LA ECOEFICIENCIA EMPRESARIAL: SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO LOCAL SOSTENIBLE EN LOS MARCOS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
Marianela González Ortiz
marianela.gonzalez@eco.uo.edu.cu
Milagros Morales Pérez
milagros@eco.uo.edu.cu
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Universidad de Oriente
Cuba
El trabajo tiene como objetivo analizar la contribución de la ecoeficiencia empresarial al desarrollo local sostenible en los marcos de la globalización neoliberal. Presenta los principales aportes de la investigación “Consideraciones generales sobre la ecoeficiencia empresarial y el desarrollo local sostenible” 2010, inmerso en un Proyecto de la Delegación provincial de Ciencia-Tecnología y Medio Ambiente de Santiago de Cuba. Se utilizaron como métodos, el histórico – lógico, el análisis – síntesis para estudiar la evolución del concepto de ecoeficiencia empresarial y sus características en las condiciones actuales.
La investigación asevera: que en 1992 fue propuesto el concepto de ecoeficiencia, divulgándose desde ese entonces enfoques similares al mismo, en los que se circunscribe tres momentos esenciales de la relación economía-medio ambiente y que la globalización ofrece oportunidades para impulsar la ecoeficiencia empresarial, sin embargo, su carácter neoliberal no permite aprovechar al máximo estas ventajas en los países en vía de desarrollo por lo que los avances están por debajo de lo que la realidad exige.
PALABRAS CLAVES: ecoeficiencia empresarial - globalización neoliberal - desarrollo local sostenible – recursos naturales – empresa – residuos – países en vía de desarrollo.
ABSTRACT
This work has as objective to analyze the contribution from the managerial to the local sustainable development in the marks of the neoliberal globalization. It presents the main contributions of the investigation "General considerations on managerial eco-efficiency and local sustainable development 2010”, immersed in a Project of the provincial delegation of Science, Technology and Environment Ministry of Santiago de Cuba. The used methods were: the historical-logical and the analysis-synthesis to study the evolution of the concept of managerial eco-efficiency and their characteristics under the current conditions.
The investigation asserts: that in 1992 the eco-efficiency concept was proposed, being disclosed then from that similar focuses to the same one, in those that it is bounded three essential moments of the economy-environment relationship and that the globalization offers opportunities to impel the managerial eco-efficiency, however, its neoliberal character doesn't allow to take advantage of to the maximum these advantages in the developing countries and it causes that the advances are below of the reality´s demands.
KEY WORDS: managerial eco-efficiency – neoliberal globalization- local sustainable development– natural resources – enterprise – wastes – developing countries– environment.
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El tema sobre la economía y la conservación del medio ambiente ha tomado fuerza en la medida en que se ha hecho evidente la estrecha relación entre estos conceptos. Destaquemos que entre los factores que han provocado el desequilibrio entre el hombre y la naturaleza, a escala global, está la forma en que las empresas han producido los bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de la sociedad.
La conciliación del desarrollo económico y la conservación del medio ambiente es uno de los retos actuales de todo el planeta, especialmente de las empresas como agentes económicos del desarrollo local. Tradicionalmente, la empresa se ha centrado en los interese económicos y, por lo general, con una perspectiva de corto plazo, ignorando la necesidad objetiva de conservar el medio ambiente natural, sustrato biofísico de su actividad económica.
La gestión adecuada de los recursos naturales que nos brinda la naturaleza, responde no sólo a una necesidad ecológica global sino, y muy importante, a una prioridad en el orden económico. Lo anterior revela la actitud del sector empresarial de trazar estrategias que tributen a esto. En tal sentido la ecoeficiencia empresarial adquiere vital importancia para avanzar en la senda del desarrollo local sostenible. Sin embargo, en los marcos de la globalización neoliberal no siempre se logra tal resultado. El presente trabajo tiene como objetivo analizar la contribución de la ecoeficiencia empresarial al desarrollo local sostenible en los marcos de la globalización neoliberal, comenzando por su conceptualización y evolución histórica.
2. LA ECOEFICIENCIA EMPRESARIAL: CONCEPTUALIZACIÓN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA
El término eco-eficiencia acuñado por el Consejo de negocio mundial de Desarrollo Sostenible, en su publicación del año 1991 “Cambiando el curso" tiene como fundador al industrial suizo Stephan Schmidheiny. En 1992 dicho consejo define a la Ecoeficiencia como “el proceso continuo de maximizar la productividad de los recursos, minimizando desechos y emisiones, y generando valor para la empresa, sus clientes, sus accionistas y demás partes interesadas”.
A partir de este momento diversas organizaciones y especialistas han divulgado con enfoques similares el término de ecoeficiencia: “consiste en proporcionar bienes y servicios a un precio competitivo, que satisfaga las necesidades humanas y la calidad de vida, al tiempo que reduzca progresivamente el impacto ambiental y la intensidad de la utilización de recursos a lo largo del ciclo de vida, hasta un nivel compatible con la capacidad de carga estimada del planeta ”; “consiste en maximizar el valor de la empresa al mismo tiempo que la compañía minimiza el uso de recursos y los impactos ambientales negativos” ; “significa pues aunar los conceptos de desarrollo económico sostenible y protección ambiental, en un marco de aplicación a procesos concretos del sector productivo” .
En cuanto al surgimiento de la ecoeficiencia se asocia, según la literatura especializada, con: el llamado que se hizo en la Cumbre de la Tierra, en 1992, a favor del desarrollo sostenible y con la tendencia del mercado durante esta década que indicaba que tanto del lado de la oferta como de la demanda resultaba objetivamente necesario incorporar variables ambientales.
Relacionado con el reclamo de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, como es conocido, en este evento se propone la Agenda Local 21, un serio compromiso, cuya aplicación exigía de una participación más activa del sector empresarial, en la problemática ambiental, de manera tal que se respetaran las leyes objetivas que rigen en la naturaleza, (en términos de uso de recursos naturales y flujo de residuos). A esto se agrega el papel de las regulaciones establecidas, mucho más exigentes desde ese entonces, orientadas a minimizar el impacto ambiental de la producción y el consumo. Significa, que los empresarios comienzan a estar más presionados a asumir una conducta más racional hacia la conservación del medio ambiente.
De lo expuesto anteriormente se deducen dos cuestiones:
Primero: que el concepto de ecoeficiencia empresarial circunscribe tres momentos de la relación economía-medio ambiente natural, que son:
• La actividad económica propia de toda empresa, nos referimos a la producción, la circulación, el intercambio, a su objetivo fundamental: maximizar los beneficios económicos. A la empresa le corresponde tomar las decisiones en cuanto a la producción e inversión. Es en ella donde tiene lugar la unión de los factores productivos (los medios de producción y la fuerza de trabajo), Las mismas, como organización, tienen la capacidad de controlar todas las actividades desarrolladas en el centro de producción, los materiales y materias primas empleados, las instalaciones necesarias, y las operaciones externas, como transporte y almacenamiento de las materias primas de los productos y de los residuos. Significa, por tanto, que la misma protagoniza la actividad productiva y es responsable de una correcta gestión de los recursos naturales utilizados en este proceso. De esto último se deducen el segundo y tercer momentos del término de ecoeficiencia.
• El uso racional de los recursos naturales que se utilizan en la producción de bienes y servicios. En este orden, debe considerarse que los recursos naturales que constituyen el soporte biofísico de la actividad económica pueden ser renovables o no renovables y, por tanto deben observarse sus características para su correcta utilización y evitar su agotamiento.
• Las emisiones de residuos resultados de la actividad productiva, entendidos como los efectos negativos colaterales que pueden provocar las empresas y que afectan el la interacción entre los sistemas naturales y sociales del globo terráqueo, porque se deterioran los recursos naturales y humanos. Aquí debe tenerse en cuenta, además, la capacidad de asimilación de la tierra, o sea, el flujo de residuos que se envía a ella no puede ser superior al de su capacidad de carga.
Por tanto, considerando los tres momentos anteriores ecoeficiencia empresarial significa, a juicio de las autoras, maximizar beneficios evitando el agotamiento y degradación de los recursos naturales que constituyen el soporte biofísico de su actividad y el entorno donde el hombre reproduce la fuerza de trabajo.
Segundo: Que el surgimiento de ecoeficiencia podría asociarse, en lo fundamental, a las investigaciones realizadas (Informe del Club de Roma, Nuestro Futuro Común) y los eventos internacionales (Conferencia de Estocolmo) que propiciaron la Cumbre de la Tierra al lograr sensibilizar y concientizar a los agentes económicos, en especial a las empresas, con la connotación de los problemas medio ambientales que afectaban a la humanidad y su cuota de responsabilidad en los mismos.
De ser así podríamos preguntarnos: ¿por qué si desde el año 1962 se denuncia el impacto negativo de un grupo de empresas químicas al medio ambiente , es sólo cuatro décadas después toma fuerza la relación entre el valor del producto o servicio de una entidad y la influencia ambiental, o sea, la ecoeficiencia?; ¿cómo justificar la pasividad de los empresarios ante el Informe del Club de Roma presentado en la Conferencia de Estocolmo en 1972, en el cual ya era evidente la responsabilidad de la empresa en la contaminación y en el agotamiento de los recursos naturales?; ¿por qué no se avanzó en cuanto a la gestión ambiental en términos de ecoeficiencia a partir de 1987, con la publicación del Informe “Nuestro Futuro Común”, elaborado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas (CNUMAD), el cual recogió una visión crítica del modelo de desarrollo económico que hasta ese entonces había prevalecido y que se asumía por el sector empresarial, siendo extremadamente incompatible con el uso racional de los recursos naturales?
La revisión de los documentos antes mencionados evidencia que ha existido, desde hace unas cuantas décadas, información y conocimientos suficientes para que el sector empresarial conozca y actué a favor de obtener un beneficio económico sin degradar los recursos naturales que utiliza. Sin negar la influencia que los eventos, informes e investigaciones han tenido en la opinión pública, y en los empresarios para sensibilizarlos con el desequilibrio del medio ambiente global, a juicio de las autoras, lo que realmente se ha impuesto y ha hecho reaccionar a los productores y consumidores son las reglas del mercado , que imponen incorporar a la competitividad variables ambientales y que toma mucho más fuerza en los marcos de la globalización neoliberal.
Las fuerzas de la globalización y los enormes avances tecnológicos, que este proceso propicia, forman parte de la economía de mercado. Las nuevas tecnologías de comunicación, información y transporte ya permitían, y a la vez que obligaban, a las compañías a elevar su productividad y oferta de servicios para competir con empresas en todo el planeta. Simultáneamente se exigía llevar a cabo una producción y consumo de recursos naturales lo más respetuosa posible con el medio ambiente.
La tendencia del mercado durante esta década indica, primero, que los clientes se están interesando cada vez más por la calidad ambiental de los productos que consumen y la tendencia fue a preferir aquellos bienes y servicios ecológicos, es decir, los que fueran expresión de un alto respeto al medio ambiente, aún cuando tuvieran un precio más alto; y segundo, las empresas comenzaron a considerar el desempeño ambiental de sus proveedores.
Hoy en día estas condiciones han tomado mucho más fuerza, en la medida en que ha aumentado la internacionalización de la producción de bienes y servicios y de las finanzas, por el hecho de que es mucho mayor el crecimiento del intercambio comercial, hay mayor movilidad de los factores productivos y particularmente del capital y, como es lógico, se alcanza un nivel superior de integración de la economía intersectorial a nivel local e internacional, o sea, se da un salto cualitativo en el proceso de internacionalización de la producción y el capital.
La empresa para mantener su posición en los mercados abiertos y competitivos dependerá, en gran medida, del éxito en la integración entre las exigencias de la competitividad y las que refieren a la protección del medio ambiente. Además de que la opinión pública y, en especial los medios de comunicación son muy severos con las empresas que constituyen focos contaminantes.
En este marco, la ecoeficiencia se está convirtiendo en una poderosa herramienta de mejora ambiental y de adquisición de nuevas ventajas competitivas, no es casual que se considere una de las estrategias fundamentales por la cual las empresas pueden contribuir al logro del desarrollo local sostenible.
3. CONTRIBUCIÓN DE LA ECOEFICIENCIA EMPRESARIAL AL DESARROLLO LOCAL SOSTENIBLE
La empresa en los marcos del desarrollo local, deja de ser simplemente un agente económico para convertirse en un agente económico de de esta concepción del desarrollo pues además del papel que desempeña en el territorio local en materia de innovación, capacitación, competitividad, productividad y eficiencia tiene que centrar la atención no sólo en obtener un excedente cada vez mayor, sino también por:
Elaborar productos aceptables desde el punto de vista ambiental.
Reducir, con tendencia a eliminar, aquellos residuos perjudiciales para el medio ambiente.
Minimizar los riesgos medioambientales generados por ella, dentro y fuera de sus instalaciones.
Reducir, cuando sea posible, el consumo de recursos naturales en las distintas actividades económicas.
Dar prioridad a la utilización de recursos renovables como materias primas y materiales y destinar otros para las inversiones de restauración y preservación del entorno donde se encuentra enclavada.
Utilizar tecnologías limpias.
Minimizar al máximo la presencia de agentes ambientales procedentes del proceso de producción que puedan afectar la salud de los trabajadores.
Hacia esto precisamente apunta la ecoeficiencia, que por un lado, permitirá que la empresa juegue un papel protagonista en la prevención de desastres naturales y en el saneamiento de ecosistemas degradados, con la búsqueda y el aporte de soluciones tecnológicas a los problemas medioambientales a nivel local; y por otro, le dará a la misma una oportunidad de negocio y de creación de empleo, constituyendo además, una parte importante en la imagen, y en la posibilidad de maximizar los beneficios, al integrar progresivamente los criterios de preservación del entorno natural en los procesos de decisión económica de las empresas.
Por tanto, como ampliamente reconocen los especialistas en la materia, una empresa que aplique estrategias de ecoeficiencia se beneficiará en términos de:
Minimizar los costos de producción.
Utilizar de manera más respetuosa los recursos naturales.
Reducir al máximo las emisiones de contaminantes.
Competitividad e innovación en la producción
Obtener ingresos adicionales con el reciclaje de desechos.
Ganar prestigio entre distribuidores y consumidores.
Mantener un ambiente laboral sano y estable.
Tener acceso a nuevas oportunidades de mercado.
Mejorar sus relaciones públicas.
Obtener un reconocimiento social–local.
Cumplir con los estándares internacionales.
Estos beneficios, si razonamos que la empresa es el eslabón básico de cualquier economía local, también resultan en consecuencias positivas para el desarrollo sostenible a nivel global y local. La reducción de consumo de materias primas y de desechos repercute en el equilibrio ambiental del planeta y es un aspecto importante para enfrentar la crisis ambiental contemporánea que afecta a la humanidad.
Por tanto, la ecoeficiencia es un concepto clave, que propicia que los agentes económicos y sociales en las localidades puedan tener un comportamiento más sostenible. La ecoeficiencia articula el crecimiento económico y el bienestar ecológico, que son dos condiciones esenciales para que una localidad sea prospera y a la vez sana. La prosperidad económica, con un uso más eficiente de los recursos, y menos emisiones de sustancias que pueden tener consecuencias adversas sobre el medio ambiente permiten avanzar, en la sostenibilidad del desarrollo.
Las empresas, al trazar estrategias de ecoeficiencia logren obtener más valor, con menos entradas de materias primas y materiales y con una reducción considerable en las emisiones. De aquí la importancia de que los gobiernos locales formulen políticas económicas que favorezcan la ecoeficiencia empresarial. Es decir, el desarrollo sostenible, desde una óptica local, tiene que considerar, el papel de la empresa como agente económico del desarrollo local sostenible, que a su vez implica que las empresas sean ecoeficientes. Esto se traduce en un impulso decisivo para alcanzar mejores resultados locales, pero que exige una mayor descentralización en el orden político territorial, una mayor autonomía y también una alta responsabilidad.
El tema de la descentralización de la política territorial es extremadamente complejo y, aunque profundizar en su contenido no constituye objetivo específico del trabajo, es necesario precisar que la misma depende del sistema económico que impere, de las relaciones de propiedad dominantes y del sistema de intereses que sobre las mismas se articulen en una sociedad determinada, esto es uno de los aspectos que le otorga al desarrollo local un sello particular y que permitiría avanzar en la senda de la ecoeficiencia empresarial. Considérese que los actores locales, al asumir el protagonismo en el proceso de su desarrollo, facilitan la utilización eficiente del potencial endógeno con la adecuada inserción de recursos estratégicos exógenos, para así alcanzar un mayor nivel de desarrollo que garantice crecimiento económico, desarrollo social y conservación del medio ambiente biofísico natural, basado fundamentalmente en una conducta ecoeficiente de las empresas. En este orden, los agentes económicos del desarrollo local juegan un papel muy importante, en especial el Gobierno pues dirige el proceso de planificación y gestión sostenibles de la localidad, lo que facilita, con la utilización de sus instrumentos de política, influir positivamente en el empleo racional de los recursos naturales que utilizan las empresas. Además de contribuir a sensibilizar la opinión pública con la repercusión de los efectos negativos de la degradación medioambiental en la localidad y así desarrollar en los empresarios una conciencia ambiental a favor de su participación en proyectos de desarrollo sostenible.
Sin embargo, en modo alguno, la descentralización en el desarrollo local significa ignorar un desarrollo nacional e incluso global . Pudiera parecer que el proceso de globalización en curso y la necesidad de una mayor autonomía y descentralización de los territorios locales se encuentran en contradicción, no obstante, desde el punto de vista práctico, las localidades podrían aprovechar de manera ventajosa las oportunidades tecnológicas, informáticas y comerciales ofrecidas por dicho proceso para avanzar en la ecoeficiencia empresarial, aunque también hay que reconocer que el carácter neoliberal de la globalización no permite siempre aprovechar esto al máximo.
4. LA ECOEFICIENCIA EMPRESARIAL EN LOS MARCOS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
La globalización crea posibilidades reales de transferencia de tecnologías para procesos productivos no agresivos al medio ambiente. En la actualidad la demanda de productos ecológicamente limpios, como se mencionó, crece vertiginosamente en el mercado, situación que ha provocado, sobre todo en los países desarrollados, que los procesos tecnológicos apunten en esta dirección. Tecnologías que no dañan la calidad del agua y del aire, por citar algunos ejemplos, son ampliamente utilizados en los países desarrollados, y que podrían ser transferidas a los países en vías de desarrollo, garantizando a estos últimos un camino hacia la ecoeficiencia empresarial, prevaleciendo la protección del medio ambiente.
Sin embargo, las dimensiones más importantes del estilo ascendente de las transnacionales, agentes más dinámicos del proceso de globalización, limitan considerablemente que las empresas de los países subdesarrollados puedan asumir estrategias de ecoeficiencia. Digamos que las transnacionales generan en escala sin precedentes desechos y contaminantes que afectan el agua, el aire y el suelo; en algunos casos se puede observar de que carecen de actitud para el control ambiental; trasladan las producciones contaminantes a los países del tercer mundo; intentan verse libres de reglamentos como los que las limitan en sus países de origen; intensifican la explotación de los recursos naturales; homogeneízan a escala mundial los patrones de producción y comercialización; preservan tanto como les sean posible situaciones de costos bajos para la maximización de las utilidades.
Esto explica porque la ecoeficiencia ha sido una estrategia ejercida fundamentalmente, por grandes corporaciones que han considerado importante incluir, como una práctica, acciones de protección ambiental. Citemos como ejemplo que la ecoeficiencia y la utilización de tecnologías limpias, estrategias imprescindibles para alcanzar el desarrollo sostenible, constituyen objetivos claves, desde el año 2001, para la Unión Europea . La Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo (OECD), por citar otro caso, tiene un programa permanente de análisis de los avances de los países miembros en materia de ecoeficiencia . Una iniciativa transcendente, en este orden, son los parques industriales ecoeficientes que tuvieron su origen a partir del desarrollo del proyecto Kalundborg en Dinamarca y que se han multiplicado, en lo fundamental, en los países desarrollados. Según estadísticas en el año 1996, 17 proyectos se declararon como parques industriales ecoeficientes en Estados Unidos. A finales del 2001 en Asia (el eco-parque industrial de Fujisawa en Japón), y en Europa, se habían ampliado las iniciativas de parques industriales ecoeficientes u otros programas que apuntaran en esta dirección. De acuerdo con datos del International Development Research Council (IRDC) se estima que en el mundo existen ya cerca de 12.600 parques ecoeficientes en 90 países
En España dentro de la programación de la Escuela de Calidad Ambiental para empresas y profesionales, se organizó la feria de Calidad Ambiental y de Ecoeficiencia en el 2004, encaminada a superar la barrera en la información tecnológica. Con tal propósito se realizó la carta de presentación de un proceso de adecuación ambiental pionero en este país, que entre los años 1997 y 2003 generó acuerdos voluntarios y la incorporación de más de 5.000 empresas a prácticas ecoeficientes. En dicha feria se mostró los avances tecnológicos para la Ecoeficiencia a los profesionales y empresas del ámbito mediterráneo .
4.1 LA ECOEFICIENCIA EMPRESARIAL EN EL CONTEXTO ACTUAL TERCERMUNDISTA
En los países en vía de desarrollo , la aplicación de estrategias de ecoeficiencia es limitada y, en muchos, casos auspiciados por las propias corporaciones trasnacionales. El problema es que aplicar una estrategia que garantice avances en términos de ecoeficiencia, desde un país tercer mundista, implica contar con: ayuda material y financiera para invertir en el orden de las tecnologías limpias y en la formación de los recursos humanos. Sobre este último aspecto debe esclarecerse que un momento importante dentro de la ecoeficiencia empresarial es el desarrollo de una cultura en aras de la conservación del medio ambiente. Esto significa que la empresa tiene que ser expresión de altos estudios, de una verdadera instrucción, y de rigurosos conocimientos y erudición sobre el tema. De forma tal que pueda, conjuntamente con los gobiernos locales, contribuir a elevar la cultura ambiental de la localidad aledaña, cuestión imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible. Esto, como se mencionó, exige de ayuda de parte de los países más desarrollados.
No obstante, el tema de la ayuda a los países en vía de desarrollo se torna cada vez más complejo y contradictorio si tenemos en cuenta “los déficit presupuestarios” que según los países desarrollados han limitado, entre otras cosas, dirigir más recursos en esta orientación. La realidad es que la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), por citar un ejemplo, no ha alcanzado, como plantea Hilda Puertas Rodríguez , en su artículo “¿Cumple su cometido la ayuda para el desarrollo?” , los niveles requeridos en correspondencia con las necesidades de estos países y con los compromisos establecidos. Sobre esto último del 0,7% del PNB de estos países, que se acordó en el marco de la ONU destinar a este tipo de ayuda, la cifra ha sido alrededor del 0,3% , con enormes diferencias en la participación de los diferentes países. Y otra cuestión no menos importante es que se ha dirigido más que todo a ayudas humanitarias y no con el objetivo de avanzar en el desarrollo económico-social. Si consideramos que el desarrollo en estos países no puede tener otro enfoque, en las condiciones actuales, que no sea sostenible se comprenderá la importancia de que se destinen recursos para impulsar la ecoeficiencia, como estrategia del desarrollo local sostenible.
Lo anterior no significa que no existan resultados de estrategias de ecoeficiencia en estos últimos países. Mencionemos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) ha tomado el tema de la ecoeficiencia como parte de su programa de desarrollo de grupos de proyectos. Su interés es aumentar el número de proyectos relacionados con la ecoeficiencia a través de la concesión de préstamos para el financiamiento de planes en aras de introducir producciones más limpia y la gestión ambiental. Otras iniciativas que el BID ha estado financiando a través del FOMIN incluyen actividades de capacitación en áreas de producción más limpia, gestión ambiental y ecoeficiencia .
Como resultado de estos proyectos citemos, a modo de ejemplo, que en México, aunque no existe una política oficial de impulsar la ecoeficiencia, constan diversas iniciativas privadas de esta naturaleza como una forma de reforzar la política ambiental.
En Brasil, el concepto de la ecoeficiencia ha tomado fuerza con la creación del Consejo Empresarial Brasileño para el Desarrollo Sostenible. El mismo agrupa varias grandes corporaciones y tiene como tarea promover el desarrollo sostenible en el sector empresarial a través del concepto de la ecoeficiencia.
El Consejo empresario argentino para el desarrollo sostenible ha incorporado el concepto de ecoeficiencia como un medio para avanzar en la utilización de producciones más limpia, que permite la prevención y reducción del uso intensivo de materias primas en la producción.
El concepto de Parque Industrial Ecoeficiente en Colombia, por citar otro ejemplo, aparece, y de hecho ha alcanzado un considerable desarrollo, como una alternativa de unión en aquellos sectores productivos, que por sus características específicas necesitaban un comportamiento ambiental riguroso .
No obstante también hay que resaltar la iniciativa desarrollada por el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible en Costa Rica, al desarrollar un enfoque de ecoeficiencia que pueda ser aplicado internamente por el sector financiero.
En Perú aunque en un inicio el tema de la ecoeficiencia no tomó mucha fuerza, actualmente se ha trabajado por una organización público-privada llamada EDPYME, que trabaja con pequeñas empresas, y ha incorporado la ecoeficiencia como una respuesta del pequeño empresario al deterioro ambiental y a la necesidad de supervivencia de las empresas a través del aumento y mejoramiento de la productividad. Pero además existe el Programa de empresas ecoeficientes, una iniciativa que tiene como objetivo lograr que los esfuerzos públicos y privados se unan para utilizar mejor los recursos naturales, proteger el ambiente, potenciar la producción, y la rentabilidad, con un alto valor ecológico. De hecho el Ministerio del Ambiente conjuntamente con la Universidad Científica del Sur, han convocado al Premio a la Ecoeficiencia Empresarial 2009 para estimular y reconocer la iniciativa de las empresas para alcanzar el desarrollo sostenible .
Sin negar lo importante que resulta contar con las referencias de iniciativas de ecoeficiencia anteriormente mencionadas, estos avances, en los países tercermundistas están muy por debajo de lo que la realidad económico-social y ambiental actual exige y por tanto la insatisfacción, en esta dirección es muy alta.
5. CONCLUSIONES
La investigación realizada nos permite aseverar que:
Desde 1992 en que fue propuesto, por el Consejo de Negocio Mundial de Desarrollo Sostenible, el concepto de ecoeficiencia, diversas organizaciones y especialistas han divulgado con enfoques similares este término, circunscribiéndose en el mismo tres momentos de la relación economía-medio ambiente natural, que son: la actividad económica propia de toda empresa, el uso racional de los recursos naturales que utilizan en la producción de bienes y servicios y las emisiones de residuos resultados de su actividad productiva.
La ecoeficiencia surge, en lo fundamental, por las reglas del mercado, que imponen incorporar a la competitividad variables ambientales, esto toma cada vez más fuerza en los marcos del a globalización neoliberal.
La globalización ofrece oportunidades tecnológicas, informáticas y comerciales para impulsar la ecoeficiencia empresarial, sin embargo, el carácter neoliberal de este proceso no permite aprovechar al máximo estas ventajas en los países en vías de desarrollo, por lo que los avances, en esta dirección, están por debajo de lo que la realidad exige.
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