Observatorio de la Economía y la Sociedad China
Número 15 - junio 2011

LAS RELACIONES COMERCIALES DE CHINA CON CUBA

 

Antonio José Montoro Carmona (CV)




RESUMEN

Los intercambios comerciales entre una de las mayores potencias económicas como China y un país en vías de desarrollo como Cuba, muestran algunas claves que permiten entender la importancia de las mismas para ambos gobiernos. El análisis de las cifras de los intercambios de China a nivel global y con la región latinoamericana contribuyen a dibujar el contexto en el que se inscriben los flujos comerciales sinocubanos.

Más allá de la afinidad ideológica que puedan guardar, el elemento central de los intercambios mutuos radica en la dimensión estratégica del níquel para la industria metalúrgica china y en la existencia de grandes reservas de este metal en Cuba, convirtiendo a este país en uno de los principales productores mundiales. Esta convergencia de intereses podría incidir en la construcción de agendas políticas comunes en la esfera internacional.

Palabras clave: China, Cuba, níquel, economía china, importaciones

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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Montoro Carmona, A.J.:: Las relaciones comerciales de China con Cuba; en Observatorio de la Economía y la Sociedad de China Nº 15, junio 2011. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/rev/china/


1. INTRODUCCIÓN

Las relaciones entre la República Popular China y Cuba estuvieron condicionadas, desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, por el conflicto sino-soviético, en el que estaba en juego, con la Guerra Fría de fondo, la hegemonía política en el campo del comunismo internacional.

Este enfrentamiento ideológico, que tuvo episodios de agresiones militares en el sudeste asiático, impidió que la relación con Cuba transcurriese por unos cauces normales de intercambios amplios (políticos, económicos y culturales), ya que la isla caribeña era vista por los dirigentes chinos como un apéndice del imperio soviético.

Esta situación se mantuvo con escasas variaciones hasta el inicio de la década de los 90 del siglo pasado (Song Xiaping, 2005 y Xu Shicheng, 2006), momento en el cuál tuvo lugar la implosión de la URSS y del bloque socialista de Europa del Este, mientras que las reformas económicas, iniciadas por Deng Xiaoping tras su llegada al poder en 1978, se consolidaban de la mano de Jiang Zemin.

Estos dos elementos configuraron una nueva realidad, donde la política exterior de China, en gran parte desideologizada y guiada por el provecho mutuo en sus relaciones con otros estados (Cardozo, 2006 y Pérez, 2006), encontró la receptividad de un estado cubano que veía como su principal socio comercial, verdadero sustento de su economía, desaparecía del panorama internacional.

Así en 1993, con la histórica visita de Jiang Zemin a Cuba como parte de una gira por otros países latinoamericanos, se abre un nuevo ciclo en las relaciones bilaterales de ambos estados (Cardozo, 2006). Esta nueva situación se verá refrendada por la visita de Fidel Castro a China en 1995 y por la presencia de los máximos dirigentes chinos en Cuba en 2001 y 2004.

Pero más allá de las declaraciones y actos de solidaridad política, determinados por la coincidencia, al menos formal, de ser dos países socialistas, es necesario preguntarse por la importancia real de la pequeña isla caribeña para la que, según la mayoría de las predicciones, puede convertirse en la primera economía mundial en apenas quince años.

Para alcanzar este objetivo se han analizado los diferentes flujos comerciales entre ambos países desde el año 1994 hasta 2009, poniéndolos en relación con los intercambios de China con América Latina y el Caribe (ALC) y con el mundo en su conjunto. De esta manera se obtiene una visión amplia de la dimensión de Cuba para China y de las claves que explican su relación.

2. ANÁLISIS DE LOS FLUJOS COMERCIALES GLOBALES Y CON AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Volumen de los intercambios comerciales de China con el resto del mundo

El intercambio comercial de China con el resto del mundo, basado en un crecimiento de su economía a un ritmo de dos cifras anual durante gran parte del periodo estudiado (1994-2009), se refleja en la evolución de los flujos aquí representados:

Como se puede comprobar, a partir de comienzos del siglo XXI el despegue de la economía China se hace evidente, pasando de 260 mil millones de USD en exportaciones en 2001 a más de 1,4 billones en 2008, año en el que se observa un leve descenso de los intercambios a causa de la crisis económica global (Martínez, 2010).
1 http://www.stats.gov.cn/english/
Las importaciones replican el mismo patrón que las exportaciones, aunque la diferencia entre ambas se amplía a partir de 2005, indicando una balanza comercial cada vez más favorable a China en relación con el resto del mundo.

Volumen de los intercambios comerciales de China con ALC

Los flujos comerciales de China con América Latina y el Caribe presentan un patrón similar al observado en el caso anterior, si bien podemos observar algunas diferencias que caracterizan la relación del gigante asiático con esta región.

Mientras que la balanza comercial siempre ha favorecido a China en su relación con el mundo en su conjunto, los intercambios con ALC pueden dividirse en tres etapas. La primera de ellas, desde 1994 a 1997, presenta un equilibrio de los flujos; la segunda, de 1997 a 2002, se caracteriza por un superávit de China de 9.500 millones de dólares; y en la tercera y última, desde 2003 hasta 2008, el déficit de la balanza comercial China con ALC, a pesar de alternar varios años de equilibrio, alcanza prácticamente los 15.000 millones de dólares.

Si bien este análisis nos ofrece una imagen en la que los intercambios con la región latinoamericana y caribeña siguen un patrón diferenciado a los que China mantiene con el mundo en su conjunto, es interesante poder analizar el impacto de esta relación a través de la participación de ALC en los intercambios globales de China.

En este gráfico se muestra cómo la región ha incrementado de manera continuada su presencia en los intercambios comerciales de China (Díaz, 2008), principalmente en cuanto a las importaciones, que han pasado de apenas un 2% a superar ampliamente el 6%.

El espectacular aumento de las importaciones provenientes de América Latina y el Caribe está indicando la necesidad de China de conseguir fuentes de aprovisionamiento de materias primas (Cesarín, 2006 y Díaz, 2009) esenciales para mantener sus altas tasas de crecimiento, mientras que las exportaciones, más modestas, pueden ser reflejo del moderado desarrollo de las sociedades de consumo de masas de la región y, por tanto, las dificultades de China para exportar a estos países sus manufacturas.

3. ANÁLISIS DE LOS FLUJOS COMERCIALES CON CUBA

Una vez abordado resumidamente el contexto mundial y regional es posible analizar detalladamente las relaciones comerciales de China y Cuba, ya que de esta manera se puede entender la dimensión e importancia de las mismas.

Para continuar con el esquema seguido hasta el momento, en primer lugar se presentan las cifras generales de los flujos comerciales con la isla caribeña para, posteriormente, ir relacionándolos con los intercambios a nivel mundial y con la región latinoamericana y caribeña de la que Cuba forma parte.

Como es fácil observar, el balance comercial de China con Cuba es claramente favorable a la primera (León-Manríquez, 2006) durante prácticamente todo el periodo analizado, excepto en los años 1995 y 1996, cuando las importaciones provenientes de la mayor de las Antillas superaron en 100 millones de dólares las exportaciones chinas.

Tanto las exportaciones como las importaciones mantienen un mismo patrón caracterizado por la estabilización de los intercambios (entre 200 y 300 millones de dólares en exportaciones y alrededor de los 100 millones en importaciones) hasta el año 2004, momento en el que el aumento adquiere una pendiente muy pronunciada. Esta modificación del patrón muestra una tendencia consistente con los gráficos anteriores, que indican cómo es a partir de ese año cuando la actividad comercial de China se incrementa rápidamente, afectando lógicamente a la relación con Cuba.

El caso de las importaciones provenientes de Cuba, cuyo despegue se produce un año más tarde, está íntimamente relacionado, como veremos más adelante, con el aumento de la demanda de níquel por parte de China.

Por otro lado, cabe señalar cómo, tras alcanzar su máximo histórico en 2007, las importaciones con origen en Cuba caen en 2009 a niveles de 2006. Sin embargo, y a pesar de registrar un acusado descenso, el nivel de las exportaciones chinas no sufre una caída tan pronunciada. Esta diferencia se traduce en un aumento del superávit desde algo más de 50 millones en 2007, hasta los casi 400 de 2009.

En una rápida mirada a estas cifras resulta complicado comprender cuál es la dimensión e importancia estratégica de las relaciones económicas entre China y Cuba. A continuación se muestran algunos datos en perspectiva comparada de las mismas en relación con el resto del mundo y con ALC.

En estos dos breves gráficos se puede observar como la tendencia ha sido diferente si se toma en consideración todo el mundo o la región latinoamericana.

Globalmente, a pesar de que la participación no ha sobrepasado el 0,18% de las importaciones y el 0,12% de las exportaciones, puede afirmarse que el patrón no ha sido unívoco, contemplándose fluctuaciones permanentes, principalmente en las exportaciones. No obstante, es interesante observar que el repunte que se mencionaba anteriormente de las importaciones a partir de 2005, se tradujo en una mayor participación de Cuba en las cifras globales de China. Este hecho está indicando que el mismo no fue únicamente producto de un aumento general de los intercambios, sino que respondía a una intensificación de los lazos sino-cubanos ligados a la demanda de níquel.

El análisis regional muestra como Cuba ha ido perdiendo importancia como socio comercial con China respecto del resto de países latinoamericanos y caribeños, pasando del 6% y 7% de principio del periodo estudiado, al escaso 1-2% de 2009. Esta conclusión, que podría resultar contradictoria con el análisis anterior, es explicable a partir de los datos de los gráficos 2 y 3, ya que la intensificación de los flujos de China con algunos países, como Brasil y México principalmente (Jiang Shixue, 2006), y con la región en su conjunto, ha sido de unas dimensiones muy superiores a las que se han dado con otras regiones del mundo, situando a América Latina y el Caribe como un interlocutor cada vez más importante (Cardozo, 2005).

Composición de las importaciones con origen en Cuba

Centrándonos en las importaciones provenientes de Cuba, por ser las que revisten un valor más importante para China, ya que el valor de las exportaciones y su composición serían fácilmente sustituibles en el mercado mundial, cabe destacar que los principales productos son: azúcar, mariscos, cítricos, chatarra, tabaco, productos de biotecnología, ron y níquel.

De todos ellos, tan sólo el níquel constituye un elemento relevante para la economía China, ya que este metal es empleado para la elaboración de acero inoxidable, fundamental en el desarrollo de la poderosa industria metalúrgica de este país.

Esta tabla nos muestra la importancia fundamental que la producción cubana de níquel tiene para la industria china, situándose en el cuarto lugar en importancia del conjunto de proveedores (53 entre 1996 y 20083) a los que el gigante asiático acude para satisfacer su demanda de este metal.

Si bien esta tabla ofrece una visión de lo que el níquel cubano ha supuesto para China, casi un 10% durante del periodo 1996-2008, ésta no permite observar la evolución a lo largo de estos años y la tendencia de su participación.

Como se puede observar, la participación del níquel cubano ha mantenido una tendencia ascendente en el conjunto de las importaciones chinas de níquel, lo que indica el creciente valor que las relaciones económicas con la isla tienen para el gobierno chino.

Este aumento constante de la participación cubana alcanza su punto álgido en 2007, año de mayor intensidad de intercambios entre ambos países, registrando un 14% del total de las importaciones de níquel.

Tal y como se ha indicado varias veces a lo largo de este artículo, a partir de 2007-2008 el impacto de la crisis ha afectado a todos los indicadores de intercambios comerciales chinos y mundiales, por lo que resulta demasiado pronto para considerar este descenso como un hecho consolidado que pueda modificar el patrón descrito.

Los datos sobre las importaciones de níquel pueden ser interpretados en el sentido de que, en cierta medida, este rubro constituye un eje de interdependencia muy fuerte entre ambos países. Si bien esto puede ser así en el caso de China, ya que un volumen de un 14% del total de las importaciones puede ser considerado como suficientemente importante, es indiscutible en el caso de Cuba.

Como vemos en este último gráfico, de apenas un 10% en 2001, el níquel importado desde Cuba pasó a un 80% en 2007, lo que constituye un aumento espectacular, convirtiendo a este metal en el elemento central sobre el que pivotan el resto de intercambios sino-cubanos.

4. CONCLUSIONES

A modo de conclusiones podemos reseñar algunas ideas centrales de este breve trabajo que resumen los principales elementos a tener en cuenta en un futuro análisis en profundidad de las relaciones comerciales entre China y Cuba y, consecuentemente, de las implicaciones políticas que las mismas pueden tener en la esfera internacional.

Las relaciones bilaterales entre estos dos estados se caracterizan por su identificación con un sistema socialista que paulatinamente adopta estrategias de mercado en el ámbito económico. Este hecho se refuerza en el momento en el que la URSS desaparece en 1991 y, con ella, los principales obstáculos que impedía la plena apertura de las relaciones mutuas entre ambos países, dominadas hasta ese momento por el enfrentamiento ideológico sino-soviético.

Esta nueva etapa fortalece el proceso de apertura iniciado por Deng Xiaoping en 1978, cuya consecuencia más evidente es el abandono de los criterios ideológicos en la articulación de alianzas y relaciones internacionales, que pasan a orientarse por el pragmatismo del bien mutuo.

Los intercambios comerciales globales de China mantienen un patrón de moderado crecimiento entre 1994 y 2004, año en que el volumen de los mismos se disparan. Junto con esta consideración, es destacable que, de manera general, China ha consolidado a lo largo del periodo el superávit comercial con el resto del mundo.

A partir de 2007 y 2008, la crisis económica ha provocado un descenso del volumen de los intercambios comerciales chinos, aunque debido al escaso tiempo que ha pasado desde su manifestación no se puede concluir que esa tendencia se vaya a mantener constante.

En cuanto a los intercambios con América Latina y el Caribe, éstos siguen el mismo patrón que los mundiales, pero con una tendencia clara a que el balance sea favorable a la región latinoamericana. Este hecho se debe a la estructura de estos intercambios, ya que mientras China importa desde la región materias primas imprescindibles para su crecimiento económico, el mayor a nivel mundial, las economías latinoamericanas y caribeñas no tienen la dimensión necesaria para absorber aumentos constantes de las exportaciones chinas al mismo ritmo.

El caso de Cuba presenta los rasgos típicos de una relación comercial entre una gran potencia económica y un país en vías de desarrollo (véase también Oviedo, 2007), en la que el país más desarrollado importa materias primas y exporta productos manufacturados.

De esta manera, encontramos que el balance comercial de China con Cuba es claramente favorable a la primera. A pesar de que las importaciones de níquel provenientes de Cuba tienen una importancia estratégica para China, el volumen de exportaciones hacia la isla adquiere un valor mucho mayor, debido, en gran parte, a la limitación en el acceso a determinados mercados a los que Cuba puede acceder para adquirir esos productos.

La dimensión del níquel adquiere una relevancia primordial, más si cabe teniendo en cuenta el patrón de intercambios claramente deficitario para Cuba, ya que este país es el cuarto proveedor chino de este metal, y la tendencia, hasta la crisis, era de constante incremento.

Esta constatación nos lleva a una conclusión interesante en cuanto a las connotaciones de carácter político que pueden derivarse de la misma y que podrían explicar la intensificación de las relaciones diplomáticas entre China y Cuba desde el año 1993.

Así, encontramos que existe una clara dependencia del níquel en la relación comercial entre ambos países, ya que Cuba provee el 14% del níquel consumido por China, mientras que este metal supone el 70% del total de las importaciones chinas con origen en Cuba incluso después de la crisis.

Estas cifras, un 14% del total de las importaciones chinas de níquel y un 70% de participación del níquel en las exportaciones cubanas a China, dan una imagen de la necesidad que ambos países podrían tener en el futuro de estrechar su vínculos, ya que, aunque mucho más marcado para Cuba, se estaría consolidando una dependencia mutua en un rubro fundamental para la industria metalúrgica china.

5. BIBLIOGRAFÍA

- Cardozo, G.A. (2006) “Cuba en la política exterior China”. Centro Argentino de Estudios Internacionales. Working Paper Programa Asia-Pacífico nº 024

- Cardozo, G.A. (2005) “China y América Latina: ¿Un nuevo frente ideológico”. Observatorio de la Política China. Instituto Galego de Analise e Documentación Internacional

- Cesarín, S. (2006) “La relación sino-latinoamericana, entre la práctica política y la investigación académica”. Nueva Sociedad, nº 203, pp. 48-61

- Díaz Vázquez, J.A. (2008) “Apuntes sobre las relaciones China-Cuba”. Observatorio de la Política China. Instituto Galego de Analise e Documentación Internacional.

- Díaz Vázquez, J.A. (2009) “Las inversiones chinas en el exterior (I, II, II)”. Observatorio de la Política China. Instituto Galego de Analise e Documentación Internacional.

- Jiang Shixue (2006) “Una mirada china a las relaciones con América Latina”. Nueva Sociedad, nº 203, pp. 62-78

- León-Manríquez, J.L. (2006) “China-América Latina: una relación económica diferenciada”. Nueva Sociedad, nº 203, pp. 28-47

- Martínez Borrás, J. G. (2010) “China y América Latina: cooperación, competencia y dependencia”. Observatorio de la Política China. Instituto Galego de Analise e Documentación Internacional.

- Oviedo, E.D. (2007) “Nuevo rol de China en el sistema internacional y su impacto en las relaciones con América Latina Observatorio de la Política China. Instituto Galego de Analise e Documentación Internacional.

- Pérez Le-Fort, M. (2006) “China y América Latina: estrategias bajo una hegemonía transitoria”. Nueva Sociedad, nº 203, pp. 89-101

- Song Xiaoping (2005) “Las relaciones entre China y Cuba”. Academia China de  Ciencias Sociales

- Xu Shicheng (2006) “Las diferentes etapas de las relaciones sino-latinoamericanas”. Nueva Sociedad, nº 203, pp. 102-113

Sitios web consultados:

- Organización Mundial del Comercio (http://www.wto.org/)

- National Bureau of Statistics of China (http://www.stats.gov.cn/english/)

- Centro de Estudios de la Economía Cubana (http://www.ceec.uh.cu/)

- Asociación China de Estudios Latinoamericanos

(http://ilas.cass.cn/ens/lmxh/index.asp?moduleid=35&modulepath=%2Fens%2Flmxh%2F&moduled
escription=Asociaci%C3%B3n+China+de+Estudios+Latinoamericanos)



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