GUERREROS DE TERRACOTA
Héctor Gómez Pinos
(CV)
hgomezp@uoc.edu
Resumen: Presentación de los famosos guerreros de terracota, cuyo equipo de
investigación y conservación ganó recientemente el premio Príncipe de Asturias,
en la que se citan tanto los elementos presentes en el mausoleo (soldados pero
también carruajes, etc...) como las creencias culturales que motivaron su
creación (existencia de un “otro mundo” paralelo, taoísmo...) y los factores
históricos que permitieron una construcción tan enorme (unificación del imperio, legismo, integración de todos los súbditos en grandes obras civiles).
Para ver el
artículo completo en formato pdf pulse aquí
Para citar
este artículo puede utilizar
el siguiente formato:
Gómez Pinos, H.::
"Guerreros de Terracota"
en Observatorio de la
Economía y la Sociedad de
China Nº 14, diciembre
2010. Accesible a texto
completo en
http://www.eumed.net/rev/china/
I. COMENTARIO
Guerreros de terracota del mausoleo de Qin Shihuangdi
Escultura. Guerreros de terracota a escala real, vestidos según el modelo
militar de la época, originalmente pintados.
Realizados por artesanos estatales mediante técnica de ensamblaje.
Dinastía Qin (s. III a.C.), el conjunto fue terminado en el 210 a.C.
Xi’an, provincia de Shaanxi, China. Dentro del mausoleo del primer Emperador.
Las esculturas de los guerreros de terracota constituyen, tanto por su número
como por su estado de conservación y técnica de creación, uno de los elementos
más destacados, si no el que más, del enorme mausoleo del primer emperador de
China, Qin Shihuang. Este complejo, cuya construcción fue encargada por el
futuro emperador cuando tenía apenas trece años y terminado a su muerte en el
año 210. a. C., contaba originalmente con más de siete mil soldados, dispuestos
en formación según su rango militar y a tamaño natural, que portaban armas
auténticas y presentan rasgos diferenciados entre si . Se incluyeron, además,
junto a las tumbas y el ajuar funerario, otros elementos militares fielmente
representados, caso de torretas, caballos y carros e incluso ríos de mercurio.
Los soldados, junto con el resto de la obra, fueron descubiertos en 1974 y se
encuentran a pocos kilómetros de la actual Xi’an (centro-este de China); ciudad
que, no debemos olvidar, fue la capital tanto del imperio Qin como de otros que
le siguieron bajo el nombre de Chang’an y que era uno de los puntos destacados
de la ruta de la seda.
El cómo y el porqué se construyó este mausoleo supone uno de los mejores
ejemplos de que el arte no puede ser bien entendido si no se atiende tanto a los
motivos de su creación como al contexto en que se realiza. Y es que por su
enormidad es difícil pensar que esta obra se hubiese podido realizar antes.
Efectivamente, para comprender cómo fue posible contar con la mano de obra
necesaria para realizar todas las esculturas (creadas por piezas luego
ensambladas) debemos tener muy presente que el rey de Qin, uno de los estados en
los que China se encontraba dividida, había conseguido unificar el país y,
siguiendo las ideas legistas, decidió emprender un inmenso proceso de reformas a
todos los niveles con el fin de reforzar el estado y consagrar su obra para que
perdurase durante siglos. A este respecto, y más allá de procesos más
propiamente políticos y jurídicos, lo que nos interesa es que decidió hacer
partícipe a todos los habitantes en el nuevo estado, tanto mediante acciones
tendentes a crear una conciencia unitaria y centralista (caso de la reforma de
la escritura), como mediante la construcción de grandes obras públicas que
mejorasen las infraestructuras (caso de la red de carreteras y canales o de la
Gran Muralla). Obras para las que contó con una fuerza humana nunca antes vista.
No menos importantes, y más discutidos, son los motivos que llevaron al
emperador a querer ser enterrado junto a una representación de su ejército: su
simbología y función. En este campo debe señalarse que semejante obra no fue
creada para admirarse, sino que su concepción parte de la cosmovisión
tradicional china, en este caso potenciada por las profundas creencias taoístas
de Qin Shihuang , según la cual “el otro mundo” existe y está en constante
relación con el mundo de los vivos , presentando ambos estructuras de
organización paralelas. Por este motivo, con la representación de este ejército
que a ojos chinos adquiere el mismo valor que si fuesen reales, el emperador se
aseguraba tanto su “protección frente ataques enemigos” en ese mundo, como el
poder mantener su estatus de dirigente. Idea que viene respaldada por la
tradición, que empieza a ser residual en esta época, de que los sirvientes y
otras personas acompañasen en la tumba a los señores. Así mismo, al
reencontrarse con sus antepasados demostraría hasta qué punto elevó el nivel de
la dinastía. El úlitmo de los aspectos a tener en cuenta, por su parte, es la
posibilidad de dejar claro mediante la enormidad del complejo la grandeza del
emperador, que ha unido un imperio no menos grandioso. Incluso no habiendo sido
creado para contemplarse, la propia capacidad de haber construido algo así ya
sería representativo “ante el universo” de esa idea.
Queda claro por tanto, y pese a la brevedad de la reseña, la necesidad de
aproximarse a los soldados de terracota desde un enfoque muy distinto al de
otras obras que nos son más cercanas, así como las múltiples lecturas que se
pueden hacer, y que se habrán hecho y harán, de esta obra, de la que por todo lo
dicho podemos afirmar que realmente “está viva”.
II. BIBLIOGRAFÍA
- CERVERA, I., “En busca de la inmortalidad”. En: VV. AA., (coord: CERVERA, I.),
El arte de Asia oriental, Barcelona: UOC, 2004, módulo 3.
- FOLCH I FORNESA, D., “La formación de los primeros imperios en Asia oriental”.
En: Historia de Asia oriental I: los imperios de Asia oriental, Barcelona: UOC,
2005, módulo 2.
- LEDDEROSE, L., “A Magic Army for the Emperor”. En: Ten Thousand Things. Module
and Mass Production in Chinese Art, Princeton: Princeton University Press, 1998,
pp. 51-73.
- RAWSON, J., “The power of images: the model universe of the First Emperor and
its legacy”. En: Historical Research, Vol. 75, nº 188, 2002, pp. 123-154.
- www.globalmountainsummit.org/terra-cotta-warriors.html.