Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón
Vol 2, Nº 9 (septiembre 2010)

 

UNA PROPUESTA EDUCATIVA DE INTERCULTURALIDAD LINGÜÍSTICA Y LITERARIA: EL HAIKU EN EL AULA DE E.S.O.

 

Fernando Cid Lucas
Asociación Española de Orientalistas (UAM)
Irene Criado López (CV)
Universidad de Extremadura

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0. INTRODUCCIÓN

El presente artículo tiene como finalidad exponer varias propuestas pedagógicas que girarán entorno al haiku (una de las estrofas clásicas más representativas dentro de la métrica clásica nipona), visto como herramienta didáctica en el aula de inglés, ya que por su simplicidad (sólo aparente, pero muy útil para nuestra causa) se nos presenta como excelente argumento didáctico. A la par, con él lograremos introducir al alumnado en una cultura tan alejada de la nuestra, tanto geográfica como ideológicamente, como es la japonesa. Además, una bibliografía cada vez más abundante sobre este asunto ayudará a alisar el terreno a los profesores que decidan llevarla a cabo en sus aulas.

1. ANTES DE COMENZAR ¿QUÉ ES UN HAIKU?

Decíamos en nuestra introducción que el haiku es una de las estrofas más representativas de Japón, junto con el katauta, el chōka, el renga o el tanka . Pero ahora nos detendremos en esta última estrofa citada, ya que es de ella de quien se desgaja el haiku (hecho que debió suceder a principios del siglo XVII de nuestra era, bajo el magisterio de Matsuo Bashō). Así, el tanka presenta una estructura de cinco versos de 5-7-5-7 y 7 sílabas , y fue ésta la forma favorita de nobles y cortesanos del Japón en época Heian (794-1185).

En efecto, muchos fueron los tankas compuestos en estos frívolos ambientes, y muy difundida la estrofa, cuya supremacía entre las demás fue indiscutible hasta la llegada del haiku. Así, parecía más que lógico que la aparición de una nueva forma debería hacerse de la mano del omnipresente tanka. En efecto, el haiku “canónico” está compuesto tan sólo por tres versos de 5-7 y 5 sílabas, precisamente la estructura que presenta el tanka en sus tres versos de inicio, desprovisto de sus dos últimos heptasílabos, por considerar los primeros compositores de haikus que frenaban la cadencia natural del poema, otorgándole un final demasiado previsible, a la par que (y se añade un componente sociolingüístico) buscaba oponerse al refinado y en ocasiones pacato leguaje de los cortesanos. No debemos olvidar tampoco que muchos de los hakuin provenían de las clases media y baja, y buscaban en sus versos la comicidad y la diversión, buscada tanto por quien compone el poema y por quien lo escuchará luego (como “juego poético” se ha definido en muchas ocasiones).

Pasan por ser los creadores del haiku los poetas Yamazaki Sokan (1460-1540) y Arakida Moritake (1473-1549), reconocidos y honorados en su país de origen. Precisamente, a este último se le atribuye uno de los primeros haikus que se nos han conservado, dotado ya de una delicadeza y de una frescura que habrían de ser la tónica de esta estrofa. Dice así:

Rak-ka eda ni ¿Estoy viendo flores caídas

kaeru to mireba que retornan a la rama?

kochoo kana ¡Es una mariposa!

Posteriormente, será con Matsunaga Teitoku (1571-1653) con quien se refine la estrofa, despojándola de todo tipo de vulgaridad, pero manteniendo su comicidad e ingenio, aderezada, además, con el espíritu del zen que podemos constatar en otras artes, como los koan o la pintura sumi-e. Será ahora cuando aparezcan en escena las grandes figuras, que influirán con sus versos en generaciones posteriores de poetas y que trascenderán, incluso, las mismas fronteras del Japón. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a Matsuo Bashō (1644-1694), maestro indiscutible que nos ha legado los que tal vez sean los más bellos haikus jamás escritos en lengua japonesa. Como muestra sólo un botón:

Furu ike ya Un viejo estanque;

kawazu tobikomu al zambullirse una rana,

mizu no oto ruido de agua .

Si somos perspicaces y no nos dejamos llevar por el pánico que suscita intentar hacer nuestra una forma métrica japonesa, veremos en el haiku una simplicidad premeditada del lenguaje (casi inocencia podríamos decir) que nos será de gran utilidad a la hora de trabajar con la lengua inglesa (tan sintética muchas veces), solicitando del alumnado un nivel medio de esta disciplina a la hora de la elaboración de sus haikus. Por otra parte, es recomendable que el profesor proporcione a los alumnos listas de palabras recomendadas con las que llevar a cabo la experiencia que proponemos. Desde luego que no exigiremos a los chicos una pulcritud y una exactitud propia de un poeta profesional, sino que les plantearemos un juego (recuperando el cometido primigenio del haiku), o la creación de un nexo entre dos culturas, en donde las palabras inglesas y una estructura nipona serán los ingredientes principales.

Asimismo, nos gustaría añadir que ya se ha trabajo con las técnicas que aquí proponemos en distintos puntos del planeta y en diferentes asignaturas (por supuesto, incluida la de inglés). La todopoderosa red virtual está llena de páginas en las que podremos leer ejemplos de chicos de diferentes nacionalidades y edades que han conseguido verdaderas joyitas y un excelente uso del lenguaje (materno o no). Leamos ahora un haiku escrito por Nahanni Stevenson, niño canadiense de sexto grado:

A heron rises

in the middle of the swamp

under the full moon .

O este otro, de Marina Dávila, de tan sólo once años:

My dog has a collar,

I have a nice bracelet;

Walking together.

2. EL HAIKU AL AULA ¡MANOS A LA OBRA!

2.1. Justificaciones previas

Quizá resulte repetitivo aseverar que estamos convencidos de que la actividad que proponemos a continuación tendrá el éxito casi asegurado, debido éste a varios factores. En primer lugar, es fácilmente constatable que, cada día más, el interés hacia la cultura japonesa es mayor para nuestros alumnos; es evidente que son consumidores asiduos de manga, espectadores de animé y seguidores de la moda y la tecnología nipona. Por esto, el hecho de ofrecer a los chicos la posibilidad de realizar una actividad típicamente japonesa como es la redacción de una de sus estrofas clásicas por antonomasia, conseguirá atraer y concentrar su atención durante el transcurso de la/s sesión/es. Por otro lado, y siendo ahora más pragmáticos, con la actividad nos alejamos un tanto del soliloquio monótono del profesor y conseguimos dinamizar la clase, obteniendo un taller en el que todos (profesor y alumnos) estaremos en las mismas condiciones para escribir nuestros pretendidos haikus. Para finalizar, nos gustaría añadir que con experiencias como esta estamos fomentando la interculturalidad, tan perseguida en el aula (no importa el nivel), ya que en el aula de un colegio de expresión española cualquiera, usando herramientas japonesas, estaremos practicando la lengua inglesa.

2.2. Destinatarios

Consideramos destinatarios ideales de esta actividad a chicos que se encuentren cursando Bachillerato o los últimos cursos de la E.S.O., ya que, como ya aludíamos antes, no se necesita un perfecto dominio del idioma para conseguir muy meritorios haikus.

2.3. Comenzando

Una vez que hemos dado en clase unas pocas pinceladas sobre lo que es un haiku e, incluso, ubicado Japón en un mapa o invitado a los alumnos a que nos cuenten ellos mismos qué es lo que saben sobre el Imperio del Sol Naciente , nos pondremos manos a la obra con nuestros estudiantes. Para comenzar, podemos quitarles el “miedo” haciendo la lectura de varios poemas en voz alta, a la que vez que ellos pueden hacerlo teniéndolos sobre el papel. Seguidamente, debemos insistir mucho en que el haiku busca trasmitirnos bellas imágenes, no es una poesía del artificio, de estructura rebuscada y versos complicados, sino que en sus tres líneas debemos encontrar la imagen más bella que la Naturaleza pueda darnos: cumbres nevadas, corrientes rumorosas, valles recién florecidos, hojas caídas, etc. Evidentemente, los alumnos no tienen por qué conocer tal cantidad de vocabulario estacional o naturalista, pero, como sucede con los compositores profesionales de haikus en Japón, que se valen de largas y variadas listas de palabras que usan en sus poemas, nosotros también podemos, como ya decíamos, proporcionar listados de palabras que puedan utilizar en sus composiciones y que son frecuentes en los haikus clásicos, con lo que también conseguiremos orientarles en sus ejercicios. Ponemos como ejemplos las siguientes:

Bamboo=Bambú

Blooming=Floración

Cherry tree=Cerezo

Chrysanthemum=Crisantemo

Cicada=Cigarra

Crane=Grulla

Dew=Rocío

Maple tree=Arce

Mist=Niebla

Moor=Páramo

Nightingale=Ruiseñor

Pond=Charca

Rush=Junco

Sunflower=Girasol

Etc.

Por otra parte, podemos añadir otro folio con unos cuantos adjetivos que los chicos no encontrarán con frecuencia en sus libros de texto y que -hablamos por experiencia- muchos de ellos les quedarán grabados en su memoria. Se trata ahora de que traspasen imágenes bellas al papel utilizando una estrofa mínima y un vocabulario simple; el profesor, en todo momento pendiente de los progresos del alumnado, (y que puede ensayar sus propios haikus sobre el encerado), podrá ayudar a resolver cuantas preguntas se planteen. Algunos de estos adjetivos podrían ser:

Colourful=Colorido

Frozen=Helado

Peaceful=Pacífico

Shining=Resplandeciente

Smooth=Suave

Starry=Estrellado

Weak=Tenue

Etc.

Si se dispone de tiempo y el profesor está dispuesto a utilizar dos sesiones o más, podrá recomendar a los alumnos que consulten en su casa (vía internet o en libros que seguro encontrarán en la biblioteca más próxima) los haikus de los grandes maestros, primero los de los autores japoneses, luego algunos en lengua española y luego los de poetas ingleses como Ezra Pound o Jack Kerouac (tan recomendados -dicho sea de paso- para documentar y argumentar nuestra actividad). Hablando por actividades realizadas anteriormente, muchos serán los chicos que vuelvan a la segunda sesión con un par de haikus de algún escritor consagrado o que le han llamado la atención anotado en su cuaderno o, mejor aún, uno de su propia cosecha.

El resto de la clase la podemos dedicar a seguir elaborando nuestros poemas y permitiendo a los alumnos que se pregunten unos a los otros usando el inglés (eso al menos sería lo ideal) frases como:

-What is the theme of your haiku?

-What is the English word for…?

- What is your favourite haiku?

Para finalizar, concluiremos con la exposición y puesta en común de los poemas resultantes y la valoración de las imágenes poéticas logradas, dejando a los chicos que expliquen el significado de las palabras que han empleado y preguntándoles el motivo de haberlas usado. Una última valoración global sobre la actividad, pidiendo que nos indiquen lo que más les ha gustado y lo que menos (o lo que les ha resultado más fácil y más difícil) concluirá nuestra experiencia.

3. CONCLUYENDO

En contra de lo que pueda parecer a primera vista, el ejercicio de composición poética está muy al alcance de chicos que cursan Bachillerato o los últimos cursos de E.S.O. Por otra parte, a la vez que los alumnos se familiarizan con materias imprescindibles, como la lengua inglesa, la métrica, rima, etc. resulta muy válido, asimismo, para la asimilación y comprensión de otras culturas tan distintas a la nuestra como es la japonesa. Ejemplos como el anteriormente descrito son aconsejados para la buena construcción de la por muchos anhelada “aldea global” y para un mejor entendimiento entre países.

BIBLIOGRAFÍA

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HIGGINSON, William J., The Haiku handbook, Tokyo, Kodansha International, 1989.

KEROUAC, Jack, Libro de jaikus, Bartleby Editores, Madrid, 2007.
  


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Cid Lucas y Criado López:  “Una propuesta educativa de interculturalidad lingüística y literaria: el Haiku en el aula de E.S.O." en Observatorio de la Economía y la Sociedad del Japón, septiembre 2010. Texto completo en http://www.eumed.net/rev/japon/

 

 

 

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