EL MANEJO DE LA FLORA PARA LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA EN ÁREAS PROTEGIDAS DE TOPE DE COLLANTES
Claribel Suárez Pérez (CV)
claribel@fame.suss.co.cu
Ildefonso Orrantia Cárdenas (CV)
fonfi@fame.suss.co.cu
Alejandro Díaz Medina (CV)
alejandro@fame.suss.co.cu
Rolando Hurtado Escalante
Facultad Agropecuaria de Montaña del Escambray
RESUMEN
La biodiversidad de especies constituye la base para procesos de Restauración Ecológica en áreas degradadas. Con el objetivo de determinar las especies de árboles y arbustos potenciales para la Restauración Ecológica en Tope de Collantes, se desarrolló un estudio que abarcó el inventario de estos en la flora de las áreas Codina y Guanayara del Paisaje Protegido “Tope de Collantes”. La metodología seguida parte de la caracterización de la flora a través de una exhaustiva búsqueda bibliográfica. Los datos fueron agrupados en el Paquete ACCES y procesados a través de 12 consultas. Como resultados más relevantes se presenta la alta biodiversidad de las áreas que incluyen 31 plantas endémicas y el mismo número de aloctónas, además el mayor porciento toleran la acidez de los suelos y la baja fertilidad y 12 especies son caracterizadas con poder invasor medio y alto. Con relación a los servicios se describen 26 especies maderables, 24 medicinales, 16 melíferas y 13 como combustible. De 80 especies estudiadas se proponen 20 plantas con potencialidades para la Restauración Ecológica en las áreas de estudio.
Palabras clave: Flora, restauración ecológica, biodiversidad, poder invasor, servicios ambientales.
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1. INTRODUCCIÓN
La biodiversidad refleja el número, la variedad y la variabilidad de los organismos vivos. El concepto también abarca la manera en que esta diversidad cambia de un lugar a otro y con el paso del tiempo, indicadores como el número de especies de un área determinada pueden ayudar a realizar un seguimiento de aspectos de la biodiversidad (GreenFacts, 2005).
Tope de Collantes, es un Paisaje Natural Protegido (Categoría V de la UICN) que se define como un área terrestre, en estado natural o seminatural que es manejada principalmente con fines de protección y mantenimiento de condiciones naturales, servicios medioambientales y desarrollo del turismo sostenible. El valor de sus recursos podrá no ser notable, pero facilitan un flujo de servicios y procesos ecológicos vitales, tales como servir de corredores biológicos, mantener la pureza del aire y el agua, proteger contra la erosión, mantener valores naturales estéticos, u otras funciones de similar naturaleza (Omsierramaestra, 2007).
En el año 1949, la cobertura boscosa en el área era de 2345,83 hectáreas, para un 78 % del total, con. 591.38 hectáreas deforestadas, aumentando a 840.79 hectáreas en el año 1970, representando un 40% más que el período anterior. Estudios realizados demuestran que para 1999, el área deforestada disminuyó en un 10% con respecto a 1970 (Ruíz, 2009).
Sin embargo, aún subsisten deficiencias como: inadecuada selección de especies y de sitios para la reforestación, calidad de las plantaciones y deficiente estructura en cuanto a diversidad de especies, que pueden ser resueltas a partir de la Restauración Ecológica. Esta situación nos permite plantear como problema científico ¿Qué características deben tener los árboles y arbustos para la Restauración Ecológica en áreas del Paisaje Natural “Tope de Collantes”?
Atendiendo a los aspectos anteriores se plantea como Objetivo general: Determinar las especies de árboles y arbustos potenciales para la Restauración Ecológica en Tope de Collantes.
2. MATERIALES Y MÉTODOS
El presente trabajo se realizó en la localidad Tope de Collantes, ubicada en el macizo Guamuhaya. Para la designación de las áreas se tuvieron en cuenta criterios como diversidad de recursos naturales disponibles; para el turismo de naturaleza; grandes potencialidades naturales (en especial por su rica y original biota, así como los valores estético-escénicos de sus paisajes); fragilidad de los sistemas ambientales naturales (algunos con demanda de mejoramiento, debido a la degradación), y que a su vez sirven de refugio natural.
Las áreas de estudio estuvieron representadas por Codina y Guanayara. Para su caracterización se utilizó el Plan de manejo 2010 -2011 (Complejo Gaviota “Tope de Collantes” (2010). Se tomaron en consideración los siguientes criterios de selección:
Presencia de bosque siempre verde mesófilo secundario.
Presencia de plantas endémicas, alóctonas e invasoras.
Altos índices de diversidad.
Áreas con manejo de conservación.
Para el desarrollo de la investigación y en la recopilación de datos se utilizaron el análisis de documentos, la entrevista informal y la observación científica.
Las plantas en estudio se caracterizaron atendiendo a los siguientes indicadores:
Ser de fácil propagación.
Resistir condiciones limitantes, como baja fertilidad, sequía, exceso de humedad, bajas temperaturas, altas temperaturas, suelos ácidos y salinidad.
Tener crecimiento rápido y buena producción de materia orgánica como hojarasca.
Poseer utilidad adicional a su efecto restaurador; como producir leña, carbón, forraje nutritivo, alimento animal, frutos comestibles, madera, néctar, ser medicinales, aceites, colorantes, papel, fibras, ornamentales, como abono verde, resinas etc.
Nula tendencia a adquirir una propagación malezoide invasora, incontrolable.
Que tiendan a favorecer el restablecimiento de las poblaciones de elementos de la flora y fauna nativas, proporcionándoles un hábitat y alimento.
Los resultados obtenidos fueron procesados a través del paquete ACCESS. Para la caracterización de la flora por sus características: Familia; Nombre científico; Género; Nombre vulgar; Poder germinativo de la semilla; Sistema radicular; Reproducción; Área foliar; Porte; Categoría de manejo; Potencial invasor; Servicio al ambiente y resistencia a estrés fue necesario realizar una amplia revisión bibliográfica en textos básicos y específicos, bases de datos y páginas web. Con la información recopilada fue posible diseñar la Base de datos y realizar las consultas necesarias para mostrar los resultados del trabajo. En los rubros carentes de información, se incluyó la frase "No disponible".
3. RESULTADOS
3.1 Características de Codina
Codina desde el punto de vista de las formaciones vegetales presenta un Bosque siempreverde mesófito secundario. Existe gran diversidad faunística, principalmente aves, y zonas de interés florístico, con alto endemismo, donde se incluye una parcela de estudio de diversidad florística dirigida por el Instituto Forestal.
El área es objeto de conservación y ha experimentado diferentes cambios a lo largo de la historia, pues el área fue totalmente talada; hoy se encuentra en recuperación, con gran estabilidad de sus ecosistemas por la recuperación de las plantaciones experimentada a partir de los años 60, atendiendo a la alta fragilidad.
Se identificaron las especies con características arbustivas a partir del informe final del estudio de Diversidad de la flora y la fauna de invertebrados de Tope de Collantes (Mestre y col., 2003). De 168 especies descritas 19 son árboles y 39 arbustos
3.2. Características de Guanayara
Ubicado a 15Km de Tope de Collantes, en los límites entre Cienfuegos y Villa Clara, el parque Guanayara cuenta con un área aproximada de 400 ha. El lugar es atravesado por el río Charco Azul que, en su descanso hacia la presa Jibacoa, de la cual es tributario, presenta hermosos saltos, piscinas naturales, pozas y desriscaderos (barrancos). El tipo de bosque del área es Siempreverde mesófilo secundario, paredones y bosque de galería.
La presión sobre esta estructura geográfica es crítica por el grado de deterioro actual en cuanto al uso de suelo para la agricultura extensiva y la ganadería; el área fue totalmente talada en los siglos XIX y XX y, de acuerdo con el régimen de explotación actual, la recuperación resulta muy lenta.
De 184 especies descritas para el área, con características arbustivas se identifican 23 árboles y 26 arbustos pertenecientes a 30 familias botánicas. El área presenta gran diversidad biológica.
La presencia de árboles y arbustos en las zonas permite gran diversificación en el ecosistema, al ofrecer protección contra la erosión del suelo, regímenes locales favorables de temperatura y humedad, reposición constante de materia orgánica del suelo y el albergue para una gran variedad de insectos benéficos, así como constituir nichos para la fauna. Por su parte, Burstein y col. (2002) consideran que los bosques permiten además la captura de carbono, mejoran el desempeño hídrico, la conservación de la biodiversidad y la belleza escénica.
3.3. Características de las especies de árboles y arbustos presentes en las zonas de estudio
3.3.1. Poder germinativo de las semillas
El poder germinativo de las especies (Figura 1) constituye uno de los elementos fundamentales a la hora de establecer un manejo en áreas boscosas, por la importancia que reviste el menor tiempo que una planta permanece en el vivero, por otra parte, también las plantas que se regeneran en condiciones naturales necesitan elevados poderes germinativos de las semillas maduras para aprovechar las condiciones climáticas del área y no afectarse la germinación por las relaciones bióticas antagónicas que se establezcan en la misma.
De acuerdo con Villiers (1972), la viabilidad de la semilla depende del poder germinativo de la misma, considerando las propiedades del embrión; la impermeabilidad física de la cubierta seminal al agua y los gases, la resistencia mecánica al crecimiento del embrión y el embrión subdesarrollado. Cuando las semillas poseen buen poder germinativo al ser colocadas en condiciones óptimas, germinan en tiempo más breve y vigorosamente (Puente y col., 1987)
Álvarez y Varona (2006) plantean que a la especie P. caribaea en muchas áreas forestales se le aplican tratamientos pregerminativos por presentar poder germinativo medio, indicando tratamiento en inmersión en agua.
3.3.2. Categoría de manejo
Del inventario de la flora en las zonas de estudio se deriva que existen 31 endémicas que elevan el valor ecológico de las áreas, se reportan además el mismo número de alóctonas
Las plantas endémicas en la biodiversidad cubana, según Berovides y Gerhartz (2007), son elementales en el manejo por preservar áreas estratégicas.
Resaltar las plantas endémicas en el área presupone un manejo de conservación, Pérez y Alonso (2009) plantean que el endemismo cubano presenta tendencias en su distribución; es mayor en las áreas montañosas, que en los llanos y colinas. Los grupos de mayor porcentaje de endemismo son las plantas con flores, y se han reconocido los distritos fitogeográficos de mayor endemismo para cada región, donde el Macizo de Guamuhaya se sitúa en el primer lugar de la Región Central cuando se analiza el endemismo vegetal.
3.3.3. Tolerancia al estrés de las plantas
La Figura 3 muestra la resistencia a estreses ambientales que presentan las especies descritas, donde el mayor número de ellas tolera la acidez de los suelos y la baja fertilidad, condiciones edáficas presentes en las áreas estudiadas (Reyes, 2006). En orden decreciente toleran el exceso de humedad, altas y bajas temperaturas y la sequía.
Estas características imprimen un valor agregado a las plantas en estudio, si se considera que poseen la capacidad para soportar la tensión y sobrevivir bajo las condiciones extremas ambientales, sin que por ello la planta muera adaptándose a varios factores de estrés.
Estas características imprimen un valor agregado a las plantas en estudio, si se considera que poseen la capacidad para soportar la tensión y sobrevivir bajo las condiciones extremas de estrés, sin que por ello la planta muera. Se reconoce que las temperaturas elevadas casi siempre acompañan a las condiciones de sequía y, en sí mismas, es un importante factor de tensión del ambiente. El propio autor refiere que las plantas pueden aclimatarse a varios factores de estrés. Lo hacen desarrollando una tolerancia (fortalecimiento) contra el factor de estrés que produjo el cambio y por lo común también contra otros factores de tensión (Sakai y Larcher, 1987).
3.3.4. Características invasoras de las especies estudiadas
Cuando se analiza el criterio de Potencial invasor que según Vázquez y col. (2009) invalida a las especies para formar parte de las restauraciones ecológicas aparecen varias de ellas con potencial medio y máximo.
Según Vázquez y col. (2009) las plantas para ser utilizadas en procesos de Restauración Ecológica deben presentar nula tendencia a adquirir una propagación malezoide invasora, incontrolable, planteando que en áreas muy alteradas o en las que se presenta una invasión natural o inducida de especies de plantas foráneas se podrían requerir de acciones como: eliminación de la vegetación invasora, mejoramiento ambiental del sitio por medio de especies vegetales locales o introducidas, adecuadas para el fin buscado.
Díaz (2010) refiere que en los ecosistemas naturales, las especies exóticas invasoras comúnmente compiten con las especies autóctonas y las reemplazan. Sin embargo, no todas las especies exóticas son dañinas. De hecho, algunas hasta cumplen con roles ecológicos previamente desempeñados por las especies autóctonas que ya son raras o que se han extinguido, considerando para la restauración sus servicios.
Por su parte SER (2004) considera que si se eliminan todas las especies exóticas del sitio de restauración, la probabilidad de re-invasiones podría ser alta. Por lo tanto, pasa a ser imprescindible que se desarrolle una política para cada especie exótica que se encuentra presente, conforme a realidades biológicas, económicas y logísticas.
3.3.5. Categoría de las especies por su valor de uso
La caracterización del valor de uso de las especies en estudio es necesaria para obtener un diagnóstico acertado de las áreas, ya que según Rodríguez y col. (2005) constituye la base para establecer un futuro método de Restauración Ecológica.
Las especies con mayores potencialidades por ofrecer mayor número de servicios son Tithonia diversifolia (Hensl.) A. Gray; Taliparitis elatum (Sw.) fryxell; Roystonea regia (Kunth.) O. F. Cook.; Crescentia cujete L. Belice; Cordia nitida Vahl.; Melaleuca leucadendron L.; Rhododendrum nudiflorum; Nectandra coriacea (Sw.) Griseb; Chrysophyllum oliviforme L.; Cordia linnaei Steam; Cedrela odorata L.; Clusia rosea Jacq.; Andira inermis (W. Wr.) Kunth ex DC. SJ 96; la mayoría de ellas poseen un alto valor maderable, medicinal, alimenticio y como combustible (leña o carbón). La Figura 4 muestra el número de servicios ambientales que las especies brindan en el ecosistema, predominando el valor económico lo que resalta su importancia.
Dentro de los servicios predominan los maderables utilizados como elementos de construcción (horcones, postes, varas, tablas), las especies, Pinus caribaea Morelet; Roystonea regia (Kunth.) O. F. Cook.; Andira inermis (W. Wr.) Kunth ex DC. SJ 96; maderas para carpintería (construcción de muebles) entre los que se ubican Cedrela odorata L., Andira inermis (W. Wr.) Kunth ex DC. SJ 96; Tabebuia sp.; Taliparitis elatum (Sw.) fryxell.; Guarea guidonia (L.) Sleumer; y en la artesanía Zanthoxylum martinicense (Lam.) según Fords (1965). Rodríguez y col. (2005), en estudios realizados en Guisa, coinciden con los resultados expuestos para las especies C. odorat, T. elatus y T. sp.
Tradicionalmente los países han otorgado a los productos forestales madereros, ya sea de origen de bosques nativos o plantados, una alta importancia debido al rol estratégico de los mismos. En cambio, los Productos Forestales No Madereros (PFNM), es decir, aquellos productos que provienen de los bosques, pero que son diferentes a la madera (frutos, cortezas, savias, entre otros), no han tenido un tratamiento similar (Albelo, 2009).
El valor medicinal de las especies se ubica en el segundo lugar de las categorías de uso, aspecto de gran importancia si se considera la necesidad de la medicina tradicional para la población y sus aportes a la industria de medicamentos. Fuentes y col. (1989) refieren que C. linnaei es cultivada en Tope de Collantes desde 1981, particularmente abundante, con floración durante todo el año y presenta característica astringentes y hemostática. Coinciden igualmente al describir U. baccifera en la localidad desde el año 1983, utilizadas en la medicina tradicional por sus propiedades en el tratamiento de afecciones renales.
Por su parte, Pelicie y Hernández (1988), en estudios realizados en Santiago de Cuba exponen que popularmente se considera medicinal a Casearia hirsuta Sw.
Coinciden con trabajos realizados en la localidad relacionados con el valor medicinal de las especies Talipariti elatum Sw. (majagua) y Citrus limon (L.) Burm. F., (limón) con un amplio uso no solamente por parte de las unidades productoras de fitofármacos, sino también como parte de las especies más sembradas por los campesinos en sus propias fincas (Albelo, 2009).
En los momentos actuales los productos no maderables de los bosques cobran gran importancia, a partir de la necesidad de proteger y conservar las zonas boscosas, por su valor ecológico y económico, entre éstas la producción de mieles ocupa un lugar significativo.
Al respecto en las áreas se encuentran 16 especies de plantas con alto valor melífero por la calidad en sus mieles, entre las que se encuentran Cordia linnaei Steam, taxón con amplia floración y producción de mieles; además aparecen otras con floración oportuna que brindan néctar y polen en los meses de menor floración (Fernández y col., 1999), entre las que se encuentran: Citrus, Prunus occidentalis Sw, Roble; También aparece Roystonea regia (Kunth.) O. F. Cook. (Palma Real) considerada como indicadora de mieles cubanas por su elevada producción de polen que es preferida por las abejas, elementos que muestra esta planta en otras regiones de Cuba (Rodríguez y col., 2005).
Pérez (2007) reporta especies de gran valor melífero, como el mangle prieto, (Avecennia germinans), el soplillo, (Lisyloma bahamensis); el júcaro, (Bucida buceras); la varia, (Gerascanthus gerascanthioides), la palma real (Roystonea regia (Kunth.) O. F. Cook.) que coinciden para una especie con los resultados que se presentan.
Por otra parte, se considera Cuajaní (Prunus occidentalis Sw.) como una planta que produce el néctar que atrae a la fauna responsable de la polinización dentro de ellas, las abejas, por tener larga y copiosa floración y por supuesto de alta producción, coincidiendo con lo reportado por Mesa y col. (1999).
Los resultados reportados por Albelo (2009), sobre el Roble (Tabebuia angustata Britt.), Ayua, cuajaní (P. occidentalis), la palma (R. regia) y los cítricos, como especies de alto valor melífero en Tope de Collantes, corroboran los obtenidos con este trabajo. Refieren que en la localidad existen potencialidades para el aprovechamiento de este recurso en el área, con promedios de 40,9 Kg/ha de mieles sin realizar manejo de especies melíferas.
Es importante destacar que se describen 13 especies que pueden ser utilizadas como combustible (leña o carbón) Cordia linnaei Steam; Crescentia cujete L. Belice; Cordia nitida Vahl.; Buchenavia tetraphylla (Aubl.) R. A. Howard; Casearia guianensis (Aubl.) Urb.; Prockia crucis L.; Nectandra coriacea (Sw.) Griseb; Miconia laevigata L.; Dichrostachys cinerea (L.) Wight & Arn.; Trophis racemosa (L.) Urb.; Bambusa vulgaris Schard. Ex Wendi; Prunus occidentalis Sw.; Cupania americana L. Brunfelsia macroloba Urb., según criterios de Fords (1965).
Rodríguez y col. (2005) encontraron 24 especies que se pueden utilizar como leña en áreas de Guisa, reportadas como idóneas por la excelente calidad de su biomasa, y potenciales para satisfacer la demanda de combustible vegetal de la población.
3.3.6. Plantas potenciales para la Restauración Ecológica
El resultado de la consulta realizada aportó que para el área Codina existen 15 plantas elegibles y ocho para Guanayara (Tabla 4). De las mismas, en la primera área, maderables nueve y frutales seis especies, y para Guanayara cinco maderables y tres frutales.
El análisis de las áreas arrojó menor número de plantas para Guanayara y si se considera la importancia de la restauración en áreas del Paisaje Natural de Tope de Collantes, resulta necesario la inclusión de algunas especies reportadas para Codina. Entre ellas son de gran importancia las plantas forestales que aportan madera preciosa y que por su tolerancia y servicios pueden crecer y desarrollarse en esta zona, por ello pueden incluirse en futuros manejos del área las especies Tabebuia sp. Prunus occidentalis Sw. y Phyllanthus acidus (L.) Skeels, aumentando la diversidad biológica.
Igualmente en Codina podría considerarse la inclusión de Andira inermis (W. Wr.) Kunth ex DC. SJ 96 y Cedrela odorata L.
4. CONCLUSIONES
En el estudio se describen 43 familias para ambas áreas, pero con menor número de especies en Codina.
Las áreas evaluadas presentan gran diversidad describiendo 31 especies de árboles y arbustos endémicos para ambas, lo que eleva el valor ecológico de las mismas.
Se determinó que existe una amplia gama de utilidades que aumentan el valor económico de las áreas, por ser plantas maderables, medicinales, melíferas, utilizadas como combustible, entre otros servicios.
De las especies inventariadas 13 aportan entre seis y cuatro servicios al ambiente.
De los árboles y arbustos estudiados 20 presentan potencialidades para la Restauración Ecológica en áreas del Paisaje Natural “Tope de Collantes”.
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