LA INDUSTRIA TEXTIL Y DE CONFECCIONES EN EL DESARROLLO ECONÓMICO DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA
Hongbo Du
(CV)
gbarrios@uclv.edu.cu
ResumenEl desarrollo de la industria textil y de confecciones en la República Popular
China no ha sido un hecho fortuito. Desde siglos a.n.e China confeccionaba
tejidos con tecnología propia que tuvieron alta aceptación en muchos países del
mundo. Hasta los primeros años de la presente década el comercio de los
productos textiles chinos estuvieron restringidos por acuerdo internacionales.
Su ingreso a la Organización Mundial del Comercio propició que en la actualidad
este país se convirtiera en uno de los principales productores y exportadores de
textiles y confecciones, situación que ha provocado impactos positivos y
negativos en varios países del mundo. Este trabajo aborda algunos de los
aspectos relacionados con el desarrollo de esta industria y su impacto en el
comercio internacional.
Palabras claves: industria textil y de confecciones
Para citar
este artículo puede utilizar
el siguiente formato:
Hongbo Du:
"La industria textil y de confecciones en el desarrollo económico de la República Popular China"
en Observatorio de la
Economía y la Sociedad de
China Nº 11, junio
2009. Accesible a texto
completo en http://www.eumed.net/rev/china/
La industria textil es una de las más antiguas del mundo y se considera de las
primeras ocupaciones del hombre en sociedades organizadas por tener un papel
protagónico en la Revolución Industrial. El comercio de los productos textiles
se ha extendido durantes siglos, primero entre las principales civilizaciones
existentes a.n.e, y luego entre los países que lograron desarrollar esta
industria a partir de las posibilidades reales de obtener o importar la materia
prima para lograr los tejidos; y en la actualidad no se concibe el desarrollo
futuro sin la industria textil donde los países en vía de desarrollo,
principalmente la República Popular China han alcanzado cierto protagonismo.
Según Alvarado y Viera (2002), cuando se analiza la industria textil y de la
confección no se puede inferir a un sector sin estar asociado al otro, debido a
que la industria textil mantiene un lazo importante con el de confección
respecto a la provisión de la principal materia prima: la tela. Del total de
tela que se genera en el mundo, aproximadamente la mitad de la producción se
encuentra destinada a la industria de confección y el resto está dirigido hacia
los productos industriales y para el hogar.
La industria textil mantiene una importancia en la actualidad porque además de
prendas de vestir y objetos domésticos, los textiles se usan para múltiples usos
como son: en productos industriales como filtros para acondicionadores de aire,
balsas salvavidas, cintas transportadoras, carpas, neumáticos de automóvil,
piscinas, cascos de seguridad o ventiladores de mina, entre otros. En muchas
aplicaciones los textiles con recubrimientos protectores de plástico
proporcionan mayor flexibilidad, menor peso y mejores resultados que los
metales. Aunque para los productos industriales se utiliza toda clase de fibras,
muchos se fabrican con una combinación de fibras sintéticas sobre una base de
algodón. Las fibras sintéticas hacen que la tela sea resistente al moho y se
seque rápidamente, mientras que el algodón, más barato, proporciona volumen y
estabilidad.
La estructura industrial mundial ha estado cambiando en los últimos años como
consecuencia de la globalización económica. Se aprecia una tendencia a un
desplazamiento de dicha industria desde los países desarrollados a los países en
desarrollo con abundancia de materias primas y de mano de obra barata. Aunque se
debe reconocer que los países desarrollados conservan la ventaja de nuevos
productos, nuevos equipos y nuevas tecnologías y el liderazgo en cooperación
internacional y comercial. La invasión de los productos textiles en el mercado
internacional de la República Popular China en la última década ha tenido un
fuerte impacto en los productores tradicionales, de igual forma los productos de
la competencia se han visto amenazados por la política de precios que han
adoptado las empresas chinas que han conllevado a reformular las estrategias del
comercio textil en no pocos países.
La fundación de la República Popular China en el año 1949 tuvo como objetivos
fundamentales tratar de asegurar el desarrollo independiente, la prosperidad
popular y la defensa nacional sobre la base de una economía pública planificada.
Durante casi treinta años se trataron de cumplimentar estos objetivos, no
obstante en la década de los setenta, el país se vio obligado a desarrollar una
nueva Reforma Económica que garantizara el desarrollo más acelerado y sostenido
de la nación. Los resultados económicos actuales de China son el resultado de
dicha reforma. La industria textil también se insertó en dicha reforma.
A partir de la fundación de la RPCh el gobierno realiza gran inversión en el
sector textil para estabilizar la economía y satisfacer la demanda interna de
400 millones de habitantes. Con la ayuda recibida por la Unión Soviética se
logró impulsar desarrollo de esta industria. A partir de entonces, el gobierno
de Chino prestó una creciente atención a la expansión de cultivos para el
desarrollo de la industria textil, priorizando los cultivos de algodón. En 1960
se inicia en este país el desarrollo de la industria de fibras sintéticas y
establecen 4 plantas de gran dimensión dedicadas a la fabricación de fibras
químicas y en 1978 se da nuevo impulso a la industria para satisfacer la demanda
interna y la modernización de la tecnología existente.
Para 1983 ya China contaba con una cadena productiva integrada en la producción
de algodón, lana, seda, fibras naturales y químicas, maquinaria textil y prendas
de vestir, sin embargo, la evolución de la industria textil y de confecciones se
enfrentó por varios años a fuertes restricciones internacionales, si se tiene en
cuenta que el 95% del comercio de textiles estuvo por más de treinta años bajo
el régimen de cuotas.
Parte del crecimiento productivo chino, asociado a su ingreso en el año 2001 a
la Organización Mundial del Comercio (OMC), se ha concentrado en la industria
textil y del vestuario. La entrada de China a la OMC estuvo condicionada a que
los miembros de la misma fijaran condiciones especiales para el ingreso de sus
productos al mercado chino, también dieron lugar a medidas que permiten limitar
de manera transitoria la importación de productos chinos. Entre estas se
destacan: (OMC, 2001):
- la prórroga hasta fin de 2008 de la cláusula especial de salvaguardia para
textiles del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido
- una menor expansión de la cuota de textiles fijada también en el mismo Acuerdo
- un mecanismo de salvaguardia especial específico para las importaciones
provenientes de China, que rige hasta fin de 2013
- un criterio especial para la determinación de existencia de dumping, que
permite utilizar precios de otros países como patrón de comparación mientras se
considere que en el sector chino bajo investigación no prevalezcan condiciones
de una economía de mercado, cláusula que vence en 2016;
- restricciones inconsistentes con las normas OMC adoptadas de manera
transitoria por otros países para las importaciones chinas, como parte de las
negociaciones bilaterales para el ingreso de China a la OMC.
A pesar de todos estos elementos condicionantes, en el año 2003 la industria
textil y de confecciones desarrolla una reestructuración profunda a fin de
adaptarse a condiciones de mercado y mayor competitividad. Esta modernización
provocó que las exportaciones de la industria textil y de confecciones
representaran aproximadamente el 25 % del mercado mundial. Más de 5500 empresas
se beneficiaron de recursos de inversión extranjera. Esta situación ha
propiciado que China sea el primer importador mundial de maquinara textil del
mundo. Los principales proveedores son empresas de Alemania, Japón, Italia,
Suiza, Corea e Italia.
Como plantea Mejía (2007) China tienen gran experiencia no solo en combinar
know-how y tecnología. Sino en impulsar programas como el “Go West” para
afianzar posiciones de liderazgo que tiene en materia textil. Los principales
centro son: Guangdong, Zheijiang, Jiangsu, Shanghai, Shangdong.
En la actualidad la producción anual de algodón sobrepasa los diez millones de
toneladas, lo que hace de China el principal productor mundial y a su vez es
reconocido como principal consumidor de esta materia prima, lo que implica la
necesidad de importar la misma para satisfacer las exigencias actuales de la
industria. Este producto, que se puede cultivar en casi todas las partes del
país, se realiza sobre todo en la llanura del norte de China, que aporta casi la
mitad de la producción total del país, la región del oeste, el delta y la
llanura media del Yangzé.
Autores como Paredes (2007) consideran que la fuente principal de la ventaja
competitiva de China es su mano de obra barata. Los bajos costos de la mano de
obra en China son significativos, pero la gran disponibilidad de capital, junto
con los altos niveles de crecimiento en la productividad, son explicaciones
igualmente importantes de su imbatible competitividad. Otros autores consideran
que el éxito radica en el menor “costeo completo del valor” (Full Value
Costing). Este sistema de valuación concluye que:
- Salarios bajos no equivalen a costo de corte, hechura y terminado (CMT, por
sus siglas en inglés) más bajo.
- CMT más bajo no equivale a precios FOB más bajos.
- Precios FOB más bajos no equivalen a precio de la prenda más bajo.
Desde el proceso de diseño de la prenda hasta su embarque se acorta cada vez más
el ciclo, buscando reducir las reservas de eficiencia en el proceso productivo
porque dado la lejanía de China de sus principales clientes hay costo que
inevitablemente no se podrán reducir en el corto plazo, de ahí la importancia
que tienen la reducción de los costos logísticos para fortalecer el
posicionamiento que alcanzan los productos textiles chinos en el mercado
mundial.
Con el propósito de mantener a la industria textil y de confecciones entre los
sectores más importantes en la dinámica reproductiva de China el consejo textil
chino se ha fijado objetivos para los siguientes cinco años que incluyen, entre
otros:
- modernizar la industria a través de una acelerada reforma técnica y la
reestructuración de las empresas textiles.
- sustituir la importación de telas con producciones nacionales
- continuar las investigaciones para el logro de nuevas materias primas que
garanticen nuevas fibras químicas a partir de tecnologías con menor agresividad
al medio ambiente.
La perspectiva de la industria textil China se sintetiza en el incremento de las
capacidades productivas, las exportaciones de prendas textiles y una estructura
de producción donde estas prendas tendrán el papel preponderante.
Por tanto, se puede afirmar que en el desarrollo económico de la República
Popular China (RPCh) en la última década el sector textil ha tenido un papel
importante para su posicionamiento en el mercado mundial. En la actualidad China
es el primer país exportador de textiles y confecciones.
La inserción de los productos textiles en el mercado mundial ha tenido impactos
negativos, los cuales obedecen a que los productos chinos han desplazado del
mercado a otras producciones sustitutas de menor competitividad, lo que ha
causado el cierre de empresas e incremento del desempleo, principalmente en
Latinoamérica.
La expansión de los productos textiles chinos también ha tenido impactos
positivos debido a que la RPCh es altamente consumidora de las materias primas
para la elaboración de estos productos, lo que beneficia las exportaciones de
países de la UE y latinoamericanos.
El análisis de los impactos del desarrollo de la industria textil y de
confecciones en la RPCh tiene que ser diferenciado, pues depende de la
región/país de referencia. Para unos el resultado es beneficioso, pero para
otros el resultado es negativo.
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