¿POR QUÉ
HA SIDO MAYOR LA REDUCCIÓN
DE LA POBREZA EN CHINA QUE
EN INDIA EN LAS ÚLTIMAS TRES
DÉCADAS?
David Francisco López García (CV)
garcia.davidfrancisco@carm.es
ABSTRACT
The aim of this dissertation is to analyze the reasons for the reduction of
poverty in China and India in the last 30 years. The dimensions of both
countries have produced an effect at worldwide scale, since in this period, the
number of poor people has declined for first time in History. At the same time,
China and India have experienced a high economic growth, which has been
necessary for this reduction on poverty. However, neither the growth rate nor
the growth elasticity of poverty reduction has been similar in both countries.
There have been some factors that have affected such differences. These are the
type of political regime, the sectoral structure of the economy and the process
of globalization. We also include other factors such as the role of the state,
by providing education and redistribution of income, as well as the social
fragmentation. Our results indicate that it is not the political regime itself
that assures poverty reduction, but the change of political leaders and the
implementation of liberalization reforms that promotes economic development and
poverty alleviation. The modernization of agriculture, rather than industry and
services, generates the most important poverty alleviation process. This process
has been deeper in China than in India. Finally, the globalization process did
not have a significant direct effect on poverty alleviation. By contrast, it has
helped the economic development, through the industry and services, which have
contributed to increase the living standards of those who have left poverty in
early stages.
Para ver el
artículo completo en formato pdf pulse aquí
Para citar
este artículo puede utilizar
el siguiente formato:
López García, D.F.::
"¿Por qué ha sido mayor la reducción de la pobreza en China que en India en las últimas tres décadas?"
en Observatorio de la
Economía y la Sociedad de
China Nº 15, junio
2011. Accesible a texto
completo en
http://www.eumed.net/rev/china/
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de este estudio es analizar y comprender cuáles han sido las causas
que han producido una disminución de la pobreza en China e India en las tres
últimas décadas. Las grandes dimensiones de estos dos países han tenido efectos
a escala mundial, ya que en éste período se ha reducido el número de pobres por
primera vez en la Historia. Al mismo tiempo, China e India han experimentado un
crecimiento económico espectacular, que ha sido una condición necesaria para la
reducción de pobres. Sin embargo, tanto los niveles de crecimiento como los de
reducción de pobreza han sido distintos en ambos países y el presente estudio
trata de dar respuesta al porqué de estas diferencias.
2. TEORÍA
Este disertación está basada en el marco teórico que engloba a aquellos
economistas que mantienen que el crecimiento económico es un instrumento
positivo para la reducción de pobreza. Por tanto, se trata de analizar de forma
práctica algunas de las teorías propuestas por Dollar y Kraay (2001) o Chen y
Ravallion (2004 y 2008). Estos investigadores han demostrado con sus análisis de
“crecimiento económico a favor de los pobres” (pro-poor growth), que al
contrario de la creencia de que el modelo económico actual aumenta las
divergencias entre personas y mantiene en la miseria a los más pobres, el
desarrollo económico es beneficioso para los menos pudientes, ya que les ayuda a
escapar de la pobreza.
La metodología de análisis se tratará de forma cualitativa, en vez de
cuantitativa, a través de una serie de factores o variables que han afectado al
crecimiento económico y por consiguiente a la reducción de la pobreza en China e
India. Como hipótesis inicial se plantean tres factores (variables
independientes) –régimen político, la estructura sectorial y el proceso de
globalización– que afectan al nivel de reducción de pobreza (variable
dependiente), a través del crecimiento económico.
Así pues, a continuación se analiza otro tipo de factores que han podido incidir
en el nivel de pobreza, pero que no habían sido incorporadas a nuestra función
inicial. Si se hubiera hecho un análisis de tipo econométrico, la función
hubiera sido:
(1) pobreza (ccto)it = regpolit + estrsectit + globalit + εit
(2) εit = estado (educ, redistrib)it + diversocit (etnia, religión, cultura) +
uit
donde pobreza mediría el porcentaje de personas que vive con menos de 1 dólar al
día, ccto es el crecimiento económico que repercutiría a su vez al nivel de
pobreza. En cuanto a las variables independientes, regpol se refiere al régimen
político, que diferenciaría entre dictadura y democracia. Aún así, el
comportamiento de todos los regímenes democráticos o dictatoriales existentes no
es el mismo, sino que depende del “buen comportamiento” de sus líderes, así como
en el desarrollo de las instituciones. La variable estrsect observa cómo está
compuesta la estructura sectorial de la economía, es decir, como la evolución de
los distintos sectores económicos –agricultura, industria y servicios– así como
su peso en la economía ha afectado a la evolución de la pobreza. Por último, la
variable global mide como ha afectado el proceso de globalización –apertura
comercial así como el flujo de capitales e IED– a la disminución del número de
pobres.
La variable εit también puede desglosarse como una función (2). Ésta mide el
resto de variables que no han sido incluidas explícitamente en la función
inicial (1), y que han podido tener un efecto en la reducción de los niveles de
pobreza. Si bien los factores no incluidos pudieron ser múltiples, los que
parecen tener una especial incidencia son la intervención del estado, en materia
económica y redistributiva, así como la diversidad social, en términos
culturales, étnicos y religiosos.
Al inicio del presente estudio, se valoró la posibilidad de haber llevado a cabo
un análisis econométrico, es decir, de tipo cuantitativo. Sin embargo, no fue
posible localizar datos de todas las variables para todo el período en los dos
países ni que dichas variables utilizaran una metodología estadística homogénea.
Por tanto se optó por hacer un análisis cualitativo, más descriptivo, para
establecer cuánto y de qué manera afectaron dichos factores al crecimiento
económico y éste a su vez, al proceso de reducción de la pobreza.
Otra de las razones que impidieron la elaboración de un estudio de tipo
cuantitativo, es el hecho de que las variables están estrechamente relacionadas
entre ellas, por lo que nos podría haber ocasionado problemas de
multicolinealidad , al no ser capaz de aislar el efecto individual de cada una
de las variables.
A continuación vamos a ver, a modo de ejemplo, como las variables han
interferido entre sí. Los regímenes políticos de China e India decidieron llevar
a cabo una serie de reformas políticas que afectaron a la estructura sectorial y
al grado de apertura de sus economías. Estas reformas fueron adoptadas con el
fin de incrementar el bienestar de sus ciudadanos. Así, se conseguía el
beneplácito de éstos para que los dirigentes pudieran asegurar su permanencia en
el poder. Por otro lado, el proceso de reestructuración sectorial exigía una
mayor integración en el proceso de globalización de estas economías asiáticas.
El objetivo era poder acceder a los mercados de todo el mundo para poder vender
sus productos, por lo que la apertura económica ha ido cada vez a más. Así pues,
el proceso de globalización ha interferido en la estructura económica. La mayor
integración de ambas economías en el proceso de globalización las ha convertido
en más interdependientes del exterior. La demanda de productos por parte de los
consumidores extranjeros ha ido transformando la estructura sectorial de China e
India, lo que les ha permitido especializarse en manufacturas y servicios,
respectivamente. Esta mayor interdependencia del exterior ha permitido que
actores extranjeros hayan influenciado en algunas de las políticas que han
adoptado los gobiernos de ambos países.
3. ¿POR QUÉ COMPARAR CHINA E INDIA?
-Ambos países son los más poblados del mundo. India con alrededor de 1150
millones de personas y China con más de 1300 millones de personas –y juntos
representan el 40% de la población mundial-. (CIA , 2010)
-Estos dos países son a su vez los que albergan a mayor número de pobres -El
nivel de pobreza en 1981 en ambos países era similar. La población que vivía con
menos de un dólar por día representaba un 63,76% en China mientras que en India
era un 51,75%. Si tomamos como línea de pobreza el límite de 2$ diarios por
persona, el nivel se sitúa en 88,12% y 88,92%, respectivamente. (Chen y
Ravallion, 2008)
-Desde comienzos de los 80, ambos países han logrado un crecimiento de su PIB
elevado y sostenido, siendo las dos economías grandes que más están creciendo en
la actualidad (9% en China y 7-8% en India). (CIA, 2010)
-En las próximas décadas, ambos países se colocarán como las primeras economías
mundiales. En 2009, China e India ostentaban el tercer y duodécima puesto en PIB
medido en términos nominales, mientras que en PPA representaban a la segunda y
cuarta economía respectivamente. (BM, 2010)
-El rápido crecimiento ha logrado sacar de la pobreza a más personas que en
ningún otro periodo histórico. Si bien el número de pobres con menos de 1$ al
día ha pasado en China de 730 millones en 1981 a 106 millones en 2005. India ha
experimentado un ligero avance en términos absolutos, pasando de 296 a 266
millones a lo largo del periodo. Sin embargo, debido al importante progreso
demográfico de estos países en las últimas décadas, si observamos los datos en
términos relativos vemos como el porcentaje de pobres ha caído en ambos países.
En el caso de China, dicho porcentaje ha pasado del 73,5% al 8,1%, mientras que
en India ha pasado del 42,1% al 24,3% a lo largo de dicho periodo. (Chen y
Ravallion, 2008).
-El elevado crecimiento económico para los dos países es consecuencia de la
adopción de reformas estructurales en un periodo relativamente próximo. China
comenzó a adoptar las primeras reformas a partir de 1978, alargándose dicho
proceso a las siguientes décadas. Si bien, India disfrutó de un crecimiento
económico a partir de los 80, no fue hasta 1991 cuando se llevaron a cabo las
reformas, que permitieron que dicho crecimiento se haya mantenido hasta el
presente.
-Para ambos países, las reformas tuvieron lugar tras un periodo previo de crisis
económica y fueron ejecutadas por gobernantes recién llegados al poder. Las
reformas adoptadas en China en 1978 por Deng Xiaoping ocurrieron tras el oscuro
periodo de la Revolución Cultural (1966-76) y la muerte de Mao Zedong en 1976.
En India, el crecimiento experimentado en los 80 fue costeado por un creciente
déficit público y deuda externa que desembocó en 1991 en una crisis en la
balanza de pagos. Ello originó un adelanto electoral que produjo un cambio de
gobierno, el cual fue el encargado de adoptar las reformas.
4. FACTORES QUE HAN INCIDIDO EN EL CRECIMIENTO ECONOMICO Y LA REDUCCIÓN DE LA
POBREZA
4.1. RÉGIMEN POLÍTICO
El régimen político en los dos países se ha mantenido constante desde mediados
del siglo XX –dictadura del Partido Comunista Chino desde 1949 y democracia en
India desde su independencia en 1947-. Han existido ciertos cambios dentro de
estos regímenes en los que los nuevos líderes políticos fueron valedores del
despegue económico de sus países.
4.1.1. DICTADURA EN CHINA
El PCCh accedió al poder en 1949. Durante las primeras tres décadas, los logros
económicos no fueron muy acertados ya que la economía se basaba en un sistema de
planificación socialista con especial importancia en la agricultura y las
industrias de propiedad pública.
En este tiempo, tuvieron lugar dos periodos especialmente desfavorables. En el
primero, El Gran Salto Adelante de 1958 a 1961, se intentó llevar a cabo un
proceso de industrialización, pero el fracaso de las medidas adoptadas junto con
algunas catástrofes naturales, provocó la muerte de millones de personas. El
segundo periodo fue la Revolución Cultural, que duró de 1966 a 1976. Las
acciones que se llevaron a cabo tenían como objetivo apartar del poder a los
dirigentes pro-capitalistas dentro de PCCh, que querían emprender reformas
económicas que corte liberal. La lucha por el poder dio lugar a una situación de
violencia y desorden social que acabó 1976, cuando murió Mao. A partir de
entonces, Deng Xiaoping se impuso como líder del PCCh, restaurando en el poder a
la facción pro-capitalista. Tras un periodo de dos años en los que se pretendió
normalizar la situación política y social, en 1978 se fueron adoptando las
primeras reformas económicas que han permitido el despegue industrial en China.
En cierto modo, la decisión de adoptar reformas económicas que permitieran
liberalizar la economía buscaba que se calmara el gran descontento social que se
había generado durante el periodo precedente. Los nuevos dirigentes permitieron
dar mayores libertades económicas a sus ciudadanos que elevaran su nivel de vida
y así frenar una posible revolución contra el nuevo régimen. Se puede decir, que
con el fin de mantenerse en el poder, los dirigentes chinos flexibilizaron y
liberaron el ámbito económico, para que el aumento del bienestar sirviera como
válvula de escape ante el mantenimiento de grandes restricciones en el entorno
político. (Jha, 2004)
Esta decisión parece que ha tenido éxito ya que por el momento el régimen
dictatorial ha logrado mantenerse en el poder durante tres décadas más y nada
indica que a corto o medio plazo se vaya a producir un cambio democrático. Desde
el inicio de las reformas, a través del desarrollo de los sectores agrícolas e
industrial, cuya evolución analizaremos en el próximo apartado, el PIB chino ha
logrado crecer en torno a un 9% al año, a la vez que se ha reducido el nivel de
pobreza de forma drástica. De forma paralela, durante este periodo se han
producido otras dos sucesiones de dirigentes políticos- Jiang Zemin (1993-2003)
y Hu Jintao (desde 2003)- sin que se hayan producido convulsiones sociales que
pusieran en riesgo el régimen de un partido único. No obstante, si bien se
espera que el crecimiento de la economía china siga siendo elevado en las
próximas décadas, se espera que este vaya sufriendo una desaceleración gradual
en la medida en la que se van alcanzando mayores niveles de renta per cápita.
De igual forma, si bien la deficiente situación económica de la población china
hacia finales de los 70 ocasionaba que los ciudadanos sólo estuvieran
preocupados de incrementar su nivel de vida, conforme éstos iban satisfaciendo
sus necesidades básicas, otorgaban una mayor importancia a las libertades
políticas. Por tanto, el objetivo de liberalizar la economía para que el PCCh se
mantuviera en el poder en un régimen dictatorial no parece que se pueda mantener
en el largo plazo. Como ha ocurrido en otros países industrializados que han
vivido bajo un régimen dictatorial, según se va desarrollando el país y va
surgiendo una masa mayoritaria de clase media, aumentan las exigencias para que
se produzca un cambio democrático.
4.1.2. DEMOCRACIA EN INDIA
India se convirtió en una democracia en 1947, tras su independencia de Reino
Unido. Al contrario que en otros países occidentales, la democracia llegó a
India antes de que ésta hubiera experimentado una trasformación industrial de su
economía, así como de una expansión de la educación entre sus ciudadanos.
En las primeras décadas del periodo postcolonial, el crecimiento del PIB hindú
fue sustancialmente moderado e incluso negativo en algunos años –en los 60 el
crecimiento medio fue del 1,4% mientras que en los 70 decreció a una tasa media
del 0,3%-. La importancia que suponía la agricultura, en la economía, y sobre
todo en el empleo daban muestra del nivel de subdesarrollo por el que atravesaba
la India.
El Estado intervino en la economía con el fin de llevar a cabo un proceso de
industrialización mediante la adopción de políticas propias de la planificación
socialista. El modelo elegido fue el de industrialización por sustitución de las
importaciones (ISI), mediante el desarrollo de una industria pesada, enfocada
hacia el mercado interior. No obstante, debido a que la producción no estaba
sujeta a exigencias de eficiencia, la industria en India no terminó de
establecer unas bases solidas. Por tanto, la industria no despegó en estas
décadas debido a un excesivo control burocrático sobre la economía, el enfoque
domestico para desarrollar la industria y un sector público, que participaba en
actividades que iban más allá de sus funciones convencionales, como la provisión
de servicios públicos y las infraestructuras. (Bhagwati, 1992)
En los 80, el crecimiento económico mejoró, pero a costa de un aumento en el
déficit público, así como de deuda externa. Este crecimiento se volvió
insostenible, desencadenando una crisis fiscal y de balanza de pagos en 1991. Si
bien un nuevo gobierno había sido elegido en 1989, la gravedad de la situación
macroeconómica y la incapacidad de los dirigentes para hacer frente a la
situación, provocó un adelanto electoral en 1991, que trajo como resultado un
cambio de gobierno, con la victoria del Partido del Congreso Nacional de India,
que gobernaría en minoría durante la siguiente legislatura. Al poco de llegar al
poder, el nuevo gobierno anunció una serie de reformas que iban a implementarse.
Éstas incluían una inicial devaluación de la rupia y posteriormente se dejó que
el tipo de cambio fluctuara libremente en el mercado. Así pues, se eliminaron y
redujeron las licencias, restricciones, tarifas al comercio. (Srinivasan, 1996)
El balance general del programa de reformas ha sido positivo ya que el
crecimiento del PIB indio en los 90 ha estado en torno al 6% y en los últimos
años se ha acelerado hasta el 8%, convergiendo con el crecimiento chino. Dicho
crecimiento ha permitido que el porcentaje de pobres en India con menos 1$
diario haya pasado de un 33,3% en 1990, a entorno a un 24,3% en la actualidad.
Aún así, debido al fuerte crecimiento demográfico en el país, el número de
pobres apenas ha descendido en 20 millones de personas. (Ver Tabla 1)
En el periodo inicial, la democracia en India impedía la implementación de
políticas de desarrollo económico debido a la existencia de diversos grupos
políticos. La necesidad de que se alcanzara un acuerdo suponía un largo proceso
de negociación para que estas políticas se implementaran.
De manera concluyente, tanto en China como en India, el régimen dictatorial y
democrático se ha mantenido en ambos países desde 1949 y 1947 respectivamente.
No obstante, la existencia de crisis de carácter económico, político y social
causó la ascensión al poder de nuevos líderes que llevaron a cabo una serie de
reformas de liberalización económica que permitió, a su vez, un consiguiente
crecimiento elevado y sostenido en las últimas décadas. El inicio de las
reformas puso fin en ambos países a un largo periodo de lento crecimiento
económico, marcado por la adopción de políticas de corte autárquico, más bien
basadas en razones ideológicas o populistas, que de eficiencia económica.
De otra parte, tenemos que en China, el crecimiento económico puede amenazar al
régimen dictatorial del PCCh a medio y largo plazo, según se va incrementando el
poder adquisitivo de sus ciudadanos y estos van dando más importancia a las
libertades políticas. Mientras tanto, en India ocurre lo contrario porque lo que
provoca el crecimiento económico es consolidar el régimen democrático. Si el
crecimiento se produce de forma generalizada y aumenta el bienestar de gran
parte de la población, se mermarán las situaciones de miseria y evitará el
surgimiento de movimientos radicales que estén a favor de instaurar un régimen
dictatorial.
El crecimiento económico ha permitido que millones de personas hayan podido
abandonar la pobreza. Sin embargo, este proceso se ha producido a una velocidad
distinta, ya que el tipo de políticas adoptadas, así como el modelo de
desarrollo, ha sido distinto. En la siguiente sección analizaremos como la
estructura económica ha incidido en unos niveles de reducción de la pobreza
distintos.
4.2. ESTRUCTURA ECONÓMICA SECTORIAL
China e India han experimentado en las últimas décadas una importante
transformación en su estructura sectorial productiva. China e India han pasado
de ser dos economías eminentemente agrícolas a convertirse en la fábrica del
mundo y en un importante polo de servicios informáticos y de telecomunicaciones,
respectivamente.
En la actualidad, en China la agricultura representa el 11% de su PIB, la
industria el 47% y los servicios el 42%. Mientras tanto, estos porcentajes se
sitúan en India en el 17, 26 y 57%. Para el caso de China, destaca el importante
peso de la industria. En cuanto a India, podemos destacar dos aspectos. Por un
lado, la escasa participación del sector secundario en el proceso productivo,
que apenas alcanza poco más de la mitad que en el caso de China -26 frente a
47%-. Por otro lado, hay que destacar la importancia del sector servicios dentro
del PIB indio.
Observando el bajo nivel del PIB per capita de los indios, con apenas 1.032$ al
año (CIA, 2010), cabría esperar que la importancia relativa de los servicios
fuera menor en la estructura económica, en detrimento de una mayor participación
de la agricultura y la industria, como bien ocurre en otros países con una renta
similar (Chad, Uzbekistán o Nicaragua, por citar a algunos).
A pesar de que los dos países presentan peculiaridades propias, en ambos se
observa una importancia mayoritaria del sector secundario y terciario, ya que la
agricultura representa un 11% en China y un 17% en India. A primera vista,
podría parecer que las proporciones de las estructuras económicas no distan
demasiado de aquéllas de los países industrializados, donde el papel del sector
primario es minoritario. Sin embargo, el nivel de subdesarrollo se pone de
manifiesto cuando observamos las cifras de participación de empleo. En el caso
de China, el 43% de los trabajadores se encuentran vinculados a la agricultura,
el 25% al sector secundario y el 32% al sector servicios. En India, estos
niveles se encuentran en el 52, 14 y 34%. En ambos casos destaca la prevalencia
de la agricultura en el empleo.
Haciendo un simple ratio entre participación del sector en el PIB y en el
empleo, la productividad relativa de la agricultura en China es del 25,6% y en
India del 32,7%, muy por debajo de las productividades de la industria y los
servicios en ambos países (188% y 131,25% en el caso de China. 185,7% y 167,6%
en el caso de India). Esto puede dar una idea de las grandes desigualdades que
existen entre los agricultores, asentados mayoritariamente en áreas rurales, más
pobres y con escasos servicios, en comparación con las regiones urbanas,
predominantemente industriales y de servicios. (Ver Tabla 5)
Además, comparando los datos de productividad sectorial secundaria y terciaria
en ambos países, observamos que existe una ventaja comparativa, aunque mínima,
en la productividad industrial de China sobre India (188% frente a 185,7%).
Mientras tanto, ocurre lo contrario para el sector servicios (131,25% frente a
167,6%). La ventaja comparativa en ambos países podría ser una de las razones
por las que cada uno ha decidido especializarse en sus respectivos sectores.
A continuación vamos a analizar la evolución sectorial de estos dos países en
las tres últimas décadas, así como la incidencia que esta transformación ha
tenido sobre el nivel de pobreza.
4.2.1. REESTRUCTURACIÓN SECTORIAL EN CHINA
El proceso de reorganización sectorial de la economía china puede dividirse en
dos períodos. El primero data de 1978 a 1984, en el que se llevan a cabo el
grueso de las reformas que afectan a la agricultura. Este período viene
caracterizado por el proceso de desmantelación del sistema comunal. El segundo
período se sitúa desde 1985 hasta la actualidad, en el que se han llevado a cabo
políticas de liberalización económica. Este período se ha caracterizado por una
creciente importancia del sector industrial.
No obstante, en los últimos años el peso de la industria en el total de la
producción ha comenzado a caer en detrimento de los servicios, debido a un mayor
desarrollo de las finanzas, los transportes y las telecomunicaciones. Podríamos
estar presenciando pues, el inicio de un tercer período de reorganización
sectorial, sin embargo, aún parece ser pronto para analizar este proceso.
4.2.1.1. Reforma agrícola entre 1978 y 1985
La adopción de medidas para reformar la agricultura, además de ser crucial para
el despegue económico de los países en desarrollo, ha supuesto un importante
proceso para reducir la pobreza. Varios autores, como Ravallion y Datt (1996),
afirman que el crecimiento del sector agrícola tiene un mayor impacto en la
reducción de pobreza que el crecimiento de la industria y los servicios. Del
mismo modo, el crecimiento generado en áreas rurales logra un mayor alivio de la
pobreza que cuando se produce en áreas urbanas.
El negro período de la Revolución Cultural, de 1966 a 1976, y el posterior
ascenso de Deng Xiaoping como líder de China tras la muerte de Mao en 1976, vino
sucedido por un intenso período de reformas. Como apunta Soler (2008), “la falta
de libertades civiles sobreexcitó el deseo de libertad económica”. Las reformas
se adoptaron en un primer momento en el medio rural ante la falta de consenso
sobre las medidas a adoptar en el ámbito urbano. Mientras unos eran partidarios
de fomentar la competencia y liberalizar los precios, otros propugnaban la
reforma de las empresas estatales . (Wu, 2005)
Según Lin (1992), la reforma agraria que mayor impacto supuso en el crecimiento
del sector, así como en la reducción de pobreza rural, fue la descolectivización
de la tierra. Para comprender mejor la inmensidad de esta medida a continuación
se expone qué supuso el sistema de comunas.
Este sistema comunal se instauró en 1958 y consistió en organizar a pueblos y
aldeas en equipos de producción. La propiedad privada de la tierra agrícola fue
reemplazada por la propiedad colectiva. A los miembros de las comunas se les
garantizaba una parte proporcional de la producción de grano. Los ingresos
obtenidos de las cuotas fijadas por el Gobierno, eran divididos entre los
miembros de las comunas según los inputs que cada hogar aportaba a la comuna
cada año. El modelo no permitía que la productividad agrícola aumentara, por lo
que sus niveles permanecieron bajos. (Wang, 2005)
En 1976 se permitió un experimento en la provincia de Sichuan, para que una
parte de la tierra fuera cultivada bajo régimen privado. El resultado fue una
mayor producción, por lo que el proceso de desmantelamiento de las comunas, que
empezó en 1978, se fue expandiendo rápidamente por todo el territorio hasta
completarse en 1984. El proceso de desmantelación comunal fue una de las
distribuciones más igualitarias jamás llevadas a cabo en el mundo. La medida dio
paso a un sistema de “responsabilidad familiar” en la que se dotaba a cada hogar
de derechos individuales de cultivo sobre la tierra. A cada una de las familias
le era asignada una parcela de tierra de tamaño similar. La extensión de la
tierra suministrada estaba sujeta a variaciones según el número de miembros de
cada hogar, así como la extensión agrícola de cada región. (Bardhan, 2010)
Lin (1992) muestra cómo entre 1978 y 1984 la producción agrícola se incrementó
un 7,1% de media, frente al 2,7% del período 1970 a 1978. Aunque existe cierta
disconformidad en cuanto a la reducción de pobres en el período de la
descolectivización , todos afirman que en estos años tuvo lugar la mayor
reducción de pobreza de China en las tres últimas décadas. Chen y Ravallion
muestran que la mitad de los pobres que salen de la pobreza entre 1981 y 2005
(en total 400 millones), se produce hasta la mitad de los 80, antes pues, de
producirse los grandes avances en comercio exterior e inversión en China. Esto
da idea de la importancia que tuvo el proceso de descolectivización y el
reajuste de los precios agrícolas, sobre la reducción de pobreza.
4.2.1.2. Reconversión Industrial y Modernización en China desde 1985 a la
actualidad
El proceso de reconversión y fomento industrial estuvo estrechamente vinculado
al de globalización. Este último lo analizaremos en la siguiente sección, por lo
que se tratará de explicar ambos procesos por separado, a pesar de su estrecho
paralelismo.
El período de reformas en la industria comenzó en la década de los 80, una vez
comprobados los efectos positivos de la liberalización en la agricultura. Las
medidas fundamentales fueron la reforma de las empresas públicas, la apertura al
sector privado y un modelo industrial enfocado a la exportación.
4.2.1.2.1. Reformas en empresas públicas
Al igual que el resto de países de la órbita soviética, el régimen chino comenzó
un proceso de inversión en industria pesada para alcanzar su desarrollo
económico, aunque no con la intensidad de los regímenes europeos. Las industrias
públicas no estaban sujetas a mecanismos de mercado, sino a un sistema de
planificación que fijaba la producción, los precios y el empleo. Además, ya en
los 50 se produjo un proceso de descentralización industrial, con la esperanza
de que el desarrollo económico se expandiera por todo el territorio. Esta medida
no fue del todo acertada debido a un proceso de proteccionismo interregional
(Soler, 2008). El resultado fue la atomización de industrias con fuertes
economías de escala.
El proceso de reconversión industrial para hacer a las industrias públicas más
eficientes, trataba de sanear a estas empresas y generar empleo de larga
duración. No obstante, en esta etapa se produjo un despido masivo de obreros
públicos, lo que hizo aumentar la pobreza -mayoritariamente en ámbitos urbanos-
hacia finales de los 80. En la Tabla 1 se observa como la pobreza pasó de un 38
a un 44% en el período 1987-90, debido a los despidos públicos.
El duro proceso de reconversión fue necesario, ya que se pretendía dar entrada a
empresas privadas, tanto domésticas como extranjeras, así como la apertura
comercial que suponía la competencia de productos extranjeros en el mercado
chino.
4.2.1.2.2. Apertura a la iniciativa privada
La apertura al sector privado comenzó en 1978, aunque dicho proceso se ha ido
acelerando a lo largo de distintas etapas. En una primera fase, de 1978 a 1987,
se pasó de una política de relajación pasiva a promoción activa de la economía
individual. La segunda fase, que fue de 1987 a 1997, el sector privado era
considerado como un suplemento necesario para la economía. La tercera fase data
de 1997 a la actualidad, en la que el sector privado supone el componente
mayoritario en la economía. Los factores que propiciaron el desarrollo de este
sector fue una reducción en la carga impositiva, la apertura del mercado
doméstico, y la apertura al comercio internacional. (ADB, 2003)
El desarrollo privado de la industria y los servicios no era una tarea fácil en
sí. China partía de un nivel de desarrollo inicial relativamente bajo y además,
el sistema financiero no estaba desarrollado. A esto se sumaba que el Estado
debía de hacer frente a reformas en sus empresas públicas, por lo que no pudo
destinar recursos para incentivar el despegue del sector privado.
La opción que le quedaba al PCCh, era atraer recursos del exterior a través de
la inversión extranjera directa (IED). El Gobierno, consciente del atractivo de
su gran mercado de consumidores y de mano de obra barata, jugó con ventaja para
exigir condiciones a las empresas extranjeras. De esta forma, se logró una
entrada masiva tanto de capitales como de tecnología, que permitieron
desarrollar el sector industrial de forma espectacular.
4.2.1.2.3. Apertura comercial
El rápido desarrollo del sector privado, tanto secundario como terciario, no
sólo contribuyeron a mantener las altas tasas de crecimiento económico. Además,
la gran cantidad de empleos que se estaban generando eran necesarios para
reabsorber a los obreros públicos que habían sido despedidos y sobre todo, para
emplear al gran excedente de trabajadores agrícolas procedentes del centro e
interior.
A partir de la segunda mitad de los 80, el proceso de reducción de la pobreza
sufre una desaceleración (Ver Tabla 1). En parte, a la supresión del sistema de
descolectivización, y también por la ley de rendimientos decrecientes, que hace
que cada vez sea más difícil disminuir los niveles de pobreza.
En resumen, hay que remarcar dos aspectos. Por un lado, el desarrollo de los
sectores secundario y terciario a partir de finales de los 80 no logra una
reducción de la pobreza tan intensa como en el período de reforma agrícola.
Aunque por otro, el desarrollo ulterior de estos sectores contribuyó de manera
clara a reabsorber la mano de obra excedentaria procedente de las obsoletas
empresas públicas, y sobre todo de la agricultura, donde cientos de millones de
chinos habían emigrado del campo a la ciudad.
Los cambios sectoriales afectaron a los niveles de desigualdad en China. Según
el ADB (2004), las desigualdades disminuyeron en el período 1975-1985 debido al
progresivo desmantelamiento de las comunas. En este período, la renta per capita
rural creció más que la urbana. Mientras, entre 1986 y 2002, el crecimiento
rural estuvo por debajo del crecimiento urbano, por lo que aumentó la
divergencia entre los ingresos de la costa y los del interior .
4.2.2. REESTRUCTURACIÓN SECTORIAL EN INDIA
El peso relativo de la agricultura en la economía india permaneció constante
hasta la década de los 80. Hasta entonces, las fluctuaciones del PIB venían
marcadas por el ciclo de los monzones, quedando patente la importancia de este
sector. (Jha, 2004)
A partir de entonces, la agricultura sufrió ligeras mejoras y su productividad
fue mejorando de forma muy modesta. Se produjeron ciertos progresos técnicos y
el Gobierno llevó a cabo algunas políticas de desarrollo, aunque no demasiado
ambiciosas. Debido a que el crecimiento agrícola se situaba por debajo de la
media agregada, la agricultura fue perdiendo peso en la composición sectorial
india hasta situarse en el 17% del PIB en 2009. (Ver Tabla 3)
Un factor importante que ha incidido en la transformación sectorial en India fue
la adopción de reformas económicas en 1991. Dicha implementación fue necesaria
para llevar a cabo una estabilización de la economía y un ajuste estructural
tras la severa crisis económica que azotó al país ese año.
A comienzos de 1991, India sufrió una aguda caída en su reserva de divisas
debido a los galopantes déficits público y comercial, a lo que se sumó una
importante salida de capitales. Una vez adoptadas las políticas necesarias para
controlar la crisis -como el recorte en el gasto público o la devaluación de la
rupia-, el Gobierno continuó adoptando reformas de liberalización económica de
forma más gradual. Las medidas contribuyeron al saneamiento de las finanzas
indias, pero no fueron ambiciosas para los sectores primario y secundario.
Los asuntos en materia agrícola son dependientes de los estados de India. El
recorte presupuestario supuso una caída en las transferencias de recursos que el
Gobierno otorgaba a las administraciones estatales. Por ello, la menor dotación
de ingresos dejó un bajo margen de maniobra a los estados para llevar a cabo
reformas e inversiones en la agricultura. Por otro lado, la reconversión
industrial en India es un proceso tardío y lento en comparación a China. De una
parte, fue tardío porque las reformas no se adoptaron hasta 1991, tras la crisis
económica, que produjo un cambio de gobierno. De otra parte, el proceso de
desarrollo industrial es lento porque al contrario que en China, no se ha
ejecutado una fuerte liberalización y privatización de las empresas.
El Gobierno ha preferido adoptar una postura gradual hacia la liberalización
empresarial, con el objetivo de que sean los propios indios quienes desarrollen
el sector industrial, y no los extranjeros. Esto puede tener beneficios a largo
plazo, pero causa que el desarrollo tenga un ritmo más moderado. Además, debido
a que en India no se ha llevado a cabo una “revolución verde”, no se ha
producido un excedente de mano de obra agrícola, que pudiera migrar a la
industria. El subdesarrollo rural ha frenado el desarrollo industrial.
El crecimiento del sector secundario ha sido bajo y su peso en la economía ha
ido oscilando en torno al 20% del PIB. En los últimos años, este sector ha ido
cobrando algo más de fuerza, aunque en 2009 aún representaba el 26% sobre el
total de la economía. Lo sorprendente en India, por su bajo nivel de PIB per
capita de 1.032$ y por la importancia que aún juega la agricultura en su
economía y en su sociedad, es el gran peso de los servicios con el 57% del PIB
(Tabla 3). El desarrollo de este sector se ha producido en gran parte por el
importante crecimiento que han experimentado el sector financiero y las
tecnologías de la información y las comunicaciones – TICs–.
El sector financiero se desarrolló en dos fases. La primera fue a partir de 1969
con la nacionalización de bancos, que supuso un rápido proceso de bancarización;
y posteriormente, con la liberalización financiera llevada a cabo por las
reformas adoptadas a partir de 1991. El sector de las TICs se desarrolló en
parte por ser uno de los pocos sectores en los que el Estado no había ejercido
una importante regulación, ya que su desarrollo fue posterior al proceso de
reformas. Además, India cuenta con una gran masa de angloparlantes y
universitarios, a pesar de que su elevada tasa de analfabetización.
La transformación en materia de empleo fue mucho más modesta que la sectorial,
en términos de producción. En 2009, la agricultura acaparaba al 52% de los
trabajadores, mientras que el sector secundario y terciario representaban al 14
y 34%, respectivamente. Estos dos últimos sectores son demandantes de mano de
obra con un grado mínimo de cualificación, sobre todo en los sectores financiero
y tecnológico . El desarrollo de estos subsectores no ha generado un efecto
spin-off en el proceso de reducción de pobreza, ya que los pobres son en su
inmensa mayoría población rural, analfabeta y ligada a la agricultura. (Bustelo,
2010)
India no ha experimentado una evolución sectorial similar a la de otros países.
Si clasificamos esta evolución en tres fases, la primera correspondería a un
peso de la agricultura importante, con una industria y servicios minoritarios.
En la segunda fase se produce un importante desarrollo del sector industrial, en
detrimento de la agricultura, mientras los servicios también aumentan. En la
tercera fase, la agricultura sigue bajando hasta un nivel marginal, mientras que
la industria también sufre una disminución. En esta última fase, es el sector
servicios quien genera la mayor parte de la producción.
Parece ser que India ha pasado directamente de la primera a la tercera fase. Es
decir, en vez de vivir un proceso de “industrialización”, está experimentando un
proceso directo de “terciarización”. Esta particularidad no le ha permitido a
India disminuir su tasa de pobreza con la misma intensidad que si hubiera
desarrollado primero su industria y después, los servicios.
Para reducir la pobreza a un ritmo mayor, sería necesario adoptar reformas más
profundas, como la desamortización y posterior redistribución de la tierra a sus
ciudadanos, con especial énfasis para aquéllos que no poseen tierra. De esta
manera, se les podrá dotar de oportunidades para mejorar su bienestar social. De
esta forma, al igual que con el desmantelamiento de las comunas en China,
mejorarán las rentas de los agricultores y se producirá un excedente de mano de
obra. La industria se tendría que desarrollar, adoptando las políticas
necesarias para que este sector absorba al excedente de agricultores. Como
resultado, el PIB crecería y se reduciría la tasa de pobreza de manera
importante.
4.3. PROCESO DE GLOBALIZACIÓN
La globalización se referir al gran volumen personas, mercancías, capitales,
servicios, tecnologías o ideas que fluyen a través de diferentes estados y
continentes, cuyo proceso se ha intensificado en las últimas décadas.
No obstante, según afirma Dollar (2001), el proceso de globalización no es un
fenómeno exclusivamente reciente, sino que sus orígenes se remontan al siglo
XIX. Dicho proceso puede clasificarse en tres períodos. El primero tuvo lugar
entre 1870 y 1910, por el importante flujo migratorio procedente de Europa hacia
América y el resto del mundo. El segundo se originó en las décadas doradas que
siguieron a la IIGM, de 1950 a 1980. En este período aumentó considerablemente
el volumen comercial, aunque los actores que protagonizaron este proceso fueron
los países desarrollados . El tercero tiene lugar a partir de 1980 y llega hasta
nuestros días. La diferencia con la segunda etapa, a parte del mayor peso de los
servicios y los flujos de capitales, se debe al mayor protagonismo de países en
vías de desarrollo en el comercio mundial.
Como indica el autor, no todos los países en vías de desarrollo se han
incorporado al proceso de globalización, sino que han habido unos países
emergentes “globalizadores” y otros “no globalizadores”. Los segundos,
localizados en África, Latinoamérica y Asia, han mantenido un bajo crecimiento
económico. Por el contrario, los países emergentes “globalizadores” no sólo han
visto acelerar su crecimiento, sino que han alcanzado tasas mayores a las de los
países desarrollados. Esto ha permitido que se produzca un proceso de
convergencia entre estos dos grupos de países.
El proceso de globalización en los países “globalizadores”, a partir de 1980, ha
transcurrido en paralelo a un período de gran crecimiento económico y de
reducción de pobreza . No obstante, en estos países, a parte de la
liberalización económica, se han adoptado otro tipo de medidas que han producido
el despegue económico y el consiguiente alivio de pobreza. Así pues, existen
dudas sobre la dirección de la causalidad entre proceso de globalización y
crecimiento económico. Es decir, si la globalización ha generado el crecimiento
económico o bien ha sido el crecimiento económico el que ha permitido un mayor
proceso de globalización.
Entre los países emergentes “globalizadores”, se encuentran tanto China como
India. Sin embargo, su incorporación en el proceso de globalización se ha
producido de manera distinta.
4.3.1. GLOBALIZACIÓN EN CHINA
Como ya se ha dicho, las reformas que se adoptaron en la agricultura china
generaron, entre otros efectos, un gran excedente de mano de obra en el mundo
rural. Los dirigentes comunistas no tuvieron más remedio que acelerar la
liberalización para dar salida a las manufacturas y crear empleo industrial.
Ya que las empresas estatales se encontraban en un proceso de reconversión
industrial hacia finales de los 80, el Gobierno chino optó por la apertura de
capital extranjero, así como la privatización de empresas para acelerar su
industrialización. Los dirigentes adoptaron una serie de medidas para acelerar
la afluencia de inversión extranjera directa -IED-. La medida más singular fue
el proceso de industrialización basada en las exportaciones. Para incentivar la
llegada de capital extranjero, el Gobierno mejoró el marco jurídico para
aumentar la confianza de los inversores. También se crearon Zonas Económicas
Especiales -ZEEs-, que permitían a las empresas instaladas eludir el pago de
aranceles e impuestos a la importación, así como la existencia de incentivos
fiscales. (Bardhan, 2010). Además, China contaba con el atractivo de poseer un
gran mercado de consumidores, y sobre todo, una gran masa de trabajadores con
bajos salarios.
Desde 1983 a 1997, China ha reducido sus aranceles a la mitad, produciéndose el
mayor esfuerzo durante los últimos cuatro años de ese período, en aras de una
eventual incorporación a la OMC en 2001. En el período 1995-2000, China redujo a
la mitad su arancel medio ponderado, pasando de un 35 a un 17%. En el quinquenio
siguiente, ya dentro del a OMC, lo volvió a reducir a la mitad hasta alcanzar el
9%. (Soler, 2008)
El éxito de la apertura comercial así como la gran afluencia de IED, ha
permitido un espectacular incremento del volumen comercial. Entre 1978 y 2005,
las exportaciones han crecido en un 7.500%, mientras que las importaciones lo
han hecho en un 5.800%. Esta cifra es muy superior al incremento del 700% del
comercio mundial en dicho período. En este tiempo, China se ha situado en cabeza
como mayor exportador mundial así como el país que presenta mayor superávit en
su balanza de pagos. Su peso en el comercio mundial ha pasado del 0,8 al 7,3%
(Bustelo, 2010). Además de la vertiente cuantitativa, la exportación china ha
visto aumentar notablemente su “calidad” y grado de sofisticación, debido a la
transferencia tecnológica que ha acompañado a las IED.
Uno de los aspectos negativos en el desarrollo industrial chino ha sido el
aumento de las desigualdades -no hay más que observar que el Índice de Gini ha
pasado de 0,28 en 1982 a 0,47 en 2004 (CIA, 2010). Por un lado, la propia
naturaleza del sector industrial exige un proceso de concentración, para
beneficiarse de las economías de escala. La industria se ha instalado mayormente
en la costa, así como el sector servicios. Mientras, las provincias agrícolas
del interior se han ido quedando atrás en términos relativos. Por otro lado, la
productividad y los salarios de los sectores secundario y terciario están
sujetos a una mayor desigualdad que la productividad agrícola entre
trabajadores.
Para concluir, hay que destacar el fuerte paralelismo que ha tenido en China el
proceso de industrialización y el de globalización. Sin dicha combinación, el
desarrollo de ambos no hubiera sido tan trascendental. Estos procesos han
contribuido en gran medida al elevado crecimiento sostenido de la economía china
durante los últimos años, y sobre todo, en los más recientes.
Aunque el nivel de pobreza ha seguido decreciendo a lo largo del tiempo, esta
reducción no ha sido tan intensa en los 90 y los años 2000 -donde la
industrialización y la globalización juegan un gran papel-, como lo fue entre
1978 y mitad de los 80, con las reformas agrarias. (Ver Tabla 1)
Aún así, el desarrollo de la industria, así como los flujos comerciales y de
capitales tuvieron un efecto positivo sobre la reducción de la pobreza. Además,
permitió continuar incrementando el PIB per capita y el bienestar de los que
previamente ya habían salido de la extrema pobreza, No obstante, estos procesos
han generado un incremento de las desigualdades.
4.3.2. GLOBALIZACIÓN EN INDIA
Como se mencionaba anteriormente, India era y sigue siendo una economía
predominantemente agrícola. Durante los 60 y 70 se llevaron a cabo estrategias
de expansión industrial para incrementar la demanda de los productos agrícolas.
India incrementó las barreras arancelarias para ayudar a desarrollar la
industria doméstica, a través del modelo de industrialización por sustitución de
importaciones -ISI-.
Este modelo continuó hasta la crisis macroeconómica de 1991. El modelo tuvo
resultados decepcionantes por diferentes problemas y fallos. Por un lado, el
desarrollo estaba enfocado hacia el modelo interior, con un gran número de
consumidores de muy bajo poder adquisitivo. Por otro lado, el Estado intervenía
en las empresas adoptando decisiones ineficientes. A ello se le unió una mala
provisión de bienes públicos, que ha limitado el desarrollo del sector privado.
Las principales medidas adoptadas en 1991, tuvieron como objetivo el saneamiento
de las cuentas públicas. Una vez que la crisis estaba bajo control, se fueron
adoptando políticas de liberalización comercial y privatización, aunque a un
ritmo gradual y controlado. Las leves reformas adoptadas se ven reflejadas en un
crecimiento indio no tan elevado como el chino, si bien el incremento de las
desigualdades han sido más modestas en el primer caso que en el segundo . (Jha,
2004)
Teniendo en cuenta los bajos niveles de productividad agrícola, así como el bajo
peso de la industria, el sector que más se ha beneficiado del proceso de
globalización en India ha sido los servicios. El bajo nivel de desarrollo
industrial -sobre todo en lo referente a exportación-, así como el escaso peso
de este sector en la economía, explican en parte que el volumen comercial de
India sea bastante menor al de China . A pesar de ello, India destaca por la
importancia de las exportaciones de servicios, y en especial, los relacionados
con las TICs y las finanzas. (Bustelo, 2010)
Por tanto, sólo una minoría parece estar beneficiándose de manera clara del
proceso de liberalización comercial. Además, se decía anteriormente que los
empleados de las TICs y del sector financiero son trabajadores cualificados, por
lo que el desarrollo de estos sectores no parecen tener un efecto directo sobre
el resto de sectores para que éstos absorban mano de obra poco cualificada. De
igual manera, el desarrollo de los servicios si bien contribuye al crecimiento
del PIB, no ayuda a disminuir los niveles de pobreza. De ahí pues, a que la
elasticidad crecimiento-reducción de pobreza en la India sea menor que en China.
(Bardhan, 2010)
Por tanto, podemos decir que de manera general, el proceso de globalización no
ha tenido un efecto importante en la reducción de pobreza en India ni ha
mejorado de forma clara el bienestar de un porcentaje importante de la
población, ya que prácticamente ha beneficiado al sector financiero y a las
TICs, que no afectan a los pobres.
Según Chen y Ravallion (2008) (ver Tabla 1), la pobreza pasó del 42,1% al 33,3%
de 1980 a 1990, mientras que de 1990 a 2005 la pobreza pasó del 33,3% al 24,3%.
Es decir, durante los diez años antes de las reformas de apertura económica y
mayor integración en los mercados globales, la pobreza disminuyó en 8,8 puntos
porcentuales. Mientras, en el período posterior, que comprende quince años, la
pobreza disminuyó 9 puntos porcentuales. Por tanto, no se observa de manera
clara un efecto significativo de reducción de pobreza con la mayor integración
de India y el resto del mundo a partir de la década de los 90.
4.4. OTROS FACTORES QUE HAN INCIDIDO EN EL CRECIMIENTO Y LA POBREZA
Hasta ahora hemos analizado los factores de la hipótesis inicial en el proceso
de reducción de pobreza en China y en India. Así pues, en el transcurso de la
investigación para la elaboración del presente estudio, han aparecido otro tipo
de variables que no fueron contempladas en la función inicial y que son dignos
de un breve análisis.
Son múltiples los efectos que han intervenido en el desarrollo económico y
reducción de pobreza en las dos potencias asiáticas. Aún así, las consideradas
más importantes son la intervención del estado, en materia educativa y
redistributiva, así como el grado de diversidad que presentan estas dos
sociedades.
4.4.1. INTERVENCIÓN DEL ESTADO
La provisión de bienes públicos es una medida esencial, justa y necesaria para
dotar a los ciudadanos de oportunidades y garantías para mantener y desarrollar
los niveles de bienestar. La provisión de educación a los ciudadanos les permite
incrementar su capital humano, así como las oportunidades laborales. Esta
provisión es especialmente importante en el caso de los más pobres, ya que a
través de su empoderamiento, se les da la oportunidad para abandonar la pobreza
y alcanzar un ascenso social.
Para los casos de China e India, las condiciones iniciales han sido más
desfavorables para este último país. China, procedente de un sistema comunista
clásico, expandió la educación primaria por todo su territorio en época de Mao.
Este hecho permitió que a la hora de liberalizar su economía, “los agricultores
no tuvieran grandes problemas para transformarse en obreros” (Murphy, 2004)
La provisión de educación en India ha sido bastante deficiente . No obstante,
debido a su herencia inglesa y a su empeño de desarrollar las tecnologías, India
cuenta con una destacada red de centros de educación superior que le ha
permitido desarrollar una pequeña élite de trabajadores cualificados que han ido
a parar al sector servicios. Cabe destacar que el nivel de infraestructuras en
India es bastante deficiente en comparación con China, lo que limita el
desarrollo de la industria así como la atracción de IED.
De la misma forma, es importante la redistribución de recursos para dotar a los
más pobres de oportunidades para escapar de la pobreza. Tanto China como India
cuentan con un modelo fiscal federal y que no está muy desarrollado. El carácter
federal de los modelos hace que las transferencias que hacen los estados y
provincias al gobierno central sean relativamente bajas. Aunque existe un modelo
redistributivo entre provincias ricas y pobres, éste no es suficiente para
impedir que las desigualdades territoriales sigan incrementándose en ambos
países. La consecuencia es que las provincias y estados pobres no cuentan con
suficientes recursos para la provisión adecuada de bienes públicos.
En 1991 en India y en 1994 en China se llevaron a cabo sendas reformas fiscales
con el fin de aumentar la recaudación fiscal, pero los resultados muestran que
no han sido suficientes, por lo que sería necesario adoptar políticas fiscales
más ambiciosas. Además de la redistribución de rentas, también sería necesaria
una redistribución de la tierra en India, como la llevada a cabo en China hace
30 años.
4.4.2. FRAGMENTACIÓN SOCIAL
Frente a la tónica en África o Latinoamérica, Soler (2008) apunta a un cierto
carácter “benevolente” en la conducta de los gobiernos asiáticos, poco dados al
despilfarro y más bien preocupados por el bienestar de sus ciudadanos a través
del progreso económico. Se tiende a esgrimir cierto factor cultural, esto es,
una cierta singularidad de los países de raíz china, india o incluso de
tradición confuciana.
No obstante, hay estudios como el de Acemoglu y Robinson (2006), que tratan de
desmitificar la benevolencia asiática. En él se demuestra como los países con
abundantes recursos naturales tienden precisamente a contar con gobiernos
dictatoriales y particularmente despilfarradores –como en África y
Latinoamérica-, pues la naturaleza de su riqueza incentiva a su apropiación
mediante la represión y acto seguido, a su gasto. Si a todo ello añadimos una
cierta diversidad étnica o división social, es más probable entonces que el
grupo que esté en el poder emplee el dinero de forma partidista y no
precisamente en beneficio del país.
Así pues, en el caso chino, en lugar de gobernantes bondadosos, más bien no han
existido abundantes recursos para expoliar, al mismo tiempo que el país ha
gozado de una importante cohesión social y una cierta equidad social . De igual
forma, en India, salvo alguna excepción , no ha sufrido grandes conflictos entre
distintos grupos étnicos o religiosos. Aun así, este país posee una mayor
diversidad social que China. Existe cierto grado de polarización en el aspecto
étnico y religioso . La diversidad de lenguas es mayor en India que en China, y
además a ello se le suma la diferenciación por castas.
Como ya se trató anteriormente, la existencia de una democracia en una sociedad
tan fragmentada como en India, dio lugar a favoritismo de ciertos grupos Por el
contrario, en China, este fenómeno no fue tan acusado debido a su mayor cohesión
social y al régimen dictatorial.
5. CONCLUSIÓN
En este estudio se ha pretendido analizar los factores que han causado una
reducción de la pobreza en China e India en las últimas tres décadas. En primer
lugar, hemos visto como la naturaleza de un régimen dictatorial o uno
democrático en sí, no ha originado un desarrollo económico desde un principio.
Por el contrario han sido sendas crisis de índole económica y política las que
han producido cambios de gobierno y de dirigentes políticos –que no de régimen-.
Estos a su vez han adoptado reformas estructurales y de liberalización
económica. La adopción de dichas reformas ha generado un crecimiento económico
sostenido que ha permitido reducir la pobreza tanto en China como en India. Aún
así, ya que China es una dictadura, las reformas en este país han sido más
profundas. India evitaba generar tensiones sociales, lo que ha causado que el
crecimiento, y sobre todo la reducción de pobreza, sean mucho mayores.
En segundo lugar, vimos la trasformación del modelo sectorial. La importante
intervención en la agricultura, a través de la descolectivización de la tierra y
el posterior e intenso proceso de industrialización, permitió sacar a millones
de personas de la extrema pobreza, ya que el excedente agrícola de mano de obra
fue absorbido por las fabricas. Esto permitió que los agricultores que habían
abandonado la pobreza, una vez trabajando de obreros, siguieran incrementando su
riqueza. Por el contrario, en India no se llevaron a cabo profundas reformas en
la agricultura. La gran mayoría de la población aún sigue vinculada a ese sector
y el nivel de pobreza es relativamente mayor. Además, los dirigentes optaron por
llevar el proceso de modernización de su economía a través del desarrollo de los
servicios. Este sector emplea a trabajadores cualificados, por lo que el mayor
peso de éste en la economía, ha contribuido a la reducción de la pobreza de
forma leve.
En tercer lugar, el proceso de globalización, si bien no ha tenido un efecto
directo claro en la reducción de la pobreza de China, sí que ha ayudado al
desarrollo del sector industrial. Éste se ha beneficiado de un mayor acceso a
los mercados mundiales, sobre todo tras su ingreso en la OMC, por lo que ha
podido dar salida a sus exportaciones, así como por la afluencia de IED para la
instalación de industrias. En cuanto a India, la globalización apenas ha
beneficiado a aquellos sectores que emplean a personal con una cualificación
superior. Si bien esto ha ayudado al crecimiento de la economía, no ha generado
un efecto directo sobre la reducción de la pobreza.
Además, hemos señalado otros factores como la intervención del Estado en materia
educativa y redistributiva, como variable positiva en la reducción de pobreza,
así como la fragmentación social que puede limitar a dicho proceso.
En términos generales, la reducción de pobreza en India ha sido menos intensa
que la de China, no sólo porque el crecimiento económico chino ha sido mayor,
sino que además la elasticidad crecimiento-reducción de la pobreza es mucho
mayor en China que en India. Esto se debe a la desigualdad de oportunidades, en
términos de posesión de tierra y capital humano, la cual es peor en India que en
China.
Aunque parezca ser que China haya hecho mejor sus deberes que India en el
objetivo de reducción de pobreza y a pesar de los centenares de millones de
pobres que aun viven en ambos países, hemos de ser optimistas ya que por primera
vez en la Historia el número de pobres ha decrecido en el mundo, ello se debe a
las políticas y reformas adoptadas por estos dos países, así como las elevadas
tasas de crecimiento alcanzadas en las tres últimas décadas. Esperamos que la
tendencia continúe y estas políticas de desarrollo puedan trasladarse a otras
regiones que aun sufren una intensa pobreza.
BIBLIOGRAFÍA
Acemoglu, D. y Robinson, J. (2006): Economic Origins of Dictatorship and
Democracy. Cambridge University Press. Cambridge.
Asian Development Bank (2003): Development Management. Progress and Challenges
in the PRC. ADB, Manila.
- (2004): Poverty Profile of the People's Republic of China. ADB, Manila.
Bardhan, P. (2005): Scarcity, Conflicts and cooperation. Cambridge, MA. MIT
Press.
- (2006). ‘Resistance to Economic Reforms in India’. Yale Global Online. New
Haven, CT. Yale University.
- (2007): “Poverty and Inequality in China and India: Elusive Link with
Globaisation”. Economic and Political Weekly, (Septiembre 22, 2007) pp.
3849-3852.
- (2008): “What Makes a Miracle: Some Myths about the Rise of China and India”.
Boston Review, Enero/Fegrero, 2008.
- (2009): “Economic Reforms, Poverty and Inequality in China and India”, en
Basu, K. y Kanvur, R., eds., Arguments for a Better World: Essays in Honor of
Amartya Sen, vol 2.Oxford, Oxford University Press, pp. 350-364.
- (2010): Awakening Giants: Feet of Clay. Assessing the Economic rise of China
and India, Princeton, NJ. Princeton University Press.
Banco Mundial (2010): “World Development Indicators”.
Http://www.worldbank.org/publications/wdi
Barro, R. J. y Sala-i-Martin, X. (2004): Economic Growth, MIT Press, Cambridge,
MA.
Bhaduri, A. (2003): “Structural Change and Economic Development: On the relative
Roles of Effective Demand and the Price Mechanism in a 'Dual Economy”, en Chang
H. J. (ed.) Rethinking Development Economics, London. Anthem Press.
Bhawati, J. (1992): India's Economy: The Shackled Giant, Oxford, Clarendon
Press.
Borooah, V. K., Gustaffson, B. y Shi, L. (2006): “China and India: Income
Inequality and Poverty North and South of the Himalayas”. Journal of Asian
Economics nº 17, pp. 797-817.
Bustelo, P. (2002): “El milagro económico de China: un dragón que despierta”,
Muy Especial, nº 57, primavera 2002.
- (2008): “¿Chindia o China más India? Complementariedad y competencia
económicas entre dos gigantes asiáticos”, Revista de Economía Mundial, nº 20,
2008, pp. 75-97.
- (2010): Chindia. A la conquista del siglo XXI, Real Instituto Elcano. de.
Tecnos. Madrid.
Bustelo, P. y Fernández-Lommen, Y. (1996): La Economía China ante el siglo XXI:
Veinte años de Reforma. Madrid. Editorial Síntesis.
Central Intelligency Agency (2010): “The World Factbook”
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/index.html Último
acceso Septiembre de 2010.
Chaudhuri, S. y Ravallion, M. (2006): “Partially Awakened Giants: Uneven Growth
in China and India”. En Winters, L. A. y Yusuf,S. (eds.) Dancing with Giants:
China, India and the Global Economy. Washington, DC y Singapur: Banco Mundial e
Institute of Policy Studies.
Cheek, T. (2006): Vivir con la reforma: China desde 1989. Intermón Oxfam,
Barcelona.
Chellaney, B. (2004): “Un modelo de democracia para el mundo en vías de
desarrollo”, Vanguardia Dossier, nº 12, Julio/Septiembre, pp. 63-67.
- (2008): “El tigre frente al dragón, ¿servirá India de contrapeso a China?”,
Vanguardia Dossier, nº 27, Abril/Junio, pp. 75-79.
Chen, S. y Ravallion, M. (2004): “How have the world’s poorest fared since the
early 1980s?”, World Bank Policy Research Working Paper, nº 3341. Banco Mundial,
Washington, DC.
Chen, S. y Ravallion, M. (2007): “Absolute Poverty Measures for the Developin
World, 1981-2004”, World Bank Policy Research Working Paper, nº 4211. Banco
Mundial, Washington, DC.
- (2008): “The Development World Is Poorer than We Thought, but Not Less
Successful in the Fight against Poverty”. Policy Research Working Paper nº 4073,
Banco Mundial, Washington, DC.
Chen, S. y Wang, Y. (2001): “China's growth and Poverty Reduction: Trends
between 1990 and 1999”, World Bank Policy Research Working Paper nº 2651. Banco
Mundial, Washington, DC.
Chauvin, S. y Lemoine, F. (2005): “L'Inde parie sur les niches technologiques”,
Problèmes Économiques, nº 2866, pp. 12-17.
Cohen, S. P. (2004): “La importancia de ser la India”, Vanguardia Dossier, nº
12, Julio/Septiembre, pp. 58-62
Cornia, G. A. (2003): “Globalization and the Distribution of Income between and
withing countries”, en Chang H. J. (ed.) Rethinking Development Economics,
London. Anthem Press.
Dasgupta, P. (2007): “Common Property Resources: Economic Analytics”, en Jodha,
N. S. et al. (eds.) Promise, Trust and Evolution. Oxford University Press, Nueva
Delhi.
Datt, G. y Ravallion, M.(1996): “Why Have Some Indian States Done Better Than
Others at Reducing Rural Poverty?” Policy Research Working Paper, nº 1594, Banco
Mundial, Washington, DC.
- (1998): “Farm productivity and Rural Poverty in India”, Journal of Development
Studies, nº 34, pp. 62-85.
- (2002): “Has India's Post-Reform Economic Growth Left the Poor Behind?”
Journal of Economic Perpectives. Nº 16, vol. 3, pp. 89-108.
Deaton, A. (2001): “Adjusted Indian Poverty Estimates for 1999-2000”. Mimeo,
Research Program in Developtment Studies, Princeton University Press.
Deaton, A. y Kozel, V. eds (2005): The Great Indian Poverty Debate. Nueva Delhi.
Ed. Macmillan.
Deininger and Squire (1998): “New Ways of Looking at Old Issues: Inequality and
Growth”, Journal of Development Economics, nº 57, pp. 259-87.
Dollar, D. (2001): “Globalization, Poverty, and Inequality since 1980”. Policy
Research Working Paper, nº 3333, Banco Mundial, Washington, DC.
Dollar, D. y Kraay, A. (2001): “Trade, Growth and Poverty”. Policy Research
Working Paper, nº 2615, Banco Mundial, Washington, DC.
- (2002): “Growth is good for the poor”, Journal of Economic Growth, vol. 7, pp.
195–225.
Edmonds, C. (ed.) (2003): Reducing Poverty in Asia. Emerging Issues in Growth,
Targeting and Measurement. Asian Development Bank, Edward Elgar Publishing.
Northampton, MA.
Fan, S., Zhang, L. y Zhang, X. (2004): “Reforms, Investment, and Poverty in
Rural in China”. Economic Development and Cultural Change. Nº 52, vol. 2, pp.
43-85.
Fernández-Stembridge, L. (2002): “La vía capitalista 'de facto' de China. Un
nuevo tipo de desarrollo”, Vanguardia Dossier, nº 2, Julio/Septiembre, pp.54-63
- (2004): “China. De productora a consumidora”, Vanguardia Dossier, nº 12,
Julio/Septiembre, pp.41-50.
- (2005): “China sale de casa”, Vanguardia Dossier, nº 16, Julio/Septiembre, pp.
64-75.
Fondo Monetario Internacional (2010): Datos Estadísticos FMI. Último acceso
Septiembre de 2010 http://www.imf.org/external/data.htm
Fundación SIP (ed). (2009): La emergencia de China e India en el siglo XXI.
Fundación Seminario de Investigación para la Paz. Colección “Actas”, nº 72.
Serie “Estudios para la Paz”, 23. Zaragoza.
Goldman Sachs (2003): Dreaming with BRICs: The Path to 2050. Glogal Economics
Paper nº 99, Goldman Sachs, Octubre.
- (2007): BRICs and Beyond, Goldman Sachs, Nueva York.
Gulati, A, Fan, S y Dalafi, S. (2005): “The Dragon and the Elephant:
Agricultural and Rural Reforms in China and India”. International Food Policy
Research Institute. MTID Discussion Paper nº 87.
Jha, R. (2000): “Reducing poverty and inequality in India: Has liberalization
helped?” WIDER Working Paper nº 204. Helsinki: United Nations University, World
Institute for Development Economic Research.
Jha, R. (2004): “Reducing Poverty and Inequality in India: Has liberalization
Helped?”, en Cornia, A. C. (ed.) Inequality, Growth and Poverty in an Era of
Liberalization and Globalization. UN University / World Institute for
Development Economic Research. Oxford University Press, Helsinki.
Kaplinsky, R. (2005): Globalization, Poverty and Inequality. Polity Press,
Cambridge.
Kase, K et al.(2005): “El poder económico”, Vanguardia Dossier, nº 16,
Julio/Septiembre, pp. 56-63.
Keidel, A. (2007): “China Regional Disparities. The Causes and Impact of
Regional Inequalities in Income and Well-Being”. Último Acceso Julio 2010.
http://www.iariw.org/papers/2007/keidel.pdf
Kumar, A. (2008): “¿Qué clase de democracia es la democracia más poblada del
planeta?”, Vanguardia Dossier, nº 27, Abril/Junio, pp. 24-29.
Lin, J. Y. (1992): “Rural reforms and agricultural growth in China”. American
Economic Review, nº 82, vol. 1, pp. 1228-52.
Montalvo, J. G. y Ravallion, M. (2010): “The Pattern of Growth and Poverty
Reduction in China”. Journal of Comparative Economics. Nº 38, vol. 1, pp. 2-16.
Murphey, R. (2004): “Turning peasants into modern Chinese citizens: Population
quality Discourse, Demographic Transition and Primary Education”, China
Quarterly, nº 177, pp. 1-20.
Nageswaran, V. A. (2008): “El auge económico y la clase media: cómo sostenerlo”,
Vanguardia Dossier, nº 27, Abril/Junio, pp. 39-45.
Nayyar, D. (2003): “Globalization and Development”, en Chang H. J. (ed.)
Rethinking Development Economics, London. Anthem Press.
Ocampo, J. A. (2003): “Development and the Global Order”, en Chang H. J. (ed.)
Rethinking Development Economics, London. Anthem Press.
Panagaryia, A. (2005): “Inde. Les réformes économiques des années 1980 et 1990”,
Problèmes Économiques, nº 2866, pp. 2-11.
Przeworski, A. y Meseguer Yebra, C. (2006): “Globalization and Democracy”, en
Bardhan, P., Bowles, S. y Wallrestein, M. eds., Globalization and Egalitarian
Redistribution. Princeton University Press.
Purfield, C. (2006): “Mind the Gap – Is Economic Growth in India Leaving Some
States Behing?” IMF Working Paper nº 06/103, Fondo Monetario Internacional,
Washington, DC.
Qian, Y. Y Xu, C. (1993): “Why's China's Economic Reforms Differ: The M-Form
Hierarchy and Entre/Expansion of the Non-State Sector”, Economics of Transition,
nº 1, vol. 2, pp. 135-170.
Ravallion, M. (2005): “A Poverty-Inequality Trade-off? Policy Research Working
Paper, nº 3579, Banco Mundial, Washington, DC.
Ravallion, M. y Datt, G. (1996): “How Important to India's Poor is the Sectoral
Composition of Economic Growth?” World Bank Economic Review, nº10, vol.1.
- (1999): “When is Growth Pro-Poor? Evidence from the Diverse Experiences of
India's States”, Policy Research Working Paper 2263. Banco Mundial, Washington,
DC.
- (2007): “China´s (Uneven) Progress against Poverty”. Journal of Development
Economics nº 82, vol. 1, pp. 1-42.
Ross, M. (2006): “Is democracy good for the poor?”, American Journal of
Political Science, nº 50 vol. 4, pp. 860-874.
Sachs, J. P. (2005): The End of Poverty. Penguin Press, Nueva York.
- (2008): Economía para un planeta abarrotado. Ed. Debate, Bacelona.
Sahni, A. (2008): “Crecimiento, pobreza y futuros de la seguridad interna”,
Vanguardia Dossier, nº 27, Abril/Junio, pp. 30-37.
Sharma, S. (2004): “Poverty Estimates in India: Some Key Issues”, ERD Working
Paper, nº 57. Asian Development Bank. Manila.
Singh, A. (2004): “India. ¿Una carrera con China?”, Vanguardia Dossier, nº 12,
Julio/Septiembre, pp. 52-57.
Smith, D. (2007): The Dragon and the Elephant. China, India and the New World
Order. Ed. Profile Books, Londres.
Soler, J. (2008): El Milagro Económico Chino: Mito y Realidad. Colección
Economía y Empresa / Fundación Rafael del Pino. Ed. Marcial Pons. Madrid.
Spoor, M. (2010): “Asia y la economía mundial. Caminando con dos piernas
(desiguales)”. Revista CIDOB d'Afers Internacionals, nº 89-90, pp. 45-62.
Srinivasan, R. (1996): “Indian Economic Reforms: Background, Rationale
Achivements and Future Prospects”, Mimeo.
- (2008): “Del socialismo de Nerhu a la globalización. La nueva ventaja
competitiva de India”, Vanguardia Dossier, nº 27, Abril/Junio, pp. 7-23.
Tamames, R. (2007): El siglo de China. De Mao a primera potencia ecoómica
mundial, Ed. Planeta, Barcelona.
Topalova, P. (2008): “India: Is the Rising Tide Lifting All Boats?” IMF Working
Paper nº 08/54, Fondo Monetario Internacional, Washington, DC.
Wang, S. (2005): “Poverty Targeting in the People's Republic of China”, in
Weiss, J. (ed.) Poverty Targeting in Asia. Asian Development Banck. Northamptom.
Weisbrode, K. (2005): “La transformación de Asia”, Vanguardia Dossier, nº 16,
Julio/Septiembre, pp. 6-14.
Wu, J. (2005): Understanding and Interpreting Chinese Economic Reform. Ohio, Ed.
Thomson.