Josep Antequera
anteq@telefonica.net
Resumen:
En este artículo me alejo algo de las publicaciones científicas tradicionales (en la bibliografía pueden acceder a artículos propios más rigurosos sobre el tema de las agendas 21), y desarrollo un análisis reflexivo sobre los elementos claves que nos impiden acceder a un desarrollo social sostenible y planteo una visión “literaria” de cómo podría funcionar una comunidad sostenible, que en el fondo es lo que las agendas 21 quisieron conseguir pero no pudieron, por eso el título de este artículo.
Palabras claves: sostenibilidad, Agenda21, desarrollo local, planes estratégicos sostenibles, participación ciudadana
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Estamos en una época en que se asume globalmente y socialmente la diferencia de clases. La defensa de la propiedad privada es uno de los acuerdos que mantiene el orden mundial y provoca también sus desórdenes. El papel del Estado como ente regulador entre los beneficios personales y los beneficios sociales, navega entre diversas aguas estancadas: la liberal mercantilista por un lado (el mercado manda y regula: o sea mandan los que disponen de más capital económico) y la social-democracia (algunos de los beneficios de lo ricos y los impuestos de todos, se re-distribuyen en forma de políticas sociales). Y entre esos estrechos márgenes se mueve la nave de los países desarrollados y de los países en desarrollo que no perturban dicho orden. Actualmente están apareciendo regímenes, en los que el Estado, recuperado por algún partido político denominado “revolucionario”, trasciende este concepto y desarrolla políticas para “nacionalizar” algunos de los recursos capitales para el país (Venezuela, Bolivia,…), pero no dejan de ser pequeñas excepciones aún.
Este culto a la propiedad dirige el mundo y promueve las políticas de Estados y empresas. Y tras la revolución tecnológica y la globalización, favorecida por la disponibilidad de recursos y los sistemas de transporte y comunicaciones mundiales, la sociedad de hoy se extiende por todos los países; y los recursos pasan del lugar de producción al lugar de consumo, cargando con un rédito energético potente que a veces supone miles de kilómetros de distancia recorrida y la puesta en funcionamiento de grandes cantidades de materiales y de deshechos (ver bibliografía 15).
Y en esa fiebre productiva la cultura promovida por las grandes empresas de comunicación, nos construyen los modelos a seguir, basados en que la felicidad se logra “teniendo mucho” y alcanzando un puesto social de relieve. Los líderes de opinión (jet-set mediática), con el auspicio de las grandes marcas industriales, nos definen “perfiles estéticos y vitales” a su semejanza y beneficio, y los que no logran ponerse a ese nivel se sumen a veces en frustraciones personales que menoscaban la salud psíquica y/o física, sobre todo en la población joven. Muchos para lograrlo se hipotecan de por vida.
Y en ese mundo globalizado, lo local se uniformiza cada vez mas, las culturas se diluyen en esas grandes mareas mediáticas del modelo “beautiful y fashion” y de los “triunfadores del sistema”, y las identidades culturales se esconden, bajo prendas de marcas internacionales de moda o en otros casos bajo ropas baratas confeccionadas en países del tercer mundo con mano de obra casi esclavizada y compradas en mercadillos locales.
La gran marea global pisa el suelo local y genera acuerdos globales de “modus vivendis” por los que debemos pasar todos para ser políticamente correctos. Pero la diversidad existe y “nada es gratis”, ya que el modelo impuesto pasa factura y actualmente esa factura es de alcance planetario: cambio climático. La finitud de los recursos saca la cabeza en medio de esa marea de ampulosidad y grita su agonía, los desequilibrios que generamos organizan tornados y desastres naturales, en los que los pobres son los más perjudicados.
Ante esa fiebre global, la sostenibilidad, palabra moderna y multisignificada, apadrina proyectos políticos, documentos de intenciones internacionales - como lo fue en su tiempo la agenda 21 en Río de Janeiro - , políticas de empresas, y políticas locales.
Pero el modelo de sociedad sostenible no se ha materializado aún en un modelo de sociedad distinta, y la mayoría de las veces es usado para justificar políticas cuyos objetivos van dirigidos al mantenimiento del modelo vigente o como mucho a mitigar los impactos ambientales y sociales del mismo.
También es cierto que existen debates, como en el Estado Español, sobre la descentralización política y la mayor autonomía de las regiones, pero que en ningún caso cuestionan el modelo imperante y lo que persiguen es que las desigualdades se gestionen y mantengan desde más cerca: los pudientes tienen nuestra misma nacionalidad, todo un orgullo. La autonomía de las regiones es una base clave para la autoorganización de los territorios y su sostenibilidad, pero de nada servirá si no se cuestiona el modelo imperante (ver bibliografía 11).
2. ¿Podemos imaginar una sociedad sostenible viable en el mundo actual globalizado?
Una de las primeras premisas que debería contener dicho modelo es “más sociedad y menos mercado”. ¿Por qué? Pues porque en la actualidad la prevalencia del mercantilismo nos conduce al individualismo, ya que, ahogadas por los compromisos económicos (hipotecas y otros créditos al consumo) las familias gastan su existencia en pagar a fin de mes, y no disponen de tiempo para las relaciones sociales, para la formación personal o para el disfrute de la vida familiar y educación casera de los hijos, ni tampoco para cuestionar el modelo de sociedad en el que vivimos. ¿Será ese el objetivo de que los precios de las viviendas sean tan altos?
La primera tarea a desarrollar para la sostenibilidad personal es deshacernos de las cargas económicas que supone la vivienda, la manutención, el transporte, la educación, el ocio,... Eso nos permitirá ser selectivos a la hora de escoger una ocupación, dedicar el tiempo a actividades que nos realicen, o a trabajar para desarrollar nuevos modelos de sociedad. El problema es el “¿cómo?”.
3. Más local y menos global.
En la proximidad las personas se reconocen y mediante el diálogo hacen sociedad. Y en ese reconocimiento mutuo pueden plantearse afrontar problemas de manera colectiva y por ello menos costosa.
En esta dirección las políticas públicas locales pueden tener un papel ejemplificador en el desarrollo de estas acciones. La participación en la gestión local, se ha puesto de moda hoy en día (también un elemento clave de los procesos de agendas 21 locales que en muy pocos lugares se ha transformado en procesos de toma de decisiones compartidas), pero son pocas las administraciones capaces de motivar a su ciudadanía para dicha labor. Esta falta de implicación social se subsanaría si la gente percibiera que están participando en un proyecto común que les “facilita la vida”. Lo que significa tener que compartir la toma de decisiones y eso genera costes en el orgullo personal de los que gobiernan.
4. ¿Podemos imaginar un municipio con este tipo de políticas?
Sin visiones de futuro no hay proyectos, y actualmente la globalización impide el desarrollo de nuevos modelos ya que el ciudadano se siente incapaz de transformar la sociedad. ¿Se puede acceder a productos alimentarios sin pasar por el gran supermercado? ¿Se puede disponer de una vivienda sin contar con una hipoteca en una gran y rica entidad bancaria? ¿Podemos acceder a un automóvil sin tener que recurrir a un gran concesionario? ¿Se puede disponer de capacidad de comunicación sin darse de alta en una gran compañía? ¿Se puede disponer de servicios energéticos sin acudir a una gran empresa energética? ¿Se pueden realizar viajes sin recurrir a grandes compañías de transporte o a grandes cadenas de hoteles?
El libre mercado acaba generando grandes monopolios, una contradicción del sistema o una consecuencia de la regla de que quien más tiene, más posibilidades tiene de obtener más. El gran ecólogo Ramón Margalef decía que en los ecosistemas el incremento de información siempre se producía en las especies que disponían de mayor cantidad de ésta (ver bibliografía 10, capítulo 1).
La mayoría de “servicios sociales” son gestionados por grandes empresas multinacionales, para las cuales el cliente es un número en una cuenta de resultados o un nombre y una cuenta bancaria en una base de datos de clientes. ¿Y ante esa evidencia lo público sea estatal, regional o local hace alguna cosa? Parece que es un axioma plenamente asumido, que desde lo privado se gestiona mejor que desde lo público, y las empresas sociales no funcionan, porque a la gente lo que la motiva es el lucro personal y no el bienestar general. El tener, según los defensores del mercantilismo, prevalece en las motivaciones personales por encima del ser, en toda la condición humana.
La caída del muro del Berlín acabó con las utopías igualitarias y ahora hay que desarrollar un nuevo modelo de transformación social acorde con los nuevos tiempos. Y eso sólo lo podremos conseguir desde el marco local. Las transformaciones locales son las únicas esperanzas para transformar el mundo. Como nos demuestra la historia de la vida, las mutaciones y los nuevos seres requieren de procesos de ensayos y error para generar un sistema vivo y adaptativo más viable que el antiguo, o sea más sostenible. Y en ese proceso hay éxitos y fracasos, hasta llegar a las soluciones viables y diversas. Las identidades locales del mundo y sus regiones son la nueva sopa primigenia para generar los experimentos y las tentativas de sistemas sociales más viables (sostenibles), antes de que nos uniformice y clonifique a todos la marea global. O antes de que el sistema social sea devorado por crisis promovidas por la escasez de recursos o por conflictos sociales de alcance mundial.
5. Un modelo de desarrollo local sostenible: Una visión particular.
Si no hay visión no hay modelo, aquí se pretende desarrollar un pequeño ejercicio imaginativo de cómo podría funcionar una comunidad sostenible: ¿Podría hacerse esto con una agenda 21 local? ¿O deberíamos diseñar la agenda 22? Ésto es un intento:
Juan sale a trabajar en su día de aportación comunitaria a los cultivos comunales del municipio. Un cinturón verde de miles de hectáreas que rodea el casco urbano y la zona industrial, equipado con las más modernas tecnologías agro-ecológicas y que separa al pueblo de la comunidad vecina. Mientras llega ve salir a las furgonetas de reparto de alimentos que van a distribuir gratuitamente productos alimenticios a las familias de la población.
Hoy le toca recoger y empacar lechugas y se encuentra con Ana su vecina a la que también le coincide su día de aportación comunitaria. Ella le comenta que a su hija pequeña que estaba resfriada la ha dejado en la casa de Rebeca, que hoy ejercía su labor en el centro comunitario de asistencia infantil.
Juan los días normales trabaja en la empresa de jardinería local que mantiene los espacios públicos del municipio y de la que él es accionista, como ciudadano del pueblo que ha escogido trabajar allá. Y dos tardes a la semana da clases prácticas de jardinería en la universidad popular. Hoy por la tarde hay una conferencia de un biólogo famoso en el teatro municipal y le pregunta a Ana si va asistir.
Ana es accionista de una empresa pública de confección y trabaja sólo 6 horas al día, tres días a la semana, ya que prefiere pasar el resto cuidando a su hija de un año. Recuerda los tiempos de su abuela que trabajaba ocho horas al día cinco días a la semana y apenas podía disfrutar de la vida familiar.
El municipio dispone de un polígono industrial ecológico, en las que las industrias se interconectan entre sí para intercambiar subproductos, desde la planta de metanización que procesa los residuos de toda la población y de las granjas de animales, a la mini-central de cogeneración que con el gas producido genera energía eléctrica para el pueblo, ésta también se complementa con el molino que hay en los cerros del pueblo y con las placas fotovoltaicas que se distribuyen por todos los tejados del municipio. Esa fuente energética calienta el agua de la piscifactoria que mediante los aportes de las aguas residuales depuradas mediante una cadena de lagos con vegetación acuática permite la reproducción de peces y crustáceos que sirven de alimentos para la población. Existe también una fábrica de compost proveniente de la limpieza de los bosques locales y de los residuos agrícolas.
Ahmed es un nuevo residente que ha llegado hace un mes con su familia procedente del Norte de África, se aloja en el albergue municipal hasta que terminen el nuevo parque de viviendas y le asignen una para ellos. Se ha unido a la cadena de empacado de verduras y les comenta que lo han asignado de forma permanente a los campos de cultivo y dentro de un año lo harán accionista de la empresa. Quiere estudiar ingeniería agrícola y se ha apuntado a uno de los cursos introductorios de la universidad popular.
A lo lejos se oyen los mugidos de las vacas y las peleas de los cerdos de pata negra que pastan en los pastos comunales, poblados de encinas y olivos. Un equipo de investigación de la universidad popular-sección tecnológica ha desarrollado unos robots de experimentación que se dedican a recoger las heces de las vacas y los cerdos y trasladarlos automáticamente con unas vagonetas mecanizadas mediante raíles a la central de metanización.
Los habitantes del municipio reciben sus salarios en las cuentas del banco local, y sólo lo cambian cuando se van de vacaciones o realizan intercambios con otros municipios en otros continentes que están hermanados con el pueblo, así conocen otras costumbre y otras gentes.
El municipio se halla adherido a la red comarcal de municipios y mediante pedidos electrónicos, los ciudadanos adquieren productos que no se generan en el pueblo. Casi todos los municipios de la red disponen de empresas identitarias que mediante proyectos de investigación que se generan en las universidades populares locales, han desarrollado sistemas propios y se han especializado en la creación de empresas locales. Con la red comarcal casi todos los ciudadanos disponen de todos los productos que necesitan. Y los que no se producen en la comarca son adquiridos por la central de compras y distribución local a otras comarcas en grandes pedidos que abaratan y ayudan a desarrollar redes supracomarcales. La desocupación no existe y cada uno trabaja en algo que le gusta el tiempo necesario para automantenerse.
Los ancianos se alojan en casas comunes o en pisos cercanos al de sus familias y tienen una vida social muy activa. Participan en la educación de los niños, en el archivo del pueblo, hacen tareas de cuidado de enfermos en el hospital, diseñan nuevos proyectos para la comunidad o asisten a clases en la universidad popular.
Pocas personas han de desplazarse fuera del pueblo por motivos laborales, sólo los que participan en la gestión de la red comarcal que viajan con autobuses públicos o coches comunitarios o los que realizan algún viaje.
Las asambleas comunales son imprescindibles, y cada vecino está adscrito a uno o varios grupos de decisión en función del barrio de residencia o de su actividad profesional. Los edificios disponen de servicios comunes como lavandería o cocinas, y comedores en las que por turnos los vecinos cocinan para los demás de su edificio, aprovechando los días en que no tienen actividad laboral. Cuando ellos no pueden, la escuela de cocina de la universidad popular les proporciona estudiantes o cocineros que aprovechan para desarrollar nuevos menús que enriquecen la dieta o cocinan cuando ningún vecino puede hacerlo.
El municipio es una gran red de empresas de las que los trabajadores son accionistas y la mayoría con participaciones de la empresa pública del propio municipio que les ayuda a mejorar su actividad, y existe un programa de desarrollo de nuevos proyectos empresariales en función de las demandas sociales o de las decisiones de las asambleas locales.
Las calles son la mayoría peatonales y al no existir necesidad de desplazamientos, la mayoría de vehículos duermen en los garajes colectivos y circulan sistemas de minibuses que conducen a los habitantes a sus lugares de trabajo o residencia.
Algunos abuelos recuerdan como surgió aquella transformación social y les cuentan a los alumnos de las escuelas que antes de eso las personas se veían obligadas a trabajar muchas horas al día para pagar la vivienda, lo que consumían, todos tenían un vehículo propio, y hasta tenían que costear sus desplazamientos al lugar de trabajo. Un alumno le pregunta extrañado ¿cómo era eso? Y el viejo maestro le dice que no se extrañe que antes había que pagar por todo y todo eso venía porque nadie hablaba con su vecino de cómo se podían hacer las cosas de otra manera y pasaron muchos años para llegar a donde estaban ahora: los seres humanos nos complicamos la vida a veces para conseguir cosas y nuestra forma compleja de ser nos impide ver maneras sencillas y más eficaces de vivir.
Todo empezó con un grupo de personas que quisieron ver la realidad de otra manera y plantearse formas más sencillas de vivir. Un día entraron en el gobierno de algunos municipios y empezaron a comprar terrenos del pueblo. La cooperativa agrícola fue su primer proyecto comunal, el segundo la universidad popular. Ayudaban a familias que no podían pagar sus viviendas por el encarecimiento de los precios de la hipotecas y se convertían en propietarios sin desalojar a las familias y poco a poco fueron construyendo viviendas públicas con nuevos diseños y facilidades para generar servicios compartidos. Pactaron con grandes empresas privadas para el desarrollo de empresas mixtas locales de las que poco a poco fueron adquiriendo la mayoría de acciones. Y fueron creando puestos de trabajo en el municipio con un nuevo modelo de gestión. Recurrieron a los mayores para que dedicaran su tiempo libre a desarrollar proyectos nuevos para el pueblo. Crearon un banco local en la que la gente empezó a depositar sus ahorros y así tener capital para desarrollar nuevos proyectos. Invirtieron en infraestructuras de mantenimiento como colectores de aguas residuales para generar la pisicifactoria, ¡Esa fue buena!… La usaron para enseñar matemáticas y física a los estudiantes de los institutos que aportaban su fuerza de trabajo al proyecto. Muchos protestaron con el molino pero lo pusieron…Y mediante el diálogo y la ilusión fueron captando personas y capital para el desarrollo económico y social del pueblo. Crearon una red con otros municipios afines…los ciudadanos abandonaban sus antiguas ocupaciones para trabajar en las empresas locales. Hubo mucha reticencia al principio, pero cuando vieron que funcionaba se multiplicaban las solicitudes. Participaron en la mejora de los negocios locales y las pequeñas empresas. Hasta que llegó un año en que la mayoría de habitantes tenían acciones en alguna empresa local, empezó la distribución de alimentos locales generalizada, y las grandes cadenas abandonaron el pueblo por problemas de competitividad. La mayoría de productos alimenticios los distribuía la central de compras local que ofrecía calidad y precio mejor que las grandes cadenas. Los residuos municipales ya no eran un costo sino producto de beneficios, generaban gas y electricidad para todos y la empresa energética local, con la creación de la fábrica de placas fotovoltaicas hizo que el pueblo vendiera energía a la red de municipios afines y todos los ciudadanos eran accionistas de esa red…Fue duro, porque soportaron muchas presiones, denuncias, incluso sabotajes…pero al final no pudieron con ellos. El sentido común, el afecto mutuo y la identificación general con el proyecto fueron más fuertes.
De este relato se desprenden unas estrategias clave para desarrollar un plan de sostenibilidad local.
Las metodologías de actuación planteadas deberían seguir ciertos cauces estratégicos.
1. Disponer de un plan estratégico basado en las agendas 21: o en la sostenibilidad ambiental, social, económica e institucional (gestores).
2. Desarrollar un plan de concienciación con los agentes sociales, económicos y la ciudadanía en general, para diseñar una imagen de futuro del municipio compartida y construida conjuntamente.
3. Establecer redes productivas y de servicios público-privada en los que la autoridad local actúe de motor, impulsor y facilitador.
4. Generar procesos productivos y de servicios en los que se tenga en cuenta la sostenibilidad como elemento clave para orientar los procesos: utilizar de manera renovable los recursos locales, generar circuitos y ciclos cerrados de materia y energía, circuitos de re-aprovechamiento de recursos entre diversos centros, minimizar la utilización de materia y energía, minimizar la contaminación,..
5. Orientar las actividades a la satisfacción de necesidades locales y a la mejora de la calidad de vida local, más que a la competitividad en los mercados globales.
6. Tender a reproducir territorialmente los modelos exitosos de organización.
6. Visiones y conflictos hacia la sostenibilidad.
Requerimos visiones nuevas para desarrollar nuevos modelos de sociedad. Las agendas 21 no han logrado su objetivo (ver 12 en bibliografia). Si comparamos la valoración para poner en marcha la agenda 21 de Río de Janeiro y los presupuestos armamentísticos del Gobierno de EEUU vemos que no existe demasiada diferencia, lo que significa que el problema es de voluntad política y de determinar hacia donde se dirigen los fondos internacionales.
Lo global está supeditado a las grandes potencias y a las grandes empresas, lo local aún puede escaparse de ellas. Un campo de experimientación que requiere redes sociales y grupos políticos con imaginación, nuevas ideas y vocación de servicio público, que sean más felices facilitando la vida a los demás que generando ganancias para sí mismos.
¿Desde lo público, desde la ciudadania, desde los movimientos sociales, desde empresas privadas o en colaboración? Salir de la red de consumo habitual es complicado, aunque hay algo previo, un cambio de mentalidad y medios. ¿Quién lanza la primera piedra? Cuando se alcanza el poder se cae en la rueda de la legislación y los mecanismos habituales, se hace dificil romper el cerco. Cuando se inician movimientos sociales se caen en diferentes formas de hacer y n la falta de medios.
El ser humano es un ser tribal como apuntan alguno autores y requiere defender y mantener su territorio como buen depredador que es, pero a la vez es social, lo que significa que puede crear colectividades y desarrollarse gracias a ellas. Pero lo mas complicado es superar el ego y la vanidad para desarrollar proyectos conjuntos. Las organizaciones con líder, son mas exitosas que las colectivas por la falta de práctica en el compartir y el ceder. El afan de protagonismo traiciona a los colectivos, o el afan de poder que es lo mismo.
¿Se requerirá adquirir algun nuevo gen para resolver la contradicción humana entre ser indivual y ser social? El “homus ambiciosus” prevalece sobre el el “homus sencillesco”, tanto en la izquierda como en la derecha. Debemos antes trabajar en la transformación personal si queremos plantear la transformación colectiva que promueva el binestar general. Todos los intentos de socialización avanzados han sufrido la misma lacra, la aparición de minorias que acaban controlando los recursos del grupo. No nos enseñan a compartir y esa es la base de la trasformación social que se requiere. Diferencias norte-sur, ricos y pobres, el síndrome de la apropiación es el virus que envenena y envenenó a la humanidad hoy y a lo largo de la historia. La cultura de la suficiencia es la clave de la sostenibilidad, el problema es que hace decrecer el PIB y no es un discurso políticamente correcto. Hacer más con menos es la política de la eficiencia, pero ser feliz con menos es la clave de la suficiencia, lo que requiere una transformación cultural notable y genera nuevos estilos de vida y de ocupación, aunque estoy seguro que genera más tiempo libre y mayor bienestar.
Publicaciones del autor:
1. “Deu Principis per una Ciutat Sostenible”, Propostes per una Catalunya desitjable. Fòrum per Repensar la Societat. Edit Mediterrània Col. Cultura 17. Barcelona 1999.
2. “Agenda 21 Local.” Bloc de Comunicació Ambiental. CEIA. Barcelona 2001.
3. “Las Agendas 21 en Cataluña”, en Agenda 21. Revista Sostenible? Nº4. Càtedra UNESCO en Tecnologia, Desenvolupament Sostenible, Desequilibris i Canvi Global. UPC. Barcelona 2002. http://www.catunesco.upc.edu
4. Elements clau dels Consell Nacionals per al desenvolupament sostenible. Papers de la Càtedra UNESCO. Nº9. Terrassa 2002. http://www.catunesco.upc.edu
5. “Qüestions conceptuals metodològiques i bibliogràfiques entorn a les Agendes 21”. Càtedra UNESCO en Tecnologia, Desenvolupament Sostenible, Desequilibris i Canvi Global. UPC. Barcelona 2002.
6. “La Sostenibilitat del desenvolupament Andorrà”. Fundació Julià Reig. Andorra.2004.
7. “Agendas 21 en Catalunya”. En el libro Pianificazione e sostenibilità. Agenda XXI locale. Enrico Costa. Gangemi Editore. 2004. Roma.
8. “Medir la sostenibilidad. Una aproximación al tema de los Indicadores de Sostenibilidad.” Revista Sostenible? Nº7. Càtedra UNESCO en Tecnologia, Desenvolupament Sostenible, Desequilibris i Canvi Global. UPC. Barcelona 2005. Web Càtedra UNESCO http://www.catunesco.upc.edu
9. “Sostenibilidad y desarrollo sostenible: Un modelo para armar.” Revista Sostenible? Nº7. Càtedra UNESCO en Tecnologia, Desenvolupament Sostenible, Desequilibris i Canvi Global. UPC. Barcelona 2005. Web Càtedra UNESCO http://www.catunesco.upc.edu
10. Libro propio: “El potencial de sostenibilidad de los asentamientos humanos”. Edición electrónica a texto completo en www.eumed.net/libros/2005/ja-sost/.Ponencia:
11. “Hacia un desarrollo bioregional humano y sostenible”. Segundo Encuentro Internacional: Desarrollo Local en un Mundo Global 5 al 23 de diciembre de 2005. Grupo Eumed.com. Fac. Económicas. Universidad de Màlaga
12. “Las Agendas Locales 21” en el libro del Dicho al Hecho Andando ese Trecho. Atrapasuelos Editorial. Sevilla 2006.
13. “La Sostenibilidad del desarrollo andorrano. Un modelo de Dinámica de sistemas, a partir de un sistema de indicadores de sostenibilidad”. I Congreso Internacional de Medida y Modelización de la Sostenibilidad ICSMM . Càtedra UNESCO de Sostenibilidad de la Universitat Politècnica de Catalunya, Terrassa 2006. Web Càtedra UNESCO http://www.catunesco.upc.edu
14. Agenda 21 y Indicadores de Sostenibilidad. Portal de Sostenibilidad Càtedra UNESCO, Universitat Politècnica de Catalunya. http://www.sostenibilidad.upc.edu/
15. “Sostenibilidad ambiental y complejidad social: ¿dos caras de la misma moneda?”. Revista Sostenible? Nº9. Càtedra UNESCO de Sostenibilidad de la Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona 2007. http://www.catunesco.upc.edu
16. “Primer Informe de Sostenibilitat de les Comarques Gironines”. (Coord.). Centre per a la Sostenibilitat Territorial. Girona 2007. www.centresostenibilitat.cat
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