LA INMIGRACIÓN CHINA EN ESPAÑA: ¿QUÉ IMAGEN?
Jesús Ángel Merino Sancho
(CV)
Jmer56@hotmail.com
La inmigración china en España no ha gozado, literalmente, de buena prensa.
Superados ciertos estereotipos que la vinculaban a actividades de tipo mafioso,
en la actualidad no despierta en la sociedad española los recelos de antaño. No
obstante, el crecimiento económico de China y las actividades que la población
inmigrante china desarrolla en nuestro país, fundamentalmente de tipo económico,
han despertado los temores y un cierto grado de sinofobia que hoy no parece ser
que pueda desembocar en episodios de violencia. Sin embargo, la comunidad china
debería, a ojos de la mayoría de nuestra sociedad, realizar un gran esfuerzo por
integrarse y abandonar su aislacionismo.
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el siguiente formato:
Merino Sancho, J.A.:
"La inmigración
china en España: ¿Qué imágen?"
en Observatorio de la
Economía y la Sociedad de
China Nº 06, marzo
2008. Accesible a texto
completo en http://www.eumed.net/rev/china/
1.- La imagen de China en España
Se dice que en las facultades de Ciencias de la Información se enseña desde los
primeros días que “la noticia es que un hombre ha mordido a un perro, no que un
perro ha mordido a un hombre”. Esto parece ser cierto respecto de la imagen que
la prensa española ofrece de la realidad china, al menos en cuanto a las
noticias y los diarios analizados. Durante dos meses y medio, del 13 de marzo al
31 de mayo de 2006, realicé un seguimiento del tratamiento que se daba en España
a las noticias sobre China. Fundamentalmente, consulté cuatro periódicos de
diversa línea editorial “El País”, “El Mundo”, “La Vanguardia” y “El Periódico”,
los dos primeros con una difusión en todo el territorio español. Los otros dos,
si bien dirigidos fundamentalmente al público de Cataluña, rebasan ampliamente
el territorio de esta Comunidad Autónoma. Ocasionalmente, consulté otros
diarios. De un total de 75 noticias que se relacionan en el Anexo a este
documento, no llegan a la docena las noticias positivas. Es la preocupación que
genera la competencia comercial (11 relativas a la expansión de pequeños
negocios de chinos en España y 3 a la deslocalización de empresas españolas
hacia China) el centro de interés que genera más información, lo que
corroboraría los análisis que se desprenden de las encuestas a que haré
referencia más adelante. Sigue el medio ambiente, con 11 noticias (de las que
sólo 1, referida a la protección del oso panda, es claramente positiva). Otros
grupos de noticias que también tienen que ver con aspectos negativos, son la
censura (3), derechos humanos (3), la visión negativa de Mao (6) a raíz de la
publicación del libro del matrimonio Halliday-Chang, obstáculos a la libertad
religiosa (3). El resto de noticias, negativas también, suelen aparecer una o
dos veces como máximo (entre otras, elevada mortandad por accidentes laborales,
corrupción, prostitución, tráfico de órganos de personas, etc.). Si analizamos
los titulares de las noticias (ver Anexo) podremos apreciar de forma rápida que
los grandes diarios resaltan fundamentalmente los aspectos alarmistas y
sensacionalistas de las noticias que tienen que ver con China.
Hemos podido hacernos una idea de cómo plantea la prensa española la información
sobre China, ¿Pero qué piensan los españoles y las españolas? Una encuesta
(1) analizada por Sergio Martín y realizada por la BBC en colaboración con el Program on International Policy Attitudes de la Universidad de Maryland a 22.953
personas de 22 países, y que planteaba a los encuestados que valoraran como
positivo o negativo tres hechos relacionados con la presencia china en el mundo:
su influencia en general, su poder económico y su poder militar, arroja
sorprendentes resultados. La media de todos los encuestados valora positivamente
la potencia económica de China: un 49%, frente a un 33% que la valora de forma
negativa, pero en España, la valoran positivamente sólo un 31%, y negativamente
un 47%. Incluso países que pueden verse más afectados por la potencia económica
de China que nuestro país, la valoran mejor que España. Así, los mejicanos
valoran positivamente el poderío económico de China: un 54% frente a sólo un 18%
que lo valoran negativamente. De entre los 22 países, España ocupa en la
percepción positiva sobre el poder económico de China, uno de los últimos
lugares, el número 20, sólo por delante de Argentina y Turquía. Incluso los
japoneses tienen una visión más positiva que nosotros, están por delante de
nosotros ocupando el número 19.
Otra encuesta, también analizada por Sergio Martín (2), realizada por el Pew
Research Center abunda en los datos de la anterior. En este caso la encuesta se
realizó en 16 países, y lo que se preguntaba a los encuestados era si pensaban
que el crecimiento chino era bueno para su país y si pensaban que es positivo
que China se convierta en un rival militar de Estados Unidos. Los resultados en
el apartado económico son similares. En España, sólo el 37% de los encuestados
valoran positivamente el crecimiento económico chino. España, empatada en este
caso con Francia, se sitúa en la cola de los 16 países en la valoración positiva
del despegue económico de China, por delante sólo de Polonia y Turquía. En estos
dos últimos países valoran positivamente el auge chino un 36% de los
encuestados.
No obstante, la opinión que la sociedad española tiene de China y de su
inmigración es menos negativa de lo que pueda parecer a primera vista.
Analizando los resultados de las encuestas citadas anteriormente y de otras a
las que alude en un artículo, Javier Noya (3) llega a las siguientes conclusiones:
los recelos que despierta China en nuestra sociedad no responden a motivaciones
políticas, los españoles no ven a China como una amenaza geoestratégica. Al
contrario, predomina una visión de contrapoder frente a EE UU. Como dice J. Noya
en su artículo, “la visión positiva de China como actor internacional se nutre
de la crítica a la política exterior norteamericana”. Tampoco son motivaciones
de tipo social (pese a hechos aislados como los de Elche) (4), la comunidad china es
España no es la que más confianza genera (como la latinoamericana) ni la que
menos (como p.ej. la marroquí), aunque, y esto es destacable, se echa en falta
una mayor integración de la comunidad china en nuestro país.(5) De ello, deduce Noya, que afortunadamente será difícil que se puedan producir nuevos episodios
de violencia xenófoba contra miembros de la comunidad china. Para este autor, la
sinofobia parece tener más bien un componente económico: el temor a la amenaza
que suponen las importaciones chinas, como consecuencia de una cultura económica
proteccionista fuertemente arraigada en nuestro país. Este temor, parece
inquietar más aún a Sergio Martín, quien llega a la conclusión de que la
percepción tan negativa en España del ascenso económico de China,
“abre las puertas a la reflexión, y puede apuntar a una forma negativa de ver y
encarar la globalización y sus efectos que cabría considerar cuanto menos
preocupante”.
Por su parte, J. Noya concluye diciendo que
“del análisis también se colige que no se trata de un sentimiento coyuntural ni
dirigido especialmente contra dicho país. La aparente sinofobia española es el
precipitado de una cultura económica proteccionista que produce las actitudes
negativas de los españoles ante la competencia internacional y la globalización
económica”
Entre las noticias que figuran relacionadas en el Anexo, he destacado en
sombreado de color rojo (y se incluyen en la totalidad de su texto al final del
Anexo), algunas que considero constituyen un claro ejemplo que apuntaría en la
misma línea de las encuestas. Los vecinos del barrio del Eixample, en Barcelona,
han organizado protestas por lo que consideran una invasión (más de 400 pequeños
negocios regentados por chinos) que a su juicio ha roto la estructura
tradicional del barrio y amenaza a la misma identidad del barrio. “Están
desapareciendo las farmacias, los colmados y las tiendas de toda la vida porque
ellos, los chinos pagan precios astronómicos por cualquier local” se queja un
residente, según relata la periodista Patricia Castán.(6) Aunque añaden que no
rechazan la presencia de la comunidad asiática sino la fórmula comercial y,
piden al Ayuntamiento una moratoria para frenar la continua apertura de tiendas
mayoristas y almacenes chinos.(7) La réplica de la comunidad china, la da Han Sun
(8),
secretario de la Associació de Comerciants Xinesos del sector tèxtil de
Barcelona, y apunta también a las motivaciones de tipo económico: (en cursiva el
texto original en catalán, en subrayado, la traducción al castellano)
“Una botiga és un negoci i es regeix per les normes del mercat (Una tienda es un
negocio y se rige por las normas del mercado).” “Nosaltres anem provant. Primer
va haver-hi el boom dels restaurants i ara tenim altre tipus de negoci, que és
el que ens funciona (Nosotros vamos probando. Primero hubo el boom de los
reaturantes y ahora tenemos otro tipo de negocio que es el que nos funciona)”.
“Si un negoci tanca és perquè no funciona (Si un negocio cierra es porque no
funciona)” “els negocis que tanquen són els que no funcionen, i això no té res a
veure amb nosaltres (los negocios que cierran son los que no funcionan, y eso no
tiene nada que ver con nosotros)” “Nosaltres hem vingut aquí a treballar i a
guanyar diners per a les nostres famílies. Ser inmigrant és molt dur, però
nosaltres no demanen res a ningú. (Nosotros hemos venido aquí a trabajar y a
ganar dinero para nuestras familias. Ser inmigrante es muy duro, pero nosotros
no pedimos nada a nadie)”
2.- La imagen de la inmigración china en España
Creo que una de las claves del problema, al menos desde el punto de vista de la
convivencia y de la competencia en pequeños negocios radica en las últimas
palabras de Han Sun. Ese aislacionismo que la sociedad española reprocha a la
comunidad inmigrante china y que se refleja en las encuestas según Noya, tendría
un origen de tipo económico. Los inmigrantes chinos necesitan mantener para su
supervivencia, los vínculos económicos y sociales con su lugar de origen.
“Las redes sociales de ámbito transnacional y diaspórico les ofrecen el acceso a
puestos de trabajo, capital, información, confianza y afecto que pueden resultar
fundamentales para el establecimiento y prosperidad de sus empresas”, dice
Joaquín Beltrán. (9)
En otro artículo (10), el mismo autor sostiene que
“su medio de vida depende de mantener su lengua materna y el capital social
comunitario, y por lo tanto la asimilación (entendida como la pérdida de la
lengua materna y de los vínculos étnicos comunitarios) va en contra de su éxito.
Los intereses económicos proporcionan una base ideológica para su no
asimilación”,
y añade que
“fuera del enclave étnico, es decir, dentro del mercado laboral general y
abierto, se encuentran en desventaja con respecto a la población autóctona del
mismo nivel de estudios”.
Y es que como señala Gladys Nieto (11), “la emigración china suele considerarse la
más desconocida de entre el resto de nacionales extranjeros y una de la menos
integradas.”
El aislacionismo ha dado pie a muchos mitos y estereotipos que no se ajustan a
la realidad, como el de de que no muere ningún chino en España. No hace muchos
años me comentaba un policía nacional, residente en una gran ciudad española,
especialista en artes marciales orientales (dirige una academia y ha sido
subcampeón nacional de su especialidad) y por tanto, persona a la que se le
puede suponer mínimamente informada y poco sospechosa de fobias orientales, su
convencimiento sobre la ocultación de cadáveres de ciudadanos chinos al objeto
de que sus personalidades fueran suplantadas por compatriotas que habrían
entrado de forma irregular en nuestro país. Y hace dos veranos, un guardia civil
destinado en una ciudad del Norte de España, me hacía un comentario parecido y
me preguntaba ¿Has oído hablar de algún entierro de chinos en España? Hay
personas que llegan más lejos y sugieren que los cuerpos de los chinos
fallecidos en nuestro país sirven de materia prima en los platos elaborados en
los restaurantes chinos.
Sin embargo, parece existir una explicación lógica a este presunto misterio. De
entrada, la población china en España que posee permiso de residencia a 31 de
diciembre de 2005, según el Observatorio Permanente de la Inmigración
(12) ascendía a
85.745 personas, de las que sólo 1.530 tenían 65 o más años. No debe olvidarse
además, que en la emigración china predomina la familia nuclear: padres e hijos,
pero no abuelos y que los emigrantes chinos cuando alcanzan la edad de
jubilación lo que desean es volver a su país de origen.
Por otro lado, según José Aranda (13),
“En el año 2003, último con cifras disponibles, fallecieron en España, 40 chinos
de los 51.228 residentes, lo que arroja una tasa bruta de mortalidad del
0,8/1000. Esta tasa difiere de los 6,9/1000 fallecidos que se registraron en la
propia República Popular China, aunque tan excepcional diferencia puede
explicarse, en primer lugar, porque, en España, sólo un 1,8% de los chinos tiene
65 años o más, mientras que, entre los que residen en China, ese grupo de edad
aglutina al 7% de la población.”
Pero es que los españoles, según Aranda, tenemos una tasa bruta de mortalidad
del 9,2/1000 con un 17,5% de población mayor de 65 años. Y, continúa diciendo
Aranda,
“los datos más concluyentes para deshacer el tópico sobre la mortalidad de los
chinos que residen en España son los que se derivan de los inmigrantes de
Colombia y Ecuador, que incluso tienen unas tasas brutas de mortalidad más
bajas, sin que nadie haga chistes sobre ellos. Los colombianos, que sólo tienen
un 1,1% de mayores de 64 años, presentan una TBM del 0,6/1000 y los
ecuatorianos, cuya población de mayores es del 0,8%, tienen una TBM del
0,7/1000.”
En la base de la formación de esos estereotipos, está la imagen que a principios
de los años noventa del pasado siglo contribuyó a formar la prensa. Esas
informaciones según Gladys Nieto (14) daban cuenta de actividades como
“la explotación laboral cercana a la esclavitud en talleres textiles
clandestinos, la extorsión a dueños de restaurantes mediante el requerimiento
del pago de un impuesto de protección, las redes de inmigración ilegal y la
falsificación de pasaportes”
Y es que como continúa diciendo G. Nieto
“A principios de los noventa las únicas fuentes a las que apelaban los medios de
comunicación para dar cuenta del colectivo chino eran las informaciones
procedentes de los organismos de seguridad del Estado”
Pero junto a la motivación económica, otros factores que favorecen el
aislacionismo son el idioma y el papel de las asociaciones.
El idioma constituye una frontera, una barrera infranqueable. Un agente de la
Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de la Policía Nacional en
Madrid, afirma a propósito del desmantelamiento de clínicas clandestinas en las
que se prestaba asistencia médica por personas no tituladas (15):
“Se sienten inseguros en una sociedad de la que desconocen el funcionamiento y
eso les hace ser muy reservados. Son tremendamente corporativos, se ayudan entre
ellos y saldan sus deudas a su modo. Lo único que les une a nuestra sociedad es
el dinero. Y, frente a la enfermedad, prefieren pagar a alguien que les entienda
que acudir a un centro de salud sin conocer sus reglas y donde son incapaces de
explicar lo que les pasa. Allí no hay intérpretes.”
Olga Berrios (16) señala que
“la participación en la sociedad civil olas actividades de ocio se presentan
como un lujo económico para muchos y el idioma también se convierte en una
barrera. Así, después de cumplir sus largas jornadas laborales, se marchan a
casa con su familia”.
La integración de la comunidad china es la gran asignatura pendiente. Existe un
desconocimiento sobre este colectivo. G. Nieto (17) apunta a tanto a la peculiar
forma de organización colectiva en la que trabajo y el tiempo libre transcurren
entre paisanos, como de una escasa demanda y concurrencia a las instituciones
públicas españolas (si se exceptúan la escolarización de niños y jóvenes y la
gestión de los asuntos jurídico-legales). Añade que
“Los profesores de escuela primaria y secundaria se quejan de la poca
interacción que tienen los padres chinos con las autoridades escolares. En los
centros sanitarios se echa en falta la consulta de esta población a pesar de que
un gran porcentaje aporta a la Seguridad Social y posee su tarjeta sanitaria.
Contadas asociaciones chinas han sido beneficiadas con subvenciones para el
trabajo con inmigrantes. En los programas sociales destinados a la inmigración
extranjera promovidos por el Estado español, las y los inmigrantes chinos son
los grandes ausentes, ya que requieren de manera exigua algún tipo de
asistencia”
Las asociaciones, que siempre han jugado un papel relevante en la inmigración,
no están favoreciendo, a mi juicio la integración. En este sentido, resulta muy
ilustrativo el análisis que hace Gladys Nieto (18) en su artículo “La inmigración
china en España. Definiciones y actuaciones sobre integración social”.
Nieto analiza algunas de esas actuaciones y aporta algunos ejemplos. Afirma que
cuando esas asociaciones han realizado acciones de acercamiento a las
instituciones públicas, éstas se han consistido básicamente en invitar a
autoridades públicas y a miembros de las fuerzas de seguridad a fiestas
comunitarias. Nieto se pregunta si esas “exhibición pública de los aspectos más
costumbristas, coloridos y folclóricos del colectivo” es realmente una acción
integradora y señala que la ostentación de esas “diferencias culturales”
contribuye muy poco a la integración, ya que el mantenimiento de la identidad
cultural propia, es una demostración de que la comunidad inmigrante “no se ha
asimilado y salvaguarda sus pautas culturales en el país receptor”.
En la misma línea argumental, Nieto subraya que
“Las demandas de las asociaciones hacia sus compatriotas, en torno a promover la
integración social, se limitan a señalar una serie de actitudes y acciones
obligadas que tienen que ser ejemplares, cuidadosas e imitativas. Y que a fin de
cuentas sirven más a una especie de presentación correcta en sociedad o
escenificación protocolaria, que a la obtención de nuevos recursos para
incorporarse de manera más satisfactoria a la vida social, política y económica
de este país.”
Donde sí se han mostrado efectivas estas asociaciones, reconoce G. Nieto
(19) ha sido
en el lavado de la imagen que tenía el colectivo a principios de los años
noventa. Según esta autora,
“Hoy en día, las instituciones y agentes de los gobiernos regionales y nacional
que trabajan con la inmigración extranjera vienen asignado a la colectividad
china el carácter de una minoría modelo: industriosa, austera, ordenada y poco
conflictiva”
Conclusiones
La inmigración china en España ha superado parte de la imagen tan negativa que
se le adjudicó a principios de los años noventa. Y hoy por hoy, no puede
afirmarse que exista en España un sentimiento xenófobo contra esta comunidad,
pero sí un cierto temor, un recelo, que tiene que ver más con los aspectos de la
competencia en el terreno económico que con los políticos o sociales. La
sociedad española reprocha al colectivo chino, no sin cierto fundamento, su
aislacionismo y la falta de integración.
Creo que para superar esa imagen negativa y, antes de que pudieran generalizarse
sentimientos xenófobos, debería realizarse un esfuerzo por parte de todos los
agentes implicados en la integración. Para ello, considero que es fundamental,
profundizar en la psicología colectiva e individual de la inmigración china, sus
necesidades y aspiraciones. Sólo desde un conocimiento de su realidad social se
podrán elaborar estrategias que tiendan a lograr el objetivo, deseable, de una
auténtica integración que no suponga una mera asimilación. Pienso que hace falta
más comprensión ante el aislacionismo de la comunidad china. Posiblemente los
hijos de familias emigrantes que se escolaricen en nuestro país puedan jugar un
papel relevante en el acercamiento entre las dos sociedades. Démosles
facilidades.
EL PERIÓDICO, 5 de abril de 2006
PATRICIA CASTÁN
BARCELONA
Los vecinos del Eixample que conviven con el creciente Chinatown del entorno de
la calle de Trafalgar pasaron ayer de las quejas a la movilización. Cientos de
ellos, agrupados en la Asociación de Vecinos para un Eixample Sostenible,
celebraron anoche una asamblea donde distribuyeron 300 pancartas que hoy
comenzarán a colgar en los balcones.
Otros muchos no pudieron entrar a la reunión por falta de espacio. A la cita
acudieron comerciantes chinos que discutieron con los reunidos. Éstos reclaman
una moratoria para frenar la continua apertura de tiendas mayoristas y almacenes
chinos y un plan de usos para la zona.
Los vecinos llevan años expresando sus quejas discretamente al ayuntamiento. A
principios de este año se organizaron. Resumieron sus quejas en 16 puntos y las
presentaron en el distrito del Eixample en marzo.
"Pedimos un plan de usos y al menos una moratoria para frenar la apertura de más
locales, pero nos dijeron que no podía ser, aunque la zona del Quadrat d'Or se
está convirtiendo en un polígono industrial", dijo ayer una portavoz vecinal. La
única respuesta municipal, sostienen, han sido las inspecciones a comercios
llevadas a cabo en las últimas semanas, con el resultado de 35 cierres
temporales, entre los casi 200 establecimientos del perímetro (creciente) que va
de Trafalgar a Diputació y de Bruc a Roger de Flor.
Las inspecciones, que causaron gran malestar en los comerciantes chinos, no han
contentado tampoco a los vecinos, que solicitan otras medidas. Las quejas van
desde el uso intensivo de la vía pública para carga y descarga, a la estética de
las tiendas y fachadas ("contraria al estilo modernista"), a la irrupción de los
pisos sobreocupados, de aperturas de negocios presuntamente sin licencia, la
realización de obras sin permisos y un largo etcétera.
EL PERIÓDICO, 6 de abril de 2006
PATRICIA CASTÁN
BARCELONA
La convivencia en el China-town del Eixample está atravesando sus momentos más tensos desde que la
comunidad asiática comenzó a instalarse hace menos de una década. Muchos vecinos
no aceptan que el barrio "pierda su identidad" y han acordado iniciar una
ofensiva de denuncias masivas de cualquier irregularidad que detecten en las
tiendas propiedad de ciudadanos chinos o en los pisos ocupados por asiáticos.
Los vecinos comenzaron ayer a colgar pancartas de protesta en los balcones de
sus casas. Y anunciaron la convocatoria de una manifestación para después de
Semana Santa.
RESPUESTA MASIVA
Una multitudinaria asamblea celebrada la noche del martes por la Associació per
un Eixample Sostenible constató el malestar vecinal y la elevada tensión entre
los residentes de la zona y los comerciantes asiáticos. La convocatoria de la
reunión tuvo una respuesta tan masiva que obligó a celebrar dos sesiones
simultáneas, una en un centro municipal y otra en plena calle, en las que las
reivindicaciones fueron las mismas.
El vecindario insistió en que su movilización no está teñida "de racismo", sino
que responde al rechazo a la proliferación de un modelo comercial que, a su
juicio, ha roto la estructura tradicional del barrio. "Están desapareciendo las
farmacias, los colmados y las tiendas de toda la vida porque ellos los chinos
pagan precios astronómicos por cualquier local", se quejó uno de los asistentes
a la asamblea. Los residentes aseguraron que no rechazan la presencia de la
comunidad asiática, sino su fórmula comercial, y reclamaron un plan de usos y
una moratoria de aperturas de nuevos negocios.
MAPA COMERCIAL
Una comisión de vecinos ha elaborado un mapa de la expansión china en la zona,
con unos 400 negocios en manos de empresarios asiáticos. Casi la mitad, afirman,
corresponden a almacenes donde se guardan "cantidades ingentes de género sin
control de seguridad". La mayoría de vecinos no culpan a los recién llegados,
sino al ayuntamiento por haber permitido "una expansión sin control". "En Ciutat
Vella, Gràcia y otros distritos se han hecho planes de usos para frenar bares,
restaurantes, locutorios y negocios que estaban devorando barrios. No entendemos
por qué aquí no se toman medidas", se quejó un portavoz en la asamblea del
martes.
La concejala del Eixample, Assumpta Escarp, respondió ayer con contundencia a
esa queja: "El ayuntamiento --declaró a este diario-- exige los mismos
requisitos a los orientales que al resto de los ciudadanos". Escarp adelantó que
convocará una mesa con todas las partes implicadas para analizar el modelo
comercial de la zona y buscar soluciones al conflicto que se está generando.
CONTRA LA XENOFOBIA
La edil apuntó, no obstante, que el ayuntamiento considera poco viable crear un
plan de usos en este ámbito, ya que los negocios chinos no son sólo mayoristas,
sino que cada vez están más diversificados. "No vamos a prohibir las tiendas
chinas, lo que sí podemos hacer es potenciar el comercio de proximidad", señaló.
La concejala hizo un llamamiento al diálogo y alertó de la necesidad de evitar
todo brote xenófobo.
AVUI, 6 de abril de 2006
Xinesos de l'Eixample Els problemes de la convivència
"No entenem per què ens culpen de tot"
ESTRANYESA • La comunitat oriental està sorpresa que a Fort Pius els culpin de
la pujada dels lloguers dels locals comercials SABATERIES • "Si n'obrim és
perquè ens van bé", diuen els xinesos PRESSIÓ• Els veïns es van reunir dimarts
per demanar que s'eviti la proliferació de "magatzems" al barri
Mireia Rourera
No entenen les crítiques dels veïns. Els immigrants xinesos que viuen a la dreta
de l'Eixample de Barcelona, en l'anomenada chinatown, estan sorpresos de ser
l'objectiu de les crítiques veïnals. "Estem d'acord que hi ha algunes coses que
hem de corregir. Però que no ens acusin de tot", diu Han Sun, comerciant de la
ronda de Sant Pere i secretari de l'Associació de Comerciants Xinesos del sector
tèxtil de Barcelona. Sun, que dimarts va acostar-se al local on 400 veïns
celebraven la tercera reunió en protesta per la proliferació dels comerços
xinesos al barri, ho té clar. "Nosaltres hem vingut aquí a treballar i a guanyar
diners per a les nostres famílies. Ser immigrant és molt dur, però nosaltres no
demanem res a ningú. No entenem que ara els veïns ens culpin de tot". Al
contrari, segons Han Sun, la majoria de crítiques que els fan no tenen raó de
ser.
Aquest empresari xinès, que fa 17 anys que viu a Barcelona i parla un català
perfecte, no entén, per exemple, que els veïns els culpin d'ocupar tots els
locals que van tancant els botiguers de tota la vida perquè, segons diuen
aquests, no poden pagar els alts lloguers que s'estan imposant. "A nosaltres
també ens apugen els lloguers", diu. "A mi no em serveix que un carnisser digui
que la culpa que no li renovin el contracte és nostra perquè nosaltres pagarem
més. Què vol dir? La culpa, en tot cas, és del propietari del local que augmenta
tres vegades el preu del lloguer. O no?", insisteix.
Han Sun també té clar que si els veïns de tota la vida tanquen les seves
botigues no és per culpa dels xinesos. "Si un negoci tanca és perquè no
funciona. Què vol dir, que és culpa nostra? Oi que els forns no tanquen perquè
sempre hi tenen gent? Doncs això: els negocis que tanquen són els que no
funcionen, i això no té res a veure amb nosaltres".
Aquest representant de la comunitat xinesa a Barcelona tampoc entén que els
veïns no vulguin "tantes sabateries, basars i locals de bijuteria" al barri.
"No volem que el barri es converteixi en un polígon industrial, ple de
magatzems", és la queixa dels veïns i el motiu de més de 300 pancartes que
dimarts a la nit es van repartir a la reunió veïnal i que ahir van començar a
penjar-se dels balcons.
"Això és filar molt prim", diu Sun, i recorda que una botiga és un negoci "i es
regeix per les normes del mercat". "Nosaltres anem provant. Primer va haver-hi
el boom dels restaurants i ara tenim aquest altre tipus de negoci, que és el que
ens funciona. No hi poden dir res: és legal".
Han Sun desmenteix que als xinesos "ens donin els permisos per obrir les
botigues més ràpids que a la resta de la gent" o algun tipus d'ajuda. "Quina
absurditat", diu. I critica que la gent d'aquí només vegi el que els és negatiu
a ells. "Per què no es diu, quan un xinès s'està dos mesos esperant un permís
per fer obres?".
Paral•lelament a les reunions dels veïns de la dreta de l'Eixample, les
associacions de comerciants xinesos també han celebrat una reunió per demanar a
tots els empresaris que "compleixi amb la normativa" i no donin motius de
queixa. Els xinesos ja preparen ara una segona reunió: "Volem que tothom
respecti la llei".
Pel que fa a l'espinós problema de la integració, Han Sun demana als veïns
d'aquí una mica de comprensió però també els pregunta què fan ells per
acostar-se a la seva comunitat. "La gent ha d'entendre -explica- que nosaltres
tenim un greu problema amb la llengua". "També ens diuen que no comprem en els
negocis d'aquí, però això és absolutament mentida. On es pensen que em compro la
roba jo? ", diu Sun.
Per contra, assegura que els veïns mai els han convidat a una reunió. I lamenta
que les entitats catalanes mai els hagin demanat de participar en algun acte
social o esportiu del barri.
EL PERIÓDICO, 26 de abril de 2006
LOS VECINOS ACEPTAN UNA TREGUA SOBRE EL “CHINATOWN”
P. C.
BARCELONA
Los vecinos del Eixample movilizados contra la proliferación de comercios chinos
en el entorno de la calle de Trafalgar han desconvocado la manifestación del 3
de mayo, tras alcanzar un acuerdo con el distrito para buscar soluciones al
conflicto.
Fuentes del colectivo vecinal expresaron ayer su satisfacción ante la promesa
municipal de crear una mesa de diálogo y trabajo sobre los cambios que está
experimentando el Eixample, con más de 400 comercios asiáticos concentrados en
unas pocas manzanas. La mesa integrará a representantes de las entidades, de las
administraciones y del colectivo chino.
El vecindario ha desconvocado la marcha, pero acudirá a la sesión plenaria del
distrito para reiterar sus quejas. El ayuntamiento rehusó ayer hacer
declaraciones. Los vecinos afirman que lograron el compromiso de intensificar
las inspecciones y de actuar para mejorar la situación, pero no de crear un plan
de usos.
1. Martín, S.
(2005)“España: dificultades
de percepción sobre China”
Carta de Asia-Economía, nº
107, 09-03-05
2. Martín, S. (2005) “Los
problemas de la imagen de
China en España” Carta de
Asia-Economía, nº 133,
07-09-05
3. Noya, J. (2005) “Sombras
chinescas: un análisis de la
imagen de China en España”
Análisis del Real Instituto
El Cano 28-09-05
4. El 16 de marzo 2004, en
un polígono industrial de la
ciudad de Elche, se
concentraron entre 400 y 500
manifestantes frente a
locales propiedad de
empresarios del calzado
chino. Se profirieron gritos
xenófobos y se incendió una
nave industrial propiedad de
un empresario chino. Los
manifestantes acusaban a los
empresarios chinos de
competencia desleal.
5. Javier Noya apunta en su
artículo que Según el
Barómetro del Real Instituto
Elcano, de 8 de febrero de
2005, el 63% de los
españoles piensa que la
comunidad china no se
integra en la sociedad
española.
6. Castán, P. (2005)
“Vecinos del Eixample piden
poner coto al ‘chinatown’ “
El Periódico, 05-04-06
7. Castán, P. Ibidem
8. Rourera, M. “No entenem
per què ens culpen de tot ”
Xinesos de l’Eixample, els
problemes de la
convivencia”. Avui, 06-04-06
9. Beltrán, J. “Las
comunidades asiáticas en
España: una visión
panorámica” Revista CIDOB
d’Afers Internacionals, núm.
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10. Beltrán, J. “Diáspora y
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11. Nieto, G. “La
inmigración china en España.
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sobre integración social”.
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17. Nieto, G. “La
inmigración china en España.
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sobre integración social”.
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Internacionals, núm. 63.
18. Nieto, G. Ibidem
19. Nieto, G. (2007) “La
inmigración china en España”
Los libros de la Catarata,
Madrid