Este acercamiento entre los dos países, basado fundamentalmente en las relaciones comerciales, se ha visto favorecido por el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas. No hay dudas, que existe cierta complementariedad entre ambas naciones, que representa un abanico de oportunidades que impulsarán las relaciones entre los dos países.

Japón y Perú comenzaron sus relaciones diplomáticas, en agosto de 1873, siendo la nación latinoamericana la primera con la que Tokio establecía vínculos de este tipo en nuestra región. Así, en 1899, llegaron al Perú los primeros inmigrantes japoneses.

Las relaciones entre ambos países se vieron afectadas por primera vez en los primeros años de la década del `40, luego del organizado saqueo de propiedades niponas en Lima. Entre 1942 y 1945, fueron deportados un grupo de japoneses hacia campos de concentración en los Estados Unidos por acuerdo entre los gobiernos de Perú y Washington, basándose en una política de seguridad continental. Los prisioneros civiles de origen japonés serían utilizados para el canje por norteamericanos atrapados en Asia.

Al término de la guerra, sólo 100 lograron regresar al Perú y 300 quedaron detenidos en los Estados Unidos. En 1947 la inmigración de japoneses y de otros ciudadanos del denominado "Eje" al Perú fue nuevamente permitida, fijándose una cuota anual de 150 personas por año.

Desde finales de la década de los `80, se inició un nuevo proceso migratorio, pero con Perú como zona de emigración . El éxodo masivo hacia Japón, de peruanos descendientes y no descendientes de japoneses en búsqueda de empleos, llegó a ser mayor que los emigrantes japoneses al Perú.

Entre 1990 y el 2000, las relaciones bilaterales entre los dos países se vieron afectadas por las tensiones generadas durante el gobierno del ex – presidente Alberto Fujimori, quien huyó del país andino hacia Japón en medio de un escándalo de corrupción y fue acogido como ciudadano durante cinco años, ocasionando un enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones hasta el 2006.

Relaciones comerciales, flujos de inversión y cooperación entre Japón y Perú en el 2006 y 2007.

El comercio entre Perú y Japón ya no se limita al tradicional sector pesquero, sino que se ha diversificado, expandiéndose a otros rubros, alcanzando en algunos casos tal relevancia para Lima, que ha calificado a Tokio, como un socio estratégico y primordial.

Según cifras de la Comisión para la Promoción de Exportaciones (PROMPEX), en los últimos años el intercambio comercial entre ambos países ha sido ascendente, registrando un crecimiento promedio anual de 8.5%. En el 2006, el monto de dicho intercambio ascendió a 1,716 millones de dólares, representando un incremento del 68% con relación al año 2005 .

Tal comportamiento ha incidido positivamente en la balanza comercial peruana, terminando el 2006, con un saldo de 744 millones de dólares. Asimismo, las exportaciones a Japón llegaron en ese mismo año a la cifra récord de 1,230 millones de dólares, 103% más que el 2005 .

Haciendo un análisis más detallado de los flujos comerciales, se puede destacar que, en el 2006, Japón se convirtió en el octavo lugar de origen de las importaciones peruanas, figurando entre los principales productos: vehículos, láminas metálicas, neumáticos, entre otros. Esta tendencia al ascenso continúa en la actualidad.

Asimismo, Tokio fue el sexto destino de las exportaciones peruanas, duplicándose el valor de los bienes exportados respecto al 2005. Los envíos a la nación asiática son, principalmente, productos primarios, sobre todo zinc y cobre . No obstante, además de los recursos minerales, algunos productos agrícolas han alcanzado gran notoriedad, entre los que se destacan, la Maca y el fruto Camu Camu, de gran preferencia entre los ciudadanos japoneses.

A pesar de los avances experimentados en el intercambio comercial, aún no representa, ni siquiera, el 1% del total del comercio japonés, lo que hace que este sea asimétrico. De ello se deduce, que Perú no ocupa un lugar relevante para Tokio en esta esfera. No obstante, se aprecia una mayor dinámica en las relaciones, materializada en que el monto de las importaciones se duplicó en el 2006.

En el 2007, Japón se consolidó como sexto destino de las exportaciones totales de Perú, sobre todo de productos tradicionales . Los envíos de la oferta exportable en enero de 2008, sumaron 134 338 mil millones de dólares, 73% más que en similar mes del año anterior. El país asiático fue superado por EE.UU. que concentró el 20% de los envíos, China (12%), Suiza (9%), Chile (7%) y Canadá (6%) .

Sin embargo, Japón exportó principalmente productos no tradicionales que ascendieron a 790 056 mil millones de dólares, concentrados fundamentalmente en: metal mecánicos, químico, siderúrgico, textil, pesca no tradicional y minería no metálica, entre otros.

Las perspectivas para las relaciones comerciales entre estos dos países en el 2008, son favorables, sobre todo para la nación latinoamericana. Durante la visita a Japón, del presidente Alan García, se acordó impulsar las relaciones en la esfera comercial, valorándose la posibilidad de firmar, en el futuro, un TLC. No obstante, la parte japonesa piensa que los vínculos en esta esfera deben madurar para después pensar en establecer este tipo de acuerdo.

Las relaciones de inversión entre estas naciones no son notables. Hasta el 2006, los “stock de inversión” en Perú eran sólo de 230 millones de dólares . Recientemente, se acordó explorar las posibilidades de un acuerdo de promoción de la inversión, como una vía para asegurar el aumento de este tipo de flujos, sobre todo en el sector energético.

Sin embargo, los montos en materia de cooperación han tenido mayor importancia, figurando Lima como uno de los mayores receptores de la cooperación japonesa en América Latina , aunque las cifras aún son insuficientes.

En general, la visita de Alan García a Japón fue un aspecto muy positivo. En materia de financiamiento, Perú obtuvo préstamos del Banco de Cooperación Internacional de Japón (JBIC), para el desarrollo de la infraestructura, que se destinarán a: alcantarillado de ciudades, el servicio eléctrico de cientos de pueblos y el sistema de riego de partes altas de la Cordillera de Perú.

También, el Ministerio Relaciones Exteriores de Japón, otorgó una donación de 8 millones de dólares para apoyar la reconstrucción en la región de Ica, una de las más dañadas por el terremoto de agosto de 2007. En total, se aseguraron créditos por unos 300 millones de dólares para diversos proyectos .

Valoraciones finales

Aunque en la actualidad, las relaciones comerciales entre Perú y Japón no tienen un gran alcance, en tendencia, deben ir adquiriendo una mayor dimensión. Para Lima, su desarrollo puede representar una gran oportunidad en cuanto a financiamiento, adquisición de tecnología de punta, inversiones y exportaciones, aspectos que, en un futuro, pueden repercutir favorablemente, en el nivel de competitividad de la economía peruana.

A pesar de que Japón, no considera a Perú un mercado importante, ni un destino atractivo para localizar sus inversiones, sí está interesado en abastecerse de sus recursos naturales (cobre y el zinc), que le son necesarios para su pujante industria.

Por tanto, puede concluirse que, en el comercio entre ambos países existen grandes asimetrías, dadas, sobre todo, por la calidad, variedad y competitividad de los productos que comercializan. Japón exporta productos de alto valor agregado, mientras que Perú envía al mercado asiático productos minerales con bajo nivel de elaboración.

En el plano político, la visita de Alan García, puede significar un giro en el estado actual de las relaciones diplomáticas entre Lima y Tokio, las cuales se vieron afectadas durante el mandato del ex - presidente Alberto Fujimori, desde 1990 hasta el 2000, e interrumpidas hasta el año 2006, como consecuencia de las concesiones hechas por el gobierno japonés al ex –mandatario. No se descarta, que Tokio podría aprovechar este acercamiento, como una vía para influir en las decisiones finales sobre el caso Fujimori.

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