El desafÃo
chino de Asia central
PekÃn busca mayor hegemonÃa
en una región estratégica
Nicolás de
Pedro (CV)
Universidad Complutense de
Madrid, España.
En los últimos años, la acción de China en Asia central ha aumentado de forma considerable, lo que ha agudizado los recelos sobre su poder y sus posibles aspiraciones hegemónicas, fundamentalmente en Kazajstán y Kirguistán.
En lÃneas generales, PekÃn ha cumplido sus objetivos principales y ha puesto las bases para una relación estrecha y duradera con Asia central. China lidera la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), uno de los procesos de cooperación regional con más futuro y en el que las cuestiones de seguridad están dando paso, cada vez más, a cuestiones energéticas y comerciales.
Por su especial interés, reproducimos aquà con la debida autorización este texto que ha sido publicado recientemente por la Fundación Safe Democracy http://spanish.safe-democracy.org/
Para citar
este artÃculo puede utilizar
el siguiente formato:
Nicolás de Pedro:
"El desafÃo chino de Asia
central "
en Observatorio de la
EconomÃa y la Sociedad de
China Nº 04, septiembre
2007. Accesible a texto
completo en http://www.eumed.net/rev/china/
La presión
china ha contribuido a la
práctica desaparición de la
actividad polÃtica uigur en
Kazajstán y Uzbekistán, si
bien en Kirguistán las
organizaciones uigures aún
conservan cierto margen de
acción. En cualquier caso,
la región no se ha
convertido en un área de
apoyo para los movimientos
irredentistas uigures de la
región autónoma del Xinjiang-Uigur
(fronteriza con Asia
central); lo que era el gran
temor de PekÃn al producirse
la desaparición de la Unión
Soviética.
Por otra parte, China ha
realizado grandes
inversiones en el sector
petrolÃfero kazajo y ha
alcanzado importantes
acuerdos de
aprovisionamiento con
Turkmenistán y Uzbekistán,
con el objetivo de asegurar
nuevas rutas y fuentes de
abastecimiento y reforzar
asà su seguridad energética.
La proyectada ampliación
hasta los campos de Kumkol
del oleoducto Atasu-Alashankou,
permitirá la conexión
directa de los campos
desarrollados por la CNPC
(China National Petroleum
Corporation) en Kazajstán
con las refinerÃas de
Xinjiang. Asimismo, PekÃn ha
proyectado un ambicioso plan
de construcción de
gasoductos para transportar
gas natural turkmeno y
uzbeko hasta el mercado
chino.
Por último, PekÃn, con la
progresiva
institucionalización y
consolidación de la OCS, ha
evitado una reorientación
excesiva de Asia central
hacia la órbita de
influencia de Washington o
su articulación como un área
hostil a los intereses
chinos. Únicamente, la base
estadounidense en Bishkek
representa un motivo de
irritación para PekÃn.
LOS
RECELOS CRECIENTES
A pesar de
este creciente papel de
PekÃn, una hipotética
hegemonÃa unilateral china a
corto y medio plazo, parece
bastante improbable.
En primer lugar, porque Asia
central continuará con su
relación estrecha y
prioritaria con Moscú, lo
que representa un contrapeso
sólido ante PekÃn. Asimismo,
la acción de Estados Unidos
y, también, de la Unión
Europea seguirá siendo otro
contrapeso frente a una
excesiva influencia china en
sectores estratégicos como
el de los hidrocarburos.
Por otra parte, los propios
recelos que despierta el
potencial chino (económico,
polÃtico, militar y
demográfico), sobre todo en
Kazajstán y Kirguistán,
condicionan la acción de
PekÃn, por cuanto Astaná y
Bishkek buscan reaseguros
para compensar la presencia
china (en el caso de
Kazajstán, por ejemplo, en
los últimos meses
facilitando una mayor
participación india en su
sector petrolÃfero). Estos
recelos han contribuido a la
difusión exitosa de las
tesis de la amenaza
emergente que sugiere, en su
versión local, entre otras
cuestiones, que China podrÃa
emplear, también en Asia
central, su creciente poder
militar de forma más
decidida en un futuro
próximo.
No obstante, ninguno de los
análisis que sugieren esta
posibilidad, argumenta
sólidamente cuáles podrÃan
ser los beneficios de tal
viraje chino. Es decir, ¿qué
beneficios objetivos podrÃa
conseguir PekÃn de una
polÃtica que conllevarÃa,
muy posiblemente, un grave
enfrentamiento con Moscú y,
tal vez, también con
Washington? La posibilidad
de una creciente agresividad
unilateral china resulta aún
más improbable, si tenemos
en cuenta que Asia central
es, a pesar de todo, una de
las áreas fronterizas más
receptivas a las polÃticas
de PekÃn.
Los recelos sobre el
potencial chino, también
tienen una importante
dimensión demográfica. Esta
es una cuestión que resulta
mucho más compleja; no
obstante, conviene tener
presente que en Xinjiang, a
pesar de todo, oficialmente
hay menos de diez millones
de chinos étnicos y como
máximo podemos aceptar la
cifra de doce millones de
chinos Han en esta región.
Asimismo, aunque tienen
carácter poroso, las
fronteras internacionales,
siguen teniendo un
importante efecto
ralentizador sobre los
procesos migratorios (y
sobre hipotéticos procesos
colonizadores). Estos son,
sin duda, dos elementos que
hay que considerar a la hora
de valorar la posibilidad y
los riesgos de un gran
proceso migratorio,
generalmente
sobredimensionado en la
prensa local e
internacional.
LA
INDUSTRIALIZACIÓN DE LA
REGIÓN
Lo que es
seguro es que el ascenso
chino representa un enorme
desafÃo para Asia central.
En primer lugar, contribuye
a consolidar la tendencia
actual según la cual Asia
central exporta materias
primas e importa productos
manufacturados. La capacidad
productiva y comercial china
desincentiva la
industrialización de la
región.
Asimismo, la creciente
influencia china representa
un desafÃo para las
emergentes sociedades
civiles centroasiáticas (con
diferente nivel de
desarrollo según las
repúblicas); por cuanto la
acción china favorece el
mantenimiento de los
regÃmenes autoritarios
locales en detrimento de la
transformación y la
democratización.
Pero lo más destacable es
que, los riesgos y desafÃos
que representa el auge de
China se ven incrementados,
sobre todo, por la propia
debilidad de las repúblicas
de Asia central. Por ello,
para evitar convertirse en
un área con una fuerte
dependencia de los intereses
chinos, las repúblicas
centroasiáticas deberán
implementar sus propios
modelos y procesos de
desarrollo, transformación y
modernización que les
permitan aprovechar
favorablemente las ventajas
y oportunidades derivadas de
su cercanÃa con el gigante
asiático y no sucumbir ante
su empuje imparable.